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sábado, 28 de mayo de 2011

La Nueva Tierra (I)

En estos días y época, está teniendo lugar una transición sobre la Tierra. Está esbozándose una nueva conciencia que tarde o temprano tomará forma.
¿Cómo sucederá exactamente esta transición, qué forma adoptará? No está determinado. El futuro siempre es indeterminado. Lo único que es realmente revelado es este particular y actual momento: El Ahora. Desde lo conocido del Ahora, se abren incontables caminos posibles, una red infinita de futuros posibles.


Basándonos en el pasado, podemos predecir que un futuro particular es más probable que otro, pero la elección es siempre vuestra. ¡Sois vosotros quienes decidís si permitís que el pasado determine vuestro futuro! Las predicciones siempre están basadas en probabilidades, y las probabilidades están relacionadas con el pasado. En el poder que tenéis como humanos está la posibilidad de cortar con el pasado lastrante, para establecer un curso diferente. Estáis dotados de algo maravilloso: el libre albedrío. Tenéis, en virtud de ello, el poder de cambiar, de recrearos en vosotros mismos. En este poder yace vuestra divinidad. Es el poder de crear a partir de la nada. En este poder divino radica la verdadera esencia de quienes sois.


Hablando de estos tiempos como una etapa de transición, nunca debéis olvidar que vosotros sois los maestros de vuestra propia realidad. No existen los planes predestinados o un Poder Cósmico, que rija inevitablemente el camino de vuestra alma individual o vuestro poder individual para crear vuestra propia realidad. Nada funciona de esa manera. Cada alma sobre la Tierra experimentará esta transición del modo que sus predisposiciones internas establezcan. Hay muchas realidades. La realidad que cada uno elija va a responder a sus necesidades y deseos interiores.


Lo que hace a este tiempo (1950-2070 aproximadamente) especial, es que hay dos tipos de ciclos diferentes de conciencia llegando a un fin: 
• un ciclo personal (o una serie de ciclos personales)
• un ciclo planetario. 
El fin de ambos ciclos está sincronizado. El uno refuerza al otro.


En lo que respecta a la humanidad, la culminación de su ciclo personal de vidas terrestre está cerca. La mayoría de las almas involucradas en esta consumación son Trabajadores de la Luz. Hablaremos con más detalles acerca de este grupo de almas comprometidas.
Aquí, nos gustaría explicar la naturaleza de este ciclo personal: qué significa ir a través de él y cuál es el objetivo de vivir todas estas – bastante complicadas – vidas sobre le Tierra. 




El ciclo kármico personal


Las vidas terrestres que vosotros experimentáis forman parte de un ciclo más elevado de vuestras almas.  Este ciclo fue diseñado para permitiros experimentar completamente la noción de dualidad. Dentro de este ciclo habéis experimentado lo que es ser masculino y femenino, tener salud y estar enfermo, tener frío o calor, ser rico o pobre, ‘bueno’ y ‘malo’. En algunas vidas habéis estado intensamente involucrados en el mundo material, siendo por ejemplo un granjero, un trabajador o un artesano.
Ha habido ciertamente más vidas orientadas espiritualmente, en las cuales portábais una fuerte conciencia de vuestra original y espriritual naturaleza. En aquellas vidas os vísteis atraídos por vocaciones religiosas. También ha habido vidas en las cuales vosotros explorásteis el mundano dominio del poder, el juego de la política, etc. También puede haber habido vidas dedicadas a la expresión artística.


Frecuentemente, las almas tienden a especializarse concretamente en algo en el curso de todas estas vidas. Esto puede ser claramente reconocido en personas que poseen un don natural en un área determinada. Parecería que ellos tuviesen un potencial ahí, incluso desde niños, el cual solo necesita ser detonado y potenciado en el momento oportuno para que, desde ahí, se desarrolle fácilmente.
Las almas de los Trabajadores de la Luz muy frecuentemente son atraídas hacia vidas religiosas, y han vivido numerosas vidas como monjes, monjas, sacerdotes, chamanes, brujas, psíquicos, etc. Así estuvieron inclinados a ser intermediarios entre el mundo material, físico y los reinos espirituales. Y por lo tanto ellos desarrollaron una ‘habilidad’ en estos campos. Cuando sentís esta llamada, este fuerte impulso a involucraros con la espiritualidad, incluso si ésta no se adapta a vuestra vida diaria normal, bien podría determinar que sois parte de esta familia de Trabajadores de la Luz.


Vivir en la Tierra os brinda una oportunidad de experimentar completamente lo que es ser un humano. Ahora bien, podríais preguntaros: ¿qué tiene de tan ‘especial’ ser un humano?


La experiencia humana es tan diversa como intensa. Cuando vivís una vida humana, estáis temporalmente inmersos dentro de un abrumador campo de sensaciones físicas, pensamientos y sentimientos.
Debido a la dualidad inherente en este campo, hay gran contraste e intensidad en vuestras experiencias. Mucho más grandes que cuando residís en los planos astrales, como los llamáis. Estos son los planos a los cuales accedéis después de abandonar el plano físico de la existencia en la Tierra. ‘Morir’, decís, y donde permanecéis entre las diferentes vidas (encarnaciones). 
Quizá os sea difícil de imaginar, pero os diré que a muchas entidades (ángeles, decís) que ‘habitan’ en nuestro ‘lado’, les encantaría estar en vuestro lugar. Desearían ser humanos, ganar ‘experiencia humana’. La experiencia humana manifiesta y contiene una clase de realidad que es de un incalculable valor. Aunque ellas puedan crear incontables realidades por el sencillo poder de su imaginación, esto les da menos satisfacción que la creación de una realidad en la Tierra.


Sobre la Tierra, vuestro mundo/planeta, el proceso de creación se gesta muy a menudo por medio de una lucha, de una confrontación. Comúnmente halláis resistencia al tratar de hacer realidad vuestros sueños. El tipo de creación mental en el mundo astral es mucho más fácil. No existe retraso entre el pensamiento de algo y la verdadera creación del mismo. Además, podéis crear cualquier realidad que queráis o en la que podáis pensar. No hay límites. En el momento que vosotros imagináis digamos un jardín encantador, éste se manifiesta ahí instantáneamente para que accedáis a él.
Dar nacimiento a una idea en la Tierra, hacerla realidad en el mundo material, supone sin embargo un gran esfuerzo. Demanda una fuerte intención, perseverancia, claridad mental y un corazón confiado, cualidades éstas que venís a ejercitar en la Tierra. En la Tierra tenéis que tratar con la lentitud y tenacidad del mundo material. Tenéis que lidiar con vuestros propios impulsos contradictorios, con las dudas, con la desesperación, con la falta de conocimiento, con la falta de confianza, etc. obstáculos éstos, que necesariamente debéis experimentar en para vuestro crecimiento. Y el proceso de creación puede sin duda ser obstruido, o incluso fallar, a causa de cualquiera de estos inconvenientes. Con todo, estos problemas potenciales son las verdaderas razones que hacen tan valiosa la experiencia de la vida terrestre. En este proceso, los desafíos que encontráis son vuestros más grandes maestros. Le dan a la experiencia terrestre una profundidad y magnitud tales que la hacen mucho más honda y amplia que el fácil proceso de creación en los planos astrales. Una facilidad que engendra insignificancia. El proceso creativo en la Tierra tiene mérito. Las entidades astrales que todavía no han experimentado vidas sobre la Tierra saben y entienden esto. Por eso son compasivas.


Vosotros con frecuencia os desalentáis e incluso desesperáis por la no condescendiente naturaleza de vuestra realidad. Muy a menudo, la realidad no responde a vuestros deseos y esperanzas. Muy frecuentemente, vuestras intenciones y anhelos creativos parecen finalizar en dolor y desilusión. Sabed, no obstante, que hallaréis la llave de la paz y la felicidad  dentro de vuestro propio corazón. Y cuando eso suceda, la alegría que os inundará no será igualada por nada creado en los planos astrales. Será el nacimiento de vuestra maestría, vuestra divinidad. El éxtasis que experimentaréis cuando despierte vuestra divinidad aletargada os proveerá el poder de sanaros a vosotros mismos. Este amor divino os ayudará a recuperaros de las heridas profundas que habéis sufrido a través de vuestras vidas en la Tierra.
Después de esto, seréis finalmente capaces de ayudar a curar a otros que hayan atravesado las mismas pruebas y penas. Reconoceréis su dolor. Lo veréis en sus ojos. Y seréis capaces de guiarles en su camino hacia su propia divinidad.




El propósito de ir a través de la dualidad


Por favor no subestiméis el significado de vuestras vidas en la Tierra. Pertenecéis a la más creativa, avanzada y valiente parte de Dios (= Todo lo Que Es). Sois exploradores de lo desconocido y creadores de lo nuevo. Sus exploraciones a través del reino de la dualidad han servido a un propósito que está más allá de vuestra imaginación. Es difícil explicaros el profundo significado de vuestros viajes, pero queremos deciros que con ellos habéis colaborado en la creación de un nuevo tipo de conciencia, una que no existía previamente.
Esta conciencia, inicialmente fue anunciada por los profetas y luego desplegada por Jesucristo, cuando accedió a hacerse hombre, y caminó en la Tierra. Esta conciencia, que llamaremos en adelante la Conciencia Crística, resulta de una alquimia espiritual. Si alquimia física es el arte de transformar plomo en oro, alquimia espiritual es el arte de transformar energía oscura en  “la tercer energía”, el oro espiritual presente en la energía Crística.
Por favor entended que no estamos diciendo que el propósito sea transformar la oscuridad en luz, o lo malo en bueno. Oscuridad y Luz, malo y bueno son opuestos naturales, antagonistas en un escenario polarizado;  existen gracias al otro, al opuesto. No se entienden el uno sin el otro.
La alquimia espiritual introduce una ‘tercer energía’, un tipo de conciencia que abarca ambas polaridades a través de energías de amor y comprensión. El verdadero propósito de vuestro viaje no es hacer que la Luz conquiste a la Oscuridad, sino ir más allá de estos opuestos y crear un nuevo tipo de conciencia, más expaandido, una que pueda mantener la unidad tanto en presencia de la luz como en presencia de oscuridad.


Explicaremos este punto bastante difícil por medio de una metáfora.
Imaginad que sois buceadores de grandes profundidades en búsqueda de una perla. Una y otra vez os zambullís en el océano para hallar esta particular perla de la cual todo el mundo habla pero que nadie realmente ha visto. Se rumorea que incluso Dios, el buceador más experimentado, nunca ha tocado la perla.


Zambullirse en el océano está lleno de peligros, ya que podríais perderos o ir a las profundidades y quedaros sin oxígeno. Aún así, persistís y os sumergís en este océano una y otra vez, porque estáis  resueltos e inspirados. ¿Sois por ello unos dementes? 
No, sois exploradores de lo nuevo. 
El secreto es este: en el proceso de hallar la perla, la estáis creando.
La perla es el oro alquímico espiritual, el Grial de la conciencia Crística. La perla sois vosotros, transformados por la experiencia de la dualidad. 
Lo que tenemos aquí, es una verdadera paradoja: al explorar lo Nuevo, lo estáis creando. Habéis pasado a ser la perla de la creación de Dios.


Dios no tiene otro modo de realizar este milagro, porque lo que váis a hallar, aún no existe: tiene que ser creado por vosotros. 
¿Y Por qué estaría Dios tan interesado en crear algo nuevo? Permitidme exponer esto de la manera más simple posible.
Primero, la energía que todo lo es (Dios) es enteramente y por naturaleza BUENA. Hubo bondad en cada lugar y momento de su creación. Pero eso generaba un inconveniente. Los elementos creados eran estáticos. La creación de Dios adolecía de vitalidad, carecía de la posibilidad de crecimiento y expansión. Podríais decir que estaba ‘atascada’, carente de dinámica, como un corazón que se expande pero no se contrae.
Para crear cambio, para crear una oportunidad de movimiento y expansión, Dios tuvo que introducir un elemento alternativo en su creación que fuese diferente de la Bondad que lo impregnaba todo. Esto fue muy difícil para Dios, ya que ¿cómo podríais crear algo que no sois? ¿Cómo puede la Bondad crear Maldad? No puede. Es ajeno a su esencia. Por lo tanto, Dios tuvo que ingeniárselas con un truco, por así decirlo. A este truco se llama ignorancia. Los egipcios lo llamaron el velo de Isis. En la India lo llaman todavía Maya.
Ignorancia es el elemento que se opone a la Bondad, pues genera la percepción ilusoria de estar fuera de la Bondad, de estar ‘separado de Dios’. No saber quienes sois es el aliciente que subyace tras el cambio, crecimiento y expansión en su universo. La Ignorancia alimenta al miedo, el miedo alimenta la necesidad de control; la necesidad de control alimenta la lucha por el poder: y ahí tenéis todas las condiciones para  que el “Mal” prospere.


Queda así establecido el escenario para la batalla entre el Bien y el Mal. Una batalla ideada por Dios con un propósito muy claro: Dios necesitó la dinámica de los opuestos para ‘desatascar’ su propia creación. Debe ser muy difícil para ustedes poder asimilar esto, en vista de todo el sufrimiento experimentado y causado por la ignorancia y el miedo, pero Dios puso gran valor en estas energías, ya que ellas le proveyeron de un modo de ir más allá de si mismo.


Dios os pidió a vosotros, aquellos que pertenecéis a su más creativa, avanzada y valiente parte de si mismo, que aceptáseis el velo de la Ignorancia con la intención de experimentar la dinámica de los opuestos tan completa e íntegramente como fuese posible. Vosotros aceptásteis olvidar temporalmente vuestra verdadera naturaleza. Consentísteis dar este salto a la ignorancia, pero incluso este consentimiento también fue ocultado por el velo del olvido. Con frecuencia maldecís a Dios por estar en la situación en la que estáis: las penas, la ignorancia – y nosotros lo entendemos, pues, en esencia, vosotros sois Dios.


A pesar de todos los problemas y pesares, en lo profundo de vosotros todavía experimentáis una cierta clase de maravilla y excitación acerca de vivir en la dualidad, en cuanto a experimentar y crear lo nuevo. Esta es la excitación original de Dios, la razón por la que comenzó este viaje a través de Vosotros en primer lugar. El significado de la vida.
Cuando comenzásteis vuestro viaje, os enfrentásteis al Mal (miedo, ignorancia) con solo una vaga memoria del Bien en vuestras mentes. Comenzásteis a batallar contra el miedo y la ignorancia, mientras añorábais el Hogar, esa palabra que muchos moribundos musitan poco antes de expirar. Sin embargo, no regresáis al Hogar en el sentido de regresar atrás a algo que fue y de donde proveníais, a un estado ubicado temporalmente en el pasado cronológico. La creación entretanto, ha sufrido una metamorfosis a causa de vuestros viajes.
Tras vuestro periplo sucederá que habréis expandido la bondad y la maldad, la luz y la oscuridad.
Habréis creado una tercer energía, la energía Crística, la cual abarca y trasciende a ambos. Habréis expandido la misma creación de Dios. Seréis la Nueva Creación de Dios. Dios habrá llegado más allá de si mismo cuando la conciencia Crística haya arraigado completamente sobre la Tierra.
Repito que la conciencia Crística no existía antes de la “experiencia humana”. La conciencia Crística es la conciencia de alguien que ha ido a través de la multifacética experiencia de la dualidad, ha llegado a término con ella, y emerge ‘del otro lado’. Ese Alguien será quien se convierta en el habitante de la Nueva Tierra. Eso significa lo que llamáis Ascensión. Un ser que, como muchos otros, abandonará la dualidad, habiendo reconocido y abrazado su propia divinidad. Alguien que llegará a ser uno con su Ser Divino, siendo no obstante este Ser divino distinto que antes. Será más profundo y más rico que la conciencia de la que nació. También se podría afirmar que Dios se habrá enriquecido a si mismo/a transitando a través de la experiencia de la dualidad de los seres que ha creado.


Esta historia está simplificada y distorsionada, como algo que diríamos es distorsionado por la ilusión del tiempo y la separación. Esta ilusión ha tenido un valioso propósito. Pero ha llegado ahora el tiempo de ir más allá de la ilusión. Tratad, por favor, de sentir la energía subyacente en nuestras palabras, historias y metáforas.
Esta energía sois en esencia vosotros mismos. Es la energía de vuestros futuros seres crísticos la cual está hablando a través mío, Jeshua. Estamos esperándoos para que os unáis a nosotros.




Cómo superar la dualidad (la culminación del ciclo kármico)


Vuestros ciclos terrestres de vida finalizan cuando el juego de la dualidad ya no se sostiene en vosotros. Ha sido esencial, para el juego dualístico, que os hayáis identificado con una posición particular en el campo de ejercicio de las polaridades. Habéis experimentado y os habéis identificado con ser pobre o rico, famoso o humilde,  marido o esposa, héroe o villano, maestro o alumno. En realidad no importa mucho qué parte hayáis estado jugando. Mientras os continuéis identificando con el rol/actor de la escena que representáis, la dualidad aún tendrá fuerte asidero en vosotros.
Esto no está mal por supuesto. En cierto sentido se pensó, como dije, que fuese de esa manera. Se quiso que olvidárais vuestro verdadero ser. ¿por qué? Para experimentar todos los aspectos de la dualidad. La intención era que condujéseis vuestra conciencia a un papel particular en el Drama de la vida en la Tierra. Y lo jugásteis bien. Quedásteis tan atrapados en vuestros roles que olvidásteis completamente la aspiración y el propósito implícito en el proceso de empezar a experimentar a través de este ciclo de vidas. Os olvidásteis tanto de vosotros mismos que tomásteis los juegos y dramas de la dualidad como la única realidad existente. Esta experiencia os ha vuelto solitarios y os ha inundado de miedo. Nada de eso es sorprendente, ya que el verdadero juego de la dualidad está basado en los factores de la ignorancia y miedo.
Para comprender los trabajos de la dualidad en vuestra vida diaria, nos gustaría mencionar algunos rasgos típicos del juego de la dualidad.


Características del Juego de la Dualidad


1. Vuestras vidas emocionales son esencialmente inestables.
No está presente ningún anclaje emocional, ya que siempre estáis en posiciones polarizadas que retratan situaciones extremas. Sois iracundos o indulgentes, intolerantes o generosos, depresivos o entusiastas, felices o tristes. Vuestras emociones fluctúan permanentemente entre los extremos. Creéis tener solo un limitado control sobre éstas fluctuaciones.


2. Estáis intensamente involucrados con el mundo externo.
Ha revestido una capital importancia para vosotros el modo en que érais juzgados por otras personas. Vuestra autoestima sigue dependiendo aún de las reflexiones que el mundo externo (la sociedad en general o vuestros seres queridos) emitan acerca de quiénes sóis. Necesitáis en definitiva, sentiros evaluados, tratando con ello de satisfacer los estándares de corrección e incorrección. Y lo estáis haciendo muy bien.
3. Tenéis marcadas opiniones acerca de qué es bueno y qué es malo.
Juzgar es consecuencia natural de hallarse sumidos en la ignorancia. El hecho de emitir juicios os transmite seguridad. La vida está tan bien organizada cuando se catalogan las acciones, pensamientos o sentimientos de las personas dentro de los cánones de lo correcto o incorrecto. 


Es común a todas estas características que en todo lo que hacéis o sentís realmente no estáis ahí. Vuestra conciencia reside en las capas externas de vuestro ser, donde es conducida por modelos de pensamiento y comportamiento orientados por el miedo.
Permitidme nuevamente ilustrar con un ejemplo. Si acostumbráis constante y compulsivamente a poneros guapos y agradables, estáis exhibiendo un modelo de comportamiento que no nace de vuestro ser interior. En realidad estáis suprimiendo señales desde vuestra parte más interna. Estáis tratando, reconocedlo, de cumplir con las expectativas (reales o imaginarias) de alguien más, con motivo de no perder su aceptación, admiración o atención. Estáis reaccionando por miedo a perder. Vuestras expresiones genuinas quedarán limitadas por esa ‘actuación’. La parte de vosotros que no es expresada/manifestada vivirá de todos modos su propia vida escondida de sí misma, creando irremediablemente insatisfacción y agotamiento en calidad de prisionera tras los barrotes que le hayáis impuesto. El precio a esta servidumbre/esclavitud es la ira e irritación que se manifiesta inconscientemente en vuestro día a día, convirtiéndoos en autómatas autolesionadores de vuestra dignidad y agresores de la de los demás.


Este es el fondo del pozo en vuestro tránsito hacia la conciencia crística. El modo de salir de este estado de abnegación es establecer contacto con las partes suprimidas y escondidas dentro de vosotros. Ese es el camino del autoconocimiento. Esta tarea no es difícil, en el sentido de que se precisen habilidades particulares o conocimientos esotéricos para lograrlo. Podéis hacerlo por vosotros mismos. Con determinación, convicción y constancia hallaréis las propias maneras de hacerlo. Motivación e intención son mucho más importantes que “habilidades” y “métodos”. Si realmente intentáis conoceros a vosotros mismos, si estáis realmente decididos a ir profundamente hacia adentro y modificar los pensamientos temerosos y manifestar las emociones que bloquean vuestros caminos a una vida completa y feliz, lo lograréis, a través del método que sea.
Habiendo dicho lo anterior, nos gustaría ofreceros un ejercicio, una simple visualización simbólica, que puede ayudaros a lograr estar en contacto con vuestras emociones.


Tomaos un momento para relajar los músculos de los hombros y cuello, sentaos derechos y colocad vuestros pies planos sobre el piso. 
Respirad profundamente…


Imaginaos caminando por un sendero bajo un cielo azul ampliamente abierto. Sentid los sonidos de la naturaleza y el viento a través de tu cabello. Eres libre y feliz. 
Más adelante en el camino, ves aparecer a varios niños corriendo hacia ti. Se están acercando a ti. 
¿Cómo responde tu corazón a esta visión?… 


Ahora los niños están frente a ti. ¿Cuántos hay? ¿Qué aspecto tienen? ¿Son niños, niñas, o ambos? 
Les dices ‘hola’ a todos. Díles cuán feliz te sientes de verlos. Luego te diriges a uno de esos niños en particular. Éste/a te está mirando a los ojos. El o Ella tiene un mensaje para ti. Está escrito en sus ojos. ¿Puedes leerlo? ¿Qué es lo que quiere decirte? Te está entregando una energía que necesitas justo ahora. Nombra la energía que este niño interior ha venido a traerte, y no la juzgues. No dejes que tu mente controladora intervenga saboteándo el momento. Simplemente agradecele a él o a ella, y luego libera la imagen. 
Siente la Tierra firmemente bajo tus pies otra vez y respira profundamente por un instante…
En este momento te has conectado con una parte escondida de ti mismo/a. Puedes regresar a esta escena todas las veces que quieras, y tal vez hablar con los otros niños también.


Yendo hacia dentro, y estableciendo contacto con vuestros/as niños internos, esas partes escondidas y suprimidas de vosotros os volvéis más presentes, más conscientes. Y vuestra conciencia se está elevando sobre los modelos de pensamiento y comportamiento motivados por el miedo, esa energía a la que habéis concedido tanto crédito durante tanto tiempo. Estáis, en el proceso asumiendo Responsabilidad sobre vosotros mismos. Viajando hacia dentro os hacéis cargo de vuestra pena, enfado y demás heridas internas, como un padre se hace cargo de sus hijos. 


Escuchad a vuestros niños, el lenguaje verdadero de vuestra alma, la cual os habla por medio de susurros en vuestros sentimientos y a través de vuestras emociones (ira, celos, etc) cuando no atendéis a dichos sentimientos). Conectad conscientemente a través de esas emociones con los sentimientos no manifestados por vuestros niños que subyacen tras ellas.


Actuad basándoos en el lenguaje del alma y cread las condiciones para los cambios que vuestra alma desea realizar.


Valorad el tiempo cuando estéis completamente solos, ya que sólo en silencio podéis oír esos susurros de vuestra alma.


Cuestionad la autoridad de los modelos de pensamiento o reglas de comportamiento convencionales que bloquean la libre expresión de vuestra verdadera inspiración y aspiración.


El punto decisivo para dejar a la dualidad irse.


Vuestro ciclo de vidas terrestre llega ahora a una conclusión cuando vuestra conciencia, habiendo madurado lo necesario, está capacitada para sostener todas las experiencias de la dualidad en vuestras manos, al tiempo que permanecéis centrados y completamente presentes. 
Mientras os identifiquéis con un aspecto de la dualidad más que con otro (con la luz como opuesto a la oscuridad, con rico como opuesto a pobre, etc.), vuestra conciencia se hallará en un columpio que se balancea sin cesar. El Karma no es nada más que el natural armonizador del columpio en el que se encuentra vuestra conciencia. Os liberaréis de vuestras ataduras al ciclo kármico cuando vuestra conciencia encuentre su punto de anclaje en el centro inmóvil del columpio.


Este centro es el punto de salida del ciclo kármico. Solo podemos bajarnos del columpio cuando hemos conseguido detenerlo. Los sentimientos predominantes en este centro hallado son tranquilidad, compasión y total alegría. Los filósofos griegos tuvieron premoniciones de este estado al cual llamaron ataraxia: imperturbabilidad. 
Juicio y miedo son las energías que más os sacan de este centro. 
A medida que liberéis estas energías más y más, os volveréis más serenos y abiertos por dentro. Accederéis a otro mundo, a otro plano de conciencia. 
Esto se manifestará inmediatamente en vuestro mundo externo. Será un tiempo de cambio y de decirle adiós a aspectos de vuestra vida que ya no son más vuestro reflejo. Es entonces cuando los paradigmas se desmoronan y los grandes cataclismos tienen lugar en las áreas de las relaciones personales y laborales. Muy probablemente, toda vuestra forma de vida se ponga entonces patas arriba. Esto no es sino algo completamente natural, desde nuestra perspectiva, ya que los cambios internos siempre son precursores de cambios en su mundo exterior. 
Vuestra conciencia crea la realidad material en la cual habitáis. Su alteración repercute en las estructuras externas que os rodean. Siempre es de este modo.


No obstante lo dicho, la liberación del apego a la dualidad lleva tiempo. El desenmarañar todas las tramas de la oscuridad, que no es sino la propia inconsciencia, es un proceso gradual. Es como pelar una cebolla. Hay que ir capa por capa. Y en el proceso hay lágrimas. Una vez que emprendáis, sin embargo, este camino hacia vuestro interior, os distanciréis lentamente pero paulatinamente del juego de la dualidad. Cuando comprobéis el verdadero significado de ‘ataraxia’, habréis llegado al punto decisivo. Cuando hayáis sentido el silencio, plenos de alegría por simplemente estar con vosotros mismos, sabréis que esto es lo que habéis estado buscando tanto tiempo. Iréis hacia dentro, una y otra vez, para experimentar esta paz interior.
Y, paradójicamente, no huiréis de los placeres mundanos. No os volveréis ascetas. Habréis hallado por el contrario un ancla de divinidad dentro de vosotros mismos, que os permitirá experimentar el mundo y todas sus bellezas desde este nuevo estado de dicha. Suena bien, ¿verdad?
La dicha nunca es consecuencia de hallarse en posesión de cosas materiales, sino que reside en el modo en que experimentáis dichas cosas.
Cuando hay paz y alegría en vuestro corazón, las cosas, situaciones y personas que aparezcan en vuestro camino reflejarán esa paz y alegría.


En estos días y en esta época, un cierto número de almas están preparándose para retirarse del ciclo kármico. Sin embargo, no se trata únicamente de que un grupo de almas humanas estén ahora alcanzando el final de un ciclo personal transformativo. La tierra completa en la que vivís está, de modo similar, llevando a cabo una profunda y completa transformación. También está llegando al fin un propio ciclo planetario.


Esta era es tan especial debido a la coincidencia de estos dos ciclos.

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