¿Cómo se vincula a esta historia la noción de almas trabajadoras de la luz?
Las almas trabajadoras de la luz, como vosotros las denomináis, son almas que están profundamente conectadas al sistema estelar de las Pléyades. Las Pléyades son un grupo de estrellas, siete de las cuales pueden ser vistas a ojo descubierto en la tierra. Antes de que vinieran a la tierra a encarnar en cuerpos humanos, las almas trabajadoras de la luz habitaron este sistema de estrellas por un largo tiempo. En términos del desarrollo de la conciencia en tres etapas, ellas pasaron una gran parte de su madurez allí. Es en esta etapa, que ellas exploraron la conciencia del ego y todos los asuntos del poder relacionados con ella. Fue la etapa en la que exploraron la oscuridad y en la cual ellas abusaron mucho de su poder.
Los Pleyadianos, en aquel tiempo, fueron co-creadores del ser humano a medida que se desarrollaba. Al igual que otras fuerzas galácticas, los Pleyadianos tuvieron la intención de usar al hombre como una marioneta para ganar dominio en otras partes del universo. Ellos implantaron una clase de radar energético dentro del ser humano, que los proveería a ellos de información (acerca de sus enemigos).
Es difícil explicar las técnicas que los poderes galácticos usaron en sus batallas, porque no se asemeja a nada en vuestro mundo, al menos no al alcance en que ellos lo perfeccionaron. Esencialmente, la tecnología de guerra galáctica estuvo basada en una ciencia de energía no materialista. Ellos conocieron el poder de la psiquis y ellos sabían que la conciencia crea la realidad física. Su metafísica fue más adecuada que los aspectos materialistas abarcados por vuestra ciencia actual. Debido a que vuestra ciencia establecida concibe a la conciencia como un resultado de los procesos materiales, en lugar del modo contrario, no puede comprender el poder creativo y causal de la mente.
En la era de Cro-Magnon, los Pleyadianos interfirieron con el desarrollo natural del hombre en un nivel genético. Esta interferencia genética debería concebirse como la cumbre del proceso de manipulación: ellos imprimieron el cerebro/conciencia humano con formas de pensamientos particulares los cuales afectaron la capa física, celular del organismo. El efecto de estas impresiones mentales fue como un elemento robótico, metálico instalado en el cerebro humano, el cual quitó parte de la fuerza y propia conciencia del ser humano. Fue un implante artificial que volvió al hombre más adaptable como instrumento para las metas estratégicas de los Pleyadianos.
Interfiriendo de este modo con el desarrollo de vida en la tierra, los Pleyadianos violaron el curso natural de las cosas. Ellos no respetaron la integridad de las almas terrestres, quienes habitaban las especies humanas en evolución. En cierto modo ellos les robaron su (recientemente ganado) libre albedrío.
En cierto sentido nadie puede robar el libre albedrío de las almas, como indicamos al final del último párrafo. De todos modos, en términos prácticos, debido a la superioridad de los Pleyadianos en todos los niveles, las almas terrestres perdieron su sentido de autodeterminación en una gran amplitud. Los Pleyadianos tomaron a los seres humanos como herramientas, como cosas esencialmente, quienes les ayudaron a alcanzar sus deseadas metas. En aquella etapa, ellos no estaban preparados para respetar la vida como valiosa en sí misma. Ellos no reconocieron en ‘el otro’ (sus enemigos o sus esclavos) un alma viviente como ellos mismos.
Ahora, no hay ninguna intención en colocar un juicio en esto, ya que todo es parte del gran y profundo desarrollo de la conciencia. Yo, Jeshua, fui yo mismo parte de esta historia. Yo mismo he pasado a través de los extremos de la dualidad, llevando a cabo actos de maldad tanto como actos de luz.
Al nivel más profundo, no hay culpa, solo libre elección. No hay víctimas, ni ofensores; a la larga solo hay experiencia.
Vosotros, las almas trabajadoras de la luz que alguna vez empleásteis estos métodos oscuros de opresión, con posterioridad os habéis juzgado a vosotros mismos muy severamente por vuestros actos. Incluso ahora, cargáis con un profundo sentimiento de culpa dentro, del cual sois parcialmente conscientes como el sentimiento de que no sois suficientemente buenos (cualquier cosa que hagáis), sentimiento éste que os váis inoculando de padres a hijos, generación tras generación. Este sentimiento se origina en una equivocación.
Es importante comprender que ‘trabajador de la luz’ no es algo que simplemente seáis o no. Es algo que llegáis a ser, cuando transitáis a través del viaje de experiencia; experimentando luz y oscuridad. Siendo luz y oscuridad. Si tuviéramos que nombraros, podríamos llamaros “almas crísticas”, en lugar de trabajadores de la luz.
¿Habéis alguna vez tenido la sensación de haber cometido un grave error, que paradójicamente haya cambiado las circunstancias de una manera inexplicablemente positiva? Pues algo similar sucedió como resultado de la interferencia galáctica con la tierra y la humanidad. En el proceso de imprimir las almas de la tierra con sus energías, las fuerzas galácticas en realidad crearon un gran crisol de fusión de influencias en la tierra. Se podría decir que los elementos combativos dentro de las diferentes ‘almas galácticas’ se implantaron dentro de la humanidad como una corriente de agua, forzando de este modo a los seres humanos a encontrar un modo de unirse entre ellos o de llevarlos a una coexistencia pacífica. Aunque esto complicó severamente el viaje de las almas terrestres, esto pudo finalmente crear la mejor oportunidad para una ruptura positiva, una salida de la situación paralizante a la que habían llegado los conflictos galácticos.
Recuerden, todas las cosas están interconectadas. Hay un nivel en el cual las almas terrestres y las almas galácticas son/fueron conducidas por el mismo propósito. Este es el nivel angélico. Cada alma es un ángel en el centro más profundo. (Hablaremos de esto en otro capítulo....) Al nivel angélico, tanto los guerreros galácticos como las almas terrestres consintieron en formar parte del drama cósmico bosquejado previamente.
La interferencia galáctica no solo ‘ayudó’ a que la tierra se convirtiese en el crisol de fusión que se tuvo la intención de que fuese (al nivel angélico). También marcó el comienzo de un nuevo tipo de conciencia dentro de los guerreros galácticos.
De maneras imprevistas, esto marco el final de la etapa del ego, el final de la madurez para ellos, y el comienzo de algo nuevo.
El final de la etapa del ego para los trabajadores de la luz
Las guerras intergalácticas habían alcanzado un punto muerto antes de que la tierra entre en juego. Cuando la batalla se reanudó en la tierra, ésta realmente se transportó a la tierra. Con esta transposición, algo comenzó a cambiar dentro de la conciencia galáctica. El tiempo de las guerras galácticas se terminó.
Aunque ellos permanecieron activamente involucrados con la humanidad y la tierra, las almas galácticas lentamente se retiraron al papel de observadores. En este papel, comenzaron a hacerse conscientes de una particular clase de cansancio dentro de su ser. Se sentían vacíos por dentro. Aunque la lucha y la batalla continuaban, esto no los fascinaba como alguna vez lo había hecho. Ellos comenzaron a hacerse preguntas filosóficas tales como: ¿cuál es el significado de mi vida, por qué estoy luchando todo el tiempo, realmente el poder me hace feliz? Haciéndose estas preguntas, su aburrimiento por la guerra se intensificó.
Los guerreros galácticos fueron gradualmente alcanzando el final de su etapa del ego. Ellos inconscientemente transportaron la energía del ego y la lucha por el poder a la tierra, un lugar que estaba energéticamente abierto a esta energía. Las almas humanas estaban en aquel tiempo justo comenzando a explorar la etapa de la conciencia del ego.
Dentro de la conciencia de los guerreros galácticos se creó un cierto espacio: el espacio para la duda, el espacio para la reflexión. Ellos entraron a una fase de transformación, la cual vamos a describir distinguiendo los siguientes pasos:
1. Estar insatisfechos con lo que la conciencia basada en el ego tiene para ofrecerles, anhelar ‘algo más’: el comienzo del final.
2. Comenzar a ser conscientes de los apegos a la conciencia basada en el ego, reconocer y liberar las emociones y pensamientos que van con ella: la mitad del final.
3. Permitir que mueran dentro de vosotros las viejas energías basadas en el ego, eliminando el capullo, siendo su nuevo ser: el final del final.
4. El despertar dentro de vosotros a la conciencia basada en el corazón, motivada por amor y libertad; ayudar a otros a hacer la transición.
Estos cuatro pasos marcan la transición desde la conciencia basada en el ego a la basada en el corazón. Por favor, recordad que tanto la tierra como la humanidad y los reinos galácticos, pasan a través de estos estadios, sólo que no simultáneamente.
El planeta tierra ahora está pasando por la etapa 3. Muchos de vosotros trabajadores de la luz también estáis pasando por la etapa 3, en sintonía con el proceso interno de la tierra. Algunos de vosotros aún estáis luchando con la etapa 2, y hay algunos que habéis llegado a la etapa 4, disfrutando las delicias de la alegría genuina y la inspiración.
Gran parte de la humanidad, sin embargo, no desea para nada dejar la conciencia basada en el ego. Ellos no han entrado todavía a la etapa 1 de la fase de transición. Esto no debe ser juzgado o criticado, ni tan siquiera considerarse algo por lo cual afligirse. Tratad de ver esto como un proceso natural, tal como el crecimiento de una planta. No juzgáis a una flor por ser un capullo en lugar de estar completamente florecida. Tratad de ver esto a la luz de esta perspectiva. Hacer juicios morales acerca de los efectos destructivos en vuestro mundo de la conciencia basada en el ego está basado en falta de intuición en las dinámicas espirituales. Más aún, esto debilita vuestra propia fuerza, ya que el enojo y la frustración que sentís a veces al ver vuestros noticieros o leer vuestros periódicos no puede ser transformado en algo constructivo. Esto solamente os agota y desciende vuestro propio nivel de vibración. Tratad de ver las cosas desde la distancia, desde una posición de confianza. Tratad de sentir intuitivamente las corrientes ocultas en la conciencia colectiva, las cosas que a duras penas leéis o escucháis en los medios.
No tiene sentido intentar cambiar las almas que aún están atrapadas en la realidad de la conciencia basada en el ego. Ellos no quieren vuestra ‘ayuda’, ya que todavía no están abiertos a las energías basadas en el corazón que ustedes – trabajadores de la luz- deseáis compartir con ellos. Aún cuando ellos parezcan necesitar vuestra ayuda, mientras no la soliciten no la necesitan. Es tan simple como eso.
Los trabajadores de la luz están constantemente inclinados a dar y ayudar, pero a menudo pierden su poder de discernimiento. Por favor, usad vuestro poder de discernimiento en esto, ya que el deseo de ayudar puede trágicamente llegar a ser la trampa para los trabajadores de la luz, algo que les impida completar realmente el paso 3 de la transición. (Discutiremos la noción de ‘ayudar’ más adelante en otro capítulo).
Ahora terminaremos nuestra descripción de los trabajadores de la luz al final de su etapa del ego. Como hemos dicho, en aquel tiempo pertenecíais al sistema estelar de las Pléyades y vosotros, como otros imperios galácticos, interfirísteis en la humanidad cuando tomó forma el ser humano moderno. Cuando comenzásteis a jugar más y más el papel de observadores, os cansásteis de luchar.
El poder que habíais ostentado por aquel largo tiempo, dio como resultado un tipo de dominación que aniquiló las cualidades únicas e individuales de aquél sobre quien ejercíais vuestra dominación. Por lo tanto, nada nuevo podía entrar en su realidad. Matásteis todo lo que era el ‘otro’. Esta forma de proceder hizo que tras un tiempo vuestra realidad fuese estática y predecible. Cuando os volvísteis conscientes del vacío generado por la lucha por el poder, vuestra conciencia se abrió a nuevas posibilidades. Surgió un anhelo por ‘algo más’. Habíais completado el paso 1 de la transición a la conciencia basada en el corazón. Las energías del ego, las cuales habían reinado libremente por eones de tiempo, se asentaron y permitieron un espacio para ‘algo más’. En vuestros corazones, despertó una nueva energía, como una delicada flor. Una sutil y tranquila voz comenzó a hablaros de ‘hogar’, un lugar que alguna vez conocísteis pero de la que habíais perdido el recuerdo a lo largo de vuestro camino. Sentísteis añoranza dentro de vosotros…
Exactamente igual que las almas terrestres, alguna vez habéis experimentado el estado oceánico de unidad, desde el cual cada alma nace. Vosotros evolucionásteis gradualmente desde este océano para convertiros en unidades individuales de conciencia. Como estas ‘pequeñas almas’, tuvísteis un gran entusiasmo por explorar, mientras que, paralelamente, cargábais con la dolorosa memoria interior de un paraíso que tuvísteis que dejar atrás. El Edén del que hablan las antiguas escrituras de muchas de vuestras civilizaciones.
Sumidos en la etapa de la conciencia influida por el ego, este dolor todavía permanecía dentro de vosotros. Lo que esencialmente tratáis de hacer es llenar este lugar vacío en vuestro corazón con poder y dominación, con aniquilación. El Ego es vuestra herramienta inconsciente. Buscásteis la plenitud jugando el juego de la lucha y la conquista en todos los órdenes de la vida. El estado de ignorancia necesitaba una cierta estructura que os otorgase una relativa cordura. ¿Cuántas veces habéis visto a una madre/padre, desesperada/o, abofetear a su hijo que no dejaba de llorar de forma incomprensible para ella, y a continuación espetarle: “ahora ya sé porqué lloras”?
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