En los capítulos previos de las Series de los Trabajadores de la Luz, hemos contado un relato más o menos cronológico sobre la historia y el desarrollo interior de las almas de los trabajadores de la luz. Esta historia puede darles la impresión de que os desarrolláis con el tiempo, desde un punto A hacia un punto B, desde la oscuridad a la luz, desde la ignorancia a la sabiduría. Y en un cierto modo, este es el caso.
Aún así en este capítulo final, deseamos dirigir vuestra atención hacia una perspectiva diferente, un modo diferente de observaros. Una perspectiva que os eleve fuera del tiempo, fuera de esta historia particular, y os haga saber de vuestra existencia fuera del tiempo, en otras palabras vuestra multidimensionalidad.
Hay una parte de vosotros que es completamente independiente del espacio y del tiempo. Esta parte es libre de acceder en cualquier momento a cualquier dimensión o area de experiencia que desee. Es libre de elegir la oscuridad o la luz en cualquier momento.
Desde vuestra perspectiva terrestre, viajáis desde un punto A hacia un punto B de un modo lineal. Por ejemplo, viajáis a través de las cuatro etapas del desarrollo interior que hemos discutido, paso por paso.
Sin embargo, desde una perspectiva sin tiempo, multidimensional, el vosotros real no se está desarrollando en el tiempo, es el uno quien está experimentando el desarrollo. El vosotros real no necesita desarrollarse. Admite esta experiencia por su propia libre elección. Esta elección está motivada por un conocimiento profundo del gran valor de experimentar la dualidad.
Desde la perspectiva de vuestro Ser espiritual, sin tiempo, vosotros son libres en todo momento de experimentar cualquier punto en la línea desde A pasando por B hasta Z. Podéis activar cualquier realidad de conciencia para vosotros mismos en cualquier momento, ya que la idea de que estáis atascados dentro de una cierta etapa en el desarrollo interior es en definitiva tan solo una ilusión.
La razón por la cual queremos dirigir vuestra atención hacia esta perspectiva, es que esto os puede ayudar a abriros paso através de las barreras interiores, a través del velo de ilusión que algunos llamás Maya y otros de Isis, y entrar en contacto directo con vuestro propio Ser de Luz: la energía del ángel que verdaderamente sois.
Para comprender esta perspectiva como un ángulo real desde el cual consideraros, es necesario que os expongamos la noción de tiempo.
Tiempo
En los niveles más altos de unidad, no hay tiempo. Este es el nivel del Espíritu, Dios, ser puro (ver capítulo previo). En este nivel, no hay desarrollo, no hay ‘llegar a ser’ sino solo ‘ser’.
En los niveles más bajos de unidad, en los cuales la separación se experimenta más fuertemente, se emplea una noción de tiempo falsa, lineal. Con ‘falsa’ quiero decir una noción de tiempo científica, abstracta que carece completamente de subjetividad y de contenido percibido. El tiempo, en este sentido, es una estructura objetiva externa a vosotros. El tiempo es algo contextualizado en vuestras experiencias como un marco externo.
Un ‘curriculum vitae’, por ejemplo, que enviáis cuando estáis solicitando un trabajo, a menudo consiste en la exposición linealmente objetiva de las circunstancias académicas experimentadas. En este año hice esto, en aquel año me gradué en tal escuela, etc. Enfatizáis el lado visible (cuándo, dónde, cuánto…), externo de las cosas. El lado interno de las cosas –la motivación, el significado, la subjetividad – es dejado de lado, puesto que a nadie parece interesar.
En los niveles energéticos entre la unidad y la separación, el tiempo es una realidad que ‘fluctúa’ con vuestra experiencia. El tiempo es una noción experimental; un modo de esculpir sobre la experiencia. En estos niveles, hay tiempo, pero no es algo independiente de o externo a vuestras experiencias.
Por ejemplo, en los planos astrales, a donde con frecuencia viajáis mientras dormís, y también después de que acaezca la “muerte”, no hay ‘tiempo de reloj’. El tiempo de reloj es el intento extremo de desvincular al tiempo de la subjetividad de vosotros y de vuestras experiencias. Es una gran ilusión. En los planos astrales, el tiempo es el ritmo de vuestras experiencias. Se acelera con la experiencia. A veces reposáis, a veces os encontráis con alguien, luego os estudiáis a vosotros mismos, etc. La conclusión y el inicio de etapas no está determinado por el tiempo de reloj –algo externo- sino por vuestro flujo interno de sentimientos, por aquello que os parece natural.
Este sentimiento natural del tiempo o ‘ritmo’ puede también ser parte de la vida terrestre.
La subjetividad o relatividad del tiempo, es decir, el hecho de que el tiempo pueda ser experimentado de maneras diferentes en varias circunstancias, os es familiar a todos vosotros. Afirmáis a veces que ‘el tiempo vuela’ cuando os lo estáis pasando bien, mientras que el tiempo parece no moverse cuando estáis en la sala de espera del odontólogo o en la cola en el supermercado.
El escéptico que alojáis en vuestro interior puede decir: “el tiempo se percibe como moviéndose lentamente, cuando las circunstancias experimentadas son negativas, mientras que el tiempo aparentemente va más rápido cuando las circunstancias son positivas. Pero la verdad es que el tiempo en si es siempre el mismo, haciendo tic-tac siempre con el mismo ritmo y cadencia. De este modo experimentamos las cosas.”
Esta es la llamada noción de tiempo de ‘estructura objetiva’, también denominada la “noción lineal de tiempo”, que proviene de una aproximación racionalista y científica al concepto de tiempo.
Pero imaginad que no hubiese relojes. Que no hubiese día y noche, ni influencias naturales como el sol, la luna y las mareas con los cuales medir el tiempo. Solamente entonces podríais confiar en vuestro propio sentido subjetivo del tiempo.
Y sin embargo vuestra forma objetiva de medir el tiempo -con el reloj- no está basada realmente en algo externo, sino que se trata del producto de vuestra mente humana, que desea y necesita dividir, clasificar y contabilizar en términos mensurables. La mente humana ha extraído un cierto orden en las cosas de los fenómenos naturales en la tierra. Pero ‘el tiempo en si’, como factor independiente de lo humano, no existe. Es una ilusión, consecuencia de un tipo de conciencia que está atrapada en la creencia de la separación.
El tiempo es esencialmente subjetivo. El tiempo es un modo de esculpir sobre la experiencia, con la intención de que podáis haceros una idea de ella. Por ejemplo, decís de alguien: “es un alma vieja”. ¿Realmente pensáis en el número de años transcurridos o tiempos de vida cuando os referís de ese modo a su vejez? ¿O a caso lo definís como ‘anciano’ porque ese alguien expresa ciertas cualidades, tales como sabiduría, equilibrio interno y serenidad? Reflexionad. La referencia al tiempo en la frase ‘alma vieja’ se refiere realmente a la experiencia acumulada.
El tiempo, en el sentido total de la palabra, es la “proceso de llegar a ser” en los niveles interiores. Este puede ser un concepto útil en cuanto os ayude a articular el ritmo natural o flujo de las cosas. Pero cuando es concebido como algo objetivo, detenido en vosotros, tiende a limitaros y distraeros.
No estáis limitados a una línea de tiempo particular. No sois seres lineales. Hay niveles de vuestro ser que están fuera del marco de tiempo que actualmente estáis experimentando. Es sobre este aspecto de vosotros mismos, vuestra multidimensionalidad, sobre lo que deseamos reclamar vuestra atención ahora.
Multidimensionalidad
De acuerdo a la noción lineal de tiempo, no podéis estar presentes en más de un lugar al mismo tiempo. Por ‘vosotros’, el concepto lineal se refiere a vuestro cuerpo, vuestro cerebro y vuestra conciencia que de algún modo está ‘atada’ a vuestro cuerpo/mente. (La ciencia aún no puede explicar exactamente cómo el cuerpo y la conciencia están “atados”, pero ésta sostiene –generalmente- que la conciencia no puede existir sin un cuerpo físico).
De acuerdo al concepto de tiempo subjetivo, “total”, vuestro estáis presentes donde mora vuestra consciencia. Allá donde estéis, en tiempo y espacio, está determinado por el foco de vuestra consciencia, no por la ubicación de vuestro cuerpo.
Por ejemplo: vosotros estáis en la estación, esperando la llegada del tren. Falta aún un poco de tiempo, por lo que os sentáis y os quedáis con la mirada fija por un tiempo y no os dáis cuenta de que, quedándoos absortos, accedéis a un estado de conciencia levemente alterado. Estáis quizá pensando en alguien con quien estuvísteis hablando ayer. Recordáis aquella conversación fácilmente y vívidamente y recordáis el impacto que os causó. Estáis reviviendo ciertos aspectos de aquella conversación, trayéndola desde el pasado hacia vuestro momento del Ahora. Lo que realmente estáis haciendo es viajar al pasado visitando otra vez las energías que se manifestaron en aquel ‘momento’. Vuestras energías del Ahora interactúan con las energías del Pasado, creando posiblemente cambios en vuestra experiencia de aquel momento, y alterando así el ‘pasado’. Y no queremos decir que alteréis algún factor físico, sino que envolvéis aquellas energías con una interpretación o perspectiva diferente. Quizá os arrepentís de vuestros actos, quizá os duelan ahora palabras que entonces os fueron dirigidas pero que entonces no modificaron vuestro ánimo. Al alterar, así, el contenido percibido de un cierto evento pasado, como quiera que sea, en algún sentido estáis alterando el evento para con vosotros mismos.
Reflexionad, tan solo con este ejemplo.
Tuvísteis una conversación con alguien, quien realmente se sintió ofendido por una observación vuestra, que realmente no albergaba para nada una intención crítica. La otra persona con la que estuvieron hablando comenzó a reprenderlos y luego se marchó. A su vez, vosotros os sentísteis ofendidos por la respuesta, sintiendo incomprensión, enojo y sobresalto al mismo tiempo. Después de llegar a casa, continuásteis turbados durante algunas horas, pero luego dejásteis pasar esa emoción encontrada y pudísteis, a pesar de todo, disfrutar de ‘un buen momento’ en compañía de un hijo/padre…. A la mañana siguiente, en la misma estación, tuvísteis que esperar vuestro tren y, repentinamente, recordásteis esa conversación particular, aquella en la cual las cosas se pusieron mal sorpresivamente. Ahora observáis de nuevo desde una perspectiva diferente, y súbitamente os dáis cuenta de por qué aquella persona se sintió tan ofendida por vuestra observación. Recordáis algunos hechos de vuestro pasado que simplemente habíais olvidado antes de tener aquella conversación. Ahora podéis ver vuestra reacción emocional bajo una luz totalmente diferente, en la distancia, como no teniendo nada que ver con vosotros. Y os dáis cuenta de que no fuísteis vosotros los que causásteis la herida con vuestro comentario aparentemente desubicado; tan sólo habíais revuelto en una vieja herida alojada dentro de esa persona. Esta perspectiva pone en movimiento una respuesta emocional diferente dentro de vosotros. Sentís finalmente una especie de alivio interior, y sí…comprensión…perdón. “Oh, ya veo….. ahora entiendo…. Pobre amigo.”
En ese momento, estáis recreando el pasado. Lo estáis cubriendo con una interpretación diferente y ecuánime de los hechos, que reemplaza a vuestra interpretación inicial del suceso. Para ser claro, esto no significa que la respuesta inicial no sucediera –eso es innegable–, sino que las energías manifestadas entonces de enojo, sobresalto e incomprensión han sido transformadas ahora en comprensión y perdón. Ha tenido lugar una “alquimia espiritual” debido a la interacción entre pasado y presente.
Realmente, los hechos físicos no son tan importantes. Es el contenido percibido de una situación, su reacción energética frente a ella, lo que realmente determina vuestra vida y vuestra realidad. De este modo, podemos decir correctamente que podéis en verdad alterar el pasado viajando a través del tiempo hacia las energías del pasado que aún necesitan resolución.
Mientras estáis sentados en la estación, dirigiendo vuestro viaje en el tiempo, hay alguna capa de vuestra conciencia aún presente en vuestro cuerpo. Podéis sentir ‘en el fondo de vuestra mente’ que vuestras manos se están poniendo frías o que algunos jóvenes situados físicamente detrás de vosotros están hablando fuerte. La conciencia es capaz de dividirse a si misma. Puede estar en lugares diferentes al mismo tiempo, queriendo decir que la conciencia puede morar en diferentes realidades energéticas al mismo tiempo. Es como cuando habiendo conducido la ruta habitual, arribáis al destino sin ser muy conscientes de cómo ha sucedido.
Este es el significado de la multidimensionalidad. Vuestra conciencia no está limitada al espacio y al tiempo. Aunque tengáis un acuerdo básico, durante vuestro tiempo de vida en la tierra, de que alguna parte de vuestra conciencia está siempre conectada con vuestro cuerpo físico, vuestra conciencia sin embargo no está limitada a un punto específico en el tiempo. No estáis limitados por el pasado o por el futuro, porque estos factores no están fijos. Son campos ‘líquidos’ de experiencia, y por ello son alterables, por lo que estáis capacitados para interactuar con ellos desde el Ahora.
Vuestra conciencia es multi-dimensional incluso cuando pensáis que estáis prisioneros dentro del cuerpo físico. ¿Conocéis la expresión: “anclado en el pasado”? Alguien no puede dejar ir el pasado y su conciencia está llena de experiencias pasadas y con emociones tales como arrepentimiento, remordimiento o simplemente aflicción. Esta persona ‘no está aquí’, en el ahora. Ella está literalmente en el pasado. Ella está, como en el ejemplo anterior, interactuando con el pasado desde el momento actual, pero no de un modo liberador, alquímico. Su cuerpo está presente en el aquí y ahora, y ella está detenida en el pasado. El tiempo para ella permanece quieto, mientras el reloj hace tic-tac y mide semanas y meses progresivamente. Esto porque ella no se mueve experimentalmente. Ella no fluye con el proceso natural de vivir y experimentar.
Este es un ejemplo de multidimensionalidad. Incluso cuando os limitáis a vosotros mismos a tal foco estrecho de conciencia, estáis siendo multidimensionales. Con lo cual quiero decir que multidimensional no es algo que se ‘llega a ser’, es algo que sois. Está en vuestra naturaleza, es vuestro estado natural de ser.
La verdadera cuestión es: ¿cómo podéis ser multidimensionales de una forma liberadora y transformadora? ¿Cómo podéis emplear vuestra multidimensionalidad de tal manera que podáis moveros libremente a través de las dimensiones y no perder contacto con vuestro espíritu divino? Siendo multidimensionales desde un lugar de sabiduría y conciencia: este es vuestro destino espiritual. Es vuestro destino ser creadores totalmente conscientes, multidimensionales.
Ser conscientemente multidimensional significa que liberáis la ilusión del tiempo lineal, liberáis la noción errónea de que no sois otra cosa más que vuestro cuerpo físico.
Ser conscientemente multidimensional es identificarse a uno mismo con el espíritu (Dios) interior que es absolutamente libre de acceder a cualquier realidad de experiencia (= dimensión) en la que elija manifestarse.
Ser conscientemente multidimensional es una parte esencial de la realidad de la Nueva Tierra.
La razón por la cual todavía renegáis del concepto de multi-dimensionalidad, es porque ustedes concebís el ‘estar en dos lugares diferentes al mismo tiempo’ en una forma física. Vuestros cuerpos físicos no pueden estar en dos lugares físicos al mismo tiempo. Sin embargo, las dimensiones no son lugares físicos, no son como quien dice ‘pedazos de materia’. Las dimensiones son reinos de conciencia, esferas de conciencia que se atienen a ciertas leyes (energéticas).
Vuestra conciencia puede alimentarse de diferentes dimensiones al mismo tiempo. Esto sucede AHORA.
Hay realidades del pasado, del futuro, de los planos astrales, de vidas pasadas, del ángel dentro de vosotros, e incluso más, que se interceptan y encuentran dentro de Vosotros justo aquí, justo ahora. SOIS multidimensionales ahora, ¿pero lo sois de una manera consciente? ¿Permitís que las dimensiones fluyan dentro y fuera de vosotros?, ¿aceptáis lo que las energías os traen y podéis reconocerlas como propias? De eso se trata…
Vosotros interactuáis constantemente con las otras dimensiones de las cuales sois parte todo el tiempo, pero si lo hacéis de una manera consciente y receptiva, estáis realmente transformando aquellas realidades dimensionales. Abrazando energías estancadas o reprimidas de aquellas dimensiones, y exponiéndolas a la Luz de vuestra conciencia, liberáis e integráis partes de vuestro Ser y cambiáis vuestro presente.
Muchos reinos de conciencia se encuentran dentro de vosotros y sois esencialmente los Maestros que eligen experimentar cualquiera de esos reinos. Sois definitivamente libres de viajar a través de ellos, rápido o lento, lejos o cerca. Tan pronto como os identifiquéis con el Espíritu que habita en vuestro interior, mantendréis la conciencia de que sois libres.
Pero en cuanto os estancáis en pensamientos de limitación, sosteniendo creencias tales como “esto no es posible”, “esto no está permitido”, “esto saldrá mal”, etcétera, os volvéis a sumergir en la ilusión de estar separados del todo. Quedáis atrapados en la ilusión del tiempo lineal, la ilusión de que sois un cuerpo, la ilusión de que estáis separados de Dios. De este modo, el alma queda temporalmente ‘atada’ a ciertos reinos de experiencia. Y el alma olvida sus verdaderos orígenes, su divinidad y su libertad.
Este estar atrapado o ‘atado’ también es denominado rueda del ‘karma’.
Llegar a estar ‘libres’ o sueltos, a menudo procede a lo largo de un número de pasos o estadios a lo que vosotros llamáis ‘crecimiento interior’. Desde el punto de vista humano (lineal), estáis ‘liberando karma’ y lentamente os estáis transformando a vosotros mismos de acuerdo a las cuatro etapas del desarrollo interior que hemos descrito en estas Series de Trabajadores de la Luz. Desde el punto de vista del Espíritu, sin embargo, estáis simplemente recuperando las fuerzas de vuestro estado natural de divina consciencia. Desde este punto de vista, liberar karma no es nada más que recordar la propia divinidad.
Tu Ser de Luz
Muchas dimensiones, muchos reinos de conciencia, vienen juntos dentro de vosotros. Y realmente sois los maestros, los creadores de todo el campo de dimensiones. Sois una estrella con muchos rayos, una conciencia de alma con muchas manifestaciones. Y sois libres de activar cualquier realidad que elijáis.
Si descartáis la idea de tiempo lineal –o cronología lo si preferís– os permitís a vosotros mismos creer que el pasado o el futuro no os determinan. Entonces podéis sentiros estando en el centro de un campo vibrante de dimensiones, todas emanando de una fuente divina, desprovista tiempo: vosotros.
Imaginaos a vosotros mismos en el centro de estas realidades, de todas estas posibilidades, y luego elegid una que traiga la mayor Luz para vosotros.
Elegid el rayo más brillante, más amoroso en el campo, y ahora, por un momento, id dentro de él y sentid cómo es SER ese rayo.
Este es vuestro Ser de Luz.
Esta es la parte de vosotros que más se parece a Dios.
Tradicionalmente, los seres más cercanos a Dios son llamados arcángeles.
Y eso es lo que ustedes son, en esta dimensión, justo ahora.
Realmente sois arcángeles.
Los arcángeles son seres que están muy cerca de la Fuente/Espíritu/Dios, pero que no son completamente uno con él. Están a un paso de la conciencia absoluta, es decir Seres puros sin diferenciación, identidad o individualidad.
Los arcángeles tienen una clase de individualidad. Hay singularidad en todos ellos. Puede decirse que un arcángel tiene ciertas características. Uno no puede decir esto de Dios o la Fuente. Dios es Todo y Nada a la vez. Debido a esto, los arcángeles han accedido al ‘reino de la separación’, el reino de ‘Yo versus el Otro’. El reino de la dualidad, de los opuestos. Y son, si bien ligeramente, parte de la dualidad.
Un arcángel es un aspecto de Dios que se ha manifestado a sí mismo como un Ser particular, una Forma particular. El filósofo griego Platón llamó a esto una Idea, lo cual –en nuestros términos– es una realidad energética básica o ‘arquetípica’ que trasciende el mundo físico. Los arcángeles son en ese sentido Ideas platónicas. Existe un arcángel (Idea) de Amor, de Verdad, de Bondad, etcétera, cada uno personificando la energía de un aspecto particular de Dios. Los arcángeles no son tanto personas como campos de energía con un sabor característico.
¿Por qué el Espíritu o Dios exterioriza aspectos de Él mismo de este modo?
Fue por la alegría de sentirse creativo/a que el/ella hizo esto.
Las energías del arcángel son una expresión de la inagotable alegría creativa.
Los arcángeles no están fuera de Dios. Nada está fuera de Dios. Dios está en todo. Dios está presente en todas las energías creadas como el “aspecto Espiritual”. Este aspecto es lo que hace a todas estas energías UNO.
Lo que separa a un ser de otro, lo que lo hace diferente y único es el “aspecto del alma”. El aspecto del alma incluye la individualidad de un ser.
Todos los seres creados que tienen individualidad son verdaderamente una mezcla de Espíritu y Alma, de conciencia (espíritu) y experiencia (alma).
La creación es una danza de Espíritu y Alma.
Los arcángeles son, como quien dice, los niños primogénitos nacidos de Dios. No “primeros” en un sentido cronológico sino como consecuencia de estar ‘muy cercanos a Dios’. Ellos llevan una profunda conciencia interior de su divinidad (el “aspecto Espiritual”). Los humanos perciben a los arcángeles como una Luz brillante y pura.
Existen diferentes arcángeles. Cada arcángel emana energía como rayos de luz desde un sol. Al emitir estos rayos más y más lejos, el arcángel entra en contacto con espacios desconocidos, con reinos de experiencia que son nuevos para él. La energía del arcángel llega a estar fuera de alcance y en este movimiento espontáneo, creativo, se encuentra casualmente con aquello que es diferente a él (el otro), con lo que no es Luz, sino Oscuridad. Oscuridad precisamente aquí significa: la parte más lejanamente separada de la Unidad/Espíritu – la parte más alejada, dirigida a los reinos de la individualidad.
Dios/el Espíritu no es Luz ni Oscuridad. No es calor ni frio. Noche o Día. Dios simplemente ES. Dios está desprovisto de opuestos y a la vez lo abarca todo. Los arcángeles son seres de Luz. Al crear Luz, Dios también creó Oscuridad. Esto es simplemente porque los arcángeles están en la dimensión de la dualidad, fuera de la Unidadpor lo que ‘poseen’ un sentido de su individualidad. La creación del ser de Luz (el ángel) trajo consigo la creación del ser Oscuro, la parte del Ser donde la Luz está ausente. Y en esta polaridad/dualismo hay belleza. No hay un corazón bombeando, si no hay sístole y diástole. Y sin corazón no hay vida en la Tierra. Del mismo modo la polaridad constituye la misma dinámica de la creación.
Dios, la esencia pura, la misma conciencia en estado primigenio y eterno, anhelaba experimentar y este proceso de experimentar la obtiene a través del universo creado, a través de su presencia en sus aspectos de luz y de oscuridad.
Lo que los arcángeles iban a experimentar, después de haber accedido al reino de la dualidad, Dios no lo sabía. Esto es lo que el espíritu anhelaba: no CONOCER todo, sino experimentar algo nuevo.
Al dar un paso fuera de la Unidad, los arcángeles entraron a un espacio vacío, un espacio de potencialidad, un espacio de posibilidades inagotables.
Los arcángeles descubrieron que ellos podían manifestarse de múltiples modos, crear muchas formas, y vivir en ellas. Cada forma en la que habitáis como seres conscientes tiene una cierta óptica o perspectiva, una potencialidad que permite que una ‘conciencia sin forma’ experimente cosas de maneras específicas. Todo el proceso de los arcángeles aventurándose afuera en busca de experiencias puede ser descrito como una inmensa cascada de luz centellante.
La energía de los arcángeles salió, pues, a borbotones de la Fuente/Dios como un flujo masivo de agua brillante, chispeante, yendo en todas direcciones. Dentro de esta enorme corriente de agua, pequeños flujos se separaron, dividiéndose incluso en corrientes más pequeñas, hasta que fueron pequeñas gotas de luz líquida. Estas gotas pueden ser comparadas con unidades individuales de conciencia, cada una con su propia serie de experiencias.
¡La danza del Espíritu y el Alma había comenzado!
Las unidades individuales de conciencia, que nosotros llamamos almas, siguieron su viaje. Ellas llevaban profundamente dentro la energía del Espíritu o de la Fuente, así como también la energía del arcángel de la cual emergieron. Pero, a medida que viajaban más y más lejos, estas almas llegaron a experimentar que era posible olvidar sus orígenes, olvidar su divinidad y llegar a perderse en la oscuridad y la ilusión.
Esta polaridad de oscuridad y luz podía experimentarse mejor como un ser humano, viviendo en el amado planeta que llamáis La Tierra.
Cuando describimos el proceso de los arcángeles emanando desde la Fuente y eventualmente volviéndose un ser humano, parece que estamos contando una historia de forma cronológica o temporalmente lineal. Pero esto no es así. La emanación o cascada de energía desde Dios está sucediendo justamente Ahora. Este relato os cuenta acerca de las identidades que están disponibles para vosotros Ahora, no quienes fuisteis en un pasado distante. En este preciso momento, hay una capa de energía de arcángel pura dentro de vosotros que estáis leyendo estas palabras, una capa de Luz pura. Y también hay capas de confusión y miedo dentro de vosotros. Pero la buena noticia es que podéis elegir, en cualquier momento, ser el ser de Luz, el ángel que albergáis. Todo esto no es algo que necesitéis desarrollar, es simplemente una parte de quienes sois que puede ser recordada o reactivada.
Es importante darse cuenta de que no necesitáis admirar a maestros espirituales, guías, gurús o ángeles. No existe ninguna autoridad sobre vosotros. Estáis entre los ‘primogénitos’, sentados próximos al trono de Dios. Vosotros mismos sois Dios y ángel.
La forma más fácil de entrar en contacto con vuestro ser de Luz es conectándoos con la capa de pura conciencia, puro Espíritu en vuestro interior. Esto se realiza guardando silencio, tanto silencio externo como interno. El silencio que entonces experimentáis en verdad está siempre presente en vosotros; solo ttenéis que llegar a ser conscientes de él.
Cuando estáis conectados con el silencio –esa dimensión de eternidad dentro de vosotros– podéis sentir el deseo de experiomentar el Espíritu. Este es el anhelo que originó el nacimiento de vuestro ser de Luz.
El alma experimenta la mayor alegría en la interacción entre el Espíritu y la experiencia, la interacción entre la divinidad y la humanidad. Éste es el secreto del universo.
Cuando sois pura y exclusivamente Espíritu, vuestra realidad es estática. Nada cambia. La experiencia y el movimiento, generadores de sabiduría, sólo aparecen cuando se establece una relación con algo externo a vuestro Espíritu. Cuando sentís algo más allá de vosotros mismos, se produce una invitación a explorar, a sentir, a descubrir. Pero para experimentar algo más allá de vosotros, necesitáis saliros de la Unidad absoluta, quedar fuera de Dios/Espíritu. Es entonces cuando pasáis a convertiros en un alma individual. Sois un alma única, con un pie en el reino de lo Absoluto y un pie en el reino de lo Relativo (=dualidad).
En vuestras exploraciones en la relatividad (dualidad), podéis ir tan lejos del Hogar que perdéis contacto con el elemento de Espíritu dentro de vosotros. Entonces vuestra alma se pierde experimentando la ilusión del miedo y la separación.
La mayor alegría posible sucede cuando formáis parte del reino de la Experiencia, permaneciendo, al mismo tiempo, conectados con el Espíritu, con el Hogar. La interacción equilibrada entre el Espíritu y el Alma es la fuente de mayor creatividad y Amor.
Desde esta perspectiva, vosotros lo sois todo en vuestro camino para hallar el equilibrio correcto entre la Unidad absoluta y ser un alma individual. Aquellos de entre vosotros que sois Trabajadores de la Luz, estáis a presente trabajando hacia una mayor conciencia de vuestra Unidad con el Espíritu. Ellos han viajado dentro de la dualidad por mucho tiempo, y ellos, por ej. tú, mi querido lector, estáis listos para regresar al Hogar. No, sin embargo, a un Hogar estático de Pura Unidad, sino a una realidad dinámica, creativa de humanos divinos, multidimensionales, cuya experiencia estará llena de alegría y Luz.
Este es el final de las series de los Trabajadores de la Luz. En todos aquellos que lean esto, hay una intensa añoranza por el Hogar y una profunda determinación para cumplir sus deseos más profundos. Mantengan sus anhelos y deseos vivos, y confíen en ellos, porque ellos los llevarán al Hogar.
Con mi más profundo Amor,
Jeshua
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