Buscar este blog

sábado, 9 de febrero de 2019

Unidad en la diversidad

-Una de las mayores mentiras que orbitan este mundo es la confusa idea de la vulnerabilidad de las minorías.
-¿Acaso no son vulnerables?
-Lo son cuando no terminan de totalizarse.
-No estoy de acuerdo. Las mayorías dan pie a los totalitarismos. Y el totalitarismo es la dictadura de unos pocos y grandes sobre unos muchos y pequeños.
-Es cierto, eso es totalitarismo. Por cierto, estás negando que las minorías puedan fundirse con las mayorías...De todos modos yo no me refería al totalitarismo, que es un invento del hombre como todos los ISMOS, sino a la Totalidad, que es la casa de Dios, es decir la tuya, pues eres su Hijo.
-Pongamos que es cierto. Si lo soy yo, entonces tu...?
-También.
-Entonces somos los hijos, no El Hijo.
-Ahí está el quid de la cuestión. Dije eres el Hijo, porque ambos (todos) SOMOS EL HIJO. La Totalidad solo es posible en la Unidad. Y la Unidad solo es posible si vedaderamente somos iguales, si verdaderamente smos Uno y el mismo Hijo d Dios.
-Pero entonces, nuestros aspectos diversos...?
-Tu lo has dicho, nuestros ASPECTOS. Nuestras facetas, nuestros disfraces... las fiestas de disfraces tradicionalmente tenían lugar en salas poco iluminadas, para que la mascarada fuera más efectiva y las identidaes pudieras solaparse. Pero la Unidad es la luz. La dualidad, el enfrentamiento, es el guión que se despliega en las penumbras del sinsentido. La única nota discordante es tu empeño por no formar parte de ella de la Unión, por no verla, por no unirte a la Totalidad. Y no la haces porque la consideras amenazante...
La claridad solo se asienta en la Totalidad, en el común acuerdo.
-Estoy de acuerdo en que la meta es que todos estemos de acuerdo, pero, ¿en qué?
-Bueno, solo podemos estar de acuerdo en lo que ya nos une, sin distinción de razas, iglesias, sin distinción de sexos genéticos...algo que nos es común más allá de lo que innegablemente percibimos como efímero y pasajero. Lo que nos es común más allá del tiempo si me apuras, pues el tiempo es la idea que confiere transitoriedad a lo que afirmamos que nos diferencia..
-¿te refieres a la eternidad?
-Buen alumno eres. Efectivamente la idea de eternidad está íntimamente ligada a la abundancia, pues si efectivamente somos eternos, nunca puede faltar de nada, pues la nada no existe. Por tanto Todo es lo que hay. Es decir, permanentemente suficiente. Y si lo mucho es el hogar de la no violencia, de la paz, de la abundancia, lo poco,sin duda que es el reducto de la carencia, del sufrimiento, de las guerras, de la...muerte. Si en lugar de trabajar en pos de la mayoría te adhieres a lo minoritario estás socavando la cohesión del Todo, eres agente de la división. 
-Pongamos que estoy de acuerdo en eso. ¿Por qué iba yo a querer hacer eso, a destruir lo que me beneficia?
-Solo podrías hacerlo por un motivo: tener pendiente una cuenta con tu pasado. Eres esclavo de tu ira. Eso es lo único que te distraería del eterno presente.
-Reconozco que vivo empantanado en recuerdos tormentosos, de los que no siempre soy consciente, recuerdos que inspiran, en el mejor de los casos, melancolía. Pero a veces me empujan a la ira y me entran ganas de condenar...
-...sobretodo si te sientes incitado a ello, verdad?
-Si. hay circunstancias que considero injustas ahora y me atrapan en emociones que...no me son propias. Pero no puedo evitar apropiarmelas. Las injusticias me pueden. Me siento empujado a corregirlas...y a la vez impotente ante los hechos. Es tan frustrante!!
-Empieza por des(a)pegarte de las emociones que esas circunstancias te contagian. 
-Como?
-Sácalas. Expúlsalas fuera, exprésalas. Sientes enfado? manifiéstalo.
-ya lo hago! voy a manifestaciones multitudinarias cada fin de semana...pero..
-...pero en vez de sentirte mejor te sientes peor, verdad?
-Sí! 
-Entonces será que el contexto de la manifestación es erroneo. Prueba a sacar esas emociones en la intimidad.
-Pero entonces me sentiré desprotegido! En medio de una multitud por lo menos no me siento desamparado!
-En serio? Acabas de confesar que te sientes peor entre una multitud. Prueba a hacerlo en "soledad" y permítete experimentar la liberación sin necesidad de desestabilizantes testigos. El único testigo que precisas es Aquél que te confirma que eres eterno esa Chispa Divina de la que tantas veces hablas y te gusta presumir. Lleva esa creencia a la práctica. Demuestra a tus semejantes que el amor está dentro de ti y que destapando toda la basura aliena es posible darle carta de identidad a lo que "en el fondo", debajo de toda la basura, ERES, siempre fuiste y siempre serás.

Finalmente te darás cuenta de que el amor es lo único que permite ser, el amor es la Fuente de la esencia. 
-¿Qué me impide saldar mi memoria? ¿qué me aferra a los recuerdos?
-Solo puedes permanecer esclavizado si vives reclamando viejas deudas. El apego a lo transitorio, a lo falso, a lo que es MENTIRA se aferra, atrapa, esclaviza juzga y condena. Has aprendido a desconfiar. Estás fragmentado porque crees en las mentiras. Porque sigues confiando en los mentirosos. Y claro, te aferras a la idea de la muerte, la creencia en tu futura desintegración. Tu desintegración es la sopa boba en la que has aprendido a sobrevivir. Y te has apegado a la idea de sobrevivir.
Te gusta ser un outsider, presumes de estar loco, te vanaglorias de ser distinto, diferente, diverso, porque te crees ESPECIAL entre la multitud. Por supuesto que no eres consciente de ello y te confundes entre la idolatría generalizada por la diversidad. Tu mismo has mantenido oculta tu pertenencia a la Unidad en la Totalidad para que no interfiriera en tu consciencia alterada. Lo enterraste en el fondo de ella, pero palpita allí, a la espera de un estrado donde declarar que ERES EL HIJO DE DIOS. Tienes miedo de manifestar tu Filiación porque estás convecido que la Paternidad es la fuente del dolor. No te crees Hijo de Dios porque te has convencido de que Dios es aterrador. ransportas esa negación al presente, empantanándolo con inconexos recuerdos emocionales pasados que en su momento no cuadraron en la balanza. Y como nadie se ofrece a ser testigo sincero de tu sufrimiento, vas acumulando balances descuadrados y justificando así la perversa cronología generacional, el paso del tiempo, creyendo en el karma, trnsmitiendo la pesada losa a tus "hijos" (esos hermanos que te toman el testigo cuando decides bajar los brazos) en la esperanza de que ellos resuelvan por ti un día lo que dejaste pendiente de perdonar, como la giba de un camello. No hace falta chupar la sangre para ser vampiro, basta con reclutar una turba de desconsolados y aupar a los más resentidos de entre ellos al liderazgo de los movimientos minoritarios. Y desde ahí desestabilizar permanentemente a la Totalidad para que no llegue a fraguarse.