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miércoles, 14 de diciembre de 2011

La herencia de la Atlántida (III)


La Atlántida – la segunda caída en la Experiencia

(viene de parte II


La Atlántida fue una civilización que se extiende mucho más atrás en el tiempo que la era histórica que os es familiar y de la que conserváis ciertos registros escritos. La Atlántida se originó gradualmente hace unos 100.000 de vuestros años y llegó a su fin alrededor de 12.500 años atrás. Los primeros comienzos incluso van más allá de los 100.000 años. La Atlántida evolucionó gradualmente cuando varias razas extraterrestres comenzaron a ‘inmiscuirse’ en la Tierra al encarnarse realmente en cuerpos humanos. Estas almas en general tenían un elevado nivel de desarrollo mental. En aquel tiempo, las sociedades y las comunidades en la Tierra estaban compuestas por almas Terrestres, y eran ‘sociedades primitivas (prehistóricas)’ como las llamáis.


Hubo, incluso antes de la Atlántida, muchas influencias extraterrestres en la Tierra, de reinos galácticos que de diversas maneras enviaban formas de pensamiento a la Tierra. Las formas de pensamiento son energías que se conectan a los humanos al nivel etérico o áurico, y así influencian los pensamientos y las emociones de las personas. Esto sucede continuamente cuando absorbéis ideas y formas de pensar de creencias acerca de vuestra educación y de vuestra sociedad, pensamientos que os acaban rodeando como una red infecciosa. Pero también puede suceder desde los ‘niveles astrales’ que os rodean. Las formas de pensamiento proyectadas sobre vosotros por los guerreros galácticos fueron en general controladoras y manipuladoras, pero siempre ha habido también influencias de luz y de bondad. Es el humano mismo quien decide qué permite y qué no tolera. En un cierto momento, los bandos galácticos desearon ejercer una influencia más profunda en la Tierra y ellos crearon la oportunidad de habitar cuerpos humanos, en resumen para encarnarse en la Tierra. Vuestros textos bíblicos (Genesis 1:26) lo reflejan claramente...


Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y ejerza dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra.


El Espíritu de la Vida les ofreció esta posibilidad porque se ajustaba a su camino interior de desarrollo evolutivo. Vosotros fuisteis uno de estos bandos. En vuestra literatura espiritual, a la gente que proviene de estos reinos galácticos a menudo se las denomina ‘gente de las estrellas’ o ‘semillas estelares’.


La Atlántida fue pues el resultado de una reunión, una mezcla de las sociedades Terrestres nativas y la afluencia de almas que venían ‘desde afuera’. Vosotros, la ola de las almas trabajadoras de la luz, os encarnásteis en la Tierra porque deseábais generar cambio y progreso y porque queríais crecer, desde una antigua conciencia basada en el ego a una conciencia basada en el corazón. Es importante que sintáis la dimensión de esta epopeya y relativicéis el tiempo cronológico transcurrido para poder imbuiros de vuestra magnífica historia y el papel que habéis jugado en ella.


Cuando llegásteis, os sentíais muy torpes e incómodos al comienzo, por el hecho de alojaros dentro de cuerpos humanos físicos. Vivir en tal materia física densa os daba una sensación de opresión y de aprisionamiento, ya que estábais acostumbrados a alojaros en cuerpos mucho más fluidos y volátiles, capaces de canalizar más poder psíquico. En las frecuencias o dimensiones superiores (menos materiales o densas), la psiquis tiene una influencia directa mucho más grande sobre el entorno material. Simplemente pensando en, o deseando algo, ese algo puede ser creado o atraído inmediatamente hacia vosostros en dichos planos. Vuestras mentes estaban acostumbradas pues a crear de manera mucho más rápida de lo que era posible en la Tierra. Podríais decir que el tiempo de reacción en la Tierra entre la causa de una acción y su efecto es mucho más lento. Entonces cuando estáis aquí por primera vez tenéis la sensación de que de algún modo estáis atrapados dentro de un cuerpo sólido y rígido y os sentís inseguros, pues vuestro deseo y aspiración ya no se materializa tan fácilmente y vuestra vida y las circunstancias que la rodean se muestran muy limitantes.


Estábais pues confundidos cuando llegásteis aquí. Al mismo tiempo, teníais habilidades mentales altamente entrenadas que fueron desarrolladas durante vuestras vidas galácticas anteriores. Enviar formas de pensamiento y proyectarlas hacia otros seres vivos, requiere un alto dominio del poder psíquico. Vuestra mente era como una serie de cuchillos afilados, los cuales tenían que probar su valor en un ambiente completamente diferente. Las capacidades mentales entrenadas eran un viejo logro, y debido a esta inevitable sensación de alienación y de opresión que experimentábais en la Tierra, instintivamente tratásteis de hallar vuestro camino aquí usando ese viejo logro. Así comenzásteis a ejercitar vuestros acostumbrados poderes mentales en la Tierra. Originalmente, vuestra intención había sido conectaros con la realidad de la Tierra desde el corazón. Antes de encarnaros, sabíais eso, a pesar de vuestros formidables poderes analíticos y psíquicos, los campos de vuestro corazón estaban en barbecho y necesitaban semillas, pequeñas plántulas de luz. Esto, sin embargo, lo ‘olvidásteis’ cuando os zambullísteis en la realidad de la Tierra y vuestra consciencia se veló.   


En la Tierra, tuvísteis que tratar con las almas Terrestres, quienes vivían ahí como seres humanos, y vosotros no los comprendíais bien a ellos. Pensábais que ellos eran seres primitivos y bárbaros. No comprendíais su modo directo y espontáneo de expresar emociones. Ellos eran primitivos a vuestros ojos, ellos estaban más sintonizados con sus emociones e instintos que con sus mentes. Vosotros poseíais habilidades y facultades que eran diferentes a las inclinaciones naturales de la gente de la Tierra.


Aunque vosotros frecuentemente nacíais y erais criados como sus hijos (cuando nacíais de padres de alma Terrestre) gradualmente se desarrolló una linea divisoria social entre vosotros y ellos. Debido a vuestras habilidades mentales superiores, vosotros desarrollásteis tecnologías que antes eran desconocidas. Todo esto sucedió lenta y naturalmente. Y estamos hablando de miles, incluso decenas de miles de años atrás de tiempo. No fue de extrañar que os percibiesen como sus creadores. Pertenecísteis a ese extenso entramado genealógico al que los textos mitológicos llamaron los 'dioses de la antigüedad'.


Sin entrar en detalle sobre este proceso, yo quiero pediros que sintáis la esencia de lo que estuvo sucediendo aquí. ¿Sois capaces de imaginar que fuisteis parte de esto? ¿Podéis imaginar cómo se debe haber sentido el terminar en algún lugar en el que no os sentíais verdaderamente en casa, y a la vez intuir que había algo que habíais planeado anteriormente hacer aquí. Sí, algo. Una meta, un trabajo, vuestra “misión”… pero ¿de qué se trata? 'Veamos', dijísteis…'tengo ciertas habilidades y poderes a mi disposición…… esto me distingue de muchos otros en mi entorno…….. haré uso de estos talentos para ‘imponerme’ y extraer un beneficio adquiriendo una 'posición dominante'. ¿Reconocéis esta clase de altivez y ambición dentro de vosotros? ¿Podéis recordar qué fue de vosotros en ese contexto? Fue una energía típica en la desaparecida civilización de la Atlántida.


Gradualmente, una nueva cultura se originó en la Tierra, una civilización que produjo un desarrollo tecnológico sin precedentes que afectó a todas las partes de la sociedad. Quisiera decir un poco más acerca de la clase de tecnología que evolucionó en la Atlántida. Lo que vosotros como ‘gente de las estrellas’ aún recordábais claramente, a pesar del velo del olvido, era que podíais influenciar la realidad material usando el poder de vuestra mente, especialmente el tercer ojo. El tercer ojo es el centro de energía (chakra) de la intuición y del conocimiento psíquico, y está localizado detrás de vuestros dos ojos físicos.


(sigue en parte IV)

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