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viernes, 15 de julio de 2016

La perfecta imperfección

-Qué bella es una persona cuando se muestra imperfecta, sin arrogancia, sin pretensión de ser lo que no es.
-Tu lo has dicho: persona imperfecta. Sin embargo somos hijos de Dios, por lo tanto somos perfectos. Dios no crea seres imperfectos, no? De lo contrario sería falible, imperfecto o, como poco, perverso al jugar con su poder infinito. En fin, no sería Dios. Sería...una persona. Y Dios lo ha creado todo. Y si lo ha creado todo es perfecto. Por lo tanto no es una persona. Prefiero pensar -y tiene lógica- que somos nosostros quienes, siendo original y esencialmente perfectos, hemos escogido libremente experimentar la imperfección, revestirnos con esa burda y transitiria (mortal) máscara de la personificación y vivir las limitaciones inherentes a esa elección. Y esta experiencia solo puede tener lugar de mediar una cosa: nuestra amnesia respecto de nuestra perfección. Las personas, como bien dices, tienen la prerrogativa de mostrarse tal cual son, imperfectas. Es una experiencia. Pero la amnesia, siendo fruto de una imperfección nunca es perfecta, es decir, tiene fallos, resquicios por los que la memoria, la perfección busca colarse en tu consciencia.
-Explícamelo con un ejemplo.
-Verás, si he olvidado que me dejé algo de valor en el vagón del metro puedo negar que tal cosa es mía cuando el revisor me pregunte "¿es suyo esto?". Pero siempre tendré la vaga sensación de que me falta algo...
Si un día salgo de casa y por el camino me doy un golpe en la cabeza y olvido donde está mi casa -incluso que tengo una casa donde me esperan al anochecer- vagaré como un vagamundo, desorientado, desconsolado, pero la idea de hogar me rondará.
-Entiendo, es coherente...Yo me siento perdido. Si por asomo recuperase la memoria de quién soy, de cuál es mi procedencia, aunque tan solo fuese un atisbo de ella, no podría evitar ir en pos de ese atisbo de lucidez. Nada me detendría. Removería la tierra para recuperar el Cielo, para regresar a mi casa.
-Eso es lo que estamos haciendo. Por eso el caos en este plano finito/pequeño (planeta) al que llamamos la tierra. Todo lo que se daba por sentado está siendo cuestionado. Ahora puedes reformular la frase con la que empezabas...

-Sí, qué bello es un Ser cuando desprovisto de arrogancia y orgullo, abraza lo que realmente sabe que es: su esencia intemporal

Mesalina y Perséfone


-Qué forma tan graciosa de explicarlo.
-Sé que te vas a reir, pero existe una relación cuántica (magnetismo) entre la proporción de avaricia (miedo a perder) y la propensión a ser robado, estafado o multado. El universo no "juega a los dados". Acumula y perderás.
-¿Quieres decir que una mujer violada atrae sin darse cuenta a su violador?
-Si te digo que sí, sin más, me vas a crucificar. Pero si te digo que las niñas abusadas en su infancia por la violencia masculina generan homofobia (miedo al hombre) quizá te permitas reflexionar...Los abusos causados en la infancia de una niña por un hombre (no necesariamente el padre, de hecho rara vez lo es) atraen situaciones similares...
-¿a qué te refieres?
-No hace falta que te explique que los perros muerden solamente a quienes les tienen miedo y los caballos desmontan fácilmente a los jinetes inexpertos, por poner dos ejemplos. Una niña abusada desarrolla dos arquetipos dicotómicos alternativos:
A. Mesalina: la castradora/controladora/viuda negra (prostituta de lujo/femen-feminazi). O bien,
B. Perséfone: La sumisa/vulnerable/ama de casa resignada con un marido igual de violento/depresivo/iracundo/ausente que Papá (que de puertas afuera era un encanto). Esta puede ser también la «prostituta "barata"», casada con su proxeneta. Esa que presume de su hombre bien macho, caso paradigmático en sociedades centroamericanas, aunque en distintos grados también en la cultura matriarcal (mediterranea)
Ambas asocian hoy a los hombres con el abusador de ayer. La primera los ve a todos como una amenaza y los rechaza. La segunda busca a un chulo, un "macho alfa" (que siempre acabará saliendole rana/chulillo de mierda) porque su niña interna busca un varón protector válido (del que careció de niña= papá). Ambas amparan su distorsionada psique en el recuerdo de un episodio dramático (traumático) que no las deja conciliar el sueño. La primera fue una niña cuya madre faltó (murió o estaba depresiva/sometida a un padre/marido déspota) en etapas en las que ellas no podían valerse por si mismas y quedaron indefensas ante la violencia paterna. La segunda sufrió violencia por desamparo paterno. Papá no estuvo y ella lo reemplaza, de adulta, por sucedáneos de quita y pon, chuloputas de tres al cuarto. Mindundis que la explotan (y ella se deja con tal de tener un marido...un hombre. Lo curioso es que ambas se atraen, ambas responden al arquetipo bicéfalo de la pareja de lesbianas. Tarde o tempreano, si no solventan/sanan su neurosis acaban emparejándose. Se identifican como la major pareja que puedan tener, cuando el ideal de hombre de una (B) se desvanece y es reemplazado por la castradora de hombres/protectora de mujeres desvalidas (A). La desconsolada hija (B) acaba regresando a su madre (A). "Nadie me querrá más que mamá", parece decirse. Fíjate sino que en las parejas de lesbianas este juego de roles es muy acusado.
-¿Y en los gays?
-También, también. La maricona (Don Juan) busca a un papá al que seducir...Detrás de todo hay un por qué...
-Pero ¿qué se arregla sabiendo las causas??
-Te sorprendería cuantas personas violentas, en este caso las mujeres castradoras, se derrumban cuando conocen (incorporan a su conciencia) la verdad acerca de la fuente de su violencia, la que repercuten sobre los "desvalidos" (hijos, maridos pusilánimes, subalternos) para poder así soportar el peso de su drama pasado.
-¿y las personas que siempre han estado sometidas?
-para estas, conocer la verdad que ocultan en su subconsciente es el resorte que los libera de su esclavitud y los catapulta hacia su integración como seres libres.