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lunes, 23 de mayo de 2011

El fin de la Ilusión

Los grupos de poder (Rockefellers, Rotchilds, Nuevo Kremlin) que operan en el mundo y que manejan a su antojo a los políticos, medios de comunicación, estamentos judiciales desde corporaciones multinacionales, aún no se han enterado de que, como si de adolescentes tratando de repartirse un pastel  en el patio de un jardín de infancia se tratara, tan solo pueden traspasar los límites que, desde instancias más altas (las del personal docente del centro educativo = la Tierra) se les está permitiendo traspasar, tan solo pueden cometer cierto nivel de fechorías, más allá de las cuales su esfera de poder queda totalmente neutralizada. No existe el azar. Nada sucede por casualidad.

Ahora bien, te preguntarás, ¿Quién se lo permite? Para contestar a esta pregunta es imprescindible romper algún que otro esquema de comprensión acerca de cómo funciona la dinámica del universo y de toda la creación. Quizá te parezcan palabras excesivamente grandilocuentes, pero es hora de que te vayas haciendo a la idea de que la Tierra es algo así como un pequeño laboratorio de crecimiento espiritual.

Seres (entidades) dotados de capacidades inmensamente mayores que las de cualquier Extraterrestre en el que se te ocurra pensar pueda poseer, se encargan de que en la Tierra nunca se nos presenten obstáculos (retos) imposibles de superar, que no podamos provocar más calamidad de la que podamos revertir. El mundo es el perfecto espejo que refleja nuestro equilibrio o falta de armonía colectiva, que no es sino la acumulación de nuestros desequilibrios individuales. El mundo, para bien o para mal, no sería el mismo sin ti. Eso significa que el (tu) mundo existe en virtud del impacto que tu presencia en él produce.

Puede parecerte que todo lo que ves, escuchas y lees proviene de una fuente exterior y no tiene mayor significado para tu vida si decides ignorarlo. Esa precísamente la ilusión en la que estás sumido/a. Una ilusión que está derrumbándose a marchas forzadas. Todo aquello de lo que tu consciencia se percata está íntimamente ligado al impacto que ejerces en el entorno con tu mera presencia.

La Realidad es que el Mundo nos ofrece precísamente aquellas circunstancias que necesitamos para crecer, para despertar. A nivel individual (una separación, la pérdida de un trabajo, el fallecimiento de un familiar…) y a nivel global (un terremoto, el colapso de la economía, un atentado terrorista, una guerra…). Es probable que esta dinámica te disguste (mejor dicho, que le disguste a tu ego) pero lo cierto es que hay niveles de comprensión para los que no has estado permeable…hasta ahora. 
Igual que, para un aborígen de la Amazonia, la comprensión de lo que es un satélite de telecomunicaciones supone un escollo insalvable, también para ti es complicado aceptar que tu presente vida representa tan solo un estrato, un nivel de experiencia al que estás ligado/a en función de la evolución en que tu consciencia se halle.

Eso implica que el objetivo más grande que como ser humano puedes plantearte consiste en comprender este proceso, comprender que tu, ahora mismo, mientras lees esto, posees un mayor control sobre los resultados de la experiencia que llamamos vida en la Tierra, más de lo que nunca habías imaginado. Comprender esto es básicamente el objetivo del despertar definitivo de tu consciencia.

SE ESTÁ LIBRANDO UNA BATALLA. ¿OBJETIVO?: LO QUE PIENSAS Y SIENTES

La batalla real que está teniendo actualmente lugar en el mundo persigue un objetivo muy claro: qué y cómo piensas y sientes cada día. No se trata de qué facción (conservadores o progresistas, Rockefellers o Rotschilds, Islam o Roma, etc…) consiga hacerse con el control del sistema financiero. Tampoco se trata de si la desclasificación de documentos verdaderamente secretos se produce y cuando (que se producirá). Todo depende de cuál sea la frecuencia que captes.

Una vez que comprendas esto, puedes convertirte en un partícipe activo de la solución. No se precisa de ti que te suscribas a nada, que pagues dinero o abandones tu entorno natural. Todo lo que se requiere es que comprendas que la Creación obedece a leyes infinitamente más sabias que las dictadas por el ser humano en este pequeño planeta situado en el exterior de una de los cientos de miles de Galaxias que pueblan el universo conocido, uno de tantos que existen…La verdadera batalla la estás librando en tu mente, donde habitan pensamientos y paradigmas que has heredado de tus ancestros:


· nacemos solos y morimos solos.Falso: Estamos constantemente rodeados de seres (ángeles) desde el momento de nuestra llegada hasta que 'regresamos'.
· el mundo es una jungla donde solo sobreviven los más fuertes. Falso: los que más se parapetan tras la coraza de la supuesta fortaleza, aquello que presumen de siempre tenerlas todas consigo, son los que más rápidamente sufren un ataque al corazón.
· el mundo es una prisión de la que no puedo liberarme: Falso. Quien más se abandona a esa aniquilante idea, más posibilidades tiene de caer afectado por un tumor cancerígeno.
· el hombre es malo por naturaleza (homo homini lupus) y debe ser domesticado desde la infancia para amoldarse a las convenciones de convivencia. Falso: La sociedad es la que moldea al niño desde la cuna para convertirlo en un esclavo.

El gran reto consiste en percatarse de que la principal fuerza que nos gobierna, la única que nos sublima y de la que podemos extraer resultados palpables es la energía del amor. Amor, tolerancia, compasión y comprensión por uno mismo y, consecuentemente, por todo ente vivo (animal, vegetal o mineral). Aceptación de que todos estamos ascendiendo por una espiral de evolución, y de que esta vida no es más que uno de los peldaños de esa escalera helicoidal que parece repetirse (en ciclos) y que siempre ofrece una lección nueva. Lo que pienses tiene un inmediato impacto en tus emociones. Si piensas que el mundo es injustamente aleatorio (azaroso) sentirás una inequívoca emoción de abandono. Todo está en tu cabeza. Ahora bien, ¿puedes decidir descartar ese pensamiento alienante sin más? Sí y no…
Eckart Tolle propone un estado meditativo que active una permanente alerta sobre los pensamientos automáticos que nos sobrevienen, capacitándonos para desmantelarlos en el preciso instante en que traten de acceder a nuestra Psique. Pensamientos procedentes de esa nube inmensa, ese banco de pensamientos y  paradigmas rígidos al que todos aportamos diariamente –expandiendo rumores y noticias negativas (con la intención inconsciente de ser el foco de atención), nuestro granito de arena– y al que los expertos denominan el inconsciente colectivoTolle propone sintonizar un estado de alerta que nos mantenga intacto el sentido común (el menos común de los sentidos, verdad?) Ahora bien, ese 'estado de alerta' puede ser agotador (y una neurosis defensiva en si mismo) si no eres consciente del origen de esos pensamientos. 

¿Qué te produce miedo? ¿Un miedo visceral que eres incapaz de controlar? ¿Las alturas? ¿Los perros? ¿la incertidumbre del futuro?…¿Eres capaz de detectar esos miedo en el instante en que se apoderan de ti o sufres las consecuencias una vez que has actuado en función de esos miedos:
· me enclaustro en casa (o no paro nunca por casa): en ambos casos tu casa es el foco de un miedo irracional (te protege de algo o huyes de ella)
· no gasto nada para no quedarme sin dinero (o lo gasto todo sin medida)
· No voy a fiestas para no perder el control, o voy a ellas justamente para perderlo y olvidarme de algo (de qué te quieres proteger? ¿Qué quieres olvidar?


Una amiga me dijo un día que ya no confiaba más en los políticos, pues pensaba, como todos aquellos que comparten los postulados del movimiento 15-M, que política, banca y corrupción van inequívocamente ligadas de la mano. Tras conversar un rato acerca del tema, sin saber muy bien cómo, acabó 'vomitando' (de pura necesidad) que su verdadero malestar estaba fundamentado en la falta de compromiso de los hombres que habían pasado por su vida. Su desengaño la había empujado a un enfado sempiterno que la clase política iba ahora a pagar. Empezó a arremeter contra sus ex parejas por haberles prometido ilusiones (programas) que nunca cumplieron…el estallido fue de órdago cuando llegó al epicentro de su indignación: su padre, un hombre incapaz de comprometerse con su madre, que las abandonó a ambas…
Cuando asumió el epifánico momento que esa conexión le traía, cogió sus bártulos y regresó a su casa a llorar todas las lágrimas que con su beligerante militancia feminista y antisistema se había prometido que nunca sacaría ni por supuesto mostraría en público.

El desafío real al que estamos, como colectivo, siendo expuestos es justamente este. Enfrentarnos con el origen de nuestras emociones bloqueadas, que hemos tratado (finalmente en vano) de sublimar acogiéndonos a causas utópicas en las que hallar la redención que tanto andamos buscando. El regalo de la vida en la Tierra aparece cuando nos perdonamos a nosotros mismos por habernos negado la expresión de esas lágrimas. Solo entonces podemos sentirnos en paz con nuestro pasado y ver amor allí donde otros siguen viendo odio.

Sin comprender la verdadera naturaleza de la dinámica en que la vida en la Tierra consiste, toda la propaganda de miedo, que con los acontecimentos actuales más que nunca los poderes terrenales están tratando de difundir, tiene muchas posibilidades de llegar a impactarte de un modo sobrecogedor, del que quizá no logres recuperarte esta vez.

Estamos en tiempo de exámenes finales en esta escuela que es la Tierra. Es de vital importancia que cada uno de nosotros bascule hacia un estado de amorosa amabilidad principalmente hacia nosotros mismos y hacia todos y todo lo que nos rodea, mostrándonos a la vez tanto firmes y asertivos en las circunstancias que lo precisen, como humildes. Responsables, en definitiva para con nuestra existencia, alegres, disfrutando de cada instante del regalo de la existencia como si cada segundo fuese el último (sabiendo que eres un ser eterno más allá de tu cuerpo físico), haciendo aquello que sientas que te llena, pintar, cantar, tocar algún instrumento, navegar, cocinar, viajar, vender, en definitiva conocerte y amarte. La seguridad del planeta está en juego.

Inspirado en David Wilcock

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