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viernes, 28 de diciembre de 2012

Bienvenid@ al Nuevo Mundo


Bienvenidos al Nuevo Mundo, amados y amadas. Lo hemos conseguido! Para todos. Hemos mantenido encendida la suficiente luz y amor, intención y alineamiento y lo hemos conseguido. Hemos usado nuestra capacidad de amar y nuestros más profundos deseos para convertirnos en humanos re-evolucionarios. Hemos alcanzado el estadio evolutivo desde el que se accede a la comprensión de lo que significa ser ángeles en forma humana. Ser chispas de divinidad experimentando la existencia como humanos.
Hemos visionado cientos de videos, leido decenas de libros, asistido a numerosos talleres, seminarios, clases, cursos mostrando la determinación de ponernos al servicio de nuestro verdadero y principal cerebro: el corazón. ¿Y ahora qué?
Juntos y con todo el apoyo que se nos presentó y que aceptamos, conseguimos apartar los velos de la ilusoria ignorancia, derritiendo así arcaicos patrones humanos, liberándonos de campos de fuerza atenazantes que nos mantenían como rehenes, para lograr así vencer el miedo a descartar al dios de nuestros ancestros y aceptar al Dios que se nos ha revelado sin intermediarios, a creer en nosotros como sus embajadores, en un mundo de probabilidades infinitas, toda vez que nuestros cuerpos de luz, libres de las armaduras ya oxidadas que habíamos heredado de nuestros ancestros, han quedado fortalecidos, realizados todos los alineamientos galácticos que pudimos, renacidos como Ave Fénix de nuestras cenizas, lo hicimos. El puente se ha tendido. Hemos dado literalmente a luz a un Nuevo Mundo y al milagroso y nuevo Humano Divino que lo va a poblar en el nuevo ciclo de milenios que se acaba de iniciar.

De ahora en adelante vamos a dar los pasos gentilmente, conscientemente, sabiamente, compasivamente, ofreciendo el debido respeto al modo en que deseamos que nuestra vida se despliegue y al modo en que los demás desean vivir sus vidas.

Quizá observes que, a tu alrededor, los demás continúan durmiendo. Camina entonces de puntillas, respetando su respetable sueño y descubre en ello la perfección de sus propios ritmos, igual como perfectos sabes que fueron los tuyos. 
Cuando les llegue el momento de abrir sus ojos, el fulgor de tu brillo será suficiente para ayudarles a despertar sin necesidad que 'hagas' nada. 

...

· Despertar no es un acontecimiento espectacular, aunque llenará de magia tu vida. 
· Despertar no derribará los obstáculos en el mundo externo, pero te concederá una incrementada sagacidad para descubrir el brillo allá donde otros no ven sino mezquindad y corrupción.
· Despertar no borrará tu pasado de un plumazo. Ese no es su propósito. Pero al mirar atrás lograrás observar tu historia desde otra perspectiva, como la de alguien muy querido que maduró a base vivir muchas y variadas experiencias. Con todo sentirás que ese 'alguien' ya no eres tú, pues tu nueva perspectiva te ha hecho cambiar.
· Despertar no hará más conscientes a tus prój(x)imos, pero sin duda que ellos se verán más esplendorosos ante tus renovados ojos, pues tu mirada estará limpia de juicios gratuitos y vanos.
· Despertar no te librará de sentir el dolor que ocasionan los ignorantes juicios de valor ajenos (y sus consecuentes actitudes). Al haber cicatrizado las pasadas heridas abiertas (sentimientos) que el desamor del presente disparaba con extrema facilidad y que gobernaban tiránicamente tus actitudes, dejarás de sufrir.
· Despertar probablemente no te hará rico por arte de magia y sin embargo te sentirás inmensamente agraciado al haber recuperado un tesoro que creías ya perdido: tu consciencia. 
· Despertar no te hará más popular. Es probable incluso que descubras que aquellos que se llamaban tus amigos te dejen de lado, pero nadie que vibre en tu nueva frecuencia se sentirá solo o abandonado en tu compañía.
· Despertar no embellecerá tu aspecto físico ante los ojos de los demás, pero sin duda te verás perfecto ante tu propia mirada, abandonando la distorsionante  y enjuiciante óptica que tenías respecto de ti mismo.
· Despertar no te dará más dominio sobre las circunstancias externas, y sin embargo redescubrirás un hasta ahora ignorado universo de poder sobre tu capacidad de tomar decisiones. Verás que tu mera actitud generará cambios en el mundo desplegado ante ti.
· Despertar puede que no disuelva los barrotes de las prisiones actuales, pero te dará la libertad de volar alto por encima de tu miedo a ser aprisionado.
· Despertar no te quitará responsabilidad, muy por el contrario, enriquecerá tu consciencia respecto de las consecuencias de tus actitudes y elecciones.
· Despertar no te dará la razón, sino deseos de dársela por igual a todos los que la pidan.
· Despertar tiene poco que ver con enamorarse y tiene todo que ver con el amor.
· Despertar no inundará repentinamente tu vida del amor de los demás que tanto anhelaste; sin embargo descubrirás que el caudal de amor que desde las alturas ha estado alimentando al mundo siempre habitó en ti y que tu eres su responsable co-distribuidor.
· Despertar no cambiará el mundo, te cambiará a ti.

Despertar es recordar el amor que sientes por ti mismo incluído el fardo de tus milenarias experiencias toda vez que ya no constituyen un lastre con el que seguir cargando. Despertar es amar al otro tal como líbremente escogió manifestarse. Despertar es amar la diversidad en el Universo, esta bella vida tan sorprendente y variada en todos sus matices.

Despertar es permitirte disfrutar de la experiencia de ser el maravilloso Ser que ya eres, fuiste y por siempre serás, sabiendo que nunca has estado solo y nunca lo estarás, de que la soledad y el abandono tan solo han sido una amarga pero necesaria experiencia que a la postre ha enriquecido tu capacidad de compasión, esa que te proyecta hacia las infinitas posibilidades que el Universo te ofrece de interactuar en cualquier circunstancia que decidas co-crear.

Tu vida es un acto sagrado pues es la Creación del Espíritu divino que te habita y anima.

Si a pesar de todo sientes que tu vida está dejando de tener el sentido que le habías dado y al que –reconócelo– te habías apegado, si sientes que estás todavía como empezando a despertar de una suerte de ensoñación, de una fantasía a la que tus padres y abuelos llamaron vida, detectando en tus esquemas cotidianos apre(he)ndidos los barrotes de una prisión que nunca antes consideraste existiera, entonces busca toda la ayuda que puedas recabar, toda la asistencia que acuda mágicamente a tu encuentro: lee los libros que encuentres, asiste a las charlas a las que te inviten, medita, contacta con la naturaleza, respira y...espera. Todo ayudará, sin duda, a tu despertar…, pero recuerda que finalmente eres tu y nadie más que tu quien decide consciente y voluntariamente operar la alquimia, pues nada puede precipitar tu despertar salvo tu intención de que suceda. Y aún si crees que no estás 'haciendo' nada, o incluso que estás involucionando, espera tranquilo, pues eso es síntoma evidente de que todo está ya ocurriendo...




viernes, 14 de diciembre de 2012

Ser un Maestro en la Nueva Era

Jeshua canalizado por Pamela Kribbe

Junio de 2009 – www.jeshua.net

Esta canalización también está disponible en archivo de audio en inglés (de la grabación de la canalización) y en archivo de audio en español (de la lectura de la traducción). El transcripto en inglés ha sido editado ligeramente para mejorar su lectura. Un profundo agradecimiento a María Baes por realizar la transcripción del material.

Traducido del inglés por Sandra Gusella

Queridos amigos,

Yo Soy Jeshua.

Yo fui el portador de la conciencia Crística hace dos mil años aproximadamente, y ahora vosotros sois los que llleváis esa antorcha. Es una antorcha de luz que trae cambio a este mundo, un mundo que está necesitando un cambio en este preciso momento. Vivís en una época de crisis. Hay una crisis financiera, una crisis económica ocurriendo justo ahora, y también hay una crisis del planeta...se está produciendo una crisis medioambiental. Vivís en medio de esta crisis, que también constituye una oportunidad para el cambio. Siempre que las cosas cambian de un modo fundamental, un montón de cosas viejas necesitan desaparecer drástica y fundamentalmente.



Vosotros que os sentís inclinados a alimentaros por mis mensajes, sois los que vais a señalar el camino a los demás. Sí, vosotros nacido en esta época con un propósito; queríais hacer el cambio, encarnar el cambio que la humanidad necesita y que tanto preconiza (pero al que tanto se resiste). Vosotros sois los maestros de la llamada Nueva Era. Es a vosotros a quienes traigo un mensaje de esperanza y aliento. Yo deseo incentivaros para que aceptéis el papel de los maestros que sois.

Habéis pasado muchas vidas en la Tierra preparándoos para estos tiempos, porque ahora el Planeta y la Humanidad están preparados para una transformación, una evolución hacia una conciencia basada en el corazón que reconoce la unidad de todo lo que está vivo y respira en la Tierra. Durante siglos y milenios habéis sido los portadores de este sentido de unidad, habéis sido trabajadores de la luz en la Tierra antes, y ahora los tiempos están con vosotros. Mirad debajo de la superficie de lo que parecen ser noticias negativas y malas. Mirad debajo de todo eso. Esta es una gran oportunidad para el cambio.



Tras todos estos acontecimientos aparentemente malos, se le está pidiendo a la humanidad que vaya profundo adentro y que preste atención a sus emociones, al miedo que emerge a la superficie en tiempo de crisis. Ahora más que nunca la humanidad necesita sanación. Y está preparada para recibir esa sanación. Vosotros sois los que estáis señalando el camino. Vosotros sois los maestros de la nueva era, y yo os pido que no os avergoncéis de vosotros mismos.

Debido a todas las experiencias que tuvieron en la Tierra en encarnaciones previas, os habéis vuelto tímidos e introvertidos, temerosos de mostrar quiénes sois, de la luz que portáis adentro. Hay pasión en vuestros corazones y en vuestra alma. Anheláis ser la luz brillante que sois pero también os estáis escondiendo de vuestro propio poder, porque cargáis con viejos recuerdos de haber sido rechazados por vuestra luz, recuerdos de incluso haber sido perseguidos y asesinados por esto. Yo puedo ver vuestros miedos e inseguridades, pero vosotros sois grandes y poderosos si creéis en vosotros mismos. Vosotros procedéis de un largo viaje. Visitásteis la Tierra muchas veces y habéis acumulado mucha experiencia. Sois almas viejas y maduras ahora y deseáis compartir la sabiduría de vuestro corazón. Os exhorto a que miréis adentro de vosotros mismos y que sintáis la pasión con la que nacísteis, la pasión que marca la diferencia. Yo os pido que no os escondáis más.

¿Cómo enseñar? ¿Cuál es la enseñanza de la que hablo? No se trata de poneros a transmitir teorías y conocimiento a los demás desde los libros; no se trata de predicar o decirle a la gente qué debe hacer. Se trata de una vibración que vosotros traéis al mundo, una vibración de compasión y de paz interior. Es entonces, cuando os dirigís a vuestras partes más oscuras, vuestras emociones de miedo, de ira y de desconfianza, cuando hacéis brillar vuestra luz sin complejos en vuestras partes oscuras, es entonces y solo entonces que vuestra vibración se eleva y que traéis una nueva luz a este mundo. Y esta luz se revelará en vuestros ojos, en la manera en la que habláis o escucháis a los demás. No lo escondáis. por el contrario, sed tan abiertos como podáis porque sois hermosos. Cuando traéis esta vibración al mundo, las personas se sienten atraídas hacia vosotros. No porque sepáis la verdad, o porque podáis vaticinar qué es lo que les va a suceder a ellos, sino porque hay un espacio de seguridad y de cordialidad alrededor de Vosotros. A vuestro alrededor ellos se sienten aceptados. Esto es lo que es enseñar en la nueva era: aceptar al otro completamente, con sus partes tanto luminosas como oscuras, viendo su belleza interior, su pasión y su inocencia e incentivándolos a verlas ellos mismos.

Ser un maestro en la nueva era es diferente de lo que podáis haber esperado. Se trata de encontrar paz adentro, en lo profundo, y de no dejarse descarriar por la negatividad que está permanentemente alrededor de ustedes. En cierto sentido ser maestro significa soltar al mundo, no ser de él, pero por otro lado estar abierto a cualquiera y permitir que cualquiera perciba la vibración que vosotros estáis irradiando hacia el mundo. Estar en el mundo pero sin ser del mundo.

¿Cómo se verá vuestra enseñanza, qué forma tomará?. Sucede de forma diferente para cada individuo. Cada uno de vosotros tiene una cierta pasión, un talento, un anhelo de hacer algo específico más que otra cosa. Vuestra energía, vuestra luz, puede adoptar multitud de formas. Para mi, la forma específica que tome vuestra luz es irrelevante. De lo que yo quiero que hoy os volváis conscientes es que sois maestros, que habéis recorrido un largo viaje. Yo os aliento especialmente en esta época a no esconderlo más, a compartir vuestra sabiduría con los demás y a revivir su pasión. Eso es lo que significa traer una nueva energía a este mundo.

Abordar la alta sensibilidad


Todos vosotros os habeis vuelto muy sensibles. Vuestros corazones se han abierto. De muchas maneras, en esta era la energía femenina está renaciendo a través de vosotros, ya que sois los primeros al abriros a una conciencia basada en el corazón, reconociendo la unidad de toda la vida. Habéis abierto vuestros corazones, y como efecto colateral asimiláis los sentimientos y emociones negativas de aquellos que están a vuestro alrededor y los sentimientos que simplemente están presentes en la atmósfera alrededor de la Tierra. Esta sensibilidad, por momentos, puede constituir una carga. A veces absorbéis tanta negatividad que os sentís sexhaustos y deprimidos, y ni siquiera sabéis de dónde procedéis.

Abrir vuestros corazones, desarrollar vuestro lado femenino, ser receptivos y abiertos a las energías que os rodean es parte del desarrollo que están atravesando. Pero es muy importante para vosotros que también abracéis vuestra energía masculina, no en el sentido tradicional, sino de un modo nuevo y más elevado. En el pasado, vuestra historia ha sido dominada por una energía masculina agresiva. Esta energía apuntaba a ganar poder y a manipular la realidad como forma de comprender su manifestación. Generalmente hacéis una errónea asociación con la energía masculina; pensáis que es opresiva, agresiva y egoísta. Necesitáis una nueva definición de la energía masculina.

Necesitáis la energía masculina para equilibrar vuestro lado femenino sensible. La energía masculina, en su forma más elevada, tiene que ver con enfocar, con establecer límites alrededor de vosotros mismos, con ser muy determinados acerca de lo que queréis y de lo que no queréis que entre en vuestro campo de energía. Una energía masculina superior no va a permitir que seáis absorbidos completamente por la negatividad que os rodea. Os ayudará a poner límites a vuestro alrededor. En cierto sentido, esta forma superior de energía masculina es como un caballero parado ante la puerta de vuestro campo de energía, distinguiendo lo que os nutre y os alimenta de lo que os intoxica. Necesitáis rescatar la energía masculina en vuestro interior para nutrir y contener vuestro lado femenino tan sensible. En virtud de esto, os pido que reconsideréis el valor otorgado a la energía masculina, y que halléis dentro de vosotros mismos una nueva definición, un nuevo sentimiento sobre esto. Tal vez podáis crear la imagen de un caballero o de un guerrero pacífico quien os ayuda a diferenciar las personas, actitudes y situaciones que son correctas para vosotros de las que no están sirviendo a vuestros ideales más elevados.

Ser un trabajador de la luz y un maestro significa, por un lado, estar en el mundo y estar abierto y deseoso de esparcir la vibración cuando las personas se lo solicitan. Pero por otro lado, también significa que "sabéis" cuándo retiraros y cuándo decir "no", cuándo cuidaros bien, algo que con frecuencia es necesario en esta época en la que la energía puede sentirse muy pesada y muy difícil.

Honraos y cread espacio para vosotros mismos cada día, para regresar a vosotros mismos, para sentir quiénes sois. Crear espacio para vosotros mismos puede ser tomado literalmente, es decir, encontrar un espacio físico –en vuestra casa, o en la naturaleza– donde podáis sentiros cómodos, donde podáis estar completamente con vosotros mismos. En ese espacio relajante podéis acceder a vuestro espacio interior, y eso es lo que realmente importa...

Dentro de vosotros hay un espacio que es realmente una clase de conciencia. Es vuestro estado del ser, el verdadero núcleo de quiénes sois, y no puede ser expresado en palabras. Podéis sentir esta conciencia especialmente en momentos de quietud y cuando estáis solos, cuando no os permitís ser "bombardeados" por las cosas (noticias, rumores, augurios...) externas que merodean en vuestro entorno en estos tiempos, ruidos, situaciones, cosas que os distraen de lo verdaderamente esencial...Para encontrar esta serenidad interior cada día es importante permanecer conscientes de quiénes son: un maestro y un portador de luz dentro de esta realidad. Dicho esto, os pido que busquéis y halléis un equilibrio entre estar solos y estar en el mundo, y que sintáis qué ritmo se ajusta a vosotros. Usad la energía masculina para diferenciar y determinar lo que es correcto para vosotros.

Redefinir la energía masculina

Para los trabajadores de la luz es el momento ahora de equilibrar en su interior las energías masculinas y femeninas. En cierto sentido os habéis vuelto temerosos de vuestro propio poder. Ha habido tiempos, épocas muy antiguas, en las cuales usásteis vuestro poder de una forma de la que os arrepentísteis. Estas fueron las épocas previas a la de Cristo –antes de que yo viniera a la Tierra; se remontan a la Atlántida y antes también. aún guardáis recuerdos de esas épocas, y nunca quisiérais volver a emplear mal vuestro poder. Pero vuestra reacción ha sido demasiado extrema en cierto sentido. Ahora deseáis tanto renegar de vuestro poder y del dolor que con él causásteis, que a menudo os sentís incapaces de sosteners por vosotros mismos, de ser claros acerca de quiénes sois y de qué es lo que queréis o no. Esto es lamentable porque entonces podéis llegar a sentiros exhaustos y deprimidos por lo que está sucediendo a vuestro alrededor. Rechazáis asumir vuestro poder –repito, no en el sentido de dominar a otros, sino en el sentido de conectars con vuestra pasión natural, vuestros instintos naturales, vuestra sabiduría.

Se ha vuelto difícil encontrar una definición positiva de la energía masculina, pero yo os aliento a encontrar una, porque es a través del renacimiento de la energía masculina que hallaréis de nuevo vuestro propio poder.

La energía femenina os conecta con vuestra alma. Es a través de los sentimientos a los cuales lo femenino es receptivo, que el alma os habla. Pero para volcar la sabiduría interior de lo femenino al mundo, para manifestar vuestra pasión del alma en el mundo, necesitáis saber cómo proteger vuestra energía femenina, como un padre de familia que "protege" a sus vástagos de las inclemencias externas hasta que son capaces de "volar" fuera del nido, sabiendo cómo tomar distancia cuando es necesario, cómo permanecer centrado y calmo en medio de energías que no resuenan con vosotros. Para ser el maestro y el pionero que verdaderamente deseáis ser tenéis que abrazar tanto al aspecto masculino como al aspecto femenino de vosotros mismos.

Cobrad ánimo en todo esto. Las cosas están cambiando y no estáis solos. Muchas personas alrededor del mundo pasan por el mismo proceso que vosotros estáis atravesando. Hay muchos compañeros, trabajadores de la luz, que están vivos ahora, en diferentes lugares del mundo, y si os conectáis con ellos desde el corazón podéis sentir el sentimiento de fraternidad que os une. La distancia, el tiempo y el espacio no importan, ni la nacionalidad ni la raza. Sentid el campo de la conciencia Crística que ahora está llegando más cerca de la Tierra. Aunque pueda no ser visible en lo que leáis en los periódicos o en lo que escuchéis en la televisión, este campo está aquí. Una nueva conciencia está despertando.

Yo os estoy llamando. Yo soy parte de este enorme campo de conciencia como muchos de vosotros, que vibráis con este mensaje, lo sois. Somos uno en este campo. Somos iguales y yo os llamo para que volváis al hogar. Podéis sentir el hogar en el planeta Tierra ahora mismo si recirdáis quiénes sois, si sois capaces de sentir realmente vuestra chispa de divinidad, la luz angelical que fluye a través de vosotros.

Os amo.

Aceptad mi energía.

Yo os agradezco por recibirla.





© Pamela Kribbe 2009

www.jeshua.net

Sitio en español:

www.jeshua.net/esp



La muerte y el más allá


Jeshua canalizado por Pamela Kribbe
Traducido del inglés por Sandra Gusella

Queridos amigos, amados ángeles de luz, yo os saludos a todos vosotros.

Es desde el corazón de la energía Crística que yo, Jeshua, conocido también como Jesús o Jesucristo, abro mis brazos y os extiendo mi saludo.
Amados ángeles, sabed que sois apreciados. Sepan que sois amados incondicionalmente, incluso ahora mientras estáis residiendo en un cuerpo de carne y hueso, un cuerpo físico mortal. Incluso mientras vivís dentro de los límites de este hogar temporal, vosotros aún sois una parte incondicional de Dios, el Hogar que tanto añoráis. En realidad vosotros nunca habéis dejado el Hogar. Sin embargo no reconocéis todavía la llama eterna que permanece encendida por siempre dentro de vuestro ser. Entrad en contacto con esa luz en este momento. Apreciaos, sabed quiénes sois. Una luz arde dentro de vosotros...tan hermosa y pura. ¿Cómo pudísteis llegar a dudar?

Hoy hablamos acerca de la muerte.
Existe mucho miedo respecto a la muerte. Miedo a la aniquilación, miedo al olvido, miedo a ser devorados por el gran agujero negro que asociáis a la muerte. Como tan a menudo es el caso en la dimensión terrestre, vosotros tendéis a exponer las cosas al revés y a presentarlas exactamente del modo opuesto a como realmente son. En realidad la muerte es liberación, un regreso a vuestro origen, a la realidad que sois.
Cuando llega la muerte vosotros regresáis sin esfuerzo a vuestro estado natural del Ser. Vuestra conciencia se mezcla con la llama de luz que es vuestra verdadera identidad. Las cargas terrenales se levantan de vuestros hombros. Residir dentro de un cuerpo físico os impone limitaciones. Es verdad que elegísteis sumergiros en este estado de limitación en función de las posibilidades de experimentar que os ofrecía. Y sin embargo ser restituidos a vuestro estado angelical natural es una sensación de arrobamiento. El ángel interno que sois ama volar y ser libre, investigar libremente la miríada de mundos que constituyen el Universo. Hay tanto por explorar y por experimentar. Una vez que nacéis en un cuerpo terrestre, perdéis más o menos contacto con esta libertad angelical, con la sensación de carecer de límites.

Por favor, uníos a mí ahora. Regresemos al momento justo antes de sumergiros en vuestra presente encarnación. En un nivel interior vosotros os permitísteis comenzar esta vida terrestre. Fue una elección consciente y por lo tanto libre y voluntaria. Tal vez hayáis olvidado esto por lo que ocasionalmente os invadan dudas de si realmente deseáis estar aquí. Aún así existió un momento en el cual vosotros dijísteis “sí”. Y ésta fue una elección valiente. Es un acto de enorme coraje canjear vuestra inherente libertad angelical, y con ella esa sensación de ausencia de limitación, a cambio de la aventura de volveros humanos, de volveros mortales. Esa aventura sostiene una promesa que hace que todo sea valioso. Sentid el “¡sí!” que alguna vez salió de vuestra alma. Recordad también ser traídos hacia la Tierra. Sentid cómo os conectásteis a la realidad de la Tierra, y sentid el momento en que descendísteis al embrión dentro del útero de vuestra madre. 

Podéis notar que hay una pesadez rodeando al planeta Tierra, un cierto colorido o densidad grisácea. Hay mucho sufrimiento en la Tierra. El dolor, la pérdida, el miedo, los pensamientos negativos son parte de la atmósfera colectiva de la Tierra. Y eso es por lo que vosotros pasásteis, como alma recientemente encarnada. Vuestra luz encontró por si misma un camino a través de esta oscuridad y, haciéndolo así, un inevitable velo de ignorancia descendió sobre vuestra consciencia angelical original, ensombreciéndola. Sentid la tristeza de ese evento. Sentid también, detrás de él, vuestro indudable coraje y valentía. Vosotros mostrásteis determinación. Os dijísteis: “Voy a hacerlo. Una vez más voy a arraigarme dentro de esta realidad terrestre, zambullirme en esa densidad para encontrar desde allí mi propia luz, para re-conocerla, para re-descubrirla, y para re-transmitirla a este mundo que tanto la necesita.”

Sí, fue un salto a la ignorancia. Olvidando temporalmente quiénes sois, no recordando que vuestro estado de libertad natural del ser es parte de la condición humana. Olvidáis que estáis a salvo y sois libres, sin importar donde estéis. Siendo humanos, empezáis a reclamar esa sensación natural de libertad y de seguridad. En vuestra búsqueda podéis haber llegado a ser engañados por poderes terrenales que parecían ofreceros lo que andáis buscando, pero en realidad han estado tratando de volveros dependientes de algo externo a vosotros, algo que ellos os proporcionaban. Podéis depender de juicios procedentes de vuestra órbita exterior más cercana, juicios que os exhortaron (y quizá sigan haciéndolo) a comportaros de tal o cual modo como condición para ser amados por ellos. Estas imágenes falsas del Hogar, estos substitutos, tendieron a entristeceros y a deprimiros. 
En verdad, el viaje 'descendiente' del Cielo a la Tierra ha sido arduo. La muerte, sin embargo, os trasporta de regreso al plano del amor y de la seguridad eterna. Es al morir que os rendís a quienes siempre habéis sido. Si morís conscientemente de esto, si podéis aceptar la muerte y rendiros a ella a la grandiosidad de esta puerta de regreso a Casa, morir pasa a ser un acontecimiento alegre.

¿Qué sucede realmente cuando morís? Antes de morir pasáis por una etapa de despedidas y de liberar. Es una fase en donde decís adiós a la vida terrenal, a vuestros seres queridos. Esto puede experimentarse como algo difícil. Sin embargo, al mismo tiempo, os ofrece la posibilidad de reflejar profundamente quienes sois, y lo que habéis aprendido y realizado en la Tierra durante vuestra vida. En la aflicción que podáis sentir por dejar a vuestros seres queridos, al desconectaros de la presencia física junto a ellos, siempre se torna muy claro lo que os conecta con ellos. Es un lazo de amor que es inmortal. Este lazo es tan poderoso que sin esfuerzo pasa a través del límite que es la muerte. El amor es una fuente inagotable, que da origen a nueva vida eternamente. No temáis perder a vuestros seres queridos, porque es en el momento de decir adiós que los límites de amor incondicional se refuerzan y obtienen nueva vida. Porque es cierto: cuando partís en amor, estáis sellando la promesa de un futuro reencuentro. Os hallaréis nuevamente el uno al otro, sin esfuerzo, porque el camino más corto hacia otro siempre sigue siendo el camino del corazón.

Si tenéis seres queridos que ya han fallecido, podéis estar seguros de que están cerca de vosotros al nivel del corazón. Sentid ahora su presencia...ellos están aquí, entre nosotros, extendiéndoos sus saludos. Ellos se sienten privilegiados y libres. Están liberados de la duda que azota a tantos en la Tierra. Ellos ansían compartir con vosotros el amor y la bondad, disponibles para vosotros en todo momento.

Aquellos que quedan atrás, a menudo asocian la fase previa a la muerte de sus seres queridos con sentimientos de tristeza y pérdida. Es natural lamentar la partida de un ser querido; es natural extrañar y añorar la presencia física del ser querido, igual que cuando un amigo parte en un largo viaje. Sin embargo, nosotros os alentamos a sentir que, con su partida, se abre un portal hacia una nueva dimensión, una dimensión donde la comunicación es de una naturaleza tan pura, tan clara y tan directa que se eleva sobre los métodos de comunicación comúnmente usados en la Tierra. Vosotros podéis tener una comunicación directa con un ser querido después de su fallecimiento, desde vuestro corazón a su corazón. De este modo, una vez que vosotros os comunicáis honestamente y abiertamente con el otro, la idea falsa, el desencuentro que quizá solía habitar entre vosotros puede ser aclarado fácilmente. Su mensaje será recibido, siempre.

Una vez que vosotros mismos hayáis muerto, veréis a la gente que está viviendo en la Tierra desde una perspectiva diferente. Seréis más tolerantes, mansos y os retrobaréis con un sentimiento de sabiduría incrementada. No es que vayáis a estar, de repente, completamente equilibrados, pues hay emociones y sentimientos que os lleváis con vosotros al extenuarse vuestro cuerpo físico, al morir. Emociones que necesitan ser tratadas. No vais a ser omniscientes una vez que dejéis la vida física. Y, en realidad, eso no está tan mal, porque de este lado...aún hay mucho que experimentar y descubrir! Aún así, en la mayoría de vosotros se cobra una nueva perspectiva. La dimensión de la eternidad es tangible, y esto, respetuosamente, mitiga vuestra visión de lo que os preocupaba y de la gente que estaba vinculada directamente a vuestro entorno durante vuestra estancia en el mundo...en la Tierra.

Ahora bien, ¿qué os sucede a vosotros una vez que traspasáis los límites de la muerte?
Una vez que habéis pasado la etapa consciente del duelo, la etapa de decir adiós de despediros (si la muerte no ha sido repentina), comenzaréis a sentir a la muerte acercándose. Es cuando cambia el foco de vuestra conciencia. Al soltar el mundo externo, las personas, vuestro cuerpo, se tornará hacia adentro y se moverá más profundo dentro de vosotros. Vuestra conciencia del mundo externo va disminuyendo y esto os permite prepararos para el viaje interior en el cual estáis por embarcaros. Si aceptáis la muerte conscientemente, experimentaréis una sensación de “alistarse”, una disposición voluntariamente aceptada para realmente liberar. En lo que concierne a vuestros seres queridos, éste es el momento adecuado para que os dejen ir, porque vosotros necesitáis toda vuestra fuerza para volcaros hacia adentro y prepararos.

Morir no debe necesariamente ser un proceso doloroso. Lo que en realidad tiene lugar es de una naturaleza grandiosa y majestuosa. Morir es un acontecimiento sagrado en donde el alma se conecta consigo misma de la manera más íntima. Durante la etapa final, la persona que muere siente la dimensión terrestre de un modo desprendido: el cuerpo, los olores, los colores, y otras sensaciones físicas. Otra dimensión está entrando en su consciencia, con una radiación tan prometedora y tentadora, que ya no es más difícil rendirse y dejar atrás todas las cosas terrenales. Incluso la presencia próxima de vuestros seres queridos ahora no detendrá vuestra partida. La energía del Hogar – Dios, el Cielo, o como sea que queráis llamarlo – es tan abrumadoramente complaciente, cálida y apaciguante que os hace fácil el soltar y devolver a la Tierra vuestro cuerpo cansado y gastado.

Una vez que os liberéis en paz, vuestra alma se eleva de vuestro cuerpo suavemente y con fluidez. Os sentiréis sostenidos por fuerzas universales de amor y sabiduría. Si morís sin resistencia, vuestro entorno inmediato se llenará de una energía cálida y encantadora. Experimentaréis una indecible sensación de alivio. Sois libres, y todo se vuelve claro. Recordáis la omnipresencia del Amor, no como una idea abstracta sino como una realidad palpable. Mientras estuvísteis en la Tierra llamásteis “Dios” a esta clase de amor, y sostuvísteis una imagen sesgada, una creencia, humana, de lo que este Dios “quería de vosotros”. Estuvísteis convencidos de que este Dios os exigía cosas que vosotros no cumplíais. Pero aquí, en esta dimensión, recordáis lo que realmente es la voluntad de Dios: animaros, inspiraros, experimentar la creación a través de vosostros y finalmente re-conocerse a Sí mismo en vuestro semblante. Dios, esa energía que todo lo anima, quería volverse humano a través de vosotros. La meta de la evolución del universo eres TÚ: ¡Dios hecho humano!

Dios es la fuente de la Creación, y vosotros sois su realización. Vosotros, quienes habéis dado forma humana a la luz de Dios, NUNCA SOIS JUZGADOS por ser humanos. NO TENEIS CULPA. Al contrario, sois honrados por vuestra epopeya líbremente escogida. 
La idea de un Dios vengativo es aún otra perversión, un trastrocamiento de la verdad, instigado por el miedo. Dios se reconoce a Si mismo en vosotros, sin considerar lo que hagáis o dejéis de hacer. Cuando estéis de vuelta de este lado, os volveréis de nuevo conscientes de esto, y una camionada de autocrítica y de sentimientos de inferioridad caerá de sus hombros. Sentiréis nuevamente la alegría original de vivir, seguros en las manos de Dios.
Tras vuestro regreso aquí, veréis a seres de luz a vuestro alrededor. Habrá guías para asistiros y personas que conocíais y que murieron antes que vosotros. A veces os sorprenderá ver con quién os encontrais: personas con quienes sólo os encontrásteis por corto tiempo, pero quienes tocaron vuestro corazón profundamente...o amigos y parientes de toda la vida. Cualquiera con quien hayáis tenido una conexión basada en el amor vendrá a saludaros en algún momento. Una vez más, se torna tan claro para vosotros el hecho de que decir adiós no es más que una ilusión, que la conexión del corazón es eterna. Experimentaréis un sentimiento de agradecimiento y de admiración, a medida que accedáis a este plano de amor incondicional y sabiduría.
Una vez que llegéis a este lado, hay una fase de ajuste en la cual os acostumbraréis a vuestro nuevo entorno y lentamente liberaréis vuestras ataduras a la vida terrenal. Necesitaréis sin duda aclimataros. Habrá guías que os sostendrán y que están, por otra parte, especializados en esto. Aún tendréis un 'cuerpo' pero los sentiréis más...fluido...que el cuerpo físico al que estábais acostumbrados. Lo más probable es que dicho cuerpo tome la apariencia de vuestro cuerpo físico más reciente. Aunque hay libertad de tomar cualquier apariencia que se desee, la mayoría de las personas aprecian algo de continuidad por un tiempo. También sois libres de crear vuestras propias condiciones de vida...por ejemplo, una casa hermosa con un jardín encantador, en un entorno natural con el que os encariñásteis mientras estábais en la Tierra. Está totalmente bien vivir vuestras fantasías terrenales deseadas en este plano, plano al cual yo me refiero como el plano astral. Ésta es una dimensión o reino del ser que tiene en cuenta mucha libertad creativa, aunque aún se asemeja y está estrechamente conectado a la dimensión de la Tierra física.

Algunas personas han tenido dificultades en aceptar la muerte en la Tierra debido quizá a que su transición hacia el otro lado haya sido menos pacífica o incluso repentina o violenta. Usualmente ellos necesitan más tiempo para adaptarse a sus nuevas circunstancias de vida. A veces les lleva un tiempo antes de que realmente se den cuenta de que 'han muerto'. Algunas personas padecieron una enfermedad crónica y encuentran dificultades en quitarse de encima la idea de estar enfermo. Ellos no pueden creer totalmente que estén sanos otra vez, y a menudo requieren la paciencia y el apoyo bondadoso de un guía espiritual que los ayude a liberar su viejo cuerpo. El cuerpo viejo puede pegarse al alma, puramente como un concepto, como una forma de pensamiento. Lo mismo vale para los hábitos emocionales y los patrones de comportamiento. Pueden repetirse en el plano astral hasta que el alma descubre su libertad, su poder para liberarse y abrirse a algo nuevo.

Otra posibilidad es que el alma permanezca atada al reino de la Tierra, a los seres queridos en particular, porque murió súbitamente o de muy joven. Esto puede pasar en el caso de accidentes, catástrofes, o cuando la persona estaba en la flor de su vida. Éstas son situaciones en las cuales un alma particular no se sentía dispuesta o preparada para partir. Morir en esos casos es más o menos traumático. De este lado hay apoyo amoroso para estas almas traumatizadas, como siempre lo hay. Tarde o temprano el alma alcanzará un estado de aceptación y de comprensión de la situación. Siempre hay una razón viable para lo que parece ser una partida prematura desde el plano terrestre. Morir nunca es casual o azaroso, nunca es una coincidencia.
Mientras se extiende vuestra estancia en el otro lado, vuestro espíritu se expande dentro de niveles más amplios y más profundos de conciencia. Soltaréis cada vez más los modos de pensar y de sentir a los que estuvísteis acostumbrados en la Tierra. Esencialmente, regresáis gradualmente al centro de quienes son, vuestra alma, la chispa divina interior. Cuanto más entráis – o, mejor dicho, regresáis – a ese estado de conciencia, más os desprendéis de la personalidad terrestre y de la dimensión de la Tierra. Sentiréis un flujo del ser que se extiende más allá de ese aspecto vuestro. Entraréis en contacto con otras vidas que pasásteis en la Tierra, encarnaciones en donde personificásteis otros aspectos de vuestra alma. Tomáis consciencia del espacio sin límites que es vuestra alma y de las muchas experiencias que habéis acumulado en vuestro viaje por el universo.
Cuando ahora la gente en la Tierra se conecte con vosotros, ellos sentirán a una persona que ha ganado en sabiduría y en amor espiritual. De hecho, a medida que os aproximéis al centro de vuestra alma, estáis dejando el plano astral y estáis accediendo a lo que yo llamo el plano esencial, el reino de la Esencia. La mayoría de las personas permanecen en el plano astral por bastante tiempo después que han muerto. Ellos miran hacia atrás a su vida en la Tierra y reflexionan sobre todas las experiencias por las que han pasado. En el reino astral podéis experimentar tanto alegría como depresión, ambas emociones, positivas y negativas. Vuestros alrededores reflejan vuestra realidad psicológica interior. Las emociones, con las cuales tenéis que llegar a un acuerdo, adquieren la forma de colores, paisajes y encuentros. Con frecuencia visitáis este plano astral en vuestros sueños llenos de símbolos, así que estáis familiarizados con este campo de conciencia. En vuestra literatura esotérica, cuando los sueños hablan de muchas capas o esferas en la vida después de la muerte, extendiéndose desde la oscuridad a la luz, se están refiriendo al plano astral.
En el plano astral tenéis la oportunidad de escoger el equipaje emocional que trajísteis con vosotros de vuestra reciente vida en la Tierra. En esto sois asistidos por varios guías amorosos. En cierto momento, una vez resueltas vuestras cargas, soltaréis todas vuestras ataduras y vuestro dolor emocional y estaréis preparados para moveros por completo más allá del plano astral. Ahí es cuando pasáis al plano de la esencia. Cuando esto sucede es como una...segunda muerte. Dejáis voluntariamente atrás todo lo que no pertenece verdaderamente a vosotros, anhelos y deseos personales incluidos y os permitís fundiros con el Yo superior, vuestro centro divino. En el momento en que pasáis al plano esencial, seréis conscientes del inmenso poder que os mueve. Experimentaréis vuestra unidad con Dios.

El plano de la esencia, el plano del Yo eterno, es el asiento de la conciencia divina desde la cual se origina toda la creación. Yo os pido que os toméis un instante para conectaros con ese plano, aquí y ahora. No está lejos. Lo atraviesa todo, tanto al plano astral como al plano terrenal; atraviesa al cosmos entero. La presencia que sentís aquí es la presencia de Dios, pura y no contaminada. Podéis sentiros como un profundo silencio, completamente pacífico pero rebosante de vida y de creatividad. Desde esta fuente brota toda la creación y a esta fuente deberá retornar.
Cuando alcancéis el plano esencial en la vida después de la muerte, seréis capaces de hacer elecciones conscientes en cuanto a vuestro destino futuro. En este plano podéis planear, con la ayuda de maestros y guías, otra encarnación en la Tierra, o trazar un viaje diferente, dependiendo de vuestras metas. En el plano esencial poddéis oír claramente la voz de vuestra alma. Es desde este plano que vosotros alguna vez dijísteis “sí” a la vida en la cual os halláis ahora.

Tomáos un momento para recordar cómo se siente estar en este plano. Cuanto más conscientes os volvéis de esta dimensión durante vuestra vida en la Tierra, más fácil será morir pacíficamente y, tras vuestra muerte, moverse más allá del plano astral hacia el plano de la esencia.
La muerte no es nada más que una transición, una de las muchas transiciones que pasan en la vida. El nacimiento es una transición. La vida en la Tierra conoce tantos momentos de transición, de pasar y liberar. Tan sólo piensad en esto... El cuerpo en el cual residís ahora, en algún momento ha sido muy diminuto, un pequeño bebé vulnerable. Y aún así vuestra alma, la esencia divina dentro de ustedes, ya estaba trabajando a través de vosotros cuando érais ese pequeño bebé vulnerable. Cuando alcanzásteis la madurez, muchos de vosotros fuisteis devorados por las demandas que la vida en la Tierra puso en vosotros, y os enfrentásteis a miedos y dudas. La conciencia de vuestro centro divino, vuestra alma, fue empujada al fondo de vuestra mente, allá desde donde no pudiera impediros, en toda su magnitud, la experiencia del abandono. Sin embargo, llegaron momentos en svuestra vida en los que la dimensión de la conciencia divina se abrió otra vez. Esto a menudo sucedió en momentos críticos, durante los cuales tuvísteis que liberar, cuando tuvísteis que decir adiós a alguna circunstancia a la que os habíais apegado...Quizás fue decir adiós a un ser querido, tal vez abandonar un trabajo; cualquier argumento concebible. Tales acontecimientos son transiciones que se asemejan a la muerte, no en un sentido literal sino a un nivel psicológico. A vosotros se os pide que liberéis a un nivel profundo la luz divina que arde dentro de ustedes. Y es exactamente en esos momentos de crisis que podéis comenzar a sentir la realidad de vuestro Ser Eterno, tal como está sucediendo en estos precisos instantes. Esta realidad permanece con vosotros incondicionalmente, incluso cuando todo a vuestro alrededor se desmorona y desaparece. Y así es cuando llega a la muerte física. Si en ese momento sois los suficientemente valientes como para liberar, el plano de lo eterno os abrazará y experimentaréis una conciencia muy fuerte de quiénes sois en realidad.

Morir en rendición consciente es un acontecimiento sagrado, lleno de vida y de belleza. La majestuosidad de lo que se está desplegando será tangible para aquellos que estén presentes. Cuanto más hayan experimentado, aquellos que están presentes, “el morir en vida”, más serán llenados con una admiración y reverencia acerca de la transición que están presenciando.

Con respecto a todas las transiciones disponibles en la creación, extendiéndose desde el nacimiento físico y la muerte hasta momentos de intenso desprendimiento emocional durante la vida, la cuestión esencial siempre está no en si sobreviviréis, sino en si sois capaces de retener la conexión con vuestro propio centro divino. La cuestión es, ¿podéis permanecer en contacto con el plano de la Esencia, vuestros orígenes, el latido de la Creación? Conectaros a menudo con el plano esencial durante vuestra vida material es la mejor manera de prepararse para la muerte, y para lo que se halla más allá. Al volveros conscientes ahora – antes de la muerte física – de que el verdadero centro de quienes sois no depende del actual cuerpo físico en el cual residís, ni de la identidad que asumís e interpretáis en el mundo, os liberaréis para suavemente hacer la transición una vez que llegue el momento.
Conectaros con el plano esencial es una elección que hacéis. El simple hecho de morir no va a acercaros a eso. Después de morir seréis casi la misma persona que sois ahora, aunque dotados de diferentes posibilidades y con más amplias perspectivas. Pero la cuestión crucial siempre permanece: ¿Os recordáis? ¿Sois capaces de conectaros conscientemente con esa dimensión de eternidad que fluye a través de vosotros y que os inspira?

Vosotros sois Ángeles de Luz, profundamente amados, no-perecederos, eternos. Conservad la fe en esto porque es vuestra Realidad. Permitíos ser confortados y sostenidos por este conocimiento cuando llegue vuestra hora de morir; Entonces...y ahora también, mientras afrontáis los asuntos de vuestra experiencia cotidiana.
Para morir pacíficamente, se os pide que os desprendáis, a nivel interno, de cualquier cosa que os ate a la existencia terrenal. Practicad este desprendimiento continuamente mientras estéis viviendo, y estaréis preparados para morir. Esa práctica os conducirá, por añadidura, a disfrutar de la experiencia de vivir como nunca la habíais sentido antes.
Os podéis estar preguntando: “¿No es acaso una tragedia desprenderse de la vida, precisamente cuando la estás experimentando?” La respuesta es: “No. Desprenderse es el testamento de un Espíritu verdaderamente Poderoso.”
¿Qué significa entonces desprendimiento? Significa que prestáis atención a la esencia, que no permanecéis aferrados a asuntos no-esenciales. Significa que no contribuís a alimentar y generar drama emocional innecesario; significa que experimentáis alegría en las cosas simples de la vida. Practicar el desprendimiento y permanecer sintonizados con el plano de la esencia implica ser consciente de una dimensión oculta, la cual yace directamente debajo y detrás de lo observable. Significa renunciar a los juicios rápidos en términos de bien o mal, y confiar en una inteligencia cósmica que, en mucho, excede a la mente humana.
Muchos de vosotros estáis atrapados en una fiebre de creencias, en una vorágine de pensamiento. Pensáis en la vida, y cómo enfrentarla, febrilmente; cómo resolver los problemas, cómo llevan a cabo todas las cosas que pensáis que necesitáis/debéis hacer. El desprendimiento significa no tomaros tan seriamente este aspecto pensante de vosotros. ¿Esto es hacer algo trágico? No. En lugar de eso, trae luz y frescura a vuestra vida, a la que convierte en una experiencia lúdica. Al final todo depende de la perspectiva.

Es vuestro impulso excesivo a controlar que la vida se vuelve una lucha, agotadora y pesada. El desprendimiento trae paz a la mente, humor y atención. Ser consciente de la finitud de la vida inspira el deseo natural de cuidar de ella, de vivirla. Y es ahí donde vuestro centro divino puede fluir sin esfuerzo a través de vosotros, desde el plano esencial a vuestra realidad terrestre. Una vez que esto suceda, habréis conquistado la muerte antes de morir.

© Pamela Kribbe 2009

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martes, 4 de diciembre de 2012

Hasta siempre

Todos venimos de una madre...El nacimiento, un drama apartado de la memoria para quien nacer constituyó un acontecimiento traumático, (cachetes en el trasero incluidos)...y para quién no? ¿quién recuerda con facilidad los tres primeros años de vida –por no hablar del momento del nacimiento–a menos que el recuerdo hay sido inducido via terapia regresiva? Está demostrado que tendemos a olvidar todo recuerdo doloroso...

Nuestro nacimiento, un drama auto-censurado desde la noche de los tiempos, veladamente transmitido en historias incomprensibles hasta ahora de serpientes perversas habitando árboles de ciencia desde los que tentar los instintos de nuestros primeros ancestros. Un drama que, no obstante, pugna por salir a la superficie del olvido al que nuestro Neocórtex ha confinado. Un drama que aflora involuntariamente desde el back up de nuestro cerebro límbico, que rige el sistema nervioso parasimpático, por medio de esos lapsus linguae, chistes y sueños recurrentes que constituyen nuestra inconsciente 'válvula de escape' a la demencia de nuestra intelectualidad...la aceptada tiranía -pocos se atreven ya a negarlo- de nuestra adictiva racionalidad. Y sin embargo no podía haber sucedido de otro modo...estaba escrito que la más reciente ampliación de memoria cerebral, aquella 'nueva corteza' adquirida de modo prácticamente repentino hace aproximadamente 52.000 años, supondría un peldaño arduamente asimilable para un homínido que llevaba cerca de dos millones de años de armónica simbiosis con los ritmos del Planeta. Igual que las neotecnologías actuales, tan cercanas...y a la vez tan distantes de nuestra capacidad de asimilación.

Un drama de precipitada evolución, cuya traumática historia escapa del escindido inconsciente en canciones demoledoras como ésta, sublimemente interpretada por Jacques Brel, (se diría que escrita para él)...

Cuando, desde la deriva de este pasado y atropellado siglo XX, constatamos que nuestro reciente y tan soberbio intelecto no da ya más de si, como esa goma masticable que ha perdido todo su sabor, nos sigue quedando, afortunadamente, la música...mudo y grandioso testigo de esta gran epopeya humana.


Aquí, una versión más desgarrada (y subtitulada)...http://www.youtube.com/watch?v=dSfc662vXZU&feature=player_embedded


Todos tenemos un papel en esta vida y Jacques Brel, al igual que, por ejemplo, James Dean en 'Rebelde sin causa', no hace sino meter el dedo en una llaga abierta, la que todos (y todas: esta canción no es solo el aparentemente evidente lamento del varón por el abandono de su consorte) reprimimos más o menos tenazmente tras nuestra oxidada armadura de racionalidad. Una canción demoledora que TOD@S deberíamos no solo escuchar sino apropiarnos y cantar...para poder...SENTIR-la. Una canción que te transporta a las profundidades de tus sentimientos más ignotos, las vergüenzas más escondidas, los temores más inconfesos, en definitiva el secreto más REAL que puedes atesorar: tu verdad, la verdad. Sentir...afrontar, dejar de huir del abandono del que tod@s, cada un@ con sus personales circunstancias, fuimos objeto. Emocionarnos, es decir, confrontar legítima y valientemente la incomprensión de no haber sido vistos, abrazados, comprendidos, de haber sido tan solo fugazmente vistos, abusados (psíquicamente y quizá también físicamente)...aceptar que no fuimos...amados...Y clamarlo líbremente al Cielo, sin miedo ya a molestar, con el nada actuado desgarro que nos enseña Brel, con su cruda expresividad...sin ira, sin cólera, simplemente emoción liberada...un mensaje encriptado que los espiritistas decimonónicos –y aquello/as que ardieron en las hogueras inquisitoriales– avanzaron, el que Freud y Jung osaron exponer públicamente hace escasamente cien años y que ahora clama por ser, no ya desmenuzado, expuesto y analizado...sino comprendido y abrazado. Un mensaje integrador, crístico, búdico, solo decodificable desde un estado de voluntaria y consciente desnudez, de despojo mental, de des-abrigo intelectual...de renuncia al control, de entrega, de rendición a las circunstancias presentes, esas que actúan como espejos de la tiránica deriva del saboteador interno, ese ego aferrado a sus miedos...

Emocionarnos para tocar el fondo de nuestro pozo de lamentos inconfesos...jamás atendidos...

Toda una experiencia por vivir...y sin embargo no vivida sino sobrevivida, al menos en la etapa racional de nuestra evolutiva experiencia. Sobre-vivida...vivida por sobre...pasada de puntillas...por encima, vida no vivida, vida reprimida...El dolor no sentido, secuestrado por el miedo, ese tirano insensible que no reside en el despacho de ningún gobernante o directivo de una corporación, ni siquiera en una base militar subterránea compartida con extraterrestres reptoides, sino que albergas en tu mente, que te fuerza a creer que debes aprender de los errores y corregirlos para hacerte más fuerte, más resistente...más invulnerable, más racional, más mental, más de mente, más de-mente, más demente...Una mente clónica, heredada de los miedos de tus antepasados, pero que tú has venido a iluminar...

Las circunstancias, amparadas bajo el rótulo mediático de crisis, te están empujando al fondo del cuarto oscuro, para que todos los rincones censurados de esa cueva aterradora, sean iluminados. Un cuarto oscuro que merece ser iluminado...y VA A SER iluminado...así está escrito en los anales de nuestro destino...Todo esto está YA pasando y, ciertamente, no sin dolor, el mismo que sentimos cuando hicimos la seguramente traumática transición desde que el Hombre de Neanderthal tuvo que dear paso al Homo Sapiens Sapiens.

La oscuridad mental, el apego a la esclavitud mental interna se aferra a su trono oscuro y desacreditarla solo es viable desde el coraje de los valientes que se atreven a descender hasta los recodos más ténebres de la mente...y no para incursionar gratuita y lúdicamente, sino para facilitar el vómito emocional previo al merecido al baño de luz?

Es comprensible el estado catatónico en el que la vida privada de cada uno está sumida ante el tsunami de vertiginosos acontecimientos que están derrumbando todos los esquemas en los que se asentaba tu perspectiva de la vida, pero míralo así, (quizá te traiga serenidad esto): es muy probable que nos hallemos en la antesala de un nuevo salto para nosotros como especie (¿Por qué no? A fin de cuentas estos saltos evolutivos han acontecido a lo largo de la historia de la humanidad y por otra parte muchas culturas indígenas lo han augurado). Es muy probable que nuestra capacidad cerebral se halle ciertamente próxima a sufrir una actualización, en consonancia con la expansión que nuestras Consciencias individuales están experimentando en armoniosa simbiosis. Hemos dado pasos de gigante muy aceleradamente, no solamente en el terreno de las tecnologías sino también en términos de cuestionamiento de estructuras (tradiciones, creencias y normas...) hasta ahora incuestionables. Pasos que ya no vamos a desandar. Y el software que hemos ido actualizando, al igual que sucedió en otras ocasiones, precisa y está presto a entrar en consonancia y encajar en una nueva carcasa. Al igual que los ligerísimos dispositivos electrónicos que actualmente manejamos (y que para nuestros abuelos hubiesen sido inimaginables) un nuevo hardware más liviano y sutil, una nueva vestimenta, un nuevo cuerpo, está siéndonos actualizado. Quizá fuese esto a lo que se refiriesen los mayas con sus augúricas calendas...El fin del mundo tal como lo conocemos. Un evento de tan vastas proporciones que solo puede ser asimilado tomando unos pasos atrás, al igual que solo podemos maravillarnos de la imponencia de una catedral gótica cuando reculamos y tomamos la necesaria perspectiva...

En términos de una vida, pasar de la infancia a la adolescencia supuso una crisis para ti, verdad? Lo fue para todos. También lo fue para mi. Esa sí la recordamos. La memoria no nos falla hasta ese punto. Discusiones con nuestros padres, horarios que hasta entonces eran tranquilizantes reguladores de nuestra seguridad pasaron, de repente (!), a convertirse en dogmas atenazantes, de los que precisas liberarte. El paternalismo no cambia. De hecho el paternalismo tiene una función sagrada. Es la perspectiva de quien ha necesitado servirse de su protección –y del que ahora debe emanciparse– la que cambia. Cortar el cordón umbilical (¿realmente lo hiciste?). De eso se trata. En eso consiste dejar atrás el pasado...liberándolo de un papel esclavizante.

Re-conocer las profundidades del reprimido inconsciente se revela como condición sine qua non para finalmente rescatar de las mazmorras mentales nuestra Paz secuestrada, la paz latente que ahora pide (a gritos quizá) recuperar su gloriosa verdad, en consonancia con la de esas hebras (hasta ahora llamadas 'residuales' o incluso 'basura') de nuestro ADN que han esperado, durante 52000 años, este preciso momento para ser activadas por la lluvia de fotones solares que el Sol está liberando. Una paz entregada hace decenas de miles de años en la consigna del teatro de la vida....Una paz que estamos re-clamando y que vamos a recuperar AQUI y AHORA para, finalmente, comprender Quienes somos en toda nuestra magnitud...comprender el verdadero sentido del concepto de Unidad, de que no somos diferentes ni iguales, sino sencillamente UNO, habiendo experimentado la dispersión...

¿Qué hacemos en este mundo?, ¿Cuál es nuestra hoja de ruta común?, ¿de qué no-lugar y de qué no-tiempo procedemos, y qué sentido REAL ha tenido este Viaje, toda vez que aquello que considerábamos real, aquello a lo que hemos llamado 'la realidad', esos personajes (egos) de los que nos hemos vuelto adictos devotos, se desmorona bajo nuestros pies, demostrando, afortunadamente (no hay mentira que mil años dure), lo frágilmente apuntalado que estaba el teatro de la vida en esta ensoñadora obra. Un sueño a cuya lucidez estamos despertando. Un sueño que puede ser vivido, no ya más sobre-vivido, desde la experiencia lúcida del mismo. Quizá eso fuese también a lo que se referían los mayas...Una fase evolutiva que implica la recuperación de la lucidez para comprender nuestro eterno periplo, más allá de la lúdica experiencia en los densos mundos materiales.

Un viaje compuesto de muchos ciclos. Un viaje interminable –por mucho que te cueste asimilarlo, no tiene principio ni final– para esta joven humanidad parida en este mundo apartado de la Galaxia, uno de cuyos ciclos está siendo dado por concluido. Como un terrón de compactados granos de azúcar que un día cayó de las alturas e impactó violentamente contra la superficie lacada de tu mesa, ocasionando la dispersión de los granos que lo componían, así también en la memoria de cada grano estaba escrito el camino de regreso a casa, el que los mismos Hansel y Gretel desandaron para regresar al hogar paterno del que fueron expulsados por Yahweh, el camino de regreso a la unidad, ese terrón de azúcar que cíclicamente se desparrama y se vuleve a aglutinar.


Un parto a una nueva perspectiva, a un nuevo enfoque de la existencia, a un ciclo astrológico que llega a su meta exhausto de tanto defenderse, de tanto batallar, gastado de necesitar tener razón, inservible de tantos parches, ajustes y reparaciones...Desde la sabiduría que confieren las heridas suturadas (cicatrices) del corazón, Piscis, el último eslabón de la cadena de Eras, entrega su testigo al adalid del desapego, Acuario.

Ne me quitte pas...Una canción para que te la apropies y le exprimas todo el jugo que contiene...porque eres tu el que la canta, el que la siente...en este último tramo del oscuro túnel de ignorancia. Una canción para que la sientas y te atrevas a abandonar tus cuidados, a la Providencia, entregando tu control a la santidad que TE anima, una canción para que te rindas al insondable misterio de tus sentimientos...para que exprimas el llanto resentido y corrosivo, el llanto guardado de las lágrimas no lloradas...sin explicaciones, sin argumentos, sin razón, un llanto que simplemente es...para que toques fondo en esta piscina de lodo mental y puedas darte el impulso que proyecte todos tus potenciales.

...

Este es nuestro último post de cosecha propia. Quizá haya alguno más, pero serán retransmisiones de otras fuentes. Cualquier cosa más, por grande que sea la tentación de continuar, sería redundar más en todo lo escrito hasta ahora. Nada más por nuestra parte, salvo agradecerte haberte interesado por alguna de las entradas publicadas y no haber caído en la tentación de juzgar al mensajero cuando no has comulgado con su mensaje. Llega el momento del silencio...
Feliz Re-nacimiento.

Lo siento,
Discúlpame,
Te amo
Gracias.

 

domingo, 2 de diciembre de 2012

12

Lo medimos todo. Calculamos los pesos, volúmenes, temperaturas, velocidades, alturas, densidades, frecuencias, etc. de cualquier objeto o circunstancia que experimentemos. Lo hemos hecho desde que adquirimos la perspectiva racional de enfrentar la vida. Hace 50.000 años el homo sapiens no efectuaba mediciones. Y sin duda que seguimos conviniendo en la incuestionable necesidad de medir uno de los parámetros que más nos fascinan: nuestra antigüedad, es decir, nuestro tránsito, el lapso existente entre nuestro nacimiento y nuestra defunción. Medimos nuestra evolución haciendo uso de una dimensión llamada tiempo. Cronometramos y celebramos nuestros cumpleaños. Medimos el tiempo en 'este' mundo en función de las revoluciones (órbitas) que 'este' planeta que habitamos ejecuta alrededor de la estrella primordial de nuestro sistema solar, el Astro Rey, el Sol. Sin embargo hubo un tiempo en que no existía el tiempo...

Es científicamente demostrable que la Tierra tiene una edad determinada. Su origen es constatable y nunca ha sido negado. Desde la óptica de un evento cósmico demostrable, acaecido hace alrededor de 4.500 millones de años, los llamados doctos del siglo XX denominaron Big Bang (Gran impacto/detonación...) a una gran explosión teórica que persiste en tratar de explicar el origen del Universo entero.

Según la ciencia más reciente, los planetas de nuestro sistema solar, son 8: 1.Mercurio, 2.Venus, 3.Tierra, 4.Marte, 5.Júpiter, 6.Saturno, 7.Urano y 8.Neptuno (Plutón -GaGa para los sumerios- fue desacreditado como planeta en 2006 cuando 2500 científicos reunidos en Praga consensuaron que su diámetro -inferior al de nuestra misma Luna- y su poco habitual órbita, desautorizaban su presencia en el panteón planetario ortodoxo. Desde entonces es un 'planeta enano'). Sin embargo, la civilización sumeria, aquella que antecede a la egipcia en 1500 años, nos ha legado gráficos –en forma de tablillas de arcilla grabadas con cuñas (escritura cuneiforme) por sus herederos babilónicos– que atestiguan el conocimiento, por parte de esa antigua humanidad, de la existencia no solo ya de los 8 planetas mencionados (recordemos que Urano, Neptuno y Plutón, tan sólo han sido 'descubiertos' por la ciencia contemporanea en 1690, 1846 y 1930 respectivamente, lo cual otorga a todas luces, un crédito innegable a los registros sumerios) sino que igualmente describen –junto al Sol, 'nuestra' misma Luna, y al hoy defenestrado Plutón– la resultante presencia de un 12º cuerpo celeste íntimamente vinculado a nuestro Sistema Solar...



¿Cuál es ese duodécimo cuerpo celeste?

Según el portentoso estudio compilado por Zachariah Sitchin –fallecido en 2010 y quien, convengo con mi amigo Bob Dean, probablemente sea el erudito que recientemente más haya acreditado merecer la concesión del Nobel de la Paz–, las llamadas tablillas sumerias establecen la presencia de una órbita adicional, sumamente extraña por su forma exageradamente elíptica, y testimoniada por la presencia del cinturón de asteroides que separa a Marte de Júpiter, que pertenecería a un planeta 'intruso' que tarda 3600 años terrestres en recorrerla. Ese planeta tiene un nombre: Nibiru, el planeta del 'cruce'.

Posteriormente rebautizado como 'Marduk' por los babilonios (ver también Maldek), los registros conocidos más antiguos que relatan la existencia de Nibiru se remontan a aproximadamente 5800 años atrás. Tal como describen las tablillas de arcilla recuperadas de la antigua biblioteca del rey Assurbanipal, en la desaparecida ciudad de Nínive (en el territorio actual de Irak), Nibiru es el cuerpo celeste que atravesó ('cruzó') los dominios de nuestros vecinos planetas, determinando, en función de la ingerencia de su masa y fuerza gravitatoria, las órbitas de los mismos (hasta entonces errantes), dando, asímismo, inicio al ciclo de la vida biológica en el planeta que ahora llamamos Tierra (a la que los sumerios se refirieron históricamente como 'Tiamat', posteriormente al impacto se renombraría 'Ki') como consecuencia del impacto producido entre uno de los 4 satélites de Nibiru y la propia Tiamat. Y todo ello sucedió, tal como confirman las tablillas de arcilla, hace precisamente 4.500 millones de años, coincidiendo con la datación ofrecida por la ciencia actual.

Los sumerios por supuesto transmitieron oralmente dicho acontecimiento. Y la civilización hereditaria babilónica, lo registró de modo escrito hace alrededor de 3.500 años por medio de un relato que hoy calificamos como poético y que hemos convenido en titular (prosaica y vana costumbre contemporánea la de otorgar títulos) tal como enuncia la primera frase de dicho poema...Enûma Elish ( Cuando en las alturas...)


"Cuando en las alturas los cielos no habían sido nombrados,
la tierra firme abajo no había sido llamada con nombre;
Nada salvo el Apsu (El Sol) primordial,
su progenitor (?) Mummu (Mercurio) y Tiamat (estadio previo de la Tierra), la que dio a luz a todos,
Sus aguas, como un solo cuerpo, confundían;
Los desechos del junco no se habían hacinado,
El carrizal no había aparecido;
Cuando cualesquiera de los dioses (planetas) no habían sido traídos al ser,
ni llamados con nombre, no destinados sus destinos (no establecidas sus órbitas, hasta entonces errantes),
sucedió que los dioses (planetas) fueron formados en el seno de ellas (las aguas)...
Nibiru fue visto por primera vez por nuestros científicos allá por 1987 y hemos estado sintiendo sus efectos desde 1996. Nibiru se halla ya en las proximidades de nuestro sistema solar y ha sido detectado por medio de satélites dotados de dispositivos de detección por infrarrojos (IRAS) y se dirige hacia la Tierra en su ruta rutinaria por nuestra galaxia. Es por esto que estamos sintiendo sus efectos. La NASA y otros grupos gubernamentales saben esto muy bien, por mucho que insistan en desmentirlo públicamente...


Robert Harrington (camisa blanca y corbata en el video) murió a consecuencia de un repentinamente sobrevenido cáncer de esófago, meses después de aceptar ser entrevistado por Zecharia Sitchin. La viuda del mismo Sitchin, entre otros, no dudó en atribuir su muerte a una conspiración para acallar la discordante voz del astrónomo asesor de la marina estadounidense.

Nibiru es aproximadamente entre tres y cinco veces el tamaño de la Tierra. Procedente de los confines del espacio exterior, originalmente fue un planeta puesto fuera de órbita cuando tuvo lugar la implosión/explosión de Sirio B (recuerda que Sirio B, una de las estrellas de la constelación Alpha Canis Maioris, apenas tiene el volúmen de la Tierra y sin embargo tiene la masa de nuestro Sol. Tal densidad corrobora la teoría de la implosión. No en vano es considerada una 'enana blanca').

Indudablemente los efectos de Nibiru están ya siendo sentidos por toda la humanidad. Debido a su tamaño masivo, Nibiru está ya afectando a nuestro tiempo atmosférico y nuestra frecuencia planetaria (Schumann). La presión ejercida por su masa, desplazándose, una vez más, en nuestras proximidades, está creando presión sobre el Sol. Digamos que es como apretar con la mano un tomate hasta que su piel empieza a rasgarse. Estas roturas son las llamaradas y tormentas solares. El Sol está cambiando, emitiendo más luz. Como si fuésemos una bombilla de 75 vatios mutando (metamorfoseándonos) en una de 150 vatios. Esto altera en pura lógoca nuestro ADN y activa los códigos dormidos dentro de él para empezar la transmutación de nuestros cuerpos físicos de una base de carbono a una base cristalina (silicio).

Nibiru es nuestro despertador. Una vez se acerque a nosotros lo suficientemente, se descubra y se muestre abiertamente sin posibilidad de ser ya más censurado, provocará un cambio universal en la conciencia. La humanidad entonces se despertará al hecho de que no está sola en el universo y empezará a investigar la razón y propósito detrás de este gran planeta/nave. Será entonces cuando el conocimiento ancestral suprimido por las religiones y los gobiernos de la Tierra a fin de controlar al pueblo saldrá a la luz. La verdadera identidad de la humanidad se hará patente para todos y tendremos la oportunidad de abrazarla a una escala global. Las tormentas solares están íntimamente ligadas a las tormentas emocionales que todos estamos testimoniando a nivel colectivo y por supuesto en la esfera privada. Los secretos de familia no pueden ya ser ocultados por más tiempo, y Nibiru, también es nuestra familia...

Es tiempo de que nos movamos hacia la ciudadanía galáctica. Nibiru está aquí para ayudarnos como lo ha hecho en otros mimentos de nuestra historia, y ha ayudado a otros planetas a transitar por el mismo proceso, y continuará haciéndolo por muchos millones de años. Y quién sabe, quizá un día estarás a bordo, en ruta al próximo planeta listo para Ascender.

Quizá sea hora de que empieces a aceptar que los acontecimientos cósmicos tienen directa repercusión en ti y tus circunstancias como parte indivisible que eres de una unidad llamada La Creación. No estás sol@. Nada de esto es azaroso. Simplemente no pongas ya más resistencia...(solo te serviría para seguir sufriendo) ¿Cuesta? Pues claro que cuesta soltar el control sobre todo lo que acontece, pero vencer a la adicción de controlar es el paso previo para la Libertad...Déjate llevar.

"nunca es más oscura la noche que instantes previos al amanecer" (Lao Tse)

Más sobre Sirio y su relación con Nibiru, aquí.