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domingo, 29 de mayo de 2016

Y la bestia es...

-Hasta que se implantó el código árabe de numeración (1,2,3...), allá por el siglo VII d.C, en Roma y Grecia cada numero se escribia con letras, que tenían asignado un valor numérico (en numerología esto es aún vigente), es decir que cada persona tenía un número vinculado a su nombre. De ahí se desprende que tengamos un DNI numérico. Jesus/Yehshua era, por ejemplo, 444.
Pues bien, en el año 96 dC existió un emperador llamado Domiciano, apodado "la bestia" por su implacable y súbitamente sobrevenido odio y persecución de cristianos. A esa bestia es a la que se refería Juan en su manuscrito original del Apocalypsis, escrito desde su reclusión en la isla de Patmos, y su número era 616 ("y su número es el nombre de la bestia"). Antes que Domiciano, la bestia había sido Nerón, acusado de haber ordenado el incendio de Roma, que fue el primer autoatentado de falsa bandera, destinado a inculpar a los cristianos (y judíos), pues sus barrios fueron preservados de la catástrofe. Así la población empezó a odiarlos.
-Vaya, casualmente no había judíos trabajando el 11 de noviembre de 2001 en las torres gemelas del World Trade Center...
-efectivamente, ese dia era festividad judia.
Los copistas del libro del Apokalypsis (entonces no existía aún la imprenta) consignaron consecutivamente a las diferentes "bestias" imperantes durante 300 años con la numeración correspondiente, hasta que en 382 dC, Jerónimo de Estridón, "San" Jerónimo tradujo (interpretó a su parecer) al latín los textos bíblicos (vulgata) copiados hasta entonces en hebreo o griego, incluidos los pasajes del libro de las revelaciones de San Juan. En la más reciente copia manuscrita que se conserva de este libro, llamado en griego "del Apokalypsis", el número que figuraba asociado a la bestia era efectivamente el 666, correspondiente al emperador Juliano (362 dC), llamado el apóstata por los cristianos, pues promovía el regreso a la adoración a los dioses babilónicos. Por eso los cristianos lo llamaban también "la bestia". Desde entonces la biblia fue traducida ya siempre desde la versión latina de Jerónimo al alemán, español, francés y sus ulteriores copistas, hasta la aparición de la imprenta. Nunca más fue "actualizado" el número correspondiente al nombre de la bestia por lo que dicho numero siguió siendo el 666 hasta...nuestros días.
-Entonces el 666 del que tanto se hablaba hasta hoy en día en círculos mágicos y las redes están popularizando...


-La obsesión con el 666 actual es una paranoia reminiscente. Quizá algún Papa actual, cargo heredero de aquellos antiguos emperadores romanos y encarnación de alguno de aquellas dos bestias, merezca secretamente tal apelativo, no lo descarto...
-¿Será por eso que los Papas se cambian el nombre al ser elegidos? ¿Para maquillar su número?
-El primer Papa en rebautizarse fue Juan II, originalmente Mercurio, en 533 dC., curiosamente 100 años escasos depués de la traducción de la Vulgata latina por parte de San Jerónimo.
-Los ha habido muy bestias desde entonces, empezando por Borgia...
-Para algunos habrá sin duda sido una forma conveniente de pasar desapercibidos, de camuflar su verdadero nombre. Ya dije que "bestia" era el apelativo recibido por quien ocupando el trono de Pedro en el Vaticano, imperaba en el terreno político-religioso (y el Vaticano es eso precisamente), y se ocupaba secretamente de dinamitar las enseñanzas de unidad de Jesús de Galilea. Y qué mejor estrategia para conseguir ese propósito que autocalificarse con total impunidad vicario (sustituto) de Cristo, apropiándose y secuestrando una energía que es propiedad de todo ser vivo?

viernes, 27 de mayo de 2016

Souvenir, souvenir

-¿No te preguntas a veces de donde procede el pudor que tenemos los humanos a mostrar nuestra desnudez? Quiero decir, no hay un solo ser de otra especie que oculte sus órganos sexuales de la vista de sus congéneres o de la de miembros de otras especies.

-Nunca me había planteado esa cuestión. Es cierto que los humanos nos vestimos esencialmente para abrigarnos de las "inclemencias" climáticas. Sin duda se debe a que nuestra epidermis, mas fina y desprotegida que la de otros seres vivos mas adaptados al medio, no está "hecha" para aislarnos per se de los avatares climatológicos. Pero tienes razón, también es cierto que nos ponemos ropa interior bajo la ropa de abrigo y lucimos microvestimentas ajustadas que ocultan nuestras zonas erógenas para ir a la playa en verano. Actitudes que en el fondo insinuan, mas que ocultan, el conflicto latente.Y tú, cómo no, tienes una teoría al respecto...

- Verás, cada especie luce la percha que mejor se adapta a las condiciones del entorno que le es propio. Los pingüinos tienen una gruesa capa de grasa que, de vivir en el Sahara, les haría la existencia bastante incómoda. Las girafas usan su largo cuello para alimentarse de los brotes de las copas de ciertos árboles, brotes inalcanzables para otros seres vivos. Sin embargo el ser humano es peculiar pues puebla casi cualquier rincón del planeta y se alimenta de todo y más. Se pone o quita ropa en función del dntorno en el que escoge vivir. Escoge..¿te das cuenta? El homo sapiens es el primer y único homínido nómada del que se tiene noticia. Hoy nadie discute que hace 35 mil años nos dispersamos desde el sureste africano, el desierto del Ngorongoro en Tanzania, cuna de la humanidad al parecer, y desde entonces no hemos dejado de conquistar ingeniosamente parcelas del planeta, a pesar de que nuestro cuerpo físico precisa de suplementos para desenvolverse. Digamos que el planeta se convirtió, en cierta medida y en un momento determinado de nuestra evolución, en un medio hostil para nosotros. Hostilidad que hemos sabido domesticar como ninguna otra especie viva se ha propuesto.

-¿Quieres decir que hubo un cataclismo que nos hizo la vida más complicada?

-Sí, pero no del tipo que imaginas...

-¿a dónde quieres ir a parar?

-Verás, si es cierto, como afirman los evolucionistas, que venimos del mono, y los monos no necesitaron abrigarse de un modo extraordinario de las adversidades climáticas más allá que refugiarse en cuevas, ¿qué circunstancia desencadenó en nosotros, los humanos, que teóricamente procedemos de ellos, la necesidad de abrigarnos? ¿Qué pulsión ignota nos empuja a descubrir lugares más allá de la necesidad de sobrevivir? Quiero de ir, ningún otro ser vivo hace turismo, que yo sepa...

-Hay monos o elefantes que pintan....

-...por que les hemos enseñado y nos han visto hacerlo. En todo caso no fabrican museos donde exponer sus pinturas, ni organizan concursos de pintura para jovenes elefantes talentosos, ni especulan con el valor económico de las obras. Esto del arte, convengamos, es esencialmente humano. En fin, a lo que ibamos. El pudor respecto a la intimidad sexual tiene una frontera que linda muy sutilmente con el exhibicionismo. Los humanos somos seres polarizados, gozamos visitando y experimentando extremos. Pero el problema no es ese. Tener experiencias es enriquecedor. La cuestión es que esas experiencias se han vuelto adictivas. Un pollo descabezado hará cosas, antes de estirar la pata, que ningún otro pollo en su sano juicio haría.

-¿Quies decir que hemos perdido la cabeza?

-Yo diría que le hemos dado tanta importancia a la cabeza, a pensar, que se ha vuelto un lastre demasiado pesado. Es como si hubiésemos cargado un vehículo con el triple de combustible necesario para realizar una travesía y el peso de dicho exceso de combustible, lastra la marcha hasta hacerla inviable a veces.

-¿y ¿por qué habríamos de haber hecho tal cosa?

-¿Te suena la palabra "miedo"?

-Miedo a qué?

-A no llegar...

-¿A dónde?

-esa es la cuestión: no lo sabemos. Hacemos preparativos para travesías que nunca acaban de completarse. Siempre surge algo por el camino que trastoca todos los planes, todos los proyectos que el hombre en su pretenciosa creencia, despliega. Nos ponemos metas inalcanzables con la intención de justificar la creencia en la teoría evolutiva. Creemos que somos un peldaño en una escalera ascendente y buscamos ingenios para catapultarnos lo antes posible al final de esa escalera.

-¿y esa escalera no existe?

-como te lo diría...esa escalera es una invención mental, una idea fruto de la idolatría por el empirismo, por la selección natural. Te advierto que estamos cerca del punto en que decidas llamarme loco y abandonar la conversación.

-Sigamos.

-Bien. Habrás leído que recientemente se publicó un artículo científico. En él los investigadores llegaron a la conclusión, tras sesudos razonamientos, de que la razón de nuestra mayor volumetría craneal respecto de los primates u otros homínidos, se debía a que en un momento determinado decidimos dejar de masticar hierbas y alimentarnos de carne, lo cual redujo la funcionalidad y consecuentemente el tamaño de nuestros maxilares. Afirman que eso desencadenó paulatinamente el aumento de la volumetría craneal...

-no termino de ver la relación, pero pareciera una campaña publicitaria subliminal de McDonald's.

-Y no tan subliminal...jajaja. Yo tampoco veo la relación. La cuestión es que el homo sapiens, es decir nosotros, es el primer homínido nómada, que entierra a sus congéneres tras de si. Es el primer homínido que observa el cielo en busca de sincronicidades y conjunciones estelares, el primero que es capaz de representar gráficamente a otros seres vivos (los pinta en cavernas). ¿Dónde y cuándo se sitúa el punto de inflexión en la historia que catapulta a una de las ramas de homínidos hasta nuestro actual estado evolutivo?

-El cataclismo que me anunciaste antes?

-Sí.

 

Hace mucho tiempo...

Hace mucho, mucho tiempo, en la casa de nuestros antepasados, se presentó un invitado inesperado. A pesar de sus extravagantes procedimientos y maneras orgullosasenerosos como éramos por naturaleza, no dudamos un instante en darle cobijo. Así de generosos éramos. Y es que nunca habíamos tenido miedo de lo extraño, de lo desconocido. Teníamos miedo, sí, de las inclemencias de los elementos conocidos (las fieras, el clima...) de los que sabíamos protegernos y al tiempo respetar y honrar, es decir convivir, pero no sabíamos temer a lo desconocido.
Llegó y se instaló. Y poco a poco fue apropiándose de la vivienda. Empezó a aconsejarnos, a organizarlo todo, a cambiarnos las costumbres, a juzgar, a planificar...nos enseñó a pensar. Estaba en su ADN. No podía evitarlo. Era así, diferente a nosotros. Lo cierto es que nunca dijo cuándo se iría. De hecho, sin apenas darnos cuenta dejó embarazadas a nuestras hermanas e hijas, que eran suficientemente compatibles con él en términos genéticos (hermosas, las llamaron). Y nuestros nietos empezaron a dejar de ser simplemente como nosotros y nuestros padres siempre habían sido. Querían más, anhelaban parecerse a sus heróicos/beligerantes y combativos padres. La convivencia se fue haciendo insostenible. Abandonamos nuestras tradiciones e incorporamos las del invitado. Nuestros recuerdos empezaron a borrase de nuestras memorias. Al cabo de tres generaciones ya no sabíamos quienes éramos. Estábamos confundidos. Y la única salida a esa confusión parecía ser huir hacia adelante, imitar al invitado: correr, conquistar, vencer -y necesariamente derrotar a alguien (cuyos hijos no olvidarían esa afrenta), acumular. En el fondo buscábamos recuperar la confianza pasada en los ritmos tranquilos y naturales que vagamente sabíamos que nos pertenecía, pero no hallamos otro camino que anular la de los otros. Incluso las madres se contagiaban. Querían que sus hijos (y no los de otras) fueran los más poderosos y así les aleccionaban. Y claro, no había tiempo para condolerse, para sentir el dolor. No había tiempo para nada porque el tiempo pedía más madera, lo regía todo. Todo se estaba fragmentando por que todo se empezó a medir. Nada se observaba por completo sino en fracciones de si mismo. Nos habíamos fraccionado. No nos dábamos cuenta, pero estábamos aprendiendo a funcionar por reacción, aprendiendo a batallar. Todo se medía en función de las afrentas que debían ser resarcidas. Las bestias, antaño hermanas y en perfecta simbiosis con nuestros ritmos, huyeron despavoridas de nosotros. Tampoco ellas nos reconocían. Empezamos a observar a nuestra casa como un recurso que explotar antes que un hogar donde cobijarnos. Y la casa no se quejó. Aceptó su destino. No se rebeló. Al contrario. Aceptó abrir sus venas y entregarnos su simiente, su negro jarabe.
Pero un día la casa empezó a avisar de que su tiempo de aceptación había terminado. Que su karma se había cumplido y que iba a proceder a su refaccionamiento, pues el tiempo de las fracciones había concluido y regresaba el de la unidad. Hacía falta que recuperásemos la inocencia perdida para estar, de nuevo, abiertos a lo inesperado, sin prejuicios, sin miedosa lo desconocido. Algunos escucharon esa llamada de la Tierra y recordaron (religaron) con dolor todos sus recuerdos, desandaron con su memoria renacida el doloroso proceso de desarraigo que el visitante había producido. Y una vez recordado el momento del violento cambio, aceptaron. Y dejaron de batallar. Otros quedaron anclados a la deriva escapista. Y la Tierra se cobró su peaje.

jueves, 19 de mayo de 2016

Ay, qué cruz

-¿Tu crees en la reencarnación?
-Sí y no.
-Aclárame...
-El karma (en sánscrito: कर्म) es una energía trascendente, invisible e inconmensurable que se deriva de los actos de las personas. Según las leyes del karma cada una de las sucesivas reencarnaciones quedaría condicionada por los actos realizados en vidas anteriores. Una ley cósmica de causa-efecto. La lógica empírica de este mundo pero a niveles de consciencia más amplios. En occidente solemos decir "el que la hace la paga". Los hebreos la llaman 'Ley del talión'...En la India la creencia en el karma está asimilada hasta el tuétano. Sin embargo ellos aspiran al Nirvana, es decir, el estado de liberación tanto del sufrimiento (dukkha) como del ciclo de renacimientos.
-Es decir, creen en la verdad del karma pero aspiran a salirse de su rueda.
-Exacto. De la rueda de la fortuna-infortunio. Para ellos, ésta vida podría ser la última...
-Si 'se portan bien', no?
-Sí, si aceptan sus condiciones mundanas sin luchar contra las injusticias. Si has estado allí (yo sí) habrás comprobado que proporcionalmente hay más gente sonriente que en todo Occidente). Persiguen hacer -con las consabidas excepciones- a otros todo el 'bien' de que son capaces, lo que desearían que otros hicieran por ellos.
-Pero ¿eso no es amor interesado?
-No, el interés es manipular (engañar) las circunstancias para obtener un beneficio. Hacer el bien es hacer lo que consideras 'correcto' sin esperar que otros te premien (Mt 6:3).
-Entonces, mis actos están computados en un diario invisible...
-Tus actos y tus omisiones.
-Empiezo a sentirme culpable.
-La intención del karma es que detengas su rueda. Sentirte culpable no solo no la detiene sino que alimenta su vigencia.
-¿y cómo hago para dejar de sentirme culpable? ¿he de volverme un psicópata?
-Psicópata ya lo eras (y los que te rodeaban lo padecieron, lo creas o no) hasta que te has sentido culpable. Sentir culpabilidad es como aceptar el karma: no tiene vuelta atrás. Hasta que no es detectada, la culpabilidad hace su oscuro trabajo con la esperanza de ser reconocida, perdonada y liberada.
-¿De qué soy culpable?
-De nada.
-Entonces, por qué me siento culpable?
-Porque te CREES culpable. Para liberarte de esa creencia no necesitas flagelarte la espalda como los penitentes en semana santa. Ellos no han entendido nada, pues creen que padeciendo la tortura de Cristo se equiparan con él. Basta que reconozcas a tu niño interno inocente, cargado con la losa de la culpa que le entregaron en nombre de sus ancestros y que le ha obligado a caminar triste, inclinado/sometido al dictado de la autoridad externa. Solo una rebelión interna/íntima provocará que tu nave deje de poner proa hacia los arrecifes. Es como si hubieras guardado bolsas de basura de tus vecinos en tu casa. Ya ni recuerdas cuando sucedió (la escalera te conducirá a ese lugar/momento). Técnicamente consiste en que se las devuelvas.
-Una especie de via crucis?
-Verás, la (inexistente) culpa (mancha, pecado original...) es la primera que desea abandonarte, pero no lo hará hasta que reconozcas los eventos que te hicieron adherirte a ella como un salvavidas, las circunstancias que la provocaron...hasta que no restituyas a tu cuaderno de bitácora las páginas que lanzaste por la borda porque eran demasiado incómodas de asimilar, no se te permitirá librarte de la obligación de hacer anotaciones en él.
-Hasta dónde/cuando debo retrotraerme para identificar esas circunstancias?
-El origen de esa culpabilidad es muy antiguo, todo lo antiguo que te atrevas a reconocer. Puedes visualizarlo como un descenso por una escalera de caracol al sótano que nunca supiste que existía en tu casa. Cada peldaño descendido es un recuerdo recuperado. Tu memoria lo agradecerá (falta te hace).
-No sé si podré/sabré.
-Lo está haciendo más gente de lo que imaginas. Ten fe. Tendrás ayuda (el maestro llega cuando el alumno está dispuesto)

Gestación subrog(b)ada


-Cierto, hombres que se enamoran de hombres; mujeres de mujeres, ¿qué tiene de extraño? Viva la diversidad en ese aspecto también.
-Eso, ¿por qué habría por ejemplo un hombre de preferir a una mujer a la hora de expresar sus afectos?, ¿será porque en el fondo la atracción por las mujeres no oculta sino el deseo de asegurarse el acceso a la cópula sexual?
-Bueno, si fuera exclusivamente por eso serían las mujeres, más intuitivas, las que rehuirían al macho hostigador.
-Ya lo hacen las que se dan cuenta de que detrás del seductor galán no hay sino un violento dictador machista.
-Para eso es preferible rehuir directamente a las mujeres: en el fondo solo atienden a la ancestral y obstinada llamada de la procreación. Al fin y al cabo la homosexualidad podría estar siendo el perfecto mecanismo que Dios ha ideado para dar por terminado el experimento mundial de la reproducción sexuada, para que así atendamos de una vez a los afectos sin distinción de género. Un solo amor. Aunque eso conduzca a la extinción de una raza entera (la 'blanca'?), quizá el destino de cualquier raza sea eclosionar e implosionar cíclicamente.
-Sí. Aunque...mmm, un momento!
-¿Qué?
-Pues que muchas parejas homosexuales delatan un paradójico anhelo de perpetuarse genéticamente.
-Cierto. Es verdad...las rechazan inconscientemente pero no tienen reparos en utilizar su "funcionalidad gestacional". Gestación subrogada lo llaman. Un pastel (negocio) con el que muchos intermediarios quieren lucrarse. Y la bala se les está disparando por la culata...

-Si lo miras bien es aberrante...recurren al alquiler de úteros a miembros de la especie humana con los que nunca se emparejarían, a...mujeres!
-En verdad, es paradójico. Aunque para que eso tenga lugar debe haber una mujer que se ofrezca (prostituya?).
-Según tengo entendido son mujeres "pro choice", que recurren a un puntual sobresueldo con el que permitirse un capricho inalcanzable de otro modo; un sobresueldo que los dos futuros papás obviamente se pueden permitir ofrecer dado su alto standing, pues no es barato comprar un ser humano (120 mil euros en EEUU). Mujeres en cuyos úteros se gestarán durante 9 meses los óvulos previamente fertilizados -consensuadamente- por uno de ellos. Óvulos donados de forma anónima por otra mujer a las que nunca conocerán (ni ellos ni las criaturas que sean engendradas de dicho experimento), embriones que se convertirán en niños que a fin de cuentas van a multiplicarse sobre la faz de la Tierra, nacidos del vientre de...MUJERES!, a las que tampoco tendrán derecho a conocer/amar (y te garantizo que lo desearán) una vez paridos y entregados a sus compradores.
-Sí, es como una adopción pero con derecho genital. Vaya, me pregunto cómo puede una mujer alquilar su útero a cambio de...dinero. Gestar un ser humano en lo más íntimo de su cuerpo y luego, si te he visto no me acuerdo? Hay que atravesar un trance muy psicótico para sobrevivir a ese delirante comportamiento. ¿Y si el ser concebido de este modo resulta ser una niña que un dia decide procrear directamente con un varón?¿como le explicarán a esa futura mujer que a ella le arrebataron el derecho a tener una madre y a integrarse en ese rol con una referencia presencial válida?
-Mmmm, es probable que ella acabe reprochàndoselo. Pero creo que te contestaré con otra pregunta ¿Y si la homosexualidad fuese en realidad una consecuencia -y no la causa- de la homofobia? Quiero decir, que buscar a una pareja de tu mismo sexo responda a un anhelo irresuelto de satisfacer el complejo de Edipo y Electra (enamorarse de mamá o papá) inconclusos en las etapas claves de la infancia por la ausencia de uno de los progenitores? Si esta regla se cumple, entonces la niña de que me hablas tiene todos los números pra ser lesbiana. Buscaría en una pareja (sujeto de deseo) a la madre que no tuvo (por mucho que uno de sus padres tratase de reemplazarla). Por no hablar de que las parejas homosexuales también se divorcian...
-Me parece que aquí los menos tenidos en cuenta son precisamente los niños, que son como siempre el objeto de disputas de poder, sean maricas o no los padres. Por cierto la bandera está invertida y le falta el color añil del sexto chackra...
-"Nobody told me there'd be days like these, strange days indeed, most peculiar mama" (John Lennon)