Queridos Amigos,
Me da mucho placer estar nuevamente con vosotros. Estoy muy contento de estar en vuestra compañía.
Tenéis una tendencia a verme a mí, o a personas como yo, como maestros, pero nosotros no lo vemos así. Nosotros os vemos a vosotros siguiendo vuestro camino en la Tierra en una época difícil, un tiempo en el que muchas cosas están cambiando. Y nosotros os observamos madurando hacia vuestra propia maestría. Os vemos convirtiéndoos en los maestros que vosotros a veces todavía buscáis. Y de esto se trata todo: ¡encontrar vuestra propia maestría! No sigáis, ni mucho menos veneréis, a ningún maestro o gurú que sea puesto ante vosotros por tradición o por libros o por algo que alguien más os esté diciendo. Encontrar vuestra propia maestría, de esto se trata.
Hoy me gustaría hablar sobre un tema que se extiende tiempo atrás en vuestra historia: las energías masculinas y femeninas. Estas son viejas energías, con las cuales mucho está sucediendo ahora mismo.
Primero, quisiera decir algo con respecto a la naturaleza de lo masculino y de lo femenino.
Estas energías son dos aspectos del Uno. Por lo tanto ellas realmente no son opuestas o dualísticas, ellas son uno; son dos caras de una misma energía.
La energía masculina es el aspecto que está enfocado exteriormente. Es la parte de Dios o del Espíritu que conduce a una manifestación externa, que hace que el Espíritu se materialice y tome forma. Por lo tanto la energía masculina comprende una intensa fuerza creativa. Es natural para la energía masculina estar altamente enfocada y orientada hacia un fin. De esta manera, la energía masculina crea la individualidad. La energía masculina os permite separaros de la Unidad, de la Totalidad, y poneros de pie solos, y ser un individuo específico.
La energía femenina es la energía del Hogar. Es la energía de la Fuente Primordial, la Luz fluida, Ser puro. Es la energía que aún no se ha manifestado, el aspecto interno de las cosas. La energía femenina es oceánica y lo abarca todo; no diferencia o individualiza.
Ahora, imaginad a la energía femenina volviéndose consciente de un cierto movimiento dentro de ella, de una leve inquietud, un deseo de… extenderse hacia fuera, más allá de sus límites, moverse fuera de ella misma para lograr experiencia. Hay un deseo por algo nuevo, ¡deseo de aventura! Y entonces llega a ella una energía que responde a ese deseo. Es la energía masculina que quiere estar a su servicio y la ayuda a manifestarse de ese modo, en forma. La energía masculina define y moldea a la energía femenina; y por su cooperación la suma total de energías puede tomar una dirección completamente nueva. Una nueva realidad puede ser creada en la cual todo puede ser explorado y experimentado, en cualquier forma cambiante de manifestación.
La danza de lo masculino y de lo femenino lleva hacia delante el espectáculo fluctuante de la realidad creada, de su creación. Éste es un espectáculo de gran belleza, en el cual las energías masculina y femenina se adoran mutuamente, y celebran su cooperación y juguetona unión. Y así es como debería ser. Las energías masculina y femenina deben estar juntas, son dos aspectos del Uno y juntas celebran la alegre manifestación que la Creación se supone que debe ser.
Ha sido dicho que en la comprensión final de quienes sois, la única verdad que importa es: YO SOY. Y en este mantra místico, precisamente aquellos dos aspectos se funden. En el YO está la energía masculina, en el SOY la energía femenina. El YO es constrictor, diferenciador, da foco, da dirección, individualiza: Yo, no el otro, Yo. Y luego el SOY. El SOY es oceánico, todo envolvente; refleja el océano del Hogar, la energía femenina, la inagotable fuente que no comprende límites, ni diferenciación. El aspecto fluido y de unión es el núcleo de la energía femenina. En el YO SOY, lo masculino y lo femenino se juntan y felizmente unen sus energías.
Ahora, en la historia de la humanidad, e incluso antes de que existiera la humanidad, surgió un conflicto entre lo masculino y lo femenino. No debo tocar el origen de este conflicto ahora. Pero en su historia, hay una separación de la energía masculina y femenina, de tal manera que ellas aparecen como fuerzas opuestas. El símbolo yin-yang demuestra muy bien la verdadera situación. En lo masculino, siempre hay un núcleo de lo femenino, y en lo femenino un núcleo de lo masculino, exactamente como hay un punto blanco en lo negro y un punto negro en lo blanco. Pero en el transcurso de la historia, esta unión de lo masculino y de lo femenino ha sido olvidada y estas energías se han vuelto opuestas una a la otra como negro y blanco. La unidad implícita dejó de ser reconocida.
Ahora mismo, estáis en la última fase de esta historia de conflicto, en la cual la energía masculina ha jugado la parte de victimario por muchos siglos. La energía masculina por mucho tiempo ha estado jugando la parte opresora, la que mutila y destruye a la energía femenina. No siempre fue así. Hubo épocas en las cuales la energía femenina tuvo el dominio e injustamente manipuló y gobernó a la energía masculina. Pero ese tiempo se acabó. En un determinado momento el conflicto dio una vuelta diferente y los roles de victimario y de víctima se invirtieron. Ahora la energía masculina ha estado en el poder por un largo tiempo, y ha abusado de su poder de tal modo, que la energía femenina ha sido debilitada y ya no comprende la integridad de su Ser.
Siempre que lo masculino y lo femenino estén en conflicto, la desintegración de ambos es inevitable. Donde lo femenino consigue victimizarse más y más y consigue perderse en la abnegación, la energía masculina se pierde a sí misma en la violencia despiadada y en la clase de agresión que ustedes conocen a partir de muchas guerras en su pasado.
Lo masculino y lo femenino dependen uno del otro. Cuando ellos luchan entre sí, las consecuencias son catastróficas. Pero los tiempos están cambiando. Desde los siglos XIX y XX la energía femenina está recuperando su fuerza y elevándose sobre el rol de víctima. Esta resurrección viene desde el interior profundo de la energía femenina. Finalmente ella ha alcanzado el límite exterior de su abnegación. En este punto, ella se ha mirado a si misma a la cara y ha declarado: hasta aquí ha llegado mi esclavitud.
Dicho sea de paso: esto es lo que siempre sucede en la dinámica entre la víctima y el victimario. El cambio comienza cuando la víctima ehúsa seguir aceptando ese papel. El victimario bien podría apegarse a su rol por largo rato, porque él no tiene ninguna razón para detenerse. La revolución comienza cuando la víctima se niega a seguir aceptando las imposiciones y finalmente recupera su poder. En todas las situaciones de represión, por ejemplo una mujer en su familia o en la sociedad, el momento real del cambio ocurre cuando la mujer –o la energía femenina dentro de una persona– decide por ella misma: yo ya no voy a aceptar esto o lo otro por más tiempo. Aquí es cuando el cambio realmente comienza a ocurrir. Las medidas externas son inútiles hasta que este momento se presenta por sí mismo.
La energía femenina ha resucitado y su estrella se está elevando. En realidad, el asunto más urgente en este tiempo y época es la transformación de la energía masculina(!) Ahora es el momento para una nueva definición de la energía masculina. Yo bien podría haber llamado a esta canalización “el renacimiento de la energía masculina”. Porque quiero afirmar que es sólo del reencuentro con una energía masculina madura y equilibrada que la energía femenina puede florecer nuevamente.
La energía femenina, en el siglo pasado (XX), e incluso antes, ha recobrado poder y fuerza. Ha comenzado a florecer de un modo nuevo y más equilibrado. A pesar de la desigualdad de los sexos, que aún está presente en su sociedad, el alza de la energía femenina es infrenable.
Sin embargo, la energía femenina no puede ganar fuerza y vitalidad total sin la cooperación de la energía masculina. Esto resulta ser así tanto a nivel colectivo como individual.
La energía femenina no puede realizar su avance final sin el apoyo de y la conexión con la energía masculina. Esto no es debido a una debilidad inherente en la energía femenina; es debido a la naturaleza esencial de las energías masculinas y femeninas: el hecho de que ellas están interconectadas y solo en cooperación pueden realizar sus potenciales más brillantes. ¡Es por esto que ahora es indispensable que la energía masculina se vuelva a moldear y se aventure a lo nuevo!
Cuando presenciáis la interacción entre lo masculino y lo femenino a un nivel colectivo, veis que la energía femenina ahora está en una posición de latente espera. Ella está esperando. Actualmente se está llevando a cabo una lucha entre lo nuevo y lo viejo dentro de la energía masculina colectiva. Una nueva ola de energía está amaneciendo dentro de la energía masculina colectiva que honra y respeta a la energía femenina. Esta nueva ola de energía masculina quiere unirse con lo femenino y entrar juntos a la Nueva Era. Pero al mismo tiempo, una ola más vieja de energía aún está activa y tratando de persistir. Esta energía está trabajando evidentemente en las series de ataques terroristas que han tenido lugar en todo su mundo. La energía masculina en su antiguo rol opresivo y despiadado está mostrando su aspecto más horrible. En aquellos que cometen estos horrendos ataques hay emociones muy oscuras: agresión, cólera y al mismo tiempo absoluta impotencia y desamparo. Es a partir de este absoluto desamparo que ellos recurren a las más brutales y destructivas formas de despliegue de poder. Esta energía masculina, de la cual estamos hablando, está en agonía de muerte. Ella percibe que están ocurriendo importantes cambios colectivos y que la humanidad está en el umbral de una nueva era.
Uno de los problemas a los que vosotros ahora os estáis enfrentando, mientras avanzáis hacia una cooperación más equilibrada entre lo masculino y lo femenino, es cómo tratar con esta clase de energía despiadada. ¿Que vamos a hacer con respecto a esta vieja energía masculina que en su caída está tratando de crear tanto caos y destrucción como sea posible? Porque déjenme decirles esto: su caída es un hecho. La vieja energía masculina ha perdido la batalla, pero no se rendirá fácilmente. No se irá sin más, sino que pretende resistir hasta el final y en su caída arrastrar, con agresión y dominación inhumana, a todo el que sea lo suficientemente débil como para ser atrapado por su vibración.
Mucho va a depender de cómo sea la actitud interna del colectivo humano hacia estos agresores. ¿Dará la humanidad lugar a la ira dentro de su propio campo de energía, como una reacción de importencia frente a los actos de violencia de los agresores? Si así sucede, os estaréis abriendo al campo de energía de los agresores. Mientras os sintáis abrumados por la ira y el resentimiento hacia ellos, ellos habrán dado en el blanco. Seréis entonces absorbidos dentro de su vibración energética y podríais también estar deseando matar: matar a los asesinos de gente inocente. Todo esto es muy comprensible, pero es esencial entender qué es lo que está sucediendo aquí. En cuanto hay una intensa emoción emergiendo, es sabio detenerse, hacer una pausa, en silencio. Retroceded hacia la parte calma y sabia de vuestro interior y preguntaos: ¿qué es lo que realmente está ocurriendo aquí?
Todo pivota en torno a vuestra sabiduría y discernimiento, a vuestra habilidad para ver más allá de las cosas y de sentir qué es lo que realmente está en juego. El mundo no será dirigido por el poder de los causantes del terror; la vieja energía masculina ha cumplido su ciclo y su hora final está próxima.
El mensaje más importante que tengo acerca del terrorismo, esta manifestación de vieja agresión masculina, es: ¡permaneced conscientes! No permitáis quela emoción del desamparo, por ejemplo, os saque de vuestro centro, empujándoos a victimizaros. Sabed que nadie será tocado por esta energía agresiva si no existe posible resonancia afin en vuestro campo de energía. Si no reaccionáis con ira u odio, no la atraeréis esas energías hacia vosotros. Estaréis a salvo y protegidos por vuestra propia luz.
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Ahora quisiera prestar atención al nivel más mundano, el individual, en el cual lidiáis con las energías masculinas y femeninas dentro de vosotros mismos. También en area individual ha habido una lucha entre la energía masculina y la femenina. De hecho todo lo que sucede colectivamente refleja procesos en el nivel individual.
Para aclarar la importancia del equilibrio entre lo femenino y lo masculino en el nivel individual, voy a hablar de los centros de energía en cada ser humano, a los que también se les llama los chakras. Hasta ahora conocéis siete de ellos, y están localizados a lo largo de la espina dorsal, desde el sacro a la corona. Pasaré a hablar de estos chacras brevemente para mostraros que todos están caracterizados predominantemente por uno de los dos tipos de energía masculina o femenina.
Los Chackras
1. El chakra sacro
El chakra sacro es el centro de energía que os conecta a la tierra. La energía en este chakra se extiende fuera hacia la tierra y os permite manifestar la energía del alma en forma física, al nivel de la realidad densa, material. En vista de su extensión hacia fuera y del tipo de manifestación de la energía en el chakra sacro, podríais llamarlo (predominantemente) chakra masculino. Un chakra nunca es completamente masculino o femenino, pero se podría decir que aquí la energía masculina es dominante.
2. El chakra del ombligo
El segundo chakra es llamado el chakra del ombligo y es el centro de los sentimientos. Este centro les permite experimentar las emociones, cambios de humor, es decir todos los extremos de la vida emocional. Es un centro receptivo. Es por esto que yo lo llamo un centro femenino, un chakra en el cual rige el flujo de energía femenina.
3. El chakra del plexo solar
Ahora vayamos al tercer chakra, también llamado el plexo solar: el centro de acción y creación. Éste claramente es un centro que se extiende hacia fuera y permite que la energía se manifieste en la realidad física. Podéis compararlo con el sol, la efusión de los rayos, y el poder de la luz amarilla del sol (el color natural del tercer chakra es amarillo). En el plexo solar vuestros impulsos internos y estímulos se transforman en manifestaciones externas. Es el chakra de la acción y de llevar hacia el exterior. También es la morada del ego, significando la personalidad terrestre, sin implicación negativa. La energía predominante es masculina.
4. El chakra del corazón
Este también es un centro receptivo, como el chakra del ombligo, y especialmente conecta diferentes flujos de energía. Es el centro en el cual se encuentran el cielo y la tierra, y en el cual se conectan los tres chakras inferiores con los tres chakras superiores. El corazón puede ser el puente entre la mente (cabeza) y la emoción (vientre). Desde el corazón podéis conectaros con alguien más y con el sentimiento de trascendencia. El corazón trasciende los límites del ego y os permite sentir la unidad con cualquier cosa fuera de vosotros, con Todo Lo Que Es. El chakra del corazón es la puerta a la energía del Hogar. Es claramente un centro de conexión y por lo tanto es predominantemente femenino.
5. El chakra de la garganta
El chakra de la garganta es masculino. Desde este centro, los impulsos internos, las ideas, las emociones, adquieren forma física, se manifiestan al hablar, reír, cantar, gritar, etcétera. Aquí la vida interior es llevada hacia el exterior por la comunicación a través de la voz y el lenguaje. A través de este centro hacéis visible a otros vuestra vida interior por medio de señales físicas: la palabra, el sonido, el concepto. Es un centro de manifestación que os permite focalizar vuestra energía externamente al plano físico. También es un centro de plasmación de creatividad.
6. El chakra del tercer ojo
El sexto chakra, también llamado ‘el tercer ojo’, el cual está localizado en el centro de vuestra cabeza, es otra vez, femenino. Recibe impresiones intuitivas, ‘extrasensoriales’, y trasciende los límites de lo físico (los cinco sentidos físicos). Es el asiento de la clarividencia, de la percepción elevada, etcétera. A través de este centro podéis sentir la energía de alguien más (las emociones, las penas, las alegrías) como propias. Con esta capacidad, es decir, la habilidad de la empatía, trascendéis los límites del ego y os conectáis con ‘lo que no sois’.
7. El chakra de la corona
Finalmente está el chakra de la corona, encima de la cabeza. Este chakra no es ni masculino ni femenino, o se podría decir que es ambos. En este chakra os eleváis por encima de la dualidad de lo masculino y lo femenino. El chakra de la corona es una interesante combinación de ambas energías. Cuando este chakra está equilibrado la conciencia ahí está en un estado tanto de recibir como de extenderse hacia afuera. Hay una extensión ‘hacia arriba’, hacia ‘otras dimensiones’, donde busca consejo espiritual o ayuda, o hacia las capas más profundas del Ser. Y al mismo tiempo hay una calma y tranquila receptividad, una sabiduría de que las respuestas vendrán a su tiempo. Es una clase de conciencia que es tanto altamente enfocada como altamente receptiva. En este ‘estado de la mente’ llegáis muy cerca de la unidad que sustenta a las energías masculinas y femeninas, la energía del Espíritu Global o Dios.
Ya he esquematizado muy aproximadamente el movimiento de los flujos de energía masculina y femenina por todo el cuerpo energético del ser humano. Ahora quiero hablar en particular de los tres chakras inferiores. Estos son los chakras que están más conectados a la Tierra, que están más involucrados con estar en el reino terrenal. Esta área de los tres chakras inferiores es de suma importancia en vuestro camino interior hacia la sanación, porque en esta área yacen los traumas más profundos y las cicatrices emocionales.
Vosotros con frecuencia sentís que sois seres terrenales creciendo hacia lo espiritual. Pero nosotros lo vemos del modo contrario. Sois seres espirituales creciendo en la Tierra. La Tierra es un destino brillante, un diamante escondido que aún tiene que revelar su verdadera belleza. ¡El Planeta es la Tierra Prometida!
El Cielo es vuestro lugar de nacimiento. Pero no retornaréis a ese estado de conciencia que recordáis como el ‘Hogar’ o el ‘Cielo’, un estado del ser puramente espiritual. La aventura de la Creación os ha llevado (y llevará) a nuevos destinos; estáis constantemente expandiéndose y progresando hacia un tipo de consciencia totalmente nuevo. (Hemos hablado de esto antes en el último capítulo de las Series de los Trabajadores de la Luz). La tierra es una estación esencial en ese viaje.
Sin embargo, en vuestras manifestaciones en la tierra y en vuestros intentos de expresaros ahí, habéis sufrido mucho dolor. Casi todos tenéis severas heridas emocionales en los tres chakras inferiores, causadas por experiencias de rechazo, violencia, abandono. Esto puede haber sucedido incluso en esta vida. Casi todos los bloqueos energéticos en los chakras superiores están relacionados con heridas emocionales en los tres chakras inferiores.
Bloqueos en los chackras
Primero voy a hablar un poco sobre el bloqueo en el chakra sacro.
Vuestra conexión con la tierra se ha tornado muy cargada emocionalmente, especialmente para los Trabajadores de la Luz o ‘Lightworkers’. Debido a que os habéis encontrado con una grave resistencia a lo largo de muchas vidas, hay mucho miedo y reserva en vosotros cuando se trata de arraigaros verdaderamente. Arraigarse significa estar completamente presentes en vuestros cuerpos terrestres y expresar vuestras inspiraciones más profundas en la realidad material. La resistencia a arraigarse completamente ha sido discutida previamente (en las series de los Trabajadores de la Luz). Esto tiene que ver principalmente con ‘ser diferente’ y haber sido rechazado por esto.
En el segundo chakra, el centro emocional, también habéis sido afectados profundamente por experiencias de ser amenazados o abandonados (literal o emocionalmente), y de ser severamente restringidos en la manifestación de vosotros mismos.
Con estas cargas traumáticas en los dos chakras más bajos, el plexo solar (tercer chakra) también está fuertemente afectado. El plexo solar tiene que ver con la fuerza vital, la energía creativa y el poder. Conocéis pocos ejemplos de lo que significa el verdadero poder. Con esto me estoy refiriendo a la Fuerza que no es agresiva o destructiva. En el chakra del plexo solar a menudo veis que una persona se manifiesta tanto de una forma agresiva, de un modo determinante, o de una forma discreta, demasiado modesta. Ambas formas son el resultado de sentimientos implícitos de desamparo, resultantes del primer y segundo chakra herido. En el tercer chakra todo se trata de encontrar un modo equilibrado de tratar con el poder y el control, se trata de un ego equilibrado.
¡El ego es muy bueno! El ego tiene una función apropiada: le añade foco a vuestra conciencia, lo cual os permite crear y manifestaros como el individuo separado que sois. Sí, sois una parte de la Totalidad mayor, como dicen los Budistas, pero también sois ‘Yo’ (y no él, ella o cualquier otra cosa). El ego es un complemento necesario para las fuerzas espirituales que trascienden el ‘Yo’. La energía del ego es totalmente honorable y justificada en la realidad energética que vivís. El verdadero poder está en la alineación alegre del ego y del Espíritu.
El área de los tres chakras más bajos es el área más importante en la auto-sanación y el crecimiento interior. El mayor desafío espiritual para vosotros ahora es cuidar esta área herida en vosotros. Meditar y conectarse con los niveles cósmicos dentro y fuera de vosotros no es vuestra principal meta ahora. Es darle vuestra más tierna comprensión y amorosa ayuda a aquel niño/a interior herido/a dentro de vosotros, y devolverle la confianza en su belleza y naturaleza juguetona. Este es vuestro viaje espiritual, aquí yace vuestro mayor tesoro. Apreciar y respetar vuestro lado humano, vuestra parte de niño, es vuestro camino hacia la divina compasión e iluminación.
Me gustaría atraer vuestra atención al hecho de que, dentro de esta área de energía, dos de los tres chakras involucrados son masculinos. Esto indica que, especialmente con respecto a las energías masculinas dentro de cada uno de vosotros, debe hacerse mucho trabajo de sanación. Debido a esto mi mensaje hacia vosotros ahora es: ¡sanad la energía masculina interiormente! La energía femenina, de varias maneras, está recuperando y adquiriendo la fuerza necesaria para expresarse plena y hermosamente. Las cualidades femeninas de la intuición, sensibilidad y conexión están siendo más y más apreciadas, tanto individual como colectivamente. No está, no obstante, muy claro qué aspecto tiene una energía masculina equilibrada. La energía masculina de algún modo se perdió en las falsas imágenes de lo que significa ‘ser un hombre’; estereotipos que siempre se reducen al poder a través de la agresión. Es esencial reconocer y expresar la verdadera naturaleza de la energía masculina. El lado femenino ahora necesita a la energía masculina equilibrada para ser realmente capaz de cumplir su rol. La energía femenina está esperando, no solo a una escala colectiva sino también a un nivel individual. La energía femenina está saliendo de su capucha de víctima, recuperando su autoestima y ahora está esperando para manifestarse poderosamente y alegremente a través de la reunión con lo masculino.
De este modo, ¿cuál es entonces el poder de la energía masculina equilibrada?
En el primer chakra una energía masculina sana y equilibrada lleva a la auto-conciencia. La energía masculina ya no tiene que pelear y luchar, está presente a través de la auto-conciencia. La presencia, es decir, estar completamente presente con toda su alma, es una cualidad esencial del primer chakra. Ser conscientes de vosotros mismos, permanecer centrados, no perderos en las opiniones, expectativas o necesidades de alguien más, eso es ser auto-consciente. Encontrar el equilibrio entre conectar y liberar, permanecer centrados y conscientes de vosotros mismos mientras interactuáis con otros o con el mundo exterior: esta es la energía masculina equilibrada del chakra sacro.
Es esencial desarrollar esta cualidad de auto-consciencia, porque ésta protegerá y guiará a vuestra energía femenina. La energía femenina es naturalmente propensa a conectarse con los demás (otros seres vivos) y a estar presente con el otro de una manera atenta, nutriente. La energía masculina crea los límites y ayuda a encontrar un equilibrio entre dar y recibir. Con relación a las fluidas, conectadas energías femeninas, la energía masculina en el chakra más bajo cumple el rol de ancla y espinazo. Es el punto donde llegáis al hogar, el punto donde liberáis ataduras a otras energías con las cuales estáis conectados.
El plexo solar, o tercer chakra, cumple el mismo rol de un modo diferente. Como he dicho antes este chakra es el centro del ego. Todavía tenéis problemas con este concepto del ego. Especialmente entre las almas de los Trabajadoras de la Luz o ‘Lightworkers’ hay una tendencia a ver a las energías generosas, auto-trascendentes del ser humano como ‘superiores’. Pero esto no es así. Vivís en un mundo en el cual las energías juegan juntas y forman los bloques de construcción de la Creación. Una tiende a conectar y busca la unidad, la otra crea separación e individualidad. Y la última energía es tan valiosa y viable como la primera.
Es importante hacer las paces con la energía masculina, abrazar su individualidad, su singularidad, su ‘Yo’-idad. Hay una ‘soledad’ en la vida que no tiene nada que ver con sentirse solo, sino que está todo relacionado con ser un ‘Yo’, ser un individuo único. Abrazar esta soledad no es un impedimento para experimentar una profunda conexión con los demás.
Si verdaderamente abrazáis vuestra individualidad podéis ser verdaderamente creativos. Esto es lo que está esperando la energía femenina dentro de vosotros. Vuestras genuinas inspiraciones quieren darse a conocer en el nivel material, ellas quieren revelarse de una manera muy terrenal y traer noticias de amor y armonía a la tierra. La energía femenina es la portadora de la Nueva Era, pero ella necesita una energía masculina equilibrada para verdaderamente manifestarse y echar raíces en la realidad material. Es por esto que es tan importante que las energías del primer y tercer chakra sean sanadas.
La energía de un ego sano, el plexo solar sano, es auto-confianza. En el primer chakra es auto-consciencia, en el tercer chakra es auto-confianza. No se trata de la arrogancia de lo que veis en un ego inflado, sino simplemente en confiar en vosotros mismos, diciéndoos: ¡yo siento que puedo hacerlo! Es ser consciente de vuestras propias inspiraciones más profundas, de sus propias habilidades creativas, y luego actuar en conformidad.
Permitid que vuestras energías fluyan fuera de vosotros, confiad en vuestros propios talentos y dones naturales, confiad en definitiva en lo que sois, ¡y mostraos al mundo! Especialmente para vosotros, trabajadores de la luz, que portáis mucho conocimiento y sabiduría interior, es ahora el momento de mostrarse y de no esconderse más. Es el momento. Este es vuestro destino y en esto hallaréis vuestra mayor satisfacción.
Haced las paces interiormente con la energía masculina. No dudéis en poneros de pie por vosotros mismos, en aceptar y recibir abundancia y en cuidar de vosotros mismos. Sed egoístas, en el sentido puro y neutral de la palabra. Sois un ego, sois un individuo. No podéis ni necesitáis ser todo el tiempo indulgentes y comprensivos. No es espiritual tolerar todo y cualquier cosa. Claramente, hay momentos en lo cuales tenéis que decir ‘no’ o incluso ‘adiós’ y no claudicar ni comprometer más vuestra esencia. Haced esto sin culpa o miedo, y sentid cómo las energías masculinas de auto-conciencia y de auto-confianza os habilitan para permitir que la delicada flor de vuestra energía femenina florezca y brille.
Todo se trata de cooperación entre las energías. Las energías masculinas y femeninas han caído juntas en una larga y dolorosa lucha. Ellas también se alzarán juntas, porque una no puede estar equilibrada sin la otra. Ahora que la energía femenina está lista para elevarse de las cenizas de la humillación y de la represión, hay una urgente necesidad de un renacimiento de la energía masculina. Este renacimiento de lo masculino finalmente llegará a ser visible a una escala colectiva, pero primero se manifestará en cada uno de ustedes separadamente, hombre y mujer. Todos vosotros sois Custodios de estas antiguas energías almacenadas en vuestro interior, y es vuestro derecho de nacimiento asociarlas equilibrada y gozosamente.
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