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viernes, 21 de octubre de 2011

Tu mente está en juego

Los titulares de los medios de masas del mundo se inflan con las fotos de Gadaffi ejecutado, procazmente exhibido junto a la de Saddam Hussein. Obama avanza que el despliegue en Libia va a ser dado por concluido y 'casualmente' ETA anuncia su renuncia a la acción armada de lo que nos congratularíamos todos si eso fuese cierto (y si ETA fuese lo que nos han vendido durante los últimos 30 años). Las redacciones de los medios dicen que es una macabra coincidencia, pero aquí hay demasiados eventos convergiendo en el mismo punto como para pasarlas por alto. Sin duda que el comunicado de ETA ha sido eclipsado en Europa por la ejecución del dirigente libio y por el anuncio de Obama de la retirada definitiva (?) de Iraq de las tropas estadounidenses, pero sin duda en España la superposición de ambos eventos va a repercutir en el subconsciente de los votantes. Y es que la lacra terrorista ha generado y continuará arrastrando por generaciones muchas energías encontradas. Energías que los manipuladores del teatro de marionetas frente al que permanecemos sentados pretenden seguir dominando. Esas energías son la consecuencia de haberles delegado el gobierno sobre nuestras mentes. De aquellos polvos, estos lodos. 
El creciente desencanto popular con la clase política, desde que los acontecimientos macroeconómicos se han precipitado y repercutido trágicamente en la microeconomía de los individuos (tal como sucedió en 1929), necesitaba de un contrapeso, ahora que se aproximan épocas electorales en España, Francia, Alemania y sobretodo EEUU para que los próximos comicios no fuesen testigos de un abstencionismo masivo. Parece todo cronometrado. La historia difundida de generación en generación la escriben –con la sangre de las víctimas y la baba de los ingenuos vivos– los que siempre han salido victoriosos de todos los conflictos que han generado. Los mismos que, como los gatos, siempre han caído de pie independientemente del color de la chaqueta que llevasen puesta en las elecciones de turno. Y no importa el Estado. Sus tentáculos tienen repercusiones transnacionales. Que la trama GAL-ETA es a España lo que el entramado terrorista CIA-Pentágono-Wall Street ha sido en la esfera internacional desde hace casi 100 años saldrá a la luz más pronto que tarde. Los que ahora se masturban con las fotos de portada de Gadaffi muerto, frotándose las manos con el inminente expolio de los recursos naturales (petroleo, infraestructuras de agua…) libios, los que ahora van a  administrar (robar) los legítimos fondos de inversión de Gadaffi (en activos de medio mundo, congelados desde inicios de este año) han interpretado un papel que afortunadamente ya está obsoleto en este circo de vanidades en el que todos hemos convertido la vida en este planeta.
Ahora que Grecia va a ser 'privatizada', mientras que los grandes bancos siguen siendo rescatados de su falta de liquidez ocasionada por la sangría que supone la permanente financiación, por parte de la banca internacional, de los gobiernos occidentales empecinados en 'poner orden' en el mundo, tu te preguntarás, ¿qué pinto yo en todo esto? ¿Cuál es mi entidad? ¿Soy un cero a la izquierda? ¿Cual es mi papel en medio del frenético baile de titulares de los que quisiera abstraerme, pero parecen arrastrarme hasta un vórtice que no veo pero intuyo?
Hace escasamente 6 años nadie hubiera imaginado que se vería sumido en una coyuntura tan incomprensiblemente descarrilada. Nuestros abuelos no hubieran soportado tal avalancha de des-información. Sin embargo aquí estamos, testigos de excepción de lo que a todas luces es el colapso de una forma de entender las relaciones humanas. Un colapso que es de agradecer. En inglés dicen "the shit is hitting the fan". (la mierda llega al ventilador).
Cuando la polvareda levantada por una estampida de bisontes impide ver con claridad el paisaje de fondo que hasta entonces estábamos presenciando desde la comodidad de nuestras adormecedoras mecedoras hay dos opciones:
1. rebelarse contra la polvareda y unirse para decapitar a los que han liberado a las bestias y provocado la estampida.
2. tomar asiento y esperar a que el polvo regrese a su lugar.


La primera opción aumentará la cantidad de partículas  flotando en el aire y prolongará la confusión. Mientras tanto los responsables de la estampida aprovecharán la situación para cambiar la escenografía sin que te des cuenta, obcecado como estás en meterlos entre rejas (de las que son propietarios, no lo olvides).
La segunda opción es más Zen…en fin, tu mism@ lo sabes. Algunos, como fernando Sanchez Dragó, la llaman inacción, resignación y otros sinterpretan con ello 'sumisión'. Yo diría que tiene que ver con la ataraxia, observando el mundo como lo que realmente es: un escenario en el que has interpretado múltiples papeles. No es en absoluto una espera inactiva, a menos que consideres que hacer revisión interna de daños es no hacer nada...
Todo está en tu mente. Tu decides el color del cristal con el que decides percatarte del mundo. Tus pensamientos son responsabilidad tuya. Los mios son responsabilidad mia. Los nuestros, unidos en la confusión, nos precipitarán al desagüe de la bañera. Unidos en la ataraxia nos sacarán de este caótico escenario. No tienes la culpa de nada. Simplemente eres responsable de tus decisiones. ¿Hay algo más sagrado que la evidencia de esa libertad? La esclavitud está en tus juicios. Escruta dónde los heredaste y qué tuviste que prostituir para imitar los pensamientos de los demás. Cuando lo hagas te vas a indignar hasta la médula. Luego la Verdad con mayúsculas te hará libre.
Es tu mente lo que está en juego. Y no ahora. Siempre ha sido así. Y siempre regresarás a este punto, en otro mundo, en otro tiempo, salvo que decidas bajarte de la montaña rusa en la que te metiste.
Yo ya he tomado mi decisión. 


Recuerda que si la vida es un puente, nadie en su sano juicio construye nada sobre los puentes para anclarse a ellos. 


Estoy en este mundo, pero no pertenezco a él. Regresaré un día de donde vine con la mente libre de toxinas.  Para ello revisaré el dolor que arrastro y que he tratado de contener para poder defenderme del mundo. El dolor por las afrentas recibidas y las repercutidas. A medida que localizo esos nudos en la linea de mi vida, los voy deshaciendo con mis lágrimas. Yo soy mi maestro y de mi responsable sanación extraeré la lección: dejar de sobrevivir para vivir y enseñar con mi ejemplo. ¿lo conseguiré? Dios dirá. Estoy en el camino…
Tu decides.

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