miércoles, 5 de octubre de 2011
¿Vida antes de la muerte?
Bill Cosby–"¿cree Ud en la vida después de la muerte?"
Groucho Marx– tengo serias dudas de que haya vida antes de la muerte. De hecho creo firmemente en la muerte durante la vida".
Groucho Marx vino al mundo con la esperanzadora intención de ridiculizar a los egos que reinan en este mundo. Él y sus hermanos se encomendaron a la tarea ingente de derramar el corrosivo ácido del ridículo. Otros como los Monty Pyton, o el mismo Miguel Gila, contribuyeron a demoler estructuras anquilosadas en las retorcidas mentes de las clases acomodadas. Su misión: liberar el subconsciente de los resortes que mantienen maniatada a nuestra mente con los nudos de la indignación, la corrección política y social. Este humor delirantemente brillante sirvió y sigue sirviendo a todo aquel provisto de una consciencia lo suficientemente despierta como para percatarse de los efectos nocivos que sus delirios de grandeza provocan en su inevitable entorno de influencia (familia, vecindario, trabajo…)
La risa te liberará. Pero antes vas a tener que aceptar (vivenciar en toda su plenitud) el drama del dolor que te han ocasionado y el que, como reacción natural, repercutiste en otras personas. Una vez expresadas las emociones ocultas, serás capaz de comprender la ternura que se oculta tras la evidente sátira que Groucho escenifica con su parodia. Habrás conseguido abrir un ojo para percatarte de que todo este cúmulo de despropósitos que la Humanidad viene presenciando desde hace cientos de años no es más que consecuencia de una demente dinámica. La que se deriva de la manía persecutoria instalada sobre nuestra original e inmutable santidad desde el primer momento en que 'aterrizamos' en este mundo, habiéndonos visto obligados a enfrentarnos a él y a oponer resistencia con el mayor de los encomios:
Recientemente una mujer que había dado a luz a su primogénito, me decía que desde el momento en que regresaran a su hogar provenientes del hospital, estaba decidida a poner en marcha el aspirador.
–Pero por qué? le dije
–Para que se vaya acostumbrando a los ruidos desagradables. Así cuando la vida empiece a darle las primeras cornadas, habrá hecho callo y prodrá adaptarse mejor.
Fui a verla transcurridas dos semanas. le pregunté qué tal la vida de madre. Tras lamentarse de lo mucho que echaba en falta dormir, esbozó una mueca y acto seguido colocó a su hijo en la cuna y se fue a ver la tele. El niño al poco empezó a llorar…
La 'madre' ni se inmutó (o lo disimulaba muy bien)
–¿No vas a abrazar a tu bebé?
–De eso nada. La comadrona me ha recomendado que no lo mime. Dice que luego no saben despegarse de una, que se inventan lloriqueos y pataletas simplemente para conseguir lo que quieren…
–…
A esas alturas mi desconcierto alcanzaba límites insospechados.
–¿Y qué quieren?
–¿Quién? responde la madre desviando por un instante la vista del programa matinal.
–Los bebés.
–Lo quieren todo, estar en brazos, la teta, en fin ya sabes…
–¿Y qué hay de malo en eso? dije…
Mi pregunta no le sentó bien. Desde entonces ella y su marido no me invitan con tanta frecuencia.
Pero bueno, a lo que iba. El genio de Groucho le permitía hacer esto en vivo y sin guión:
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