Han pasado más de 450 años desde que Nicolás Copérnico revelara al mundo su teoría heliocéntrica del sistema solar. En justicia se podría decir que ese fue el momento en que se inició el proceso de recuperación de la verdadera memoria histórica, el despertar de la consciencia en la especie humana. Desde entonces no ha habido sino un incrementadamente arduo esfuerzo por parte de las élites que dirigen el mundo desde la sombra/oscuridad para censurar activamente y condenar al ostracismo a cualquiera que haya osado seguir los pasos del astrónomo polaco. El embrión del llamado Santo Oficio (inquisición) yace, no obstante, en la bula del Papa Lucio III como un instrumento para acabar con los llamados 'herejes' los primeros chamanes. Posteriormente, Inocencio IV autoriza en 1252 el uso de la tortura física con su bula ad extirpanda. Desde entonces, muchos han sido los que han sido censurados por tratar de traer luz al mundo.
Cuando, en 1847, un equipo de arqueólogos dirigidos por Sir Austen Henry Layard inició una serie de excavaciones en la antigua capital asiria de Nínive (hasta entonces solo conocida por referencias del Antiguo Testamento), hallaron en las ruinas del palacio de Assurbanipal una biblioteca con los restos de alrededor de 25 mil tablillas de arcilla con inscripciones. Estas tablillas registran aspectos de la vida cotidiana –tales como acuerdos comerciales, salarios de los trabajadores o registros matrimoniales– anales de la antigua realeza y otros son textos religiosos escritos en las primeras lenguas semitas (sumerio y acadio)
Entre los hallazgos increíbles realizados en esa y otras muchas ciudades de la antigüedad sepultadas por metros de sedimentos, se hallaron unos prismas de arcilla (contrastados por eruditos actuales y conservados en el Ashmolean Museum de Oxford) donde aparece información acerca de 10 soberanos que reinaron en el valle donde confluyen los rios Tigris y Eufrates (actual Iraq) durante 432.000 años.
El capítulo 5 del Libro del Génesis comienza afirmando: "Este es el libro del Toledoth de Adán". La palabra Toledoth significa "registro histórico, generacional o genealógico". El libro de Henoc (uno de los llamados 'libros apócrifos que no se incluyeron en la biblia canónica) contiene fragmentos que, según los expertos, pertenecen a un libro mucho más antiguo, el Libro de Noé.
Con frecuencia se hace referencia a la gran cantidad de libros perdidos en la famosa Biblioteca de Alejandría (Egipto). Fundada por Tolomeo tras la muerte de Alejandro Magno en 323 a. C. se dice que esta mítica biblioteca contenía más de medio millón de volúmenes de libros inscritos sobre diversos materiales (arcilla, piedra, papiro, pergamino…), y en ella los eruditos se reunían para estudiar el conocimiento acumulado por la humanidad. La biblioteca fue destruida durante las guerras que tuvieron lugar entre 48 a. C. y el inicio de la dominación islámica en el continente africano en 642 d. C.. Lo que ha quedado de sus tesoros es una traducción al griego de los cinco primeros libros de la Biblia hebrea y fragmentos de otros escritos.
Es por ello que Ptolomeo II comisionó, hacia el 270 a. C. a un sacerdote egipcio al que los griegos llamaron Manetón para que recopilara la historia y la prehistoria de Egipto. Al rincipio, escribe Manetón, solo los Dioses y Semidioses reinaron allí. Finalmente hacia el 3100 a. C. comenzaron las dinastías faraónicas. Manetón escribió que previamente a los faraones hubo dinastías de Dioses que se iniciaron hace algo más de 20.000 años y que se prolongaron durante miles de años, hasta que en el último periodo, previo a las dinastías faraónicas se presenciaron batallas y guerras entre los mismos dioses.
El mismo empeño en preservar un registro de los acontecimientos del pasado fue puesto por Beroso, un sacerdote del dios babilónico Marduk. Beroso escribió una historia de dioses y hombres en tres volúmenes cuyo relato comenzaba en un contexto histórico que data de hace 445.000 años (432.000 años antes del Diluvio que azotó al planeta –acontecimiento que tuvo lugar hace alrededor de 12.500 años, y que fue registrado por todas las civilizaciones del planeta). El relato de Beroso describía la llegada a la Tierra de aquellos viajeros espaciales. Beroso decía que el líder de los primeros 'astronautas' que llegaron a la Tierra, …"alcanzó la costa desde mar adentro vestido como un pez. Fue quien dio la civilización a la humanidad".
Tanto expertos como teólogos reconocen en la actualidad que los relatos bíblicos de la Creación, de Adán y Eva, del Jardín del Edén, del Diluvio o del conflicto de la Torres de Babel están basados en otros textos escritos, milenios antes del Antiguo Testamento, en Mesopotamia por la primera civilización humana de la que se tiene registro escrito: Sumeria. Los sumerios, a su vez, afirmaban con toda claridad que ellos obtuvieron, a su vez, sus acontecimientos acerca de lo acontecido en el pasado, de aquellos a quienes llamaron Anunnaki, literalmente "aquellos que del cielo a la Tierra vinieron", los "dioses" de la antigüedad.
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