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domingo, 2 de enero de 2011

Sin miedo (II)


Aunque no siempre se cumpla, tengo como norma insertar en cada entrada, a modo de introducción, un video representativo del tema a tratar, que contextualice un poco la deriva que van a tomar mis palabras.
Por eso ruego encarecidamente que veas el video antes de leer lo que viene a continuación.

En los comentarios que he observado a este video, hay alguno que tilda de 'light' o blandas las formas de Gabilondo al describir la realidad que vertebra su discurso. Yo diría que es de lo más valiente que he escuchado procedente de alguien tan estrechamente conocedor de los entresijos de los medios de comunicación masivos. Es cierto que su dialéctica no está pensada para el público en general, pero es que no todo el mundo está preparado para oir claramente, sin subterfugios, la cruda realidad de lo que se avecina. Estupidizados o no por la bonanza económica de los 80's, lo cierto es que lo pasado, pasado está. Y del camino andado habremos extraído un aprendizaje a nivel individual y colectivo (que nunca viene mal): nunca hay que confiarse.
Cuando Iñaki dice (min. 10:26) " no son técnicas las razones que hace que las medidas adoptadas económicamente sean las que se han tomado (impuesto a los gobiernos), sino ideológicas." La seguridad con que se expresa el conocido periodista –y que comparto desde esta modesta tribuna que me otorga el papel coordinador de un proyecto social como HOY POR TI– me da pie a introducir, a modo de sutil filtración, un paralelismo histórico con un evento que conmocionó al mundo casi tanto como las dos guerras mundiales sucedidas en la primera mitad del s. XX. A buen entendedor, sobran palabras.

Para muchas personas la madrugada del 14 de abril de 1912 fue la más trágica de su vida. En esa gélida noche, el Titanic, flamante nuevo buque de la compañía White Star Line –calificado como “el insumergible” (unsinkable) por los armadores– se fue al fondo del Océano Atlántico para siempre. Y junto a él, 1523 de sus pasajeros desaparecieron bajo las aguas de Terranova, convirtiéndose en una de las mayores tragedias de la humanidad. Todavía hoy, cercana ya la fecha del centenario de la tragedia, su hundimiento sigue siendo un tema de debate en la actualidad.

El capitán designado para el trayecto inaugural del imponente Titanic era Edward Smith, un 'combatiente' y fiel jesuita, que trabajaba para John Pierpont Morgan, a la sazón el mayor magnate del acero de la época, y quien en virtud de su ilimitada fortuna personal se había fácilmente hecho por entonces con la propiedad de la White Star Line, allá por el 1893. Bruce Ismay, hijo de Thomas Henry Ismay –verdadera 'alma mater' tras la que se halló el nacimiento de la famosa naviera allá por 1869– fue designado oficialmente por el propio JP Morgan –de cara a los medios– como director de la naviera. Sin embargo, técnicamente Ismay no era sino un mero asalariado del financiero.

Fuente: National Geographic 'Los Secretos del Titanic,' (1986):

'En el momento de zarpar desde Southampton, al sur de Inglaterra, se hallaba a bordo Francis Browne. Era el jesuita más poderoso de toda Irlanda. Y aquí se revela la quintaesencia de la perversión jesuita: El Provincial Padre Francis Browne (los jesuitas consideran, al parecer, a las diversas naciones como provincias del Vaticano), por entonces un joven (32) religioso y ya consumado fotógrafo (actualmente es comparado con los famosos Doisneau y Cartier-Bresson) embarca en el Titanic con el propósito de constatar fotográficamente la evidencia de la presencia a bordo de los tres financieros más influyentes en el mundo por entonces –John Jacob Astor, Benjamin Guggenheim e Isador Strauss–. A continuación, el padre Browne cena en privado con el Capitán Smith y,con toda probabilidad, le recuerda su juramento de obediencia a la compañía de Jesús. Ala mañana siguiente, el padre Browne se despide de su 'discípulo' y desembarca en la segunda escala del trayecto, la irlandesa Queenstown –actualmente Cork–, curiosamente su ciudad natal.'

Eric J. Phelps, Asesinos Vaticanos. Halcon Unified Services. P. 247.

Parece ser que mientras tomaba fotos de los financieros durante la travesía hasta Irlanda, uno de ellos (probablemente el mismo John J. Astor) se ofreció a abonar el pasaje del padre Browne para el resto del trayecto hasta Nueva York. Al notificar a su superior en Roma la oferta recibida, el padre Browne recibiría un telegrama en Queenstown en el que sucintamente se lee: "Desembarque de este buque, Provincial"

El Capitán Edward Smith, conocedor de lo irrevocable de los mandatos transmitidos por la más alta jerarquía jesuita, acababa de ser puesto al corriente pormenorizadamente acerca de cuál debía ser su modus operandi una vez alcanzadas las aguas del Atlántico Norte: debía hundir el Titanic. Y eso fue lo que hizo exactamente, tal comno le fue ordenado. No tenía alternativa en virtud del voto de obediencia anteriormente mencionado. Por lo demás, y de acuerdo con la estricta y secreta filosofía jesuita: "Los inocentes son perfectamente prescindibles cuando un bien más elevado se antepone. El fin justifica los medios." Esta máxima justificativa de eventuales 'daños colaterales', es una máxima argumentada y llevada a la práctica con inusitada frecuencia, a lo largo de la historia. Sabemos que Carl Marx y Friedrich Engels –padres del socialismo– utilizarían esta máxima para conseguir su propósito de instaurar la ´lucha de clases', de los que poco después Lenin sería el perfecto sicario al acabar con la estirpe de los Romanov (curiosamente defensores de la tradición cristiana ortodoxa, enfrentada desde el Gran Cisma, con la doctrina vaticana). Esa es, y no otra, la gran razón ideológica que, insinuada por Iñaki Gabilondo, se halla detrás de la manipulación de los recursos financieros del mundo. La meta: Un único poder religioso en el mundo; una única moneda; un único sistema bancario; un único sistema educativo; un único ejército. El Nuevo orden Mundial.






El capitán Smith había estado navegando por el Atlántico Norte durante 26 años. Era, pues, el navegante más experimentado del mundo en esas aguas frías. También sabía que el buque que capitaneaba había sido construido con la intención de servir de sepultura a los enemigos de los jesuitas. Por eso debía ser hundido en la travesía inaugural. El capitán Smith sabía perfectamente dónde se hallaban los icebergs. Sin embargo, suguiendo órdenes tan estrictas como secretas, propulsó al Titanic –hasta alcanzar su máxima velocidad de crucero (22 nudos)– atravesando, en una calculada noche sin luna, un inmenso campo repleto de icebergs de 80 millas cuadradas de superficie. Había recibido órdenes de su Dios desde el Vaticano (a través del padre Browne). Nada debía ni podría interferir dicho mandato.

Las acciones tomadas por el Capitán Edward Smith durante sus últimas horas de vida tras la fatal colisión con el témpano de hielo, no se corresponden en absoluto con el liderazgo y confianza que se presupone de alguien con su rango y autoridad. Más bien fue descrito por los supervivientes, como un alma en pena, como ido, luchando con su conciencia.

La falta de plazas, para todos los ocupantes del buque, en los botes salvavidas era totalmente intencionada. Muchos de dichos botes fueron simplemente ocupados por algunas mujeres y niños. El capitan jesuita nunca dio la orden de pedir auxilio por radio, y tiró por la borda todas las bengalas de auxilio de color rojo, dejando solo disponibles bengalas blancas, consideradas en marina mercante como las usadas para celebrar fiestas y eventos. De hecho así fue advertido por los buques próximos. Todo ello no se debe a la argumentada arrogancia de la tripulación acerca de la insumergibilidad del buque. Todo este cúmulo de fatales circunstancias había sido calculado al detalle.

Con respecto a los tres caballeros fotografiados por el padre Frank Browne: John Jacob Astor, Benjamin Guggenheim e Isa Strauss, habían sido invitados a bordo del trayecto inaugural del deslumbrante buque, para parlamentar con J.P. Morgan acerca de la conveniencia de la creación del Banco Central Norteamericano, el llamado actualmente banco de la Reserva federal Norteamericana, algo a lo que estos tres hombres se oponían radicalmente. JP Morgan nunca embarcó en el Titanic.

El hundimiento del Titanic se planificó como ritual del sacrificio de estas tres personas opuestas al imperio de la orden jesuita en los Estados Unidos. Las demás víctimas fueron considerados 'daños colaterales' totalmente justificables. La esposa de Astor fue salvada. La 'insumergible' Molly Brown también. El hundimiento del Titanic fue posiblemente el mayor desastre de la primera mitad del s.XX si exceptuamos los dos conflictos armados mundiales. Y, de acuerdo con el libro 'Terroristas secretos' de J. Hughes, esta tragedia, como otras que menciona el libro, fue ordenada por la orden jesuita, brazo militar de la iglesia católica romana.

El 14 de abril de 1912 (curiosamente la misma fecha en que Abraham Lincoln fue asesinado –se opuso ya entonces a un prematuro intento por gestionar privadamente el flujo de dinero-deuda. También abolió la esclavitud) el Titanic colisionó, pues, contra un témpano de hielo, y con su hundimiento desapareció toda oposición a la creación de la Reserva Federal de Wall Street. En diciembre de 1913 nace se funda dicho organismo. Ocho meses más tarde los jesuitas ya habían obtenido suficiente financiación como para comenzar la Iª Guerra Mundial, acontecimiento que tuvo su origen en el asesinato en Sarajevo del Archiduque Francisco Fernando, heredero al trono del imperio austro-húngaro. No olvidemos que Sarajevo era la capital de Serbia, cuya ancestral fe ortodoxa –junto con los planes expansionistas de anexión con Bosnia-Herzegovina– y la órbita que describía alrededor de la Gran Madre Rusia, entraba en colisión con la doctrina que, desde Roma, reconocía al Papa como supremo y único representante de Jesucristo en la Tierra. En un mundo tan diverso y tolerante, resulta curiosa la insistencia en transmitir un pensamiento único.

Cada vez más rumores apuntan a que la necesidad de extirpar a los Romanov, defensores del cisma cristiano, de Rusia, fue la verdadera razón de la Revolución bolchevique. No en vano, la financiación necesaria para imponer la llamada dictadura del proletariado y acabar con la Rusia zarista, provino de los fondos generados por la Reserva Federal Norteamericana, verdadera fuente de creación del modelo dinero-deuda impuesto por la élite sionista-jesuita.

El drama del Titanic fue, en definitiva, uno de los crímenes más 'perfectos' jamás cometidos.

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Iñaki Gabilondo predice un 'enfado' monumental de la población, debido al daño descomunal que los poderosos de las finanzas transnacionales están causando con sus perversos planes de destrucción.

Yo digo que la clave está en NO TENER MIEDO


Si no has visto esta obra de arte de la factoría PIXAR, quizá sea éste un buen momento (te recomiendo ir directamente hasta el min. 6:00 hasta el 07:30)



Existe, sin embargo un evidente riesgo: confundir el coraje con la rebelión. Decir 'basta' no consiste en pasar de ser esclavos a adoptar la 'resistencia' como forma de vida. Las barricadas no hacen sino perpetuar el enfrentamiento.

No tener miedo implica un 'cambio' de actitud, observar los acontecimientos desde una nueva perspectiva, significa recobrar el valor, el coraje. ¿Acaso no estás ya harto/a de vivir defendiéndote o atacando para poder sobrevivir? ¿Verdad que es desgastante y que a veces sueñas con un modo de vida en el que TODOS estemos del mismo lado, con nuestras naturales diferencias y diversidades, sin críticas ni juicios, sin odios ni miedos, sin competencia?

Los impúdicos controladores de los que habla Iñaki Gabilondo fueron quienes inventaron el maquiavélico 'divide y vencerás', doctrina militar llevada a la práctica desde los inicios del imperio de Roma y que se ha perpetuado y afinado desde entonces. Pero fueron también los mismos que previendo un escenario de rebelión final, planearon con suficiente antelación las medidas a adoptar cuando decidiésemos, hartos de soportar el papel de corderos, practicar el 'ojo por ojo'. El escenario que Gabilondo (y muchos otros) vaticina.

Sionistas, Jesuitas, Cabal, Thule, Illuminati y demás denominaciones por los que se conoce a los jerarcas y controladores ocultos en las tinieblas –el lado oscuro de la fuerza que todos tenemos– saben que existe en nosotros un potencial rebelde latente, fruto de la contención de todas las emociones que hemos generado desde nuestro nacimiento, como consecuencia de las intrínsecas limitaciones que este mundo y sus reglas nos impusieron cuando llegamos a él. Y están tratando de estimular hasta el límite nuestro caudal de ira para activar ese lado oscuro a toda costa. Ya no se andan con sutilezas. De lo que se trata, para ellos, es de que unamos nuestras fuerzas CONTRA ELLOS. Lo están esperando con los brazos abiertos. Su problema es que no lo hagamos a tiempo. Por eso están apretándonos ya sin tapujos las tuercas. Ha llegado el tiempo de sacarnos hasta la última gota de sudor y sufrimiento.

Piénsalo un momento. Dar rienda suelta a la ira y la cólera y convertirla en nuestro alimento exclusivo es lo que justamente desean quienes han diseñado el caótico escenario que se está revelando. Saben que esa actitud nos infectará del mismo virus del que se nutren ellos. Utilizar la rabia para combatirles nos convertirá en lo mismo que ellos: unos cabreados resentidos sin remedio.

Por favor, no les des la excusa perfecta para que sientan más justificados, si cabe, sus abyectos planes eugenistas. Si no te aniquilan, te reclutan. O les eres de utilidad para prolongar su tiranía, o simplemente prescinden de ti. Esas son las alternativas si te dejas llevar por la cólera.

Existe una tercera vía: Sé compasivo con todos los que te hablen de revuelta. Demuestra con tus actos que otra forma de vivir es posible.

TODO ES UN ESCENARIO. La vida que crees vivir, es un sueño (y los sueños, ya se sabe, sueños son). No es real. Tu puedes trascender el caos de este sueño, como quien despierta de su sueño dándose cuenta de que no fue real. Simplemente conecta con tu verdadera y eterna naturaleza: Eres conciencia espiritual teniendo una experiencia humana. Nada de lo que suceda te va a arrastrar si no sintonizas con la frecuencia de los acontecimientos caóticos.

¿Cómo me deshago del miedo?

Si hay cosas (la oscuridad, los perros, …) que desde pequeño te han dado miedo, ahora es el momento de enfrentarlas, de desenmascararlas. ¿pero cómo, dirás? Demostrándote voluntad de re-conocerte, ya has hecho la mitad del trabajo. Al igual que los vampiros huyen de la claridad, ha llegado el tiempo de tirar de la manta y que todos los demonios internos vean la luz del día. Está pasando a nivel colectivo (y desengáñate: esto no es más que el comienzo). Ríete de ti mismo y de quien crees que has sido hasta ahora, del papel que has interpretado en este sueño. Todas las fachadas artificiales del mundo están cayendo. Nada volverá a ser igual. No te rebeles contra los acontecimientos. Al contrario, abraza el río de la vida y permite que te lleve el flujo a donde te lleve. No pongas ya más resistencia. Ocúpate, durante el viaje, de desenmascararte. Otros, más cerca de ti de lo que imaginas, están ya siendo responsables consigo mismos y lo están haciendo. Les hiciste daño sin darte cuenta. Nadie te está reprochando nada. Imítales y vomita tu rabia a medida que descubras que tipo de energía la ha tenido secuestrada. Suelta lastre, devolviéndole a cada cual el peso que cargó en tus hombros (y, por paradójico que te suene, tú aceptaste cargar). Te aliviará. Aprende a ser ligero como el viento. Vuela amigo, vuela alto, no seas gaviota en el mar.

Y agradece todo lo recibido, que no es poco. Lo bueno y lo malo. Sobretodo lo malo, porque de ello has aprendido, es lo que te ha hecho crecer. Y discúlpate (libérate de la culpa) por los errores cometidos. Recobra tu libertad sin reclamársela a nadie. En realidad nadie te la quitó. Tú se la entregaste para que te protegieran y te decepcionaron. Sufriste, sí. Pero ahora sabes qué es la compasión. Lloraste, sí. Pero ahora sabes que las lágrimas son la mejor medicina.

Da por concluído tu paso por este plano de la realidad. Has interpretado muy bien tu papel a lo largo de múltiples vidas. Ahora el ciclo termina. ¿estás listo para darte cuenta de que tan solo eres amor?


Amate. Tú vales. Tú puedes. Tú eres uno en unión con el todo.

Ama a tu prójimo (humano, animal, vegetal o mineral). Todo aquello que quisieras que hicieran contigo, hazlo tu primero. Y no mires a quien.


Simplemente ama. Sin miedo al ridículo, sin miedo al rechazo o al abandono. Sin miedo al fracaso. Nadie fracasa nunca. Nunca has fracasado porque todo lo vivido forma ya parte de tu sabiduría personal. Nadie te juzga…eres libre de amar. Porque eres amor. Eres maestro en eso ¿qué otra cosa puedes hacer?



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