miércoles, 26 de septiembre de 2012
Que la alegría sea tu guía
Myriam canalizada por Pamela Kribbe
Queridos amigos,
Yo soy Myriam y represento al aspecto femenino del ser Crístico. Hoy os saludo a todos y quisiera permitiros participar de la alegría y la paz que está disponible para vosotros y que pertenece a la verdadera esencia de quienes sois. Vosotros no estáis aquí en este mundo para sufrir, para luchar ni meramente sobrevivir. Estáis aquí en la Tierra para tener alegría, para ser quiénes sois y para experimentar el milagro de eso. Sois hermosos tal como sois. No se necesita cambiar o mejorar nada. No tenéis que convertiros en nada. No hace falta seguir luchando. Todo está bien. Permitid que esto llegue a vosotros.
La esencia de la creación es la alegría. La energía que lo es todo (a la que habéis convenido llamar Dios) no os creó por un propósito serio y duro de soportar. Ella os creó por la alegría y el placer de la exploración. Ella quería descubrir la vida a través de vosotros. Todos vosotros sois la expresión del amor y la alegría creativa de Dios, y es por eso que a vosotros se os permite experimentar eso, cada momento del día. Yo os invito a reconectaros a este flujo original de energía, la alegría de la creación de Dios, el cual fluye a través de cada uno de vosotros.
Vosotros tendéis a hacer la vida demasiado pesada y seria. Comprended aunque sea por un instante que no estáis aquí para alcanzar una meta, sino simplemente para ser vosotros mismos, incluyendo las partes vuestras percibidas como oscuras, vacilantes o atascadas. Sí, esas partes también son bienvenidas, son parte de la experiencia completa de la dualidad que es la vida como humanos, en todos sus aspectos. Confiad en que esto os conduce hacia algo hermoso, algo mágico, hacia un nuevo mundo. Siempre estáis moviéndoos y transformándoos. No hay un propósito fijo, un destino final. Estáis constantemente en el camino. Ahora disfrutad estando en el camino, disfrutad las corrientes cambiantes de la vida, y esa carga pesada se os descargará.
Ahora os pido que me acompañéis en un viaje al pasado, al momento antes de que naciérais en la Tierra en este cuerpo. No dudéis de que esto es posible o no. Tan sólo viajad en vuestra imaginación. No importa si pensáis que lo estáis inventando. Confiad en vosotros mismos y permitíos sentir cómo una vez estuvísteis libres del cuerpo físico. Erais entonces independientes de la forma física, sintiéndoos infinitos. Todo era posible. La vida era mágica. Desde esta dimensión de gran libertad vosotros sentísteis un tirón procedente de la Tierra.
Vuestra atención fue halada, desde todos los lugares, hacia este pequeño planeta con potenciales tan grandiosos; potenciales tanto de luz como de oscuridad, de amor y de miedo. Sentísteis un tirón. Os preguntásteis acerca de la naturaleza de la realidad existente allí y sentísteis que teníais algo que hacer al respecto. Sentísteis que había algo ahí que queríais experimentar.
Como un espíritu libre decidísteis lanzaros a la aventura y encarnaros en la Tierra. Sentid como incluso ahora, habiendo pasado por tantas experiencias en la Tierra, aún permanece esa sensación original de interés, de curiosidad y de atracción que una vez tuvísteis. Sentid cuán especial es el hecho de que estéis aquí ahora, que vuestra conciencia se haya limitado para poder ajustarse a un cuerpo terrestre con todas las limitaciones que eso conlleva, percibiendo la realidad a través de los sentidos físicos como la vista, el oído y el tacto. Este modo particular de percibir la realidad no es el modo natural; vuestra perspectiva original es mucho más amplia y menos limitada. Aún así elegísteis esta limitación porque algo increíblemente valioso iba a ser provisto ahí.
Vosotros estáis aquí, en la Tierra, para expresar la libertad y la magia de los reinos espirituales de los cuales procedéis. Estáis aquí para traerlos a la forma y la materia y dejarlos disponibles tanto para vosotros como para los demás. Sí, sois portadores de luz, donde la luz representa la libertad, la facilidad y la alegría. Y habéis estado en la Tierra anteriormente, con el mismo deseo e ímpetu de encender la luz de la creación aquí y esparcir alegría y conocimiento. Permitíos sentir esto otra vez. Sabed quiénes sois. No necesitáis ser o hacer algo especial aquí, no tenéis que lograr algo excepto recordar quiénes sois y permitir que la alegría os colme nuevamente. Ése es vuestro trabajo: regresar a vuestro estado original de admiración y alegría en medio de energías que parecen apuntar a una dirección totalmente diferente.
Sin embargo sucede que os habéis sentido presionados. La realidad de la Tierra, el modo en que la gente piensa y se relaciona, las creencias de la sociedad pueden sobrecargaros excesivamente y empaparos de una cierta amnesia durante un tiempo. Recordad que sois la divinidad hecha carne. La luz está fluyendo a través de vosotros ahora mismo, a través de vuestras manos, a través de vuestros ojos, sentidlo. Nunca os ha dejado, pero a todos se os dijo en algún momento de vuestra vida que esta luz no puede fluir libremente al descubierto. Habéis creido que teníais que esconderla y mantenerla adentro, por miedo a ser vistos como “diferentes”. El constreñimiento a ser normal, a encerrarse en lo que otras personas pudieran pensar de vosotros, ésa sea probablemente la peor prisión en la Tierra. No es estar en el cuerpo lo que os limita tanto. La verdadera limitación proviene de admitir las numerosas creencias pesadas y aprensivas de la sociedad y permitir que ella aminoren vuestro resplandor divino.
Mi deseo es mostraros un camino de salida, y la calve es: atreveos a recibir la alegría otra vez en vuestra vida, ¡sentid que es vuestro derecho de nacimiento! Es simplemente quienes sois, la alegría de Dios manifestada. Y para ser esto no necesitáis lograr nada, alcanzar ninguna meta, en el sentido mundano de la palabra. Tan solo necesitáis ser uno con quien sois. Necesitáis volver a sentir que estáis armonizados con lo que sois aquí y ahora. No hay nada que no podáis alcanzar, no hay nada que esté faltando. Abrazad la totalidad de quienes sois ahora, incluidos vuestros miedos, vuestros bloqueos emocionales, y al mismo tiempo, la sensación profunda de admiración y vitalidad en el fondo de vuestro ser. La vida misma fluye a través de vosotros y desea impartir en vosotros vuestros numerosos dones milagrosos. Habéis emprendido el viaje de la encarnación en este cuerpo, en esta sociedad, en esta dimensión material. Eso es suficiente. Naciendo en la Tierra en estos momentos ya habéis mostrado vuestro enorme coraje y fe. Ahora confíad en que se os permite recibir todo lo que necesitéis en vuestra vida. Sentid la pura alegría de estar en este momento. Permitíos relajaros en eso.
Imaginad que de ahora en adelante no hay nada que “debáis hacer” en vuestra vida. Si realmente os concedéis esa libertad, vuestras vidas fluirán consistentemente serenas y suaves. Yo entiendo que esto está en contra de mucho de lo que os han dicho vuestros padres, maestros, jefes, etcétera. La sociedad imparte en vosotros la idea de que tenéis que trabajar duro y diligentemente para desarrollar las destrezas y habilidades necesarias para arreglároslas en la vida. Os dice que os mantengáis pequeños y que os enfoquéis en lo que es posible –y ha sido posible anteriormente– antes que en lo que soñáis y esperáis. No sólo la sociedad os dice esto, incluso muchas enseñanzas espirituales tienen un punto de vista bastante estricto y disciplinario para alcanzar la iluminación.
Imaginad que liberáis la verdadera idea de metas y logros. Imaginaos diciéndoos a vosotros mismos: Yo soy como soy, y estoy completamente conforme con lo que soy. ¡Qué liberación! Si podéis permitiros ser esto de forma relajada, las cosas comenzarán a fluir en vuestras vidas, y veréis que sucede exactamente lo opuesto a lo que la sociedad os dice que debéis esperar y que va a suceder. Las cosas comenzarán a sucederos sin tener que trabajar duro para eso. Si podéis ser uno con vosotros mismos y aceptar las cosas y las circunstancias tal como vienen, tal como son, invitaréis a que un flujo de paz os traiga milagros a vuestra vida. Al aceptaros tal como sois, estáis diciendo “si” a la vida, a estar aquí en la Tierra, y os permitís recibir todo lo que queráis simplemente por ser quienes sois, una parte indeleble de Dios, apreciada y amada incondicionalmente.
Si halláis esa paz en vuestro corazón y soltáis vuestras expectativas tensas y nerviosas, entonces permitís que la magia de la vida cuide de vosotros. Os rendís a su flujo y ritmo. Yo os digo, para comenzar a encontrar verdadera satisfacción en vuestra vida, para comenzar a encontrar el trabajo justo, la relación adecuada o la casa apropiada en la cual vivir, comenzad por permitiros experimentar alegría nuevamente. La simple alegría de ser, la alegría de ser vosotros, de existir. La espiritualidad está intimamente vinculada con la simplicidad y la facilidad. Se trata de sentir cómo un niño puede sentir, no pensar en el mañana, sino simplemente disfrutar el presente y hacer cualquier cosa que uno tenga ganas de hacer.
Yo sé que creéis que esto ya no es posible para un adulto. Eso es una tragedia. Hay tal tristeza en el hecho de que os hayáis sentido obligados a renunciar a vuestra parte más espontánea y despreocupada. Extendedle las manos al niño interior que ha preservado su espontaneidad para vosotros. Profundamente adentro, aún está ahí, el niño que quiere jugar y disfrutar, el niño que quiere explorar la vida y que confía en que todo va a estar bien. Este niño sabe que la Tierra es un lugar seguro para que os expreséis. Sentidlo y dejad que os hable otra vez. Escuchadlo. Tal vez quiera daros un mensaje ahora mismo. Si aún no sentís nada, eso está bien también. Lo que importa es que estéis deseando llegar hasta ese niño, que digáis sí al flujo interior de espontaneidad, a su inspiración del alma. Estáis llenos hasta el borde de ideas de que esto no es posible o deseable, de que tenéis que volcaros al exterior más que al interior para encontrar guía en vuestra vida. Pero no es así. La vida debe ser vivida según otros principios.
El verdadero poder creativo, realmente manifestando creaciones positivas en vuestra vida, siempre sucede desde un estado de simplicidad y holgura. Es precisamente cuando os sentís totalmente relajados y divinamente despreocupados acerca de las cosas, sin sentiros forzados a hacer o ser nada, que atraéis los cambios más positivos en vuestra vida. Si simplemente acariciárais vuestros sueños y deseos, y luego los soltárais como quien deja libre a una paloma después de haber curado sus alas heridas, y dejárais que las cosas sigan su curso, vuestra confianza hará que la paloma regrese a vosotros. Ni siquiera esperaréis que dichas circunstancias sucedan, ya que estaréis muy ocupados disfrutando de vosotros mismos en el presente. La vida es exquisitamente simple.
Nosotros estamos con vosotros y comprendemos muy bien por lo que estáis pasando. Os pedimos que confiéis en este mensaje y que tengáis fe en la benevolencia de la vida y en la alegría que fluye a través de cada ser vivo. Echadle una mirada a la naturaleza. Los animales, las plantas y las flores están todos inherentemente ajustados a la expresión de la belleza y la armonía. Ellos no dudan de si mismos. Ellos se valoran de un modo perfectamente natural y pacífico. Conectad con esa energía natural de validación y sabed que vosotros estáis contenidos dentro de esa misma red de vida. Estáis a salvo. Dios está justo aquí con vosotros, y nunca se irá de vuestro lado. Atreveos a confiar a la magia de la vida, la cual no es nada más que el flujo divino de vuestra propia alma, ¡y disfrutad!
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