Cuando editas entradas en un medio de acceso público, como lo es un weblog, existe el riesgo de que se cuele entre lineas una parte arrogante y sabionda de ti mismo. A lo largo de estos casi 5 años es probable que una parte de las entradas de este blog no hayan sido comunicadas desde el corazón, lamentablemente, sino desde la más que voluntariosa de las ignorancias. Confío, no obstante, en que tu discernimiento sabrá separar el grano de la paja.
Abrazos y bendiciones.
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