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miércoles, 31 de agosto de 2011

Motivos para indignarte


Es fácil y muy tentador colaborar actualmente en la difusión de la corrupción ajena, ocupándonos en denunciar (desde los corrillos de conversaciones de vecindario) pues eso, aparte de hacernos creer que nos granjearemos la atención y la consideración de los demás que antes no recibimos, dificulta enormemente la lucidez necesaria para ver la viga en el propio ojo. Creemos que tenemos "el poder" porque tenemos acceso a internet, igual que los fotógrafos de prensa cuando reportan imagenes escalofriantes del frente de cualquier guerra, sin percatarse que haciendo su trabajo están alimentando a la bestia del corporativismo mediático, cooperando con los señores de la guerra en su cruzada por mantenernos sometidos a la tiranía de nuestras propias bajas pasiones y desconectados, así, del Buda libre, la luz eterna que portamos en nuestro interior. 

Nos dan carnaza y la devoramos. Ese es su papel. Y lo ha sido desde que nos separamos de la Fuente. Otros, los que dirigen la operación desde las 'alturas' de la pirámide jerárquica de este mundo lo hacen de un modo más sutil, por medio de doctrinas religiosas. Poco importan sus ardides.
Y sin embargo esto es lo que estamos presenciando de manera más acentuada en estos primeros años del siglo XXI. La rabia, la ira, la indignación son como vasos colmados de emociones contenidas que ahora se están desbordando bajo los focos de la difusión mediática (contribuyendo éstos, con ello, a la exacerbación de todas las indignaciones. Y es que ningún medio aboga por un solo minuto por que nos sentemos a reflexionar ante los acontecimientos acerca de en qué medida hemos contribuido y seguimos contribuyendo todos, individualmente en nuestras particulares esferas de influencia (familia, vecindario, trabajo…) y colectivamente como consecuencia de la repercusión que la suma que nuestros pensamientos tiene sobre el inconsciente colectivo. 

Y sin duda nada hay que esperar del cuarto poder, ni de ningún otro poder de este mundo. Es más diría que es infantiloide pretender que los medios de masas desarrollen otro papel diferente al que están haciendo, difundiendo obscena y hasta pornográficamente los destalles más escabrosos de noticias que no hacen sino tentarnos al desequilibrio. Ellos son la voz de su amo y están tan esclavizados como lo estás tu o yo mientras creamos que la indignación popular y el combate (antiguas y desfasadas armas que ya probaron nuestros antepasados y que en nada contribuyeron a la paz mundial) van a ayudar en algo.

Tu puedes salir de este círculo vicioso, desatar los nudos que te atan a las cadenas de tu propia ignorancia. Las emociones particulares de cada uno claman por ser liberadas y deben ser 'vomitadas' para que el exorcismo liberador sea posible. Pero no en el contexto de revueltas populares aparentemente espontáneas –dirigidas desde los mismos núcleos de poder que las están alentando– los cauces que el poder de este mundo está ofreciendo a la indignación global para que su fuego se avive. Los antidisturbios (mercenarios psicóticos o incluso clones sin alma) están calentando motores en las casernas, me temo. Déjate arrastrar por la ira colectivizada, y te convertirás en el cordero previsible en el que los poderosos de este mundo se van a cebar. Opta por enfrentar al foco interno de violencia que alojas y los verdaderos sátrapas de este mundo no podrán contigo. Girar la cara a sus campañas de terror es lo mejor que puedes hacer por ti y, de paso, por ellos mismos.


Quien está en paz consigo mismo no ve al otro como la fuente del miedo. Cuando se está en paz, lo único que puede compartirse es el amor, pues la ira y la venganza ya han sido exorcizadas. Nos hace falta más respeto por nosotros mismos y por la expresión de los sentimientos, aquellos que creímos dejar a buen recaudo, ocultos en la consigna de nuestro hogar paterno, para que no fueran ya más heridos. ¿Y qué fue ese hogar paterno sino la antesala de este gran teatro de las vanidades en que cada uno hemos interpretado un papel? Esta representación está siendo dada por concluida. Es tiempo de deshacer el camino y regresar al momento donde aceptamos la amnesia, para poder avanzar, libres del yugo del pasado, por el nuevo y glorioso camino que esta crisis está revelando. Despierta. Esta pesadilla no es real, es solo producto de la sobreexcitada imaginación de tu mente. Es tiempo de cambiar de mentalidad. Existe un futuro brillante y lleno de possibilidades para la humanidad después del ocaso de este ciclo del que los mayas ya advirtieron. ¿Quieres todo eso? Tan solo tienes que rendirte y abrir las compuertas de tus emociones bloqueadas.

La indignación es tuya, personal e intransferible. Reclámala para ti mismo/a. ¿Qué te empuja a necesitar buscar el reflejo de tu enfado en el espejo que constituyen otros? ¿Acaso buscas todavía a los testigos de tu dolor primigenio? Nos hemos emparejado, asociado, vinculado en general, siguiendo pautas de afinidades u oposiciones en las que hallar consuelo (amigos) o un terreno en el que dar rienda suelta a nuestros demonios (pareja). Y esa deriva ha servido a un propósito mayor, expandir los confines del universo. Ahora es tiempo de descansar de la batalla. Curar las heridas sufridas y provocadas. Rescatando las palabras de Albert Clayton Goulden (Sedona Intensive):" Debemos purificar (ya), sin excusa, los rincones enfermos del alma". Ese es el camino que despejará el velo personal de cada uno/a que actualmente oculta a la conciencia. Ahora mismo lo que de verdad importa es hacer "revisión interna de daños". Que cada cual asuma y se aplique la parte de responsabilidad que le toca. Y mientras tanto, sé creativo, fascínate por la belleza de lo ya creado, la generosidad de la naturaleza, el amor incondicional de los animales…y si alguien te pide consuelo, ofréceselo. No has venido al mundo para ser vocero de nadie, sino para expandir tu propia luz y contribuir a que arraigue en este maravilloso planeta que nos aloja sin pedirnos nada a cambio más que respeto y amor. Quien tenga oidos para oir que oiga.

Pedid y se os dará.

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