Lo que a continuación viene es el relato de los acontecimientos que rodean la invasión de Libia. Verás que la perspectiva es ligeramente diferente a la que exponen los medios oficiales. Insisto en que la finalidad no es que te enfades con la manipulación de la realidad, sino que tomes conciencia de que los acontecimientos responden a razones muy diferentes a las que los medios oficiales divulgan.
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El sábado 19 de marzo de 2011 por la noche los misiles de crucero británicos y norteamericanos se unieron a los franceses y al resto de la fuerza aérea de combate de la OTAN en el despliegue de la Operación amanecer de la Odisea (cuanta poesía malgastada para etiquetar una operación militar). Un nuevo bombardeo, camuflado tras aparentes razones humanitarias y maquillado por una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, destinado a desestabilizar y destruir la soberanía del estado libio.
Actuando al amparo de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, las fuerzas navales norteamericanas operativas en el mediterráneo (VIª Flota) dispararon el pasado sábado 19 de marzo por la noche, 112 misiles de crucero, dirigidos a objetivos definidos por el Pentágono como "enclaves del sistema aéreo defensivo libio". Sin embargo Mohamed al-Zawi, Presidente del Parlamento libio, manifestaba ayer lunes día 21 en una conferencia de prensa en Trípoli que el "barbárico ataque armado" y la "salvaje agresión", habían hecho blanco en diversas zonas residenciales así como edificios de oficinas, llenando los hospitales de Trípoli y Misurata de víctimas civiles. Zawi acusó a las fuerzas hostiles extranjeras de proteger a los líderes rebeldes, entre los que se hallan notorios y declarados terroristas, equipándolos con aviación y armamento. La misma historia de siempre. El gobierno libio ha reiterado a la ONU su solicitud de recibir a observadores internacionales para que puedan informar objetivamente de los acontecimientos que están teniendo lugar en Libia. Petición que ha sido denegada.
Se espera que las fuerzas atacantes occidentales, apoyadas sorprendentemente por la liga árabe, disparen más misiles de crucero, aviones no tripulados Predators y bombarderos para destruir el sistema libio defensivo del espacio aéreo, y diezmar así totalmente las unidades terrestres de defensa libias. Observadores internacionales se han percatado de que la inteligencia norteamericana no está hilando tan fino como cabía esperar en sus objetivos iniciales y de que, consecuentemente, muchos de los misiles han alcanzado ciertamente objetivos no militares. Libia ha respondido a la votación del Consejo de Seguridad de la ONU, declarando un alto-el-fuego y el cese de todas las operaciones militares, pero Obama y Cameron han hecho oídos sordos. El sábado 19 de marzo, el boletín informativo France 24 y la cadena islámica de noticias al-Jazeera –financiada por el emir de Qatar– anunciaban a bombo y platillo los ataques difundiendo informes histéricos, alegando ataques del régimen libio al reducto 'rebelde' de la ciudad de Bengazi. En ellos mostraban la foto de un caza de combate siendo abatido, como prueba de que Gadaffi había desafiado a las naciones Unidas manteniendo sus ataques aéreos, cuando más adelante se ha probado que el avión fue destruido por los propios rebeldes en las cercanías de Bengazi…Ahora el Pentágono, destapada la estratagema en muchos medios de internet (por eso quieren cerrar la red de redes) se apresta a decir que el avión cayó por problemas…mecánicos (!) El encubrimiento ha provisto sin embargo, de la necesaria justificación para los bombardeos aliados iniciados un par de horas después de la caída del avión.
Existe aquí un más que evidente paralelismo con un oscuro incidente que desencadenó una guerra hace 20 años, el de los supuestos asesinatos de bebés kuwaitíes en 1990 a manos de soldados iraquíes…una excusa que el Pentágono se sacó de la manga y que finalmente fue desmontada, probándose como falso el testimonio de Nayirah, una adolescente kuwaití forzada por una empresa de relaciones públicas afin a su padre, el Emir de Kuwait, a inventarse esa macabra historia con la intención de justificar, de cara a la confundida opinión pública occidental, la primera Guerra del Golfo (Operación Tormenta del Desierto).
En el momento de la votación, el delegado indio de las Naciones Unidas certeramente remarcó que la decisión de iniciar la guerra había sido tomada sin ningún fundamento informativo fiable, puesto que el Secretario General de la ONU Banki Moon nunca informó al Consejo de seguridad acerca de los informes recabados por su envío. El bombardeo se inició, pues, tras la ampulosa y mediáticamente preparada cumbre de Paris en 'apoyo al pueblo libio', escenificada por el henchido y megalomaníaco anfitrión Nicolas Sarkozy (recordemos que el mismo Gadaffi financió la campaña electoral que llevó a Sarkozy al Elíseo), y sus huéspedes James Cameron, Hillary Clinton, Stephen Harper (primer ministro canadiense), Berlusconi, Rodríguez Zapatero y otros políticos afines a la órbita imperialista. Por cierto, el Presidente español cedió un lugar en el avión de las fuerzas armadas, a Banki Moon, el secretario de la ONU, puesto que en el suyo propio se detectaron fallos mecánicos al poco de despegar de la base de Torrejón de Ardoz con destino a Paris, tras haberse entrevistado con el Jefe de Estado Español, el Rey D. Juan Carlos I. Un gesto de cortesía –rescatado hábilmente por los medios– muy propio de esta servil marioneta, en la que poco tiempo ha tardado en convertirse el mandatario español, tristemente comiendo de la mano de las mismas fuerzas oscuras que se ocultaban tras la entonces tan vilipendiada 'foto de las Azores'.
Se esperaba la participación en el ataque de simbólicos contingentes de Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Jordania y Arabia Saudí, los estados de la liga árabe afines a los intereses occidentales, pero eso no sucede. Los estados árabes proveen del soporte financiero. El coste mínimo estimado para mantener una zona de exclusión aérea sobre Libia durante un año se estima hallarse en las cercanías de 15.000 millones de dólares, dinero suficiente para nutrir con alimentos proteicos a la empobrecida población haitiana durante 4 años.
El alegado propósito del bombardeo era establecer una zona de exclusión aérea y proteger con ello a los rebeldes libios, patrocinados por la CIA. Una fuerza 'rebelde' formada por la llamada Hermandad Islámica –una especie de 'Hamás', originaria de Egipto– así como elementos del gobierno y el ejército libio subvertidos por la Central de Inteligencia Norteamericana (incluyendo a figuras tan siniestras como el antiguo ministro de Justicia Mustafa Abdel Jalil y el anterior ministro del Interior Fattah Younis), y miembros de las tribus monarquistas Senussi en los reductos de Bengazi y Tobruk. Sin embargo, los ultimatums pasados del viernes a cargo de Obama y Cameron, incluido un discurso del mandatario canadiense Harper, no dejaron dudas acerca de la meta buscada: la expulsión de Gadaffi y el cambio de Régimen en el país magrebí con las reservas de crudo más grandes del continente africano.
Las perspectivas del éxito militar de la coalición invasora no son seguras, a pesar de la aparente superioridad de los efectivos de la OTAN. No se ha determinado ningún objetivo militar concreto y se prevee que afloren desacuerdos y disensiones acerca de la magnitud que la guerra deba alcanzar. Los tanques y la infantería de Gadaffi están actualmente inmersos en combates urbanos contra los rebeldes en Bengazi y Tobruk. Se prevee que la presunta superioridad aérea de la OTAN tenga dificultades en cumplir sus objetivos sin masacrar a gran cantidad de población civil. Se esperan, de nuevo y desgraciadamente, 'elevados daños colaterales'.
Y mientras la acción de Barack Obama está extensamente siendo comparada con el ataque de sus predecesores (Bush-Cheney) a Iraq en 2003, otros paralelismos están insistentemente saliendo a la superficie. Hablamos del fiasco de abril de 1961 en Cuba, conocido como el desembarco de Bahía de Cochinos, en el que una fuerza de cubanos anticastristas, organizada por la CIA, fue militarmente derrotada tras un intento de derrocar al regimen cubano. Por entonces, Allen Dulles, director de la Agencia solicitó al entonces Presidente John F. Kennedy, en un último esfuerzo por sobreponerse a la inesperada defensa cubana, el necesario apoyo aéreo para conseguir la deseada invasión terrestre. A lo que se opone Kennedy. Pero también cesa a Dulles de su cargo. Seis meses después Kennedy será asesinado.
Ahora Obama, enfrentado al colapso del intento desestabilizador de la CIA en Libia, ha ordenado el bombardeo que la CIA reclama y al que los mandatarios occidentales implicados se han plegado. 'Casualmente' coexiste un escenario 'más' catastrófico en Japón, desatado curiosamente también un 11-M (marzo), que desvía apropiadamente la atención de la opinión pública, permitiendo que las potencias inicien el reparto del pastel libio sin el peso exclusivo de la atención mediática.
La región 'rebelde' de Cirenaica, ha sido durante décadas el escenario de las agitaciones de la hermandad islámica contra el coronel Gadaffi. Y en gran medida eso ha sido posible gracias al apoyo de la Casa Blanca a lo largo de la frontera egipcio-libia. Tras el intento de asesinato de Gadaffi en 1995 –del que informó David Shayler (desertor del MI-5, servicio secreto británico)– y por la comisión del cual los servicios secretos de su graciosa majestad pagaron 100.000 libras esterlinas (115000 euros) a una célula de Al Qaeda, la franja este de Libia ha sido escenario de una prolongada insurrección islámica auspiciada y financiada por la cleptocracia de Wall Street. En los albores de los eventos de Tuinez y Egipto, quedó demostrado que la CIA ha determinado que debe producirse una alianza global contra los gobiernos árabes existentes, utilizando a la reaccionaria y oligárquica Hermandad Islámica, creada por la inteligencia británica en Egipto a finales de los años 1920. La célula magrebí de Al Qaeda, otro brazo de la CIA, está clamando al islamismo para que apoye a los rebeldes de Bengazi.
El Presidente de la República francesa Nicolas Sarkozy fue el primero en reconocer la legitimidad de los rebeldes de Benghazi, haciendo un llamamiento una semana antes para el levantamiento de una zona de exclusión aérea y el consecuente inicio de los ataques aéreos. Su propuesta es secundada inmediatamente por el Primer Ministro James Cameron. Hasta las 18 horas previas a la votación del consejo de seguridad de la ONU, la secretaria de Estado Hillary Clinton y el Secretario de Defensa Robert Gates subrayaban las dificultades derivadas de la implantación de una zona de exclusión de tráfico aéreo. El Ministro de Asuntos Exteriores Alain Juppé lamentaba que ya fuese "demasiado tarde para delimitar tal zona de exclusión". Entonces, inesperadamente, la Casa Blanca solicita la creación de dicha zona de exclusión, además de solicitar carta blanca para iniciar los ataques aéreos. Diversos observadores diplomáticos se mostraban el sábado desconcertados por el cambio repentino de postura de Obama. ¿Acaso está siendo chantajeado Obama por británicos y franceses, la misma coalición imperialista que invadió Egipto y se hizo con el control del Canal de Suez en 1956, y de cuya estratagema advirtió el saliente Presidente Eisenhower?
La decisión que ha tomado Obama compromete a los EEUU en una guerra contra un 4º estado islámico, después de Iraq, Afghanistán y Pakistán. En Pakistán, el lentamente cocinado conflicto amenaza con una escalada de proporciones inusitadas en cualquier momento, debido al escándalo que rodea al contratista de la CIA Ray Davies, acusado por los pakistaníes de controlador terrorista y de haber asesinado a dos pakistaníes.
La Liga Árabe, sorprendiendo a muchos analistas, votó unámimemente en favor de la zona de exclusión del espacio aéreo libio. La Unión de pueblos africanos (OEA), al contrario, se opuso firmemente a la intervención militar extranjera, una decisión considerada irrelevante por la diplomacia occidental, lo cual ha levantado sospechas de racismo, sospechas reforzadas por los informes existentes acerca de que los rebeldes libios han linchado a cantidades de africanos negros, acusándoles falsamente de ser mercenarios pagados por Gadaffi.
Observadores diplomáticos se conmocionaron ante la resolución del consejo de seguridad de las naciones unidas que permite literalmente el despliegue de "cualquier tipo de medidas" contra Libia. La carta de las Naciones Unidas limita estrictamente, en su capítulo 7º, las acciones militares, al mantenimiento de la paz y la seguridad, una amenaza que hasta el momento Libia no ha representado. Asímismo la carta desautoriza cualquier intromisión en los asuntos internos de los Estados miembros. El pretexto aquí argumentado por las potencias invasoras, es la protección de los indefensos civiles, sin embargo, ha quedado demostrado que los rebeldes represaliados por Gadaffi, constituyen un ejército armado (por quién?) en pleno derecho. Puesto que ningún Estado es considerado por la ONU como un agresor en su propio territorio, el Consejo de Seguridad está violando flagrantemente la carta de las Naciones Unidas.
Rusia, China, Brasil, Alemania, e India se han abstenido en la votación. La resolucion incluye un embargo de armas (a buenas horas…) contra Libia, un embargo que los EEUU ya están violando al armar a los rebeldes a través de la frontera con Egipto. Entre los políticos norteamericanos que abiertamente están pidiendo el inicio de las hostilidades contra Libia, Susan Rice, la embajadora de la ONU, Samantha Power, del Consejo de Seguridad nacional y la Secretaria de Estado Hillary Clinton están demostrando ser tan belicosas como los neoconservadores de la etapa Bush-Rumsfeld.
La fuerza aérea libia posee 13 bases y 374 aviones de combate, muchos de ellos están obsoletos. Los observadores militares occidentales están a la espera de presenciar el despliegue de las defensas antiaéreas libias, de las que se piensa que están basadas en viejos misiles rusos SAM. Pero Gadaffi también posee misiles portátiles de mano tierra-aire. Durante un bombardeo rápido sobre Trípoli con la intención de asesinar a Gadaffi, los EEUU perdieron uno de sus F111 bajo el fuego antiaéreo libio. El Ministro de defensa libio ha advertido que Libia tomará represalias contra cualquier incursión en su territorio ya provenga de mar o aire. En 1986 Libia disparó dos misiles tipo "Scud", contra la estación de guarda costera norteamericana de la isla italiana de Lampedusa. Ambos disparos erraron su objetivo. Si Gadaffi ha utilizado los ingresos procedentes de sus recursos petroliferos para adquirir misiles rusos más modernos, es una pregunta que desgraciadamente en pocos días obtendrá la apropiada respuesta. Otra cuestión respecto al despliegue de los ataques, radica en la no menos banal efemérides de la luna llena desde el 19 hasta el 21 de marzo. Los ataques aéreos se han realizado históricamente en noches de luna nueva.
La coreografiada propaganda de la agresión actual, en la que se muestra a unos dignatarios europeos (Berlusconi, Sarkozy principalmente) aparentemente carentes de consenso a la hora de dirigir la agresión hacia Libia, está diseñada para enmascarar el papel belicista de los poderes que se esconden tras la administración norteamericana. Barack Obama exige a James Cameron y Nicolas Sarkozy, socios en la explotación del tráfico del Canal de Suez desde 1.956, que sean ellos los que tomen la iniciativa militar. Obama asume así estratégicamente un perfil bajo en el conflicto, primeramente no asistiendo a la conferencia del Consejo de Seguridad de la ONU de París, y segundo no emitiendo un comunicado oficial desde el despacho oval de la Casa Blanca para el pueblo estadounidense, dejando que Sarkozy asuma todo el protagonismo en los ataques aéreos iniciales. Obama mientras tanto está de visita en Brasil. Esta farsa se dispone para aplacar el odio anti-estadounidense de la población árabe del mundo y también para que los ciudadanos norteamericanos no puedan juzgarlo de abiertamente belicista. El resultado previsto es que la colaboración militar anglo-francesa en la estructura de mando del ataque contribuya a desagradables reveses para las fuerzas invasoras de la OTAN, fruto de las previstas disensiones derivadas de los delirios napoleónicos de Sarkozy, un político (?) que ha dado demostradas pruebas de megalomaníaco mesianismo, que lo conducen irremisiblemente a inmiscuirse en las decisiones puramente militares.
Los Panavia Tornados británicos desplegados por la Royal Navy están obsoletos en estas lides. Siete de ellos (6 Reino Unido, un italiano) fueron derribados por Saddam Hussein durante la primera Guerra del Golfo hace veinte años. Los Eurofighter Typhoon son aviones ultra-modernos, pero nunca han sido probados en combate real. El portaaviones francés Charles de Gaulle cobija a los Raffale Dassault, aviones tampoco todavía testados en combate real, amén de los accidentes sufridos por el Super Etendard Mirage F1, un avión que tiene 30 años de antigüedad. Un armamento del todo vulnerable frente a las contramedidas antiaéreas de que dispone Gadafi. Es obvio que la deseada intervención terrestre (por mucho que la desmientan) se llevará a cabo con el liderazgo de los EEUU. La charada durará lo que tarde la OTAN en pedir que la Casa Blanca ponga orden y concierto en la dirección de los ataques. Algo que acaba de suceder hoy.
La fábula famosa de Esopo ilustra a la perfección este contexto:
Miraba de reojo un lobo a un cordero mientras ambos bebía en el mismo arroyo, e imaginó un simple pretexto con el fin de hallar justificación para devorarlo. Así, a pesar de hallarse él mismo más arriba en el curso del arroyo, decidió acusar al cordero de enturbiarle el agua, impidiéndole beber completamente a gusto. A lo que respondió el cordero:
– Pero si sólo bebo con la punta de los labios, y además estoy más abajo que tú. No te puedo enturbiar el agua pues la corriente proviene de donde tú estás.
Al ver, el lobo, burlado su argumento, decidió insistir con una nueva estrategia:
– El año pasado injuriaste a mis padres.
– Pero si por entonces ni siquiera había nacido yo! -contestó el cordero.
Dijo entonces el lobo:
– Ya veo que te justificas muy bien, mm...pero no por eso conseguirás librarte de mi. Ya me he cansado de argumentar contigo. Serás mi cena por las buenas o por las malas.
La propaganda anglo-estadounidense retrata Gadafi como un cleptócrata. En realidad, Libia es uno de los países en desarrollo más avanzados, ocupando el nº 53 en el Índice de Desarrollo Humano, por lo que es la sociedad más desarrollada de Africa!, por delante incluso de Rusia (65), Ucrania (69), Brasil (73), Venezuela (75) y Túnez (81). La tasa de encarcelamiento es 61 en el mundo, por debajo de la de la República Checa, y por debajo de la de los Estados Unidos (1). La longevidad libia se ha incrementado en 20 años bajo el régimen de Gaddafi. Gadafi, mientras que la supresión de los desafíos políticos, había compartido con sus ciudadanos la renta petrolera del país mejor que el resto de los miembros de la OPEP.
La resistencia burocrática de los EE.UU a la expansión imperial por medio de la implicación norteamericana en una nueva guerra, esta vez con Libia, añadida a los tres conflictos existentes, también se ha superado gracias a la activación de las poderosas redes de pro-británicos en el gobierno de los EE.UU. Un patrón de acción demostradamente largo: En 1990, Margaret Thatcher consiguió convencer a George HW Bush para reconquistar Kuwait de las garras de Saddam Hussein. En 1999, Tony Blair presionó a la Casa Blanca a bombardear Serbia y pidió luego de una invasión por tierra. Clinton sabiamente desestimó la segunda opción. En septiembre de 2001, Blair ayudó a convencer a Bush-hijo a utilizar el ataque a las Torres del World Trade center de septiembre de 2001como un pretexto para un ataque en Afganistán.
El propósito de este ataque a Libia, en el contexto de una campaña de golpes de Estado desplegada por Washington, camufladas como insurrecciones populares, es paralizar la iniciativa de los estados hasta ahora clientes de EE.UU (dependientes del dólar) de buscar soluciones alternativas a través de alianzas con Rusia, China, Irán, Venezuela y Brasil principalmente. El ataque de la CIA, toma la forma de un ataque contra el Estado-nación en sí. En 2008, Serbia fue dividida. Este año, el Sudán está siendo dividida en dos, mientras que Yemen es cada vez más probable que enfrente el mismo destino. La resolución de la ONU sobre Libia menciona específicamente a Bengazi, lo que indica la clara intención de separar y 'balcanizar' esta nación a lo largo de una división este-oeste. Otros países (Irán?) pueden esperar pronto un tratamiento similar, con el evidente riesgo de desarrollar guerras civiles –como sucede en Bielorrusia–, donde un enfrentamiento interno fácilmente podría usarse de pretexto en una confrontación a gran escala entre Rusia y la OTAN, la madre de todas las batallas que la élite dirigente mundial enmascarada detrás de Washington está buscando.
Inspirado en un artículo del historiador Webster G Tarpley (http://tarpley.net/)
Amaos los unos a los otros como yo os he amado.
es miy larga
ResponderEliminaranónimo: no es necesario que lo leas todo de una vez…
ResponderEliminar:)