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martes, 13 de noviembre de 2012

A propósito de los niños

Aunque publicado originalmente en 1923, este texto es más actual que nunca.

Y una mujer que sostenía un bebé contra su pecho dijo,


Háblanos de los Hijos.Y el contestó:

Vuestros hijos no son vuestros hijos. Ellos son los hijos y las hijas de la Vida que trata de autorealizarse. Vienen a través de vosotros pero no de vosotros.Y aunque ellos estén con vosotros, no os pertenecen. Podéis darles vuestro amor, pero no vuestros pensamientos. Porque ellos tienen sus propios pensamientos. Podéis dar habitáculo a sus cuerpos pero no a sus almas, pues sus almas habitan en la casa del mañana, la cual no podéis visitar, ni tan siquiera en vuestros sueños. Podéis anhelar ser como ellos, pero no pretendáis hacerles como vosotros, porque la vida no marcha hacia atrás ni se entretiene en el ayer. Vosotros sois los arcos con los que vuestros hijos, como flechas vivientes son proyectados hacia adelante. El arquero ve la diana en el camino del infinito, y te flexiona con su poder para que sus flechas pueden ir rápidas y lejos. Acepta ser el arco, y que tu tensión, en manos del sabio arquero, tenga como meta la felicidad. Porque igual que Él ama a la flecha que vuela, también ama al arco que es estable.

El profeta (extracto)(K. Gibran)

Arco y flecha. Distintos roles para el mismo actor, vida tras vida, encarnación tras encarnación, danzando en la noria de la causa y el efecto...No sabemos a dónde vamos. Ni tú ni yo. Desconocemos el modo en el que el mañana se revelará. Pero lo que si sentimos es que estamos cansados y cansadas de esta historia interminable y repetitiva...las cosas van a tener ineludiblemente que hacerse de otro modo, desde otra intención.

No es el qué, sino el cómo.Bendita esta crisis si finalmente nos pone a todos de acuerdo en algo: queremos bajarnos de la noria de la espiral de acción/re-acción. Del toma y daca. Del "¿tú esto? Pues yo más"...Y la clave está en el Corazón.Una vez superada la fase de la negación frente al patente y apabullante Tsunami hay dos alternativas: Tratar denodadamente de combatirlo (juzgar y condenar a los culpables) tirando la piedra –escondiendo por supuesto la mano– o aceptarlo y...sentirlo. La primera –y prepotente– opción, que habita en el hemisferio izquierdo, el de la lógica, la razón y el intelecto, ha demostrado sobradamente perpetuar el escenario de enfrentamiento, la batalla, en definitiva el sufrimiento. Es, por paradójico que le suene a tu ego, la opción de la cobardía. La segunda opción, la verdaderamente valiente, trae la paz.¿Para qué tanto orgullo? ¿Para qué seguir encubriendo la realidad del dolor? ¿Por qué continuar conteniendo las lágrimas si precísamente para liberarlas las tenemos? ¿De qué tienes miedo? ¿ A que te juzguen? ¿Al fracaso? ¿A la muerte? ¿A la incertidumbre? ¿Al dolor? ¿A la responsabilidad? Nadie se ha muerto por sentir dolor. Sí están , por contra, los cementerios llenos de resentidos. Deja de alimentar el resentimiento. Libéralo. Míralo, abrázalo, por el amor de Dios, SIÉNTELO...con todos los decibelios que necesites, con todas las palabras malsonantes que precises, con todas las lágrimas y mocos con los que puedas lubricarte...libera la rabia que acumulas desde mucho antes de esta crisis y que te lleva devorando cada célula. Y por liberación no quiero decir negación o sublimación, sino reconocimiento. Sí. Todo eso tan oscuro que llevas reprimiendo sucedió. Sácalo a la luz y entrégaselo al Espíritu Santo para que lo volatilice. No estás solo/a. Ahora es el momento y el lugar. Aquí y ahora. Hazlo antes de que la rabia se transmute en cólera y te consuma o en ira y destruya lo que más amas. Hazlo para que puedas ver el Paraíso que ya se está desplegando. Abre tus ojos. Recupera tu visión. Todo está bien. Son tus gafas oscuras (estrategias defensivas inconscientes) –las mismas que todos compramos al idolatrado Ego Colectivo– las que nos han impedido ver el Cielo en la Tierra, las que nos inducen a obcecarmos en dar crédito a lo que an solo es una percepción de la realidad. Una percepción distorsionada. Liberar la intuición implica mirar de frente, a los ojos, al tirano que te gobierna desde tu mente. Y éste no está fuera asistiendo a una cumbre por la paz rodeado de siete guardaespaldas, sino dentro de ti. Por mucho que los gobernantes de esta ilusión holográfica estén ahora en tu punto de mira, al final se trata de ti, tan solo de ti. Tu decides...¿te da miedo asumir la responsabilidad de recobrar la perspectiva? Yo también atravesé la fase de la negación, pero me estoy quitando las gafas y, la verdad, no es tan fiero el monstruo como lo pintan...De hecho lo observo como el atajo de niños abandonados y asustados que son, tratando de protegerse haciéndose piña. Tiranos? Sin duda. Sí, claro, son unos malcriados, unos consentidos, como dices...pero reflexiona por un segundo...has dicho "mal-criados"...¿No se te a ocurrido ensar que ellos también son víctimas? Sí, lo tienen todo, materialmente hablando claro está, pero no tienen con quien compartirlo...controlan las finanzas y el flujo demográfico, deciden sobre quien ha de vivir y quien debe morir, pero están solos. Siempre lo han estado, desde pequeños...porque también fueron niños, como tu y yo. Todos fuimos mal-criados. De eso se trata. A unos les dieron en exceso lo que mo necesitaban. Otros, la mayoría, ni eso. Dos facciones, capitalistas y proletarios, dos modos de huir de la misma realidad, el abandono.

Observa sus actitudes con tolerancia (sí ya sé que cuesta desde la óptica oscura que otorgan las gafas del resentimiento) y podrás ser indulgente con lo que finalmente no son sino pataletas de niños desatendidos...

El amor lo conquista todo. Con él, contribuirás a esfumar su misantropía, su misoginia, en definitiva su desconexión con su hemisferio derecho...y, de paso, estarás sanando tu rabia, que clama al cielo y pide ser evacuada. Los orientales llevan, con sus artes marciales, trabajándose eso desde hace milenios.

Todo lo que quieren los niños es ser escuchados, considerados, tenidos en cuenta...Y el primero de todos en la lista eres tú, es decir, el tuyo propio, tu niño interno. Mira adentro y escucha...no sabes cómo?...empieza por tomarte en silencio el pulso y maravíllate del prodigio de tu infatigable músculo primordial. No, no es el cerebro. Es tu corazón.

Hoy te he vuelto a regalar mi tiempo con todo mi corazón igual que otros hicieron conmigo. Quizá decidas agradecértelo y aprovechar la oportunidad para despertar un poco más...Y recuerda que si no te gusta lo que ves, oyes o lees aquí o en cualquier lugar, no juzgues ni condenes al mensajero (estarías demostrando tomártelo personalmente, prueba inequívoca de que algo, oculto en tu inconsciente, permanece herido y pide ser rescatado).

Este quizá no sea el video que esperabas ver ahora...la vida te da sorpresas.


 

 

 

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