Mari de la Luz me dice que todas las noches, desde hace 1 mes, se despierta a las cinco de la mañana. Trabaja hasta deslomarse limpiando escaleras. Su cuerpo está agotado pero hay un despertador interno que le impide continuar durmiendo. Tumbada en la cama, empieza a dar patadas y rodillazos. Su marido le dice "¿qué te pasa?". Parece que te hubiera picado un bicho.
Hace cosa de tres meses me había confesado, en un arranque de 'sincericidio', que de pequeña, a los 13 años sufrió de repetidas violaciones por parte de su padre y hermano mayor.
– querida amiga, ¿eso pasaba a las 5 de la mañana?
–…sí. Es verdad. Era a esa hora.
– Y tu madre?
– …se hacía la dormida…pero lo sabía todo.
Las cicatrices no duelen. Duelen las heridas abiertas. No sufrimos por el recuerdo, sufrimos por el olvido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si lo deseas puedes compartir algún comentario...