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jueves, 2 de junio de 2011

Trabajadores de Luz (I)

La existencia del Ser humano sobre la tierra está plagada de ciclos. Algunos son largos, muy largos (Yugas, los llamaron en la India) y otros más cortos. La llamada generación 'baby boom', esa explosión demográfica que representaron los nacidos tras 1946 (la euforia post guerra) constituyó la encarnación en la Tierra de una oleada de almas destinada a sembrar una semilla de luz en el proceso evolutivo que desde 1947 aproximadamente se ha estado acelerando en este planeta.
Esta oleada de almas, muy consciente de su papel generacional como despertadores de la Consciencia, tuvieron que enfrentarse a un sistema anquilosado de estructuras mentales obsoleta y muy negativas, donde permanecía, desde generaciones, arraigada la pertinaz idea del miedo a lo desconocido, la sospecha de que algo nuevo estaba tratando de desestructurar el orden conocido e impuesto desde las esferas y dominios de poder mundano (religiones, aparato militar, sistema financiero, etc…). Los ostentadores del poder en la Tierra necesitaban dominar a los espíritus frescos que 'aterrizaban' en la Tierra llenos de amor y comprensión. Había que doblegar su propósito. Fue entonces cuando el papel de los medios de comunicación de masas, hasta entonces en estadio embrionario, cobró un protagonismo inusitado. Poco después, el Washington Post abandera el destape de la mayor trama de corrupción desvelada hasta entonces en la puritana  ingenua sociedad norteamericana. El caso Watergate, una vulgar parodia en donde se escenificaba a un Presidente (Nixon) pillado in fraganti con las manos en la masa espiando la sede del partido rival (demócrata) en el Hotel Watergate, convenció a la Opinión Pública de lo glorioso que resultaba que dos periodistas tuviesen el poder de destituir al Presidente de la mayor potencia mundial. Un impacto grabado fuertemente en el subconsciente de la opinión pública, que no es otra cosa que la suma de las mentes inconscientes de los individuos…

Y llega Vietnam. Un sucedáneo de guerra, nacida con el aval de lo que el despierto Howard Zinn irónicamente recordó como las denominadas Guerras 'justas'. Si el nazismo había sido finalmente extirpado gracias al espíritu de entrega de los Estados Unidos de Norteamérica, el avance del comunismo como polaridad opuesta al liberalismo capitalista debía de ser aplacado en 'defensa' de las reglas de convivencia que el libre mercado gestionado por Wall Street  había implantado. Y en Vietnam había comunistas (eso decían). Además la maquinaria bélica que tantos dividendos aportaba a los patrocinadores de los candidatos políticos (republicanos o demócratas, tanto da. Mismo perro distinto collar) necesitaba más carnaza para no morir de inanición. Y es que los asustados se alimentan de propagar conflictos, de patrocinar enfrentamientos, de sembrar la discordia…no sea cosa que se queden solos en su cuarto oscuro de los recuerdos tenebrosos…









Una vez se deshicieron del incómodo JFK, de su Hermano RFK y de Martin L King, Lindon B. Johnson y sus secuaces de Wall Street utilizaron el alevosamente propagado temor al comunismo para poner en marcha un calculado genocidio. Descartar en la mayor medida posible a esa generación prodigiosa (la primera gran oleada de Trabajadores de Luz) mediante un conflicto no ya solo sangrante (58000 muertos) sino psíquicamente devastador fue la herramienta para no dejar a los GI Joe's, una vez de regreso a casa, otra opción que caer en el consumo de drogas que las fuerzas de la oscuridad habían extendido en el mercado negro: para unos, (mujeres, hombres contrarios a la guerra) fue una trampa en el salto perceptual que andaban buscando en el despertar de sus consciencias; Buscando una respuesta que, como decía Bob Dylan, flotaba en el aire. Para los que regresaban de Vietnam, fue una forma de escapar al trastorno emocional que esos jóvenes tuvieron del recuerdo de la catástrofe humana. Las drogas y todo tipo de psicotrópicos daban (y dan) acceso forzado al campo astral, con todo el peligro que eso comporta si el bagage emocional no está asumido y depurado…

Esa primera oleada de espíritus vino al mundo sabiendo que se encontraría con el opresivo obstáculo de las fuerzas de la oscuridad, y sabían que muchos quedarían por el camino. Los pocos que consiguieron quedar mínimamente sanos engendraron a la segunda oleada de trabajadores de luz (los nacidos en los años 60-70). Y estos a su vez han dado paso a la tercera oleada de niños venidos en los 90 y así cada 20-25 años más o menos, se va 'purificando' la consciencia de los humanos. Pero ahora no queda mucho más tiempo…

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