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jueves, 6 de mayo de 2010

Todo para el Pueblo, pero sin el pueblo

Acontecimientos de toda índole se están precipitando cual castillo de naipes que se desmorona calamitosamente. Muchos paradigmas y esquemas mentales que habíamos dado por sentados se están viniendo abajo con más rapidez de la que muchos podrán integrar conscientemente. Vivimos tiempos especialmente convulsos. El Vaticano se ha aprestado a aceptar como plausible la vida inteligente extraterrestre al tiempo que la realidad de la perversión pederasta está socavando sus cimientos. Eso por si no tuvieran suficiente con la vergüenza que arrastran del holocausto provocado por los evaangelizadores de la Santa Cruz en América. La erupción de un pequeño volcán es capaz de colapsar el tráfico aéreo de 3/4 partes de Europa. Primero el sistema bancario de Islandia, ahora Grecia al borde de un colapso financiero que ha sido orquestado por el FMI, creador del problema a la vez que de la la solución. La cuenta atrás para el ataque preventivo contra Irán parece estar echada.… Leyes proteccionistas antiinmigración empiezan a ser dictadas en todo el viejo continente y en algunos estados de la federación norteamericana. Se está revelando que muchas tecnologías utilizadas por ciertas naciones y sus ejércitos han existido desde hace décadas y han permanecido ocultas al público ignorante que las ha sufragado con sus impuestos. Y todo ha sido ocultado bajo el argumento falaz de la seguridad nacional. Otra forma de expresar el famoso y déspota "Todo para el pueblo, pero sin el pueblo" .
Más que nunca muchos se resignan ya a "que Dios nos pille confesados". Las élites que dirigen los hilos de la historia en la sombra parecen estar jugando al ajedrez en el tablero del mundo. El reputado físico británico Stephen Hawking afirma hoy que ya es posible viajar en el tiempo…A buenas horas. Werner Heisenberg, el famoso físico cuántico, autor del famoso principio de incertidumbre, afirmaba hace casi medio siglo que "el espacio en el cual se desenvuelve el ser espiritual del hombre tiene dimensiones distintas de aquellas en que ese espacio se desplegó en los últimos siglos." Sin duda se refería de modo encriptado al advenimiento de la misma 4ª dimensión que ahora nos anuncia Hawking.

Aprendimos en la escuela que Calderón de la Barca escribió una obra denominada "la Vida es sueño…", pero pocos docentes trataron de indagar en el sentido de tal encabezado, confinándolo al terreno ignoto de la poesía. Y sin embargo ese es su hogar. Las poesías de hoy son los paradigmas de mañana. Por eso el velo de Isis está siendo levantado. Greenpeace se ha revelado como una parte de la maquinaria de altas esferas y ya no será más aquella organización altruista que velaba por la salud de las ballenas, sino una más que decepcionante realidad en el contexto del descalabro de la sociedad occidental. Y eso solo es la punta del Iceberg. "De todas las ciencias la más peligrosa es la del control del pensamiento de las multitudes, pues ella permitiría gobernar el mundo entero", (Talbot Mundi en Los nueve desconocidos).

Entonces nosotros, aparentemente infelices mortales que no hemos hecho, generación tras generación, sino bailar al son que dictan desde las alturas, ¿qué podemos hacer? ¿Hay algo que esté en nuestras manos para alterar el curso de los acontecimientos, para revertir la situación? se preguntaba un amigo al hilo de los acontecimientos que están sacudiendo a Grecia estos días.
Cuentan las leyendas que Dios ofreció al hombre como regalo para su crecimiento un obstáculo: la materia. Como decía Blanc de Saint-Bonnet, "el hombre es hijo del obstáculo", y es evidente que las grandes hazañas de la humanidad han sido conquistas individuales que han reportado beneficios a la globalidad de la población.
El otro día sentados a la mesa de un céntrico restaurante otrora muy frecuentado y que como otros ha tenido que ajustar al límite el precio de sus comidas, nos dirigimos al camarero, un inmigrante de etnia persa, y tras agradecerle el buen servicio, le preguntamos cómo le iba. Se giró y sin perder el rictus forzadamente sonriente que se autoimponía, contestó algo a lo que aún no me he acostumbrado "mientras haya trabajo, irá bien". A ello, sorprendentemente añadió en voz baja algo que no me esperaba "aunque aquí esclavizan mucho". Me recordó al "sáqueme por favor de aquí" que le suplicaba una prostituta a Robert de Niro en Taxi Driver, poco antes de caer de nuevo en las manos de su proxeneta. Sin dejar que se fuera le respondí que solo es esclavo quien no rechace dicho trato. En realidad quería decirle que para dejar de ser esclavo hay que haber pasado por esa fase y comprenderla desde una perspectiva de aprendizaje más amplia. Yo mismo recuerdo haber trabajado durante dos años en una agencia de publicidad como el chico de los bocadillos. Tras una fase de rebeldía acabé comprendiendo la lección de humildad y paciencia que me presentaba la vida.
Ni que decir tiene que el camarero me miró con gesto torcido como de no haber comprendido nada y se fue a continuar sus tareas.

Estoy convencido de que, por mucho que los acontecimientos mundiales aparenten ser aleatorios y el inconsciente colectivo los asuma como inevitables, no lo son en ninguno de los casos. Es decir, que ni el colapso financiero es algo que ha cogido por sorpresa a los gobiernos, ni estamos sentenciados a que nos afecte. Lo hará sin duda en la medida que aceptemos los acontecimientos como inevitables. Sé que suena increible pero en nuestras manos está la herramienta para sublimar el obstáculo de esta realidad, para manifestar la realidad que deseamos y merecemos. Y no es otra que la reconexión con el corazón, con la intuición, para resintonizarla con la mente y el cuerpo. Dicen entre otros A. Janov en su famoso Primal Scream así como el Dr. Gabor Maté, autor del best-seller Cuando el cuerpo dice no, y con el que he tenido el placer de intercambiar pareceres, que la mente humana está secuestrada por el intelecto, ese tirano déspota que creamos en la tierna infancia, escindiéndolo del ser real, con la finalidad de posibilitar la supervivencia y no morir, así, de tristeza y soledad, pero que como contrapartida tiene esclavizados a mente y cuerpo con exigencias y expectativas tan draconianas como fellinianas. Por su parte el niño/a interno yace desvalido en alguna parte de nuestra Psiche, atravesando a trompicones los tortuosos senderos por los que nos obligamos a caminar, como ese peluche tan querido que arrastramos por charcos y zarzas mientras mantenemos la mirada perdida en el infinito. Un muñeco que, totalmente aterrado, presencia las iniquidades a las que le sometemos, como autómatas desprovistos de capacidad de discernimiento, a medida que atravesamos las diferentes fases de crecimiento que, mal que bien, vamos escenificando en el triste discurrir de nuestras, reconozcámoslo, tristes vidas.
Por su parte los acontecimientos externos y globales no son sino el reflejo colectivo de ese maltrato infligido a esa parte tan importante del ser. En la medida en que seamos capaces de enfrentar la tragedia y restaurar la dignidad del niño interno herido, restableciendo el diálogo con él, seremos capaces de comprender desde la perspectiva adecuada, los acontecimientos globales que están desencadenándose irremisiblemente. Ese peluche, el niño interno que todos albergamos, que sabe lo que nos conviene en cada momento y es la fuente de nuestros sentimientos más genuinos, es recuperable.

La causa de tanto sufrimiento y enfermedades radica en esencia en esta desconexión, que consecuentemente ha quebrado la base de las relaciones familiares, sacando de quicio a tantos niños que sufren el delirio de la inestabilidad emocional de unos padres que todavía reclaman la ternura de sus propios progenitores. Niños que acaben convirtiéndose en adultos manipuladores o pusilánimes, verdugos o víctimas…en todo caso seres desintegrados y robotizados, fácilmente manipulables por las tendencias imperantes y causantes del mismo daño en sus propios hijos del que ellos recibieron en su momento.

Cuenta la socióloga Cristina Sánchez Miret la siguiente historia: "A un chico que vivía en un lugar muy apartado y en completa soledad, le sucedió que perdió un brazo, pero no se preocupó en absoluto, pues pensó, sin dudar en absoluto, que el brazo le volvería a crecer, puesto que todo lo que hasta la fecha se le había caído –uñas, dientes, pelo– le había vuelto a crecer. Y así fue." La lógica aplicada es aplastante.


Nota: Ser usuario de HOYxTI no implica necesariamente estar de acuerdo con las opiniones expresadas desde la Coordinación.


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