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sábado, 15 de mayo de 2010

ACTIVA YA EL CAMBIO QUE DESEAS

Los tiempos de confusión y falta de rumbo ya están aquí. El sueño de la llamada sociedad de bienestar ha terminado. La Realidad tal como la hemos vivido y asimilado hasta ahora ha llegado a su fin. Por mucho que algunos traten de convencerse de que todo esto está siendo una pesadilla de la que en algún momento despertaremos, para regresar a lo que siempre tuvimos, lo cierto es que la civilización a la que pertenecemos y en la que hemos realizado nuestras experiencias, está siendo dada por concluida. Otra cosa está por llegar. Es el fin de lo viejo y la llegada de lo nuevo. Todos habéis oído hablar de la Ley de Murphy (si algo tiene posibilidades de ir mal, irá mal). Pues bien, en lo que respecta a la apariencia, la secuencia de los acontecimientos no pinta como para que la realidad actual dé un cambio de 180º en el sentido que demasiados, lamentablemente, desearían. Más bien al contrario. Da la sensación de que, tras haber empezado hace 20 años a escuchar rumores de aguas turbulentas, ya estamos viendo de cerca el inicio de la catarata, ya estamos adquiriendo consciencia de que el río por el que navegábamos tiene una caída vertiginosa. Tras este panorama se esconde, afortunadamente una muy buena noticia: Nada volverá a ser como antes. Nada volverá a la mediocridad de antaño. Eso, garantizado.

Las tinieblas, el velo de Isis, van a ser disipados. Es, por ello, tiempo para dejar de nadar contracorriente, tal como hemos hecho durante generaciones. Es tiempo de abandonarse al flujo natural del caudal. Es el momento de soltar lastre, liberándose del miedo atenazador. Es ahora la última oportunidad para soltar los apegos a todo aquello que pese demasiado como para aligerar la carga. Se acerca el momento en que habrá que tomar una decisión consciente y optar entre saltar al vacío y emprender el vuelo desplegando las alas recobradas, o caer al abismo en el que el curso de las aguas se va a abocar. Es hora de abandonar el nido o quedarse en él. Y las consecuencias derivadas van a ser consecuentes con la opción elegida. Cualquiera de las dos opciones están sujetas al sagrado y libre albedrío de cada uno. La Libertad nos va a tomar por asalto en el momento preciso, hayamos entrenado el ejercicio de la misma o no. La lección del dualismo ha concluido y quien haya adquirido la Conciencia de que el camino por el que hay que transitar es el de la delgada linea que separa los extremos, tendrá su recompensa.

La vida está compuesta de ciclos. Lo sabemos. Los ciclos de las cosechas, las estaciones del año, El ciclo menstrual, el ciclo de las mareas, las órbitas de la Luna alrededor de la Tierra, las de los planetas alrededor del Sol, los ciclos de la galaxia alrededor de su Sol central…todo en la vida es una rueda, una ruleta, una espiral de eventos, locales, globales o cósmicos que van y vienen y en los que estamos inmersos experimentando la eternidad desde las diferentes fases o segmentos de esa eternidad. Todo en la vida tiene un propósito o razones. Nada sucede por azar. Hay propósitos aparentemente banales y propósitos desconocidamente sublimes. Todos ellos sujetos a los designios de un plan cósmico evolutivo que rebasa el relativo entendimiento de nuestras actuales conciencias. El hombre iluminado descubrió la poesía para filtrar ese entendimiento de un modo no invasivo. Porque hay cosas que no pueden ser explicadas, pues deben ser intuidas y reveladas.

Así como los ciclos tienen un inicio, también tienen un fin. Un fin que no es sino el inicio de otro ciclo vital, prueba de que el concepto de muerte que tenemos es fruto de una comprensión razonada desde la desconexión con la perspectiva amplia de la existencia. Por supuesto que la perspectiva que hemos aceptado como válida hasta ahora era la que mejor casaba con el aprendizaje que se nos ha sido dado. Cada cual ha extraído la sabiduría que esa experiencia le ha proporcionado.

Nos hallamos, para comprenderlo, no ya tan solo en un 'fin de curso', sino incluso en algo comparable a un fin de 'ciclo lectivo'. Como el paso de Primaria a Secundaria. Eso es lo que el calendario Maya revela, básicamente. Todos los que tuvimos la oportunidad de ir a la escuela sabemos y recordamos lo que una transición de ese tipo suponía en términos de liquidación de expedientes académicos y evaluación de capacidades cognitivas adquiridas.
En este fin de curso, son otros los parámetros con que el nivel de prestación es evaluado. La asimilación de conceptos como empatía, compasión, esperanza y caridad, entre otros, son los que deben figurar en el bagage del discípulo en este momento. Y sobretodo, en esta disyuntiva, el elemento definidor no es sino algo que encontrarás dentro de ti, y no fuera: La Conciencia.

La Conciencia está siendo activada por cada individuo. La Realidad emergente está posicionando al libre albedrío individual de cada uno de nosotros, en la tesitura de enfrentarse a tomas de decisiones nunca antes enfrentadas. No todos sin embargo van a saber leer las señales. Esto no debe ser tomado como un juicio de valores. Quien no active su Conciencia no asimilará la dimensión que la realidad que le rodea está adquiriendo. Esto no va a sonar extraño a quien, a estas alturas de artículo, esté todavía leyendo estas lineas. Por el contrario, le va a resultar familiarmente resonante.
Si te encuentras entre esas personas a las que estas palabras les armonizan, entonces debes saber, si no lo has puesto en práctica ya, que eres dueño de los pasos que decides tomar. Que eres libre para avanzar en armónica vibración con tu esencia. Que nada ni nadie tiene el poder para hacerte flaquear, salvo tu propio ego, ese cúmulo de personalidades que has ido coleccionando para mantenerte a flote en este mundo. Sabes que ya no las necesitas y que han cumplido su función. Y sabes que ha llegado el momento de desembarazarte de ellas, a pesar de la dificultad y el dolor que eso entrañe, porque adonde te estás encaminando, tus egos son un lastre insoportable, una carga imposible de asumir.

Todos tenemos el potencial para iniciar un nuevo curso académico, donde nuevas asignaturas se van a impartir, donde nuevos y más doctos maestros van a guiar nuestro ascenso. Nuevas aulas y anfiteatros nos recibirán para que nos adentremos en el ingente caudal de conocimiento y experiencias enriquecedoras que nos aguardan. De cada cual va a depender que estemos en sintonía con la nueva vibración que se nos ofrece.
¿Cómo reconozco si estoy en sintonía?
Sabrás que vibras al unísono y que estás magnetizado por la nueva resonancia, desde el momento que sientas que te hallas permeable a los eventos que a todos los niveles estén sucediendo y sientas que posees una capacidad de discernimiento para distinguir entre lo que es armónico y lo que no está en armonía. No puedo decir más, salvo que la terminología usada es pobre comparada con la realidad que pretende describir.

Ve en paz.


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