Decenas de activistas se reunirán con las víctimas de las operaciones antiterroristas de EE.UU. en Pakistán.
"Estamos aquí para decir, en nombre de esos estadounidenses conscientes, que pedimos perdón a los pakistaníes por las muertes y el sufrimiento causados por los ataques de drones (aviones no tripulados, manejados a distancia)", dijo una de las fundadoras de Code Pink, Medea Benjamin, al llegar a Pakistán.
Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/55256-estadounidenses-viajan-pakistan-disculparse-ataques-dronesTexto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/55256-estadounidenses-viajan-pakistan-disculparse-ataques-drones
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Noticias como ésta, que afortunadamente publica valientemente un medio informativo ruso (y que todavía no figura en ninguna portada de ningún medio occidental), te reconcilian con tu verdadera naturaleza compasiva, con la capacidad de saltarte la barrera del orgullo (siempre revestida de desconfianza a lo desconocido). Estas personas, sin considerarse directamente culpables de las muertes inocentes en Pakistán, de las víctimas colaterales (niños y mujeres incluidos) que la política antiterrorista de la Casa Blanca está ocasionando, se sienten responsables no solo como contribuyentes que son - y que desean que sus impuestos sean invertidos en ayudas sociales -, sino también como ciudadanos comprometidos en dar el primer paso para rebajar los niveles de odio en el planeta. Alguien tiene que disculparse con las desoladas familias de las víctimas, se han dicho. Y vamos ser nosotros. Alguien tiene que que transmitirles el consuelo necesario a los ciudadanos pakistaníes para que SIENTAN que no es el pueblo norteamericano (o al menos su totalidad) el que está radicalmente de acuerdo (o siquiera consintiendo tácitamente) con la matanza que los llamados "daños colaterales" –de la cacareada lucha antiterrorista– están causando en sus hijos, maridos y esposas. Sin duda, quien se halla detrás de tales atrocidades es un contubernio de intereses supranacionales tras los que se ocultan, tan solo –y por increíble que te parezca–, un par de centenares de familias, mimetizadas tras logotipos de organismos internacionales. Organismos que lograron prostituir en 1913 (año de la creación de la Reserva Federal Estadounidense) a la institución gubernamental estadounidense, el poder ejecutivo de la hasta ahora mayor potencia belicista del planeta. Oscuras energías que se alimentaron, en sus albores, de nuestra ignorancia para mantener sumido al ignorante rebaño en la ciénaga oscura de la fatalidad existencial anestesiada entre estímulos consumistas y revoluciones inservibles, y que ahora pretenden a toda costa obtener sus últimas gotas del combustible que imperativamente necesitan para mantener engrasada su damnificadora máquina de destrucción colateral. Un combustible que SOLO PUEDEN OBTENER de tu ira y cólera, las mismas que ellos mismos están tratando por todos los medios (y a fe que son muy sutiles) de despertar en ti y en todos aquellos que sobreviven en las ciénagas de la indignación, los solitarios y temeorosos hijos del abandono.
Pero tu ya estás en otra onda. Tu ya no te pre-ocupas por nada. Estás, por el contrario, ocupado restaurando y restituyendo la paz en ti y en tu entorno, sabedor de que el contagio de la paz y la comprensión, la inoculación del virus del amor pasa necesariamente por ti. Estás aceptando el incremento de tus frecuencias vibratorias, mediante meditaciones, mediante la generosidad, mediante la aceptación de las circunstancias, bajando las armas donde ya no ves batallla que luchar. Para que, entre otras cosas, estas personas no solo no sean masacradas en su visita a Pakistán, por algún comando de la CIA-Mossad-MI6 (perdón, quise decir Al Qaeda, que es como formalmente se llama la facción de la inteligencia occidental que opera en el Cercano Oriente), sino que su mensaje, y el de muchos otros, llegue a y cale en los corazones de los hombres y mujeres de buena voluntad, los que anhelamos un mundo en paz y armonía, libre de esclavitud mental. Un mundo que está a la vuelta de la esquina. Tu estás recibiendo con los brazos abiertos al nuevo y armónico esquema de las cosas, abrazando la comprensión mútua que está aterrizando desde una multitud de flancos. Sabes que el binomio respeto-biodiversidad no es imposible.
De todos modos, lo creas o no, no es imprescindible desplazarse físicamente hasta la "boca del lobo", hasta el ojo del huracán para contribuir a rebajar el nivel de violencia en el mundo. Podemos hacerlo desde casa, disculpándonos ante todos los hombres y mujeres resentidos del mundo, en nombre de todos los que no han osado hacerlo, por medio de la técnica del Dr. Len.
También podemos contribuir, desde nuestra esfera particular de dominio, empoderándonos de nuestre inabarcable y ya incontenible, caudal de amor que nos embarga y que se acrecienta día tras día; ¿Cómo? deteniéndonos, por ejemplo, en los pasos de cebra cuando, yendo al volante de nuestro vehículo, un peatón muestra intención de cruzar la calzada. Es un ejercicio que se antoja banal, pero que a fecha de hoy tiene un impacto demoledor en las apuntaladas estructuras de miedo y opresión que han imperado; Deteniéndonos en los semáforos cuando iluminen en ámbar (evitando así provocar o padecer un accidente); acercándonos a una persona (pariente o desconocido) que muestre síntomas de depresión, para consolarle y comprender su estado emocional. Alimentando a un animal abandonado. En definitiva, DANDO lo mejor de nosotros mismos...
Nos levantaremos por las mañanas saludando a nuestros seres queridos con un beso, un abrazo y un "buenos días". Y si, en un arranque de ira o cólera, hacemos o decimos algo que pueda ser hiriente, nos dis-culparemos reparando, en la medida de lo factible el daño ocasionado. Apartaremos el orgullo (vanidad), la necesidad de tener la razón que tanto nos ha obstaculizado a la hora de comprender que SOMOS UNO...y que tantos conflictos ha engendrado. Sonreiremos a la mañana, al Sol agradeceremos su presencia nutriente, a la lluvia, si se da el caso, por alimentar a todos los seres vivos a quienes también saludaremos y a la Tierra por alojarnos DESINTERESADAMENTE. Gracias, gracias, gracias.
Todo está en manos de Dios, salvo tu mente, ocupada y gobernada por tus egos, que sí son creación tuya (aunque no sea una entidad real) y que lo seguirán siendo a menos que tomes el poder de tu cabina de mando y te restituyas tu capacidad creativa. Es tu única responsabilidad: restituir tu integridad psíquica y devolver a tu mente la función para la que fue creada por Dios: comunicar la verdad que no es otra cosa que el sentido común (el menos común de los sentidos), bombeado desde su fuente, que es tu corazón, tu verdadera origen de conexión con tu chispa de divinidad.
"Un mandamiento nuevo os doy: Así como yo os he amado, amaos también los unos a los otros" (Juan 13:34)
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