"Durante los sueños pasan regularmente cosas extrañas, maravillosamente imposibles,
pero eso sucede porque durante el sueño estamos tan metidos en él que normalmente no nos darnos cuenta de que justamente estamos soñando. Hay, no obstante una excepción altamente significativa a esta generalización. A veces ciertos 'soñadores' se dan cuenta de la explicación para los extravagantes hechos que están experimentando durante el trance del sueño. El resultado son los llamados 'sueños lúcidos'
Stephen LaBerge (Lucid Dreams)
David Wilcock (The Source Field Investigations):
"El Dr. LaBerge probó científicamente que puedes estar perfectamente consciente dentro de un sueño mientras permaneces fisiológicamente dormido (soñando) al mismo tiempo.
En 1952, el Dr. Eugene Aserinsky descubrió que durante las etapas más ligeras del sueño todo experimentamos el fenómeno calificado como Movimiento Rápido de los Ojos, en Inglés conocido con el acrónimo R.E.M. (Rapid Eye Movement). Si somos despertados de este estado decimos que más que un sueño parecía la realidad, un sueño muy vívido.
De la experiencia obtenida tras haber experimentado él mismo más de 900 sueños lúcidos, el Dr. LaBerge desarrolló ejercicios que te permitían cobrar lucidez mientras dormías en su laboratorio.. Una vez alcanzado el estado de sueño lúcido, los pacientes notificaban su estado al Dr. LaBerge moviendo los ojos de un lado a otro. Obviamente el resto del cuerpo estaba inmóvil debido a la parálisis del sueño.. Movían los ojos, contaban hasta diez y volvían a moverlos de modo que el Dr. LaBerge podía confirmar que el tiempo físico y el tiempo de sueño eran el mismo. LaBerge también notificó sobre casos en los que diversas personas parecían estar compaartiendo el mismo sueño."
"Registros de sueños mutuos (compartidos por dos o más personas)
levantan la posibilidad de que el mundo de los sueños sea en
algunos casos tan real como real consideramos que es el mundo físico.
Ello se fundamenta en el criterio consensuado de 'objetividad' en virtud
del cual algo es cierto porque está siendo compartido por dos o
más personas. En tal caso, ¿qué decir de la tradicional dicotomía entre
el estado de sueño y el de vigilia?"
La cuestión que flota en el aire tras ello es: ¿si los sueños son efectivamente vivencias simbólicas almacenadas en el subconsciente y parecen tan reales como la vida misma al despertarnos de la fase REM, no será que lo que llamamos vida real no es sino otros sueño (más largo sin duda) del que también acabaremos por despertar? El cineasta Richard Nolan se ha atrevido recientemente a evidenciar dicha posibilidad en su película Inception (Origen), un film que sacude estructuras mentales y pone en cuestión todos los juicios a prioris elaborados por el hemisferio izquierdo acerca de qué es real y qué es simbólico...Nada va ser igual en adelante.
El escenario de caotico frenesí que están escenificando los verdaderos poderes fácticos de este mundo, está viendose despojado de cualquier tipo de artificios diplomáticos. El lobo se ha quitado la máscara por así decirlo. Los poderosos izquierdocerebrales que han dominado desde la trastienda este mundo de ilusiones y simbolismos saben que su tiempo se termina y pretenden despedirse hasta otra ocasión sembrando el mayor caos y destrucción posible. Yeso incluye sugestionar al mayor porcentaje de todavía indecisas almas en la crucial hora de optar entre el miedo o la paz. Y Adrián Salbuchi hace una descripción certera de los personajes que interpretan en la escena y de los ocultos matices que cada papel esconde, aunque pintado así el panorama, se diría que quedasen dos alternativas:
–1. Zambullirse en un estado depresivo, desconectarse de la experiencia vital.
–2. Combatir la evidente desvergüenza y plantear alternativas viables a la vista del aparente fracaso del vigente sistema.
Épicos momentos los que estamos sin duda testimoniando en este inicio de milenio. Cercana ya la fecha del advenimiento del llamado tiempo del 'no-tiempo' ya vaticinado por los registros de muchas culturas indígenas (mayas, hopis, etc.) está concluyendo el plazo determinado para la transicion del planeta y de toda criatura que lo habite hacia un maravilloso y nuevo ciclo de experiencia.
Sumar la propia ira a la ola de desatada violencia que sucederá al clamor popular contra la perversión y la desvergüenza, o lograr tomar distancia frente a la demencia imperante de unos y otros. El matiz definitorio no es otro que dejar de considerar al 'otro' como tu potencial enemigo sino como un hermano 'confundido'.
Todo, en definitiva es cuestion de la perspectiva a adoptar. Que arroje la primera piedra quien este libre de culpa dijo el maestro galileo. Lo sé. Es por momentos desquiciante estar vivo en estos momento en la Tierra, pero miralo así. Estás aquí y ahora porque lo escogiste. Fue tu valiente decisión. Optaste por presenciar in situ un acontecimiento que será registrado en los anales de la humanidad como el momento en que el hombre consiguió despojarse del velo de la ignorancia acerca de su verdadera y eterna naturaleza, y regresar a casa tras la diaspora operada en la Superconciencia (mente unificada) de la que procedemos.
¿Qué hacer mientras ese velo de Isis de la representacion va cayendo? Dejar de juzgar y aceptar es el salvoconducto que nos conducira de nuevo al hogar que nos pertenece por derecho propio. Compasión y paz, las dos claves a aplicar a uno mismo y a tus hermanos. Ingente tarea. La luz no combate las sombras. Las disipa con su sola presencia. Y las sombras piden ser disipadas. Estan cansadas de interpretar ese papel...asi que a brillar se ha dicho.
"No te permitas sufrir por causa de las consecuencias imaginarias de lo que no es real. Libera tu mente de la creencia de que eso es posible. En dicha imposibilidad radica tu única esperanza de liberación. ¿Qué otra esperanza desearías albergar? La única manera de liberarse de la percepción ilusoria es dejando de creer en la misma ilusión, dejando de dar crédito ilimitado a los sentidos provistos por el limitante cuerpo físico. No existe el ataque. El 'otro' es tu hermano asustado. Tu ego cree que tu eres tu cuerpo y nada más. Para el ego el cuerpo ajeno es algo de lo que defenderse y el cuerpo propio algo con lo que atacar. Puesto que te equiparas con el cuerpo, el ego te enseña que tu propósito es atacar. Lo único real es la comunicación sin límites. Todo lo demás es desquiciante demencia de la que uno se desprovee dejando de creer en sus alocados dictados y titulares. Lo único real es la eterna plenitud. Y la plenitud tiene el poder de extenderse. Estás sumido en un sueño donde todo lo que experimentas es limitante. Despierta pues. No dejes que tus pensamientos se detengan en este mundo y tu mente se volverá receptiva a la Creación de Dios. Eres una chispa de eternidad. Ánimo. No estás sol@.
El hemisferio izquierdo es el que 'piensa que…' y 'cree que…', el lado cognitivo, desprovisto de intuición. Este hemisferio cerebral, analítico e insensible (tales son sus funciones), se afana permanentemente en buscar soluciones individuales y concretas para problemas amplios y complejos. Su enfoque es estrecho y superficial en general, y especialmente nulo en el campo de la expresión emocional. Está 'programado' para creer en todo lo que se le cuenta y está presto a obedecer sin cuestionar.
Una de las tareas del cerebro izquierdo consiste en representar los sentimientos en el entorno del sistema nervioso. Ayuda a simbolizar, escenificar y conceptualizar la Realidad subyacente de los sentimientos. Ese símbolo, una vez verbalizado, se convierte en la creencia. Pongamos por ejemplo una creencia:
–"mi mujer me agobia", que delata, obviamente, un conflicto emocional. Los profesionales entrenados podemos utilizar la verbalización de esa creencia para acceder al territorio que de verdad nos interesa, el hemisferio derecho, el dominio del inconsciente, la fuente REAL del pretendido agobio presente.
Al apoyarnos en las teorías evolutivas comprendemos cuan tempranamente pugnan los niveles más profundos de la consciencia por salir a la superficie, provocando intencionadamente situaciones presentes como escenas interpretables que desencadenarán la catarsis deseada. El agobio/sofoco REAL tras la manifiesta creencia "mi mujer me agobia" es "tengo sensación de asfixia". Y esta sensación viene reclamando ineludiblemente su turno de expresión desde el momento en que dicha expresión fue reprimida...Y si no es concedido ese turno, si no es atendida la necesidad de expresión, arrastrará tiránicamente al cuerpo físico hasta las últimas consecuencias, hasta la última frontera de rebelión interna (cáncer, infarto, alzheimer, esclerosis…).
Como terapeutas no necesitamos hacer esfuerzos por adivinar lo que sucede. Los esfuerzos nunca conducen a nada. El sistema nervioso se encarga de agrupar los sentimientos en virtud de su similitud, fluidamente, en paquetes nerviosos, clasificándolos y almacenándolos por categorías. Como terapeutas jamás tratamos de alterar, juzgar o analizar la expresión simbólica ("mi mujer me agobia") del sentimiento, manifestada por el cerebro izquierdo, cuando el sistema nervioso entra en escena. Tan solo nos servimos de su expresión como llave para acceder a la historia emocional del paciente y ayudarle a que él/ella mism@ abra la puerta tras la que se esconde el sello grabado a fuego. Esa es la verdadera responsabilidad, el verdadero compromiso al que se enfrenta el paciente.
Si tratásemos, como hace la Psicoterapia conductual, de convencer a la persona de que sus creencias son falsas o a lo sumo no tan dramáticas como él imagina (siéntate a hablarlo con tu pareja, hablando se entiende la gente...seguro que podéis arreglarlo, mira todo lo bueno que tienes, tus hijos tienen salud, etc.) , estaríamos disuadiendo, desmontando y borrando el contexto histórico REAL al que queremos acceder, destruyendo la fuente 'orgánica' de la creencia, es decir, la materia prima con la que trabajar.
No es lo que la esposa haga para agobiar al marido (quizá tan solo le esté reclamando que él adopte una actitud ante algo: que le diga a un vecino que deje de hacer ruido, que se haga valer y pida el aumento de sueldo que por su valía (la que él quizá nunca llega a contemplar) merece, que se haga una prueba médica, que la escuche, que colabore en las tareas domésticas, que se implique en la rutina escolar de un hijo…). Es la escena antigua vivida (no me cogieron en brazos = no valgo nada = el mundo es una mierda/amenaza = no hay un lugar en este mundo para mi…) y la legítima emoción (llanto/dolor-pena) reprimida lo que constituye el epicentro del movimiento sísmico ("mi mujer me agobia") que la actitud de su esposa está (sin proponérselo=inconscientemente) sacando a flote.
No es externo el origen del 'seísmo', sino interno. La máxima "Conócete a ti mismo" implica revisar el inconsciente. Si, como terapeutas, no consideramos viable el acceso a ese epicentro, evidentemente caeremos en la tentación de juzgar al paciente de paranoico.
La madre de toda creencia radica en un determinado sentimiento que fue ofendido en un momento de la existencia temprana. Un sentimiento desde entonces negado y puesto a buen recaudo (almacenado) en los sótanos del hemisferio derecho (orgánicamente en la amígdala: http://lamenteesmaravillosa.com/la-amigdala-centinela-de-nuestras-emociones) a la espera de obtener un turno para salir a escena.
Suelo mostrarme reticente a la hora de decir lo siguiente, pero llegado el momento es muy importante remarcar que cuando el hemisferio izquierdo, al expresarse (mi mujer me agobia) es objeto de desconsideración (no es atenuado por el derecho) y abandonado, pues, a su suerte, acaba convirtiéndose en un tirano, un fascista insensible con gran potencial para herir a su entorno (incluido por supuesto a si mismo). Los estados fascistas (liderados siempre por individuos fuertemente izquierdocerebrales) detestan los reclamos victimistas y niegan las necesidades de su pueblo y suprimen (RECORTAN) cualquier tipo de ayuda destinada a paliar el sufrimiento denunciado, en la convicción de que quienes realmente han sufrido son ellos mismos. Ellos son, dicen, quienes han luchado y peleado durante generaciones por el progreso científico, (pagando un alto peaje –enfermedades cardiovasculares…) por hacerse un lugar (y protegerlo) en el mundo mientras otros se han aficionado a chupar de la teta de 'papá estado'. Un Estado que se ha encargado, dicen, de elogiar la mediocridad y subsidiar a las rémoras del sistema, a quien no da muestra alguna de iniciativa. En definitiva ambos conviven en un mundo de locos (dirigido entre bambalinas por psicópatas (izquierdocerebrales carentes por completo de empatía social) que han utilizado en su beneficio la máxima 'divide y vencerás'…
Las necesidades de un pueblo no solo no son satisfechas sino que su mero reclamo es censurado y hasta castigado. Hoy estamos siendo testigos de excepción de esto. Y todo en el intento de mantener reprimida la propia necesidad inconsciente del mismo censor/represor. Y ello ha sucedido en una cadena sin fin cuyos eslabones (generaciones), a medida que se fueron incorporando, pasamos de reprimidos a represores, de sufrientes necesitados a insatisfechos ególatras. Y la egolatría (narcisismo), si obtiene el púlpito que precisa, cortará desde la la más psicótica de las tiranías con todo objeto de su menosprecio. Es tanta la ignorancia.
Un estado no puede ser democrático mientras los individuos que lo administran no reconozcan el estado de necesidad de quienes no se hallan todavía integrados. Un estado armónico y pacífico no es posible hasta que las necesidades son satisfechas o, al menos son expresadas las emociones reprimidas ante dicha insatisfacción. Hasta que el cerebro derecho 've la luz del día'.
Tenemos constancia de que el hemisferio izquierdo fue el último de ambos hemisferios en aparecer en la linea evolutiva. Representa al ser simbólico. Es el dominio donde habita el ego. Y como todo símbolo, no es real, sino una representación. No obstante tiene concedido el papel de traducir los sentimientos, innegables, del pasado en nociones, conceptos y creencias. Y los transporta al presente, tal es su función. Y ahí está involucrada la experiencia del ahora. Es muy curioso como opera, puesto que este hemisferio pragmático, no sabiendo hablar el lenguaje del cerebro derecho, puede traducirlo a su propio lenguaje (verbal/cognitivo). Extraño ¿verdad? El Psicoanálisis (área paradigmática del estudio del lenguaje simbólico) intenta siempre poner palabras a algo que simplemente no funciona con palabras. La Psicoterapia tal como la hemos conocido ha pretendido desde sus albores hablar el lenguaje equivocado en su intento de ofrecer una solución a la disfunción que se presenta. Y todo basándose en teorías y creencias escolásticas. Esa es la razón por la que los izquierdocerebrales adoran las teorías, las tesis y las hipótesis de trabajo. Y se adhieren a ellas sin importar la naturaleza del reto al que se enfrenten. Utilizan pues la teoría para interpretar las palabras del paciente, incapaces de ver en su paciente a alguien de quien poder aprender algo nuevo, algo que pudiese contradecir los presupuestos, los postulados, que dicta la teoría escolástica tan bien aprehendida y heredada.
Es tiempo de des-aprehender. Pero claro, ahí tocamos con la negativa, la negación del cerebro izquierdo, en franco dominio en los países 'desarrollados', el norte orgulloso y próspero...los que precísamente ahora están padeciendo los rigores de la medicina corrupta que aplicaron al sur...
Es imposible doctorarte en psicología sin memorizar, subrayar y entrecomillar una barbaridad de datos estadísticos. Una vez conseguido eso, una vez has pasado por el tubo del academicismo, voilà, ya tienes por fin tu deseado diploma. ¿Y ahora qué? te dices…
Por el camino tu cerebro izquierdo ha hecho irremediablemente (al menos por esta vida) papilla al hemisferio derecho tras atravesar siete años de descorporizados y desvitalizados estudios de psicología de cuyo peso no puedes desembarazarte. ¿Ves el problema que hemos tenido en Psicoterapia? Doctores izquierdocerebrales ofreciendo terapias izquierdocerebrales y obteniendo respuestas izquierdocerebrales para sus resultados, que son publicados en revistas izquierdocerebrales para científicos izquierdocerebrales. Perfecta-Mente izquierdo. Izquierda-Mente perfecto…Un día llega un derechocerebral y dice "hey, tengo una nueva idea". Nadie quiere oirla. Están demasiado ocupados dándose palmaditas en la espalda, o razonando las minucias de su lustrada teoría, incapaces de mirar de frente a la vida. Viviendo de las becas concedidas por las mismas corporaciones que tratan de mantenerlos anestesiados. Todo lo hacen racionalmente. Están dominados por el intelecto global. Siempre tienen la razón...Hasta que un día sufren un ictus cerebral o una parálisis, o un infarto de miocardio, las afecciones típicas de aquellos que se ahogan en su visión pragmática (orden, seguridad, control, dominio...) de la vida.
Necesitamos sin duda recuperar al lado izquierdo para seguir expandiendo el conocimiento científico del mismo modo que necesitamos al lado derecho para dejar la puerta abierta a la expresión de los sentimientos. Pero no uno u otro, que es la deriva polarizante que hemos experimentado cíclicamente (derechas-izquierdas, conservadurismo-progresismo,...) Se trata de la valiente tarea de re-conciliar ambos hemisferios, equilibrando el crédito ambos dominios del cerebro merecen como piezas necesariamente co-operadoras. Imaginación e intuición, esa siempre necesaria y sin duda 'alocada' tormenta de ideas o sopa emocional inicialmente inconexa, aunque muy real, (mente izquierda) desde la que inspirarse para poder plasmar proyectos viables que tengan como fin el bien común (mente derecha), proyectos a fin de cuentas fundamentados desde el corazón, que es la síntesis entre mente y emoción (no en vano está a mitad de camino entre la cabeza y el estómago (donde nos tocamos cuando existe una emoción reprimida) y no desde la narcisista necesidad de obtener protagonismo a toda costa. Un narcisismo no satisfecho en la etapa temprana de la vida en que debió ser satisfecho. Un exceso de razón aboca a proyectos megalomaníacos, despilfarradores de recursos y desproporcionados respecto de las verdaderas necesidades de una comunidad o sociedad. Para que los proyectos tengan la adecuada proporción, hay que conocer las necesidades reales, único dato válido a la hora de consolidar el crecimiento de una sociedad en paz y armonía. Y las necesidades REALES se expresan en un lenguaje propio: el de los sentimientos. Si no eres parte de la solución, entonces estás siendo parte del problema.
Todas las parejas de Seres (independientemente del sexo físico de que estén revestidos sus miembros) responden indefectiblemente a patrones o roles internos polarizados. Yin/Yan, masculino/femenino, dominante/sumiso, progresista/conservador, intelectual/intuitivo, ideal/racional, lento/rápido, rígido/flexible…son roles en apariencia opuestos, a veces incluso hasta el punto de enfrentarse. Los opuestos no obstante, ya se sabe, se atraen por naturaleza. Y eso sucede en virtud de la pulsión que albergan ambas 'mitades' por hallar respuesta al misterio de su propia y hasta ahora ignota naturaleza. Ahí radica la necesidad de emparejarnos.
En la búsqueda de nuestro particular grial hemos tendido a darnos de bruces con el anhelado 'otro', experimentando lamentablemente siempre decepción ante unas expectativas nunca satisfechas, sin percatarnos de que su presencia constituye la incómoda lección de un inconsciente maestro, enviado por su/nuestra propia divinidad (que es la de todos) que, operando mágicamente como espejo, refleja aquellas de nuestras energías 'siniestras' de las que, desde el nivel inconsciente de nuestra mente (= sin darnos cuenta), hemos estado tratando de escapar. Tratar de huir de nuestro secretro más íntimo ha sido paradójicamente el motor que durante milenios nos ha posibilitado expandir y conquistar las fronteras del universo exterior conocido, perceptible por los sentidos físicos. El precio: la lucha entre los opuestos, la experiencia dualística...las guerras. Esta perpetua huída hacia adelante está próxima a concluir (si no es que ya ha concluido y lo que experimentamos es el epílogo de nuestra colectiva odisea). Una vez exhaustos de buscar afuera al culpable/solución a nuestra perpetua insatisfacción, el universo interno, aquél donde yace la paz que tanto hemos reclamado en los demás, es ahora más que nunca la dimensión que aguarda ser explorada.
Del mismo modo (como es arriba es abajo) ocurre con los hemisferios cerebrales. Cohabitan en un mismo cuerpo físico pero están alejados entre si por naturalezas dispares –y sin embargo complementarias. Como miembros de una pareja magnetizada conscientemente por los atractivos expuestos a la vista (conscientes) de ambos 'partenaires' con los que satisfacer los sentidos físicos (y fruto de ello perpetuar genéticamente la especie) y por los inconscientes (ocultos a los cinco sentidos físicos) de los que obtener respuestas a las preguntas existenciales, los dos hemisferios del cerebro se comprometieron a convivir y extraer de la vida, en insoslayable sociedad, remembranzas de épocas y lugares lejanos en el tiempo y el espacio, experiencias de reconocimiento mutuo. Existe pues un constante flujo de información entre ambos hemisferios cerebrales en modo de recuerdos provenientes de los niveles profundos del lado derecho (femenino) contándole al izquierdo (masculino) sus pesares y tribulaciones, pero hasta la fecha éste no ha querido escuchar...remitámonos a los hechos:
Esposa (progresista/intuitiva/ideal/emotiva/confusa-creativa/rápida/plural/misteriosa-siniestra-oscura, temible izquierda…). Ha estado 'de hecho'.
– Escúchame querido, hay algo que me preocupa, algo que llevo tiempo sintiendo[teniendo ganas de]y debo decirte, algo que puede salvar nuestra convivencia y nuestras vidas…
Esposo (compañero/conservador/razonable/diestro-acertado-derecho/ intelectual/racional/pragmático/lento/singular…) Ha estado 'de derecho'.
– Ahora no, quizá más tarde. Ahora estoy ocupado.
Esposa
– No entiendes. Necesito comunicarte algo…y tú pareces tan...lejano. No me siento bienvenida. Algo nos pasa y no quieres verlo.
……
Casi todos sabemos que nuestro cerebro está compuesto de dos hemisferios: el izquierdo y el derecho. Ambos son muy diferentes entre si. Se diría que son dos partes separadas de nosotros. Poseen sus propias y distintas 'personalidades' y funciones. Una está más abocada a los sentimientos humanos que la otra, tal como veremos.
Cuando no trabajan 'juntas' se produce un conflicto y tenemos problemas. Aunque suene algo apocalíptico decirlo, podemos, como consecuencia, enfermarnos a edades tempranas e incluso llegar a morir prematuramente. Una buena conexión entre ambos hemisferios salva vidas. Ambos lados necesitan desesperadamente reconciliarse para poder fundamentar nuestra esencia humana. Y esto no es tan solo una aserción intelectual. Si no trabajan coordinadamente somos menos humanos, tal como mostraré en este artículo. Y en eso radica la cuestión fundamental: ser o no ser humanos. La pregunta es, ¿qué es lo que hace que ambos hemisferios cerebrales no trabajen conjuntamente en armonía? ¿Cómo conseguir que lo hagan? y ¿Cuáles son exactamente las atribuciones de cada hemisferio?
Echemos un vistazo a cada lado del cerebro y veamos cómo actúan: EL HEMISFERIO DERECHO Ante todo, deberíamos saber (y ya está demostrado empíricamente) que el lado derecho fue el primero en aparecer. Es esencial y primordial en todos los sentidos. Es el hemisferio que 'siente'. Ayuda a almacenar antiguos recuerdos emocionales en su esfera de dominio. Absorbe y registra nuestros traumas más tempranos acaecidos durante la gestación in utero. Nuestras experiencias vitales tempranas no estuvieron rodeadas de palabras ni estuvieron envueltas en escenas con cuyo 'recuerdo' consciente pudiésemos revivirlas. Todo lo que hay allí son sensaciones y…consecuentemente sentimientos. El cerebro derecho tiene la responsabilidad clave de integrar ambos hemisferios, pero no puede hacerlo solo. Necesita de un compañero. Veremos de quien se trata. Clara y definidamente el hemisferio derecho es más 'humano'. Cuida de la vida y de los sentimientos. Es más sensible, compasivo y cuidadoso, capaz de captar matices, la honestidad y detectar la falta de sinceridad pues funciona desde la intuición, cualidades éstas que han sido históricamente vinculadas a la mujer. Ahora sabemos que todos los humanos, hombres y mujeres, tenemos acceso a esa área. Y estamos accediendo. A regañadientes, sin duda. El hemisferio cerebral derecho es flexible y prefiere un abanico de opciones entre las que escoger. No es de extrañar que muchos de quienes hayan 'sido bendecidos' con un accidente cerebrovascular (apoplejía, ictus…) habitualmente en el hemisferio izquierdo y lo han sobrevivido, hayan visto incrementada notablemente su capacidad creativa [el cerebro derecho controla la parte izquierda del cuerpo y viceversa]. Muchos de mis pacientes, tras haber sido expuestos al dolor experimentado en la parte derecha de su cuerpo, han descubierto unos talentos artísticos innatos tras la terapia. Los sentimientos están pues íntimamente ligados a la creatividad. Una de las razones por las que el hemisferio derecho es inherentemente flexible es porque está mejor 'mielinado' ya desde una etapa temprana. Es decir, está cubierto de una funda más gruesa de mielina (una proteína fosfolipídica) que rodea con su 'grasa' a las células nerviosas ayudándoles en la transferencia de información de unas a otras. El hemisferio derecho está mejor capacitado para informar al Neocórtex acerca de qué información, incluida la concerniente al dolor, se conserva en niveles profundos. Hay sin duda mucho todavía por debatir acerca de este asunto, pero las investigaciones van indefectiblemente por este camino. El hemisferio derecho es musical, comprende el tono, el matiz, las sutilezas de los sonidos. Es por ello que todo terapeuta que se precie (y aprecie su profesión) necesita ser consciente y sensible al cambio de tono en la voz del paciente pues éste ofrece un 'subtexto', una sutil información acerca de lo que está sintiendo el paciente y que es incapaz de transmitir verbalmente. El tono delata, pues, al cerebro derecho: mientras que el cerebro izquierdo parlotea incesantemente con sofisticadas y grandilocuentes palabras y expresiones tratando de analizar y dar vueltas (intelectualizar) a conceptos en la creencia de que la comprensión analítica procura la paz que tanto anhela, como terapeutas debemos captar la presión ejercida en el lado derecho por medio del torrente de palabras que usa el paciente desde su lado izquierdo. Si el paciente se halla saturado de sentimientos no expresados, las palabras se precipitarán urgentemente una sobre otra, viéndose como escupidas. El nivel de represión es así directamente proporcional al caudal verbal manifestado. Un ligero bamboleo en la garganta delata que los sentimientos están ahí, listos para ser expulsados. MI mujer, por ejemplo, 'experta' en contener emociones, se derrumba cada vez que escucha a Nino Bravo…Su padre desapareció de su vida sin motivo coherente para una niña de 9 años. La ruptura continua sin ser asimilada.
La música nos ayuda a tratar a los pacientes. Facilita que las escenas y los sentimientos claves emerjan de su 'cueva'. La música evoca un momento especial en sus vidas. Se trata del hemisferio derecho expresándose, su ser emocional (lo que Gustav Jung denominó el 'niño interno'). Y cuando los pacientes evocan escenas y eventos a veces les pedimos que canten una canción que está sonando en el reproductor o la radio, hasta que los sentimientos afloran. Estamos entonces concediendo la palabra al cerebro derecho. A este respecto existe un asunto respeto a las frecuencias de afinación, afirmándose que en 1991 fueron modificadas (de 432 Hz a 440 Hz) eliminándose mucha resonancia y "aplanándose" la música (curiosamente desde la aparición de la MTV). Más aquí... Pero sigamos. El cerebro derecho es,para bien y para mal, el que siente. Acumula en su buche toda la infelicidad presenciada en momentos de nuestra vida temprana, incluidos aquellos de la vida intrauterina: una madre gestante que abusa del alcohol, que se ciñe a una dieta estricta de adelgazamiento para mantener la forma con la que seguir sintiéndose atractiva y deseada por su pareja (en realidad aceptada/amada por papá), o que padece un trabajo estresante o los efectos de relación de pareja absorbente/exigente/sofocante/violenta/humillante, etc. El hemisferio derecho es el guardián de la traumática verdad de los estadios tempranos de nuestras vidas, la esponja responsable de absorber y contener las emociones, salvaguardándolas hasta que en un estadio más maduro de la existencia puedan (y deban) ser expresadas y así liberadas (sublimadas). El cerebro derecho no puede mantener la atención enfocada en un solo acontecimiento, mientras que el izquierdo no solo puede sino que lo hace a la perfección. El hemisferio izquierdo está interesado en lo que está sucediendo precísamente aquí y ahora. El derecho mantiene una vigilancia más general. En clase, durante el periodo escolar, los niños con un hemisferio derecho 'desatado' (los más intuitivos, sensibles, musicales, artistas...) son incapaces de enfocarse en los deberes ordenados por el profesor. Cuando una persona con un cerebro izquierdo 'defectuoso' (no operativo) entra en pánico el aprendizaje se bloquea. La ansiedad sofoca entonces los intentos del cerebro izquierdo por aprehender/asimilar nuevos conocimientos. El hemisferio derecho está a menudo tan sobrecargado de sentimientos reprimidos –y experimenta el dolor de dicha represión– que se ve incapaz de prestar la adecuada atención al presente, al ahora. La razón es bien simple (y dramática): el pasado irresuelto reclama, también, atención. Y la atención solo puede estar puesta en el pasado o en el presente pero no en ambos simultáneamente. Cuando el pasado (la memoria) está cargado de terror y ansiedad, los recuerdos se desvanecen (y ello se acentúa con la edad hasta degenerar en Alzheimer y otros trastornos neurodegenerativos). No es casual que el hipocampo derecho sea el que gestione la memoria emocional y no el izquierdo. El derecho siempre percibe una perspectiva más amplia de los eventos y busca siempre patrones de comportamiento que encajen en ese todo. En el hemisferio derecho hay pobreza de detalle, algo que el izquierdo sabe proveer con soltura. Es más, el izquierdo adora los detalles, la visión microscópica. Al derecho no le molestes con detalles. Si la receta de la salsa dice 'poner dos cucharadas soperas', las personas derechocerebrales se quedan en blanco. Los pragmáticos cerebros izquierdos funcionan bien con órdenes concretas, con tareas mecánicas y repetitivas. El derecho funciona a base de impulsos intuitivos y acierta a base de adivinar/intuir. La precisión no es su fuerte. Ese lado intuitivo es necesario en una terapia de sentimientos, pero...un poco de ciencia también ayuda. No en vano, cada uno de nosotros posee ambos hemisferios y la meta consiste en congraciarlos. Una cosa es que un paciente pueda explicar lo asustado que está durante todo el día, y otra cosa es que, yaciendo en el suelo, lo sienta y reviva el contexto pasado, algo que solo puede suceder cuando el pasado no está "resuelto" (integrado, sanado). El hemisferio izquierdo percibe terror vagamente, pero solo el derecho es capaz de abrir las puertas y acceder a ese terr-itorio, sintiéndolo con toda su fuerza. Cuando los sentimientos se filtran al cerebro izquierdo (gracias al acceso que brinda el cerebro derecho) puede llegar a experimentarse un ataque de pánico…síntoma de que el derecho se está entonces desamordazando, purgando. Dichos ataques no duran de promedio más de 10 minutos. Todo lo concerniente a los traumas de la vida temprana se procesa pues en el hemisferio derecho, antes incluso de que haya madurado el cerebro izquierdo. Esas tempranas experiencias, repito, quedan grabadas en el sistema cerebral [que engloba ambos hemisferios]. Y puesto que la experiencia original no es verbal, debe ser revivida, para liberarla, de modo no-verbal también. Si la experiencia traumática temprana estuvo acompañada de una presión arterial de 170 (sístole) y 115 (diástole), el recuerdo/revisión de dicha experiencia irá ineludiblemente ligado, por resonancia, a una subida de tensión igual. El sello emocional no miente. Está recordando a su manera, neurobiológicamente. No es una revisión consciente, analítica, sino ad libitum. Y cuando se revive el traumático proceso del nacimiento hay múltiples signos/constantes vitales que se disparan elevándose por encima de promedio. Ese es el modo en que un terapeuta debe verificar que el evento recordado fue o no real, la prueba de que el paciente no miente. Es por ello que ninguna terapia cognitiva (que tenga como base un proceso meramente intelectual de los recuerdos) servirá para este fin. Tiene que mediar un tipo diferente de lenguaje para conseguir que el paciente regrese conscientemente a la 'escena del crímen'. ¿Se podría regresar inconscientemente por medio de hipnosis inducida? Sí, pero el posterior despertar del paciente al inicial estado consciente de su mente en nada aporta a su salud mental, pues ningún recuerdo consciente permanece de su 'bajada a los infiernos', siendo el consciente y el inconsciente dos estados mentales incompatibles entre si. El consciente tiende a olvidar a su compañero de fatigas, el inconsciente. Y éste no ceja en su empeño de despertarle (de ahí que los hombres etiqueten a las mujeres de 'pesadas' (hinchabolas, como dicen los argentinos), Los 'beneficios', si es que realmente se les puede llamar así, de la hipnosis solo conciernen, en último término, al terapeuta, a los efectos de estudios estadísticos. Estudios que a su vez adulan al cerebro izquierdo de los lectores, quedando todo abandonado a un plano intelectual que en si no hace sino 'marear la perdiz' en lo que respecta al asunto emocional.
Ningún nivel de tejido cerebral puede hacer el trabajo de un nivel diferente de función cerebral (y los dos hemisferios son niveles diferentes). Es necesario conducir los dolientes sentimientos hasta el nivel en que ocurrieron y en el contexto cerebral (hemisferio) que los contienen. No podemos, repito, usar palabras para regresar a tiempos pre-verbales de la existencia. Este es el error básico que comete la Psicoterapia actual: los psicólogos cognitivos tratan de explicar y hacer comprender (forzar la asimilación) verbalmente lo que no puede ser comprendido racionalmente. Es como tratar de involucrar al sistema límbico en complejos problemas matemáticos. Esa no es su competencia. No es su trabajo. El evento censor, represor (el trauma) necesita ser revivido (no comprendido) finalmente sin palabras, pues las palabras no intervinieron en el evento que ocasionó la disfunción emocional que se refleja en el momento presente. Y puesto que no deben mediar palabras puedes tatarear/silbar, susurrar una melodía, hasta llegar allí. Esa es la razón por la que cantar detiene el tartamudeo. Cuando eliminamos las palabras de la ecuación, todo es más simple. El sistema educativo se resiste pero acabará por caer presa de su propia naturaleza amnésica-represora. El colega más cercano del hipocampo derecho es la amígdala derecha, el agente del miedo y de los sentimientos profundos. La amígdala derecha es el órgano clave cuyo estímulo facilita el acceso al área límbica de los sentimientos, estando también involucrada en el proceso general del proceso emocional. Cuando un nivel de terror profundo aflora uniéndose a la emoción del miedo alojada en el sistema límbico puede producirse un ataque de pánico, como dije, totalmente descontrolado.
Cuando la amígdala cerebral derecha está sobrecargada de sentimientos no expresados (lo sano y equilibrado en un ser humano es liberar periódicamente esa sobrecarga expresando espontáneamente los sentimientos: alegría, compasión, ternura, amor…), entonces se muestra inflamada, síntoma inequívoco de la urgencia de descargar su pesado y reprimido lastre. Recientes estudios indican que los bebés de madres deprimidas tienen amígdalas más grandes. Entre sus funciones, las amígdalas tienen la tarea de denunciar las amenazas que detecte en el entorno y envía señales de miedo para que el cerebro izquierdo (papá) pueda reaccionar apropiadamente...Lamentablemente una vez reprimido el mensajero (el miedo) estos bebés se convierten en adultos dotados de una hipersensibilidad a las amenazas. En casos extremos hallamos individuos paranoicos, es decir, personas que ven amenazas por todas partes. Esto es particularmente cierto en los adictos a fumar cannabis, para quienes las defensas del hemisferio derecho están hasta tal punto debilitadas por la marihuana que el izquierdo, masculino y racional se percibe amenazado. Una amenaza que obliga al cerebro izquierdo a producir extrañas ideas, esencialmente delirantes, paranoicas (el mundo se va a acabar...etc). Ideas asociadas a eventos presentes (amenazas terroristas, la caída de un meteorito...) que están fundamentadas en el miedo al derrumbe de las defensas acaecido en la infancia y a la consecuente creencia en que la expresión de los sentimientos suponga un debilitamiento del sistema, una amenaza para la existencia (etiquetada desde entonces como supervivencia). Hay que estar alerta –se dicen–hay peligro por todas partes. A medida que pasan los años esas ideas quedan fijadas, endurecidas e invulnerables. Revista Science: "Cómo las madres tristes alteran el cerebro del niño". 22 Agosto de 2011). La profunda depresión de una madre gestante opera un cambio en el cerebro del bebé. No existen escenas o palabras para expresar esa alteración ni tan siquiera recordarla. El recuerdo es orgánico. Hay una etiqueta en él, una marca hecha por medio de un proceso conocido como metilación que etiqueta la experiencia y altera por consiguiente la manifestación de los genes, generando una influencia en el comportamiento. Los genes a menudo son interpretados erróneamente por parte del sistema nervioso, pero añadida la intervención del grupo químico metílico a las células, la marca queda grabada de por vida. La metilación crea por tanto un acontecimiento epigenético que cambia la forma en que los genes se van a desplegar, o por lo menos el modo en que el cerebro va a interpretar la información almacenada en esos genes. Cuando un gen cambia así 'su rostro', dicho cambio no siempre será reconocido. Este cambio no solo va a afectar al futuro comportamiento del individuo sino que puede incrementar la propensión de ciertas enfermedades graves, incluido el cáncer, a manifestarse. Estos traumas están fuertemenmte originados en el cerebro derecho. Durante la terapia, muchos psicólogos se dirigen al paciente y consiguen que les cuenten lo que le está molestando. Pero simplemente no lo sabe ("Doctor, no sé qué me pasa..."), obviamente porque el cerebro izquierdo no estaba al tanto en el momento de desencadenarse la fuente del malestar presente. Como ya hemos dicho, el cerebro derecho no informa con palabras. Y sin embargo el paciente está deprimido, y no sabe por qué ni sabe cómo demonios salir de ese estado. Mientras tanto el acontecimiento está etiquetado a la espera de que se produzca el enlace, la 'conexión'. Hasta entonces el daño se estará produciendo. Solo una terapia sistémica y orgánica que pueda abordar eventos preverbales podrá cambiar las cosas y ayudar al paciente a que mejore. Y eso implica no usar por defecto el cerebro izquierdo para alcanzar esa meta. El cerebro izquierdo se halla jerárquicamente en segunda posición. Hay suficiente información hoy en día respecto del stress que una mujer embarazada inocula en forma de hormonas a su criatura dentro de la placenta, hormonas as cuales impactan en el feto, quien padecerá desde ese momento, y quizá para toda la vida, los efectos del estrés de su madre, hasta que le llegue el turno de liberarse de ellas (si es que asume esa tarea de modo consciente). Las estructuras/órganos (Hipocampo, amígdalas) que rigen el sistema límbico forman parte ineludible en la expresión de los sentimientos de nuestro Ser y son esenciales al tratar con las emociones. Debatir acerca del miedo concierne al cerebro izquierdo. Sentir el miedo es dominio exclusivo del cerebro derecho. Explicar un sentimiento sin manifestarlo no tiene significado alguno, tal como veremos. No cura NADA. Analizar el sentimiento DESPUÉS DE haber revivido el recuerdo almacenado es perfectamente válido y enriquecedor. El carro de la evolución tampoco precede al caballo que tira de él. Tal como el sistema dice: "A cada cual su turno. Cuida los modos: Los sentimientos van primero, los pensamientos y los análisis después". Cuando el hemisferio derecho está saturado de sentimientos dolorosamente reprimidos, se torna imperiosamente incontenible. Necesita descargar. Es una ley física. Eso se muestra más tarde en la vida por medio de la incapacidad de realizar diversas tareas a la vez debido a que la gota del input entrante en el cerebro izquierdo simplemente hace colmar el vaso del espacio disponible. Es cuando el sujeto evita a toda costa asumir cualquier tarea que suponga el desborde del contenedor. El cerebro izquierdo no está seguro de por qué evita asumir dichas tareas y sin duda permanece en gran medida inconsciente de ello. Simplemente se dedica a interpretar un papel ante el que permanece tan inconsciente como frente a los sentimientos reprimidos. La persona simplemente se torna fácilmente susceptible, sobrepasada, cansada en apariencia por lo acontecimientos externos presentes, cuando en realidad está sobrepasada por recuerdos de un pasado, lejano y paradójicamente tan...presente, al que está ineludiblemente ligada. Recuerdos que pugnan por hallar una salida. sigue en parte II Arthur Janov http://www.arthurjanov.com/
La visión completa de lo que está ocurriendo con nuestros cuerpos tiene que primero ser observada a través del lente de lo que está pasando al cuerpo del planeta Tierra. Y todavía más allá, debemos comprender que todas las cosas fueron creadas en Unidad con un eslabón de interconexión entre las partes de Dios y los distintos niveles, desde planetarios, hasta sistemas solares, galaxias y universos.
No podemos considerar la transición cuántica que está ocurriendo en un planeta, sin tomar en cuanta los efectos y reverberaciones de la creación completa. De acuerdo con eso deberíamos formular nuestra pregunta en una forma diferente: Por Dios, ¿qué está pasando con nuestro Sistema Solar, con la galaxia y con nuestro universo local? Hace algunos años un maestro espiritual dijo “Cuando recoges un grano de arena estás literalmente cambiando la estructura molecular de todo el universo”. Yo comprendí entonces que todas las cosas están ligadas, sin importar qué tan distantes imaginamos nosotros que estén las otras dimensiones, o qué tan lejos de nosotros esté la vida en otros planos de existencia. Estamos todos conectados por fibras doradas que, visibles o no, nos conectan con la Fuente Primordial. Durante nuestras visiones, sueños, meditaciones, o en algunos momentos con calidad superior de vida todos hemos podido sentir esta conexión.
Por medio de la respiración consciente podemos percatarnos de la red de vida respirando a través de nosotros y sentir la conexión y la cualidad de esa unión. Cada día más y más ciudadanos de la Tierra saben intuitivamente, a pesar de no poder probarlo, que la Tierra no se mueve sola en un universo, galaxia y sistema solar sin otra manifestación de vida que la terrestre. Lo que realmente está ocurriendo es que Luz más elevada, frecuencias más altas, nuevos códigos de energía, (escoge el nombre que gustes) están entrando a la Tierra en ondas de ascensión. Por otra parte, los ciudadanos del planeta, por medio de energía enfocada por medio de sus meditaciones, plegarias e invocaciones, han estado asimilando esa Luz y ese Amor y conscientemente han estado irradiando luego esas elevadas energías pasándolas a otras personas y anclándolas en el planeta mismo. Se trata realmente de una co-creación del hombre, que está trayendo el cielo a la Tierra.
El magnetismo desciende y las frecuencias suben
Los patrones de lo que Isaías llamó “Un nuevo cielo y una nueva Tierra” están estableciéndose en una forma sin precedentes, y muchos pueden ya sentir los cambios profundos que están ocurriendo al planeta y en sus propios cuerpos. El magnetismo está descendiendo simultáneamente en el planeta y en nuestros cuerpos. Las fuerzas magnéticas son como la goma que pega todas las cosas juntas. Este descenso en el magnetismo es una señal de que un gran cambio está ocurriendo. Los científicos reconocen que la caída del magnetismo en estos tiempos ha sido rápida, y al mismo ritmo acelerado ocurren los cambios. Por otro lado las frecuencias de la Tierra están subiendo. Y esto también afecta notablemente los cuerpos de sus ciudadanos. Con la caída del magnetismo ocurren cambios a nivel mental y emocional en un individuo. Es posible que los programas de mente y emociones, que teníamos grabados, comiencen a soltarse. Como la resistencia cae, es más fácil dejar ir. Uno no sabe por qué algo o alguien, que antes era indispensable, ya no importa. Y por el contrario, cosas o personas sin mayor relevancia súbitamente se vuelven importantes. Es posible que de un momento a otro ciertas personas, lugares, o situaciones ya no le sirvan a uno, y hay que cambiar, el cuerpo pide hacerlo.
Por eso, en la opinión de muchos, estos tiempos parecen caóticos. Algunos individuos se quejan de que ya ni tan siquiera saben quienes son, sufren una crisis de identidad.
Qué está ocurriendo a nuestros cuerpos?
La humanidad actual de la Tierra camina con vestidos de carne, dentro de cuerpos constituidos por materia-energía. Funcionaban hasta ahora con un determinado grado de densidad, pero en este momento cierta condensación se está estableciendo. Sus vehículos físicos están siendo preparados para ser transmutados en vestimentas de Luz, mucho más refinadas y menos densas. El karma está siendo procesado y diluido, habrá menos densidad y menos limitaciones. Estamos siendo acondicionados para comenzar a interactuar con conciencias más elevadas, nuestra biología se abrirá para compartir con otros seres, no solo de nuestras especies terrestres, sino con habitantes de otros mundos, dimensiones o entidades de distintos niveles de existencia. Lo que realmente nos está sucediendo es lo que los maestros llaman “Transfiguración”.
Está ocurriendo que nuestra forma condensada ha entrado en un proceso parecido a “derretirse”…
Queridos amigos, A medida que me acerco a vosotros hoy y comparto mi energía, me lleno de alegría. Yo comparto mi energía con vosotros, pero vosotros también la estáis compartiendo. Vuestra luz brilla y resplandece sobre el mundo, aunque no siempre os deis cuenta de esto. Estáis marcando la diferencia sobre la Tierra, aquí y ahora, en esta época en la que tantas cosas están cambiando. En este punto del tiempo hay un estallido de Luz. La conciencia está evolucionando sobre la Tierra e incita a la oscuridad a salir de su lugar oculto, sacando a la superficie mucho de lo viejo y corrupto, para que todos lo vean. Esta es la razón de por qué aparece la luz tan contradictoria en sus manifestaciones. La conciencia crece, pero puede llegar a ponerse más oscuro justo antes de que la Luz gane una posición firme y verdaderamente brille en vuestro mundo. Dice un dicho vuestro que nunca es más oscura la noche que poco antes de amanecer. Vosotros sois los que traéis lo viejo a la superficie, lo obligáis a exponerse por medio de vuestra conciencia, por medio de vuestra Luz. Esta es la razón por la que os sentís llamados, esto es lo que sois. Sois trabajadores de la luz, almas que sienten profundamente una misión; sois movidos por una llamada que se adhirió de mí también durante mi vida en la Tierra. Muchos de vosotros fuisteis mis seguidores en aquél entonces, o mejor dicho, seguidores de la enseñanza y de la energía que yo difundí. Yo soy vuestro corazón, yo soy vuestra alma. Yo no soy sólo aquél ser humano quien una vez vivió en la Tierra y quien ahora está regresando a vosotros desde vuestro corazón. Yo vengo aquí ante vosotros como la expresión de la energía Crística: vuestra supra-alma, la energía que os conecta con vuestra fuente y origen. Es un campo de energía que ahora se está acercando más y más hacia la Tierra, tocando los corazones de muchas personas y afectando sus emociones. Esta ola de Luz genera mucha confusión en las personas que no están preparadas para el cambio. Ellos se sienten inseguros, experimentan una falta de significado en sus vidas, y no saben cómo tratar con estas emociones confusas. Y vosotros sois aquellos en la Tierra que estáis aquí para irradiar Luz a estas personas. Ustedes sois los pioneros, los maestros de esta Nueva Era. Ahora podéis preguntaros: ¿estoy preparado para hacer esto? ¿Cómo debería empezar? ¿Cómo irradio o expreso mi Luz? La respuesta es más simple de lo que pensáis, porque ya lo están haciendo. Estáis haciendo lo que vinísteis a hacer. Una de las razones por las que tenéis tantas dudas acerca de vosotros mismos es que teméis enfrentaros a vuestra propia grandeza. En vuestra vida diaria, todavía albergáis un montón de pensamientos negativos y emociones acerca de vosotros mismos que os hacen preguntaros: “¿puedo yo realmente estar anclado y arraigado en este lugar llamado Tierra, es esta realmente mi casa? ¿Estoy cumpliendo verdaderamente mi misión aquí?” Y yo os estoy diciendo: especialmente cuando os sentís desafiados por el miedo, la desesperación o la tristeza, sois capaces de cumplir vuestra misión. Porque justo ahí es donde vuestra Luz más se necesita. Nadie está mejor equipado que vosotros para sanar vuestro dolor interior. Al iluminar vuestra propia oscuridad interior, con amor y compasión, estáis mostrando un ejemplo de trabajo de luz que irradia hacia afuera hacia los demás y los alienta a ellos a iluminarse. Sois realmente viejos y venís de lejos. Os estáis acercando a la consumación de un ciclo de vidas. Y ahora, al final de este ciclo, vuestra energía se ha vuelto tierna, llena de compasión y de sabiduría. Pero también habéis llegado a desanimaros, y de vez en cuando os deprimís, cuando observáis el estado de la madre Tierra, esta hermosa creación de los reinos mineral, vegetal, animal y humano, que podría estar tan llena de vida y vitalidad. También, cuando observáis vuestras relaciones con los demás, con frecuencia sentís que algo está faltando. Extrañáis una cierta sinceridad, amor, regocijo, conexión. Sentís nostalgia por una realidad en la cual podáis compartir esto con los demás. Esto os angustia. Sentís dolor por el mundo. Sentís dolor por las personas cercanas a vosotros. Sentís dolor por vosotros mismos, nostalgia y un profundo amor por dentro que encuentran difícil expresión aquí en la Tierra. Pero yo os digo que estáis en el umbral de una Nueva Era. Tened fe, yo estoy aquí con vosotros para apoyaros y alentaros. Sin embargo sois vosotros quienes cruzáis la barrera, sois vosotros quienes continuáis mi trabajo. Vosotros son los Cristos de la Nueva Era. Especialmente cuando os sentís agotados y cansados, perdiendo toda confianza, por favor abríos a esta nueva posibilidad, la luz que está esbozándose, y rendíos a ella. No tratéis de pelear o luchar contra vuestros miedos y tristezas. Ellos están ahí –dejad que yo cuide de eso. Sentid mi energía aquí y ahora, yo estoy con vosotros. Yo soy vosotros, somos uno. Permitid que la luz y el bienestar de la energía Crística estén con vosotros y sentid cómo todos nosotros estamos conectados por este poderoso portador de Luz. Vosotros sois el Cristo de la Nueva Era. Ahora quiero pediros que dirijáis vuestra atención a vuestra parte herida, al niño interior que se ha sentido abatido y humillado a lo largo de muchas vidas en la Tierra. Habéis pasado por muchas cosas, tanto en esta vida como en otras pasadas. Es este querido niño/a dentro de vosotros, físicamente localizado en vuestro abdomen, que necesita cuidado y atención. Especialmente, él necesita paciencia y confianza por parte de vosotros. Este niño, esta parte emocional vuestra, no se sana inmediatamente. Él ha sido herido profundamente, y desde esta herida repercute emociones negativas en vuestra vida, tales como soledad, miedo, abandono o rechazo. Estas emociones marcan vuestras llagas más profundas. Ni siquiera es la muerte lo que más teméis. Es la sensación de total desconexión de Dios lo que constituye la más profunda agonía. Sentiros separados de la presencia amorosa del Espíritu, desconectados de la luz natural y unidad de la Creación, ha creado la carga más pesada dentro de vosotros. Yo os estoy pidiendo que veáis ese dolor dentro de vosotros y que extendáis vuestras manos al niño interior herido. Imaginad que sois un ángel, un representante de los reinos de la Luz, y sentid cómo vuestra energía angelical envuelve vuestro cuerpo con un suave y cálido manto. Es una energía dorada que os acaricia y podéis sentir cómo gira alrededor de vosotros, desde la cabeza hasta la punta de los pies. Notad cómo unas manos doradas se extienden hacia su abdomen, hacia el pequeño e inocente niño interior. Decidle al niño que es bienvenido y precioso más allá de toda descripción verbal. Decidle “hola” a ese viejo dolor suyo y permitidle estar ahí. “Tú puedes ser parte de mi vida, no te estoy abandonando”. Este es el tipo de compasión que anheláis, esto es lo que os hace sentiros completos, déjadlo ser. Sostened a vuestro propio ser herido, no dejéis que el niño interior sufra todo él sólo, pues es la energía que os convierte a vosotros en el Cristo. En vuestra vida diaria, cada vez que os resistís a vuestro propio dolor, deseando poder libraros de vuestro miedo e ira de una sola vez, maldiciéndoos a vosotros mismos por eso, estáis abandonando al niño interior. Al resistiros a vuestro dolor, y juzgar el comportamiento que surge de él, apartáis al niño de vosotros. Decís “yo no quiero más estar triste o enojado o temeroso, yo sólo quiero estar feliz, por qué no puedo superarlo, me odio.” Pero el niño interior está llorando y llamándoos, y con vuestra resistencia o condena no va a ser sanado. Tomáos el tiempo para sanaros. Cuando sintáis resistencia, deteneos ahí mismo y sentaos. No le deis la espalda, liberad la resistencia, por el bien del niño. Quedaos con vuestro niño herido, permitid que la energía dorada de vuestro propio ángel lo abrace. ¡No temáis ser tan grandes! Tomaos todo el tiempo y espacio que necesitáis para sanaros. Este proceso de sanación es la verdadera razón por la que elegísteis esta vida en la Tierra. La transformación interior que estáis atravesando es precisamente lo que vosotros os propusísteis completar, lo que estáis llamados a hacer, y lo que la Tierra está esperando. Tened compasión por vuestro dolor. Enfrentad la desolación profunda interior y decidle a esa parte vuestra
“yo estoy ahí para ti, yo SOY el ángel que trae Luz, yo te llevaré a la tierra prometida. No tengas miedo, porque yo estoy de pie junto a ti, estoy de pie detrás de ti, estoy delante de ti y estoy dentro de ti. Yo no vengo de arriba, no vengo de abajo, vengo de tu alma. Yo soy Tu esencia”.
Os estáis volviendo ángeles en la carne. Sois ángeles encarnados en la materia física. Tenéis mucho para dar y compartir con la gente vuestros hermanos, pero no dejéis que eso os distraiga. Vosotros sois lo primero en vuestra vida, y siempre necesitáis estar conectados a esa parte interior vuestra que es el niño interno. Tan pronto como notéis que vuestras emociones se vuelven ingobernables, que os sentís intranquilos, tensos, ansiosos o molestos, dadle la cara inmediatamente. Esto es más importante que cualquier otra cosa que necesitéis hacer en vuestra vida. Incluso las otras personas están en segundo lugar. Vuestra vida se trata de vosotros. Sólo podéis canalizar vuestra luz de ángel al interior de vuestra existencia humana, si también estáis dispuestos a extenderos hacia vuestra parte más oscura y doliente. Dedicad tiempo y espacio para la auto-sanación. Haced todo lo que os ayude u os conforte, ya sea asesoramiento espiritual, leer libros, salir a caminar o prepararos una rica comida. Nutrios tanto a nivel espiritual como a nivel humano. Permaneced enfocados y tomaos vuestro tiempo. Así es como ocurre la auto-sanación. Así es como encarnáis vuestra luz de ángel y hacéis lo que vinísteis a hacer en esta vida. ¡Se trata de vosotros! Nosotros os saludamos. Estamos aquí en gran número, ¡mucho más grande de lo que pensáis! Hay ángeles y guías rodeando a cada uno de vosotros. Ellos quieren ayudaros a que encontréis vuestro camino en la vida. Hay mucha ayuda para vosotros desde el cosmos, mucho respeto y aliento. Vosotros sois quienes lo estáis haciendo aquí en la Tierra, nosotros no podemos hacer esto por vosotros. Pero nosotros haremos todo lo que podamos para enviaros alegría y consuelo. Ésta es verdaderamente una época de transformación. Por favor llamadnos, estamos ahí para vosotros. Estamos cruzando ese umbral juntos y parece que va a ser ¡una (Nueva) Edad Grandiosa!
3. El tercer ídolo: compadecer a los demás y acompañar su sufrimiento Hay otro dios falso que quisiera mencionar y el cual tal vez sea el que más os preocupa en la vida diaria. Es compadecer a vuestros compañeros, compartir la carga con vuestros seres queridos, sufriendo junto con ellos. Ahora, os podéis preguntar: ¿Cómo puede ser eso un ídolo? ¿Qué hay de malo en eso? ¿No se supone acaso que estoy conectado con los demás, especialmente con mis seres queridos, y que tengo que ayudarles si puedo? De lo que estoy hablando es de una tendencia que tenéis a conectaros tan profundamente con la gente que os rodea, que sois arrastrados por ellos hacia su dolor, sus problemas y emociones negativas y perdéis contacto con vuestro propio centro y paz interior. Esta clase de lástima y co-sufrimiento no es en absoluto vuestro deber, ni tampoco es provechoso para la otra persona (la que sufre). No es tampoco correcto desde un punto de vista espiritual. Mucho de lo que vosotros llamáis “elevada sensibilidad” se está abriendo tanto hacia la energía de la otra persona que elimina las vuestras. Vuestra empatía (es decir, la habilidad de sentir el humor y las emociones de la gente) está insuficientemente equilibrada por la perspicacia de saber que las energías negativas en esas otras personas pertenecen a ellos y no a vosotros. No estáis comprendiendo con suficiente claridad que la negatividad juega un papel crucial y viable en la vida de esa otra persona y que vosotros podéis iluminarlos a través de vuestra compasión y comprensión. Pero no sirve de nada que sufráis junto con ellos. Por supuesto que os encantaría ver a vuestsros seres queridos llevar vidas felices y satisfactorias (ya sea vuestra esposa/marido, vuestro hijo, padre o un amigo). Quisiérais que ellos se sintieran mejor y que sus problemas fuesen resueltos. Siempre recordad que los problemas que ellos tienen son producto de sus propias creaciones y les sirven de experiencia. Los problemas de relaciones, asunto de dinero, problemas de salud, desórdenes psicológicos…todos ellos reflejan conflictos internos profundamente arraigados dentro de su alma. En algún lugar, en lo más profundo de su intención, la gente quiere experimentar estos problemas, para librarse de algo. Podría parecer que ellos son víctimas, especialmente cuando ellos corren en círculos una y otra y vez. Pero a menudo eso significa que ellos todavía quieren experimentar completamente algunos aspectos de ese problema y que aún no están abiertos a vuestra ayuda. Si de todos modos tratáis de ayudarlos, fácilmente os incomodaréis y y tenderéis a controlar sus vidas agotando con ello vuestras propias fuentes de energía. Entregáos a la rendición como forma de vida. Dando demasiado o inapropiadamente, malgastáis vuestra energía y os enmcadenáis emocionalmente con aquél o aquella que estáis tratando de ayudar. Esto os hace dependientes de la otra persona para aliVuestras energías emocionales se confunden y ésta es una de las mayores causas de la pérdida de fuerza, vitalidad y conocimiento de uno mismo. Pocas cosas pueden descomponer vuestra energía tan fácilmente como la sensación persistente de deuda, culpa y responsabilidad por alguien más. En tal “relación de ayuda” a menudo surgen asuntos de poder, incluso si nadie tuvo esa intención. Al dar demasiado o inapropiadamente, el ayudante en realidad trata de disimular un vacío interior que pasa desapercibido mientras uno está preocupado por alguien más. Ayudar a alguien más puede haceros sentir más fuerte y más seguro de vosotros mismos. Aquél que recibe toda la atención por parte de vosotros, experimenta esto como lindo y confortable, y ellos pronto notan que pueden influenciaros y manipularos con sus caprichosos estados de ánimo y emociones. Ellos saben que si las cosas se ponen peor para ellos, conseguirán más atención de vosotros (porque vosotros deseáis muchísimo que ellos estén bien). El “sufriente” entonces percibe que tiene poder sobre vosotros y eso da como resultado que desee permanecer en el cómodo papel de víctima. En tal relación, está teniendo lugar un fuerte intercambio de energía, y os agotará a ambos, porque no está alineado con lo que vuestras almas realmente anhelan. No hay una verdad espiritual en el modo en el que os estáis reduciendo uno al otro a roles muy limitantes. El ayudante finalmente se frustrará porque el sufriente no progresará demasiado: no tiene interés en cambiar, porque él ha invertido mucha energía en el rol de víctima, atascándose incluso más en su papel de ‘pobre de mi’; ellos se hunden en eso más profundamente, lo cual puede paralizarlos completamente. Ambos os enojaréis y os culparéis el uno al otro. Fácilmente os compadecéis y os apenáis por la gente que está a vuestro alrededor. Especialmente las almas trabajadoras de la luz, quienes tienen un profundo impulso a esparcir luz y conciencia sobre la Tierra, son muy sensibles al sufrimiento de los demás. Es difícil para vosotros ver el sufrimiento a escala global, por ejemplo en regiones del mundo devastadas por la pobreza o por la guerra, o la destrucción y contaminación del medio ambiente. Pero cuando se manifiesta en un sufrimiento localizado que está cerca de vosotros, en vuestro ambiente personal, os afecta muy profundamente.
Es importante comprender que no ayudáis a alguien volviéndoos más pequeños. Con frecuencia pensáis que si absorbéis y tragáis parte de las emociones de la otra persona, os conectáis profundamente con ellos y por lo tanto los ayudáis. Es como si estuviérais compartiendo la carga. Pero asimilando los problemas de la otra persona, en verdad vuestro poder se fragmenta y se destroza por la negatividad en ellos. Pensaréis que no tenéis derecho a la felicidad, tranquilidad, a estar satisfechos con ustedes mismos, mientras otros sufren. Este es un grave error. En realidad, lo opuesto es lo verdadero. Ayudar verdaderamente a alguien significa que ponéis vuestra energía al servicio de la solución del problema, no en el problema mismo. Para hacer esto necesitáis volveros más grandes en lugar de más pequeños. Cuanta más independencia y consciencia de uno mismo irradiéis, más representaréis la “energía de la solución” y más podréis interesaros por alguien más sin agotaros. Si vais a sufrir con ellos, tan sólo estaréis reafirmando el problema presentado. Si permanecéis centrados y calmos, sin resonar con las emociones pesadas del otro, dais a conocer otro ángulo, otra perspectiva de mirar el problema. Precisamente desde el momento que no resonáis con la energía del problema, estáis vertiendo nueva luz sobre él. La verdadera guía espiritual nunca involucra resolver el problema de alguien más. Más bien significa ser un faro de luz y de consciencia para ellos, quien os refleja sus problemas de un modo que les permite a ellos echar otra mirada sobre eso. Les permite a ellos ver significado y valor en el problema; les devuelve a ellos una sensación de libertad y de responsabilidad. Algo dentro de vosotros toca su corazón y los inspira: es la energía del amor. Es la energía de la aceptación. De este modo, les ofrecéis a ellos la “energía de la solución”, no haciendo algo por ellos, sino irradiando esa paz hacia los demás. No se trata de llevar las cargas de los demás o de hallar soluciones a sus problemas. Se trata de llevar la energía de la solución en vuestro propio ser y de compartirla abiertamente con los demás. Esa es la esencia de vuestra misión en la Tierra, la esencia de lo que significa traer luz.
Ser fiel a vosotros mismos, cuidaros a vosotros mismos y escuchar lo que vuestra intuición os susurra es un prerrequisito para anclar la frecuencia del amor en la Tierra. Esto es lo que vuestra alma quiere para vosotros. Cada vez que dejéis que los demás os arrebaten vuestra energía, o deis demasiado de vosotros por miedo o por una necesidad de controlar, una parte de vuestra luz se apaga y necesitaréis recuperaros y sanaros emocionalmente para recuperar el equilibrio y vitalidad natural. Daos cuenta de cómo esto sucede en vuestra vida diaria. Si os estáis preocupando por otra persona, por cómo ellos os perciben a vosotros o por cómo deberíais ayudarlos, y vuestros pensamientos van en círculos, y las mismas emociones se repiten, entonces es síntoma inequívoco de que atascados en el surco del miedo y del control. A menudo, tendéis a entregar vuestra energía porque pensáis que estáis haciendo las cosas mejor, ayudando a las personas o resolviendo un problema donde ‘se precise’. Pero prestad atención a esto: ¿realmente vuestra contribución sirve para solucionar el problema o más bien afirma y por lo tanto perpetúa el problema? Preguntaos a vosotros mismos si no estáis realmente sirviendo a un ídolo, en lugar de servir a vuestra propia luz interior. Tratar de controlar las cosas con frecuencia parece apropiado y razonable, pero a menudo todo se reduce a actuar obligados por el miedo a que la inacción os conecte con el abandono y la sensación difusa de no valer. Con frecuencia os sentís cansados y agotados por todos vuestros esfuerzos en diferentes áreas de la vida, pero a menudo perseveráis y sentís que estáis obligados a poner incluso más energía en eso. Pensáis que le deben eso a alguien, a alguna organización, a la sociedad o incluso a Dios. Pero cada vez que os sentís emocionalmente agotados, insistiendo demasiado, es tiempo realmente de liberar y encontrar algún lugar tranquilo para vosotros mismos. Es tiempo de soltar el mundo y volcaros hacia adentro. Cortar las sogas por un tiempo y reconectaros con vuestro niño interno es muy importante para permanecer centrado y equilibrado. Al conectaros con el niño, también despertáis al ser angelical, el cuidador del niño. Os conectáis con vuestro “ser inferior” y su “ser superior”, y al sentirlos dentro, y escucharlos cuidadosamente, comenzáis a sentir cómo ellos pudiendo jugar juntos alegremente en su presencia. Se torna claro qué cosas necesitáis hacer o perseguir para llegar a estar centrados y tranquilos otra vez.
Encontrar y seguir vuestra pasión
Cada uno nace con una pasión. Imaginad que esa pasión es una hermosa rosa roja. Imaginen que, justo antes de nacer,estáis sentados en los confines del cielo, sosteniendo esta exquisita rosa roja en vuestra mano. Aunque podáis estar dudando acerca de si dar el salto adentro del reino de la Tierra, preguntándoos, incluso tristemente, si realmente os veis capaces de cumplir con ese reto, seguís sintiendo un profundo fuego interior, una pasión, que se os presenta como la rosa roja. Ahora imaginad que dais el salto, os encarnáis, y ahora lleváis la rosa adentro, en vuestro abdomen y en vuestro corazón. Dejad que la energía de la rosa venga a vosotros ahora. Permitid que vuestra pasión original, vuestra inspiración se presente a vosotros en este momento. Echadle una mirada a la rosa, ¿a qué se parece ahora? Tomad la primer imagen que aparezca en vuestra mente. ¿La rosa luce un poco triste y raída, o resplandece vibrantemente? ¿Veis un pimpollo o una rosa floreciente? ¿Necesita algo de vosotros en este momento? Tal vez más agua o luz del sol, o algo más de amor y atención, ¿o quiere ser trasladada a otro lugar, a un entorno donde se pueda nutrir más? Imaginad que le dais exactamente lo que necesita, y sentid cómo esto os afecta a vosotros en el nivel interior. El rojo es el color de la Tierra y el del chackra raíz o base. El rojo es el color de la pasión. A menudo tenéis miedo de vuestra propia pasión. teméis dejar que este flujo original se exprese abiertamente en vuestras vidas, porque va en contra de lo que la sociedad o la tradición consideran apropiado, correcto y razonable. Sin embargo, en cada uno de vosotros hay una pasión original y una inspiración que es la verdadera fuente de vuestra existencia aquí y ahora. No podéis realmente sentiros realizados e inspirados hasta que no dejéis que esa energía se esparza en vuestra vida y la guíe. La esencia de la rendición como forma de vida es que os rindáis a vosotros mismos, a vuestra pasión del alma, a la inspiración que acuna vuestra vida actual.
Hay varias formas de reconocer si estáis conectados con vuestra pasión del alma.
1. Sentir inspiración – donde sea que fluya, ahí es donde necesitáis estar La rendición como forma de vida significa que os dejáis guiar por lo que verdaderamente os inspira. La rendición no es una energía pasiva. Al rendiros a lo que realmente os motiva y los inspira, estáis abriendo la puerta a un flujo de energía interior vivaz y activo. Para descubrir ese flujo por vosotros mismos, necesitáis descubrir con qué clase de ocupación o actividad vuestra energía fluye naturalmente. ¿Qué cosas os hacen sentir felices y tranquilos? ¿En qué clase de ocupación o actividad sentís que las cosas se mueven fácilmente y con gracia? ¿Cuál es la esencia de estas cosas o actividades? Sentid la esencia de eso – y sabed que puede haber una variedad de caminos por los que esta esencia toma cuerpo y forma.
2. Ser fiel a vuestra propia naturaleza – lo que hacéis naturalmente, es para lo que sois buenos Para reconocer vuestra pasión precisáis daros cuenta de que siempre hay algo que es muy natural para vosotros. Es algo, una actividad, ocupación o forma de expresión, hacia la cual os sentís atraídos, interesados y cuya dedicación os produce disfrute. Es algo cercano y natural para vosotros, casi evidente desde vuestra perspectiva. Para dar fruto a vuestro talento natural podéis tener que aprender algunas habilidades o seguir alguna educación formal, pero será relativamente fácil y alegre para vosotros hacerlo. Vuestra pasión es algo hacia lo cual vuestras habilidades y talentos están afinados; involucra actividades para las cuales sois buenos desde el comienzo.
3. Poner límites claros y atreverse a decir “no” Tomaos a vosotros mismos seriamente. Vosotros estáis en el flujo de la rendición si os tomáis a vosotros mismos con la suficiente seriedad como para decir no a las cosas o personas que inhiben o interrumpen ese flujo. Sólo podéis seguir vuestra pasión si os atrevéis a decir no a lo que no se adapta o se siente apropiado para vosotros. Rendirse a uno mismo, a la inspiración original, significa ser precoz y obstinado a veces, mantenerse apartado y confiar en los mensajes del corazón incluso si la gente dice que sois tontos o ridículos. Se trata de la fidelidad a vosotros mismos. ¡Atreveos a ser grandes, atreveos a marcar la diferencia! Realmente no hay alternativa, lo sabéis. La alternativa es que vuestro flujo natural de inspiración se atasca y se seca y comenzáis a sentiros frustrados, vacíos, enojados e insatisfechos. Si no elegís por vosotros mismos, elegís en contra de vosotros mismos. La energía de la rosa, vuestra pasión, se retira y esto crea problemas psicológicos tales como soledad, desavenencia y finalmente depresión. Por lo tanto, atreveos a decir no, atreveos a ocupar un espacio con límites claros. No temáis ser “egoístas” de acuerdo a los estándares de los falsos dioses.
4. Paciencia y ritmo – caminad paso a paso Si estáis conectados con la energía de vuestra alma, con vuestra inspiración, esto despejará vuestro camino en vuestra vida cotidiana. Las oportunidades (en la forma de personas o situaciones que encontréis) vendrán hacia vosotros a un paso y ritmo que se adapta a vosotros. Si queréis estar a tono con ese flujo de manifestación, permaneced en el presente y tomáoslo paso a paso. No tratéis de correr más allá de todas las cosas que tienen que suceder para comprender vuestros sueños y vuestra pasión. La vida os cuida, no ncesitáis cuidar a la vida. Simplemente sentid vuestra pasión y confiadla en las manos del Dios dentro de vosotros. Dejen que el ángel que está adentro proteja y vigile los sueños y deseos de vuestro niño interior. ¡Rendíos y confiad!
Muchas gracias por estar aquí hoy. Es un gran placer estar con vosotros y recordad que el yo que está diciendo esto también representa en gran medida a vuestra propia energía. Es vuestra propia energía la que os hace señas y os invita: atreveos a vivir, ¡atreveos a ser quienes sois!