Han pasado 70 años desde la guerra civil que asoló España y parezca por los titulares de los diferentes medios, que estemos cerca de volver a reeditarla. Por no hablar de lo que está pasando en el resto del mundo. Y las guerras no conducen a nada, ya se sabe.
Quien se atreva a acudir a los medios de masas para inocularse la diaria dosis de miedo y falsedad, lo hace, a buen seguro, no ya para informarse conscientemente de las calamidades que diariamente azotan al planeta y de las que creemos necesitar para estar puntualmente informados (no vaya a ser que regresemos al estado de buen salvaje el mito Rousseauniano que Truffau tan bien exponía en su película), sino para continuar drogado, asegurándose, cual "enfermo mental" que acude a su religiosa cita con el psiquiatra, que recibirá la periódica y adecuada dosis de prozac (la ostia) que le permita mantener su umbral de emotividad en los acostumbrados niveles de insensibilidad, y así poder seguir sobreviviendo…hasta que esta tragicomedia que, para la inmensa mayoría, es la vida termine y nos podamos ir a casa. En cierta medida es comprensible. Existe la posibilidad más que real de acabar engrosando la larga lista de esquizofrénicos que puebla este planeta.
Otros deciden, tras torturarse con el Matias Prats o Iñaki Gabilondo de turno, tomar la vía contestaria y aplicarse (al menos en la forma) un modus operandi más revolucionario: la insurrección. "No pasarán, El pueblo, unido jamás será vencido." Luego poco acaban haciendo pues la motivación está teñida indefectiblemente de la discordia que naturalmente exhuda el conflicto entre los egos de los propios revolucionarios. Eso es suficiente para que no haga falta que los psicópatas que ostentan el control de la Matriz decidan infiltrar un topo que dirija la revuelta al fracaso.
De nuevo, las personas reaccionamos ante cualquier acontecimiento, por analogía o por oposición. Es decir, o nos adherimos o rechazamos. Rara vez sucede que alguien opte por la síntesis de los opuestos: la neutralidad o desapego (no confundir con la inacción). Son pocos desafortunadamente los que han caído en la cuenta de que la postura más irreverente es justamente la de la no-violencia. Todos sabemos que el imperio británico tuvo que desalojar en 1947 la India desquiciado ante la postura de Gandhi (Por desgracia dejaron sembrada la semilla de la discordia patrocinando el fraccionamiento con Pakistán y dinamitando la utopía de un estado hindo-musulmán)
Nos han dicho que nada podemos contra el sistema que los poderosos han creado. "La sociedad corrompe" oímos decir. Contra ello unos reaccionan cada día haciendo su habitual ejercicio de contorsionismo mental, metiendo sus cabezas entre las rodillas, tratando de hacer oidos sordos al insoportable goteo de insoportables noticias con las que los frecuentemente galardonados medios de comunicación invaden nuestros hogares –con el permiso (obviamente) de nuestro mando a distancia (el totem por excelencia de esta sociedad de adormecidos inconscientes).
Como decía John Lennon, "all you need is love". Sonará ingenuo a algunos, y quizá se pregunten (quizá no) qué es el amor. Muchos asocian este término con una determinada "poción mágica" de la que hablaban los antiguos o algunos "iluminados". El amor como "algo" que hemos creído entender que alguien dijo que está ahí afuera, en alguna parte. Algo intangible de lo que personas generalmente bien intencionadas hablan, pero que nunca consiguen explicar con éxito (probablemente porque no exista explicación posible, de ahí que las mentes analíticas se defrauden). Y así, en la esperanza que todo mejore, nos hemos cansado de esperar a que el amor venga hasta nosotros, y, una vez exhaustos y defraudados, continuamos haciendo aquello que sabemos hacer mejor y siempre hemos hecho: discutir, debatir sobre principios, sobre ideología, sobre formas de entender la vida. Lo que mejor se nos ha dado es postularnos a favor de (y en contra de) algo, criticando aquello que es extraño, diferente y en definitiva, no-familiar a la doctrina que nuestros ancestros nos han transmitido o a la que nos hemos adherido por oposición a ellos.
–"Si te insultan, no te arrugues hijo, hazles ver que los de nuestra estirpe no nos dejamos amedrentar".
Hemos aprendido que quien golpea primero golpea dos veces, que la mejor defensa es un buen ataque, sentencias terribles que sembraron en nuestras vírgenes y expuestas conciencias, la semilla de la violencia. Una semilla que ha dejado su huella profunda en nuestros pensamientos e inconscientes actos cotidianos. No sabiendo discriminar, dichos pensamientos y sus consecuencias (acciones) nos ocasionan día sí y día también, constantes controversias y disputas con otros seres humanos. Es curioso porque muchas veces mantenemos una postura por el mero hecho de no permitir que otro tenga la última palabra en un tema del que nos creemos los más doctos. A veces somos tan "listos" que envolvemos las situaciones de enfrentamiento de un pseudo sentido del humor que maquilla la agresividad dialéctica subyacente hasta el punto que el sujeto agredido acaba descartar cualquier revancha, pues una reacción (lógica por otra parte) iracunda sería considerada, en ese contexto aparentemente humorístico, "políticamente" incorrecta . Tal es el punto de enfermedad al que hemos llegado.
Curiosamente aquellos que históricamente hemos reconocido como líderes de grupos de opinión antagonistas resulta ahora que siempre han sido agentes de un mismo maquiavélico poder, que controla todos los estamentos y órdenes de influencia del planeta y permanece oculto. Un nucleo reducido de gobernantes en la sombra que los patrocinaba (y sigue patrocinando) para mantener viva la llama de la discordia entre los hombres. Una discordia con la que cada mañana nos desayunamos enconadamente y que, ocultamente, nos lleva inexorablemente a la tumba:
- Gobierno contra sindicatos
- Gobierno contra oposición
- Empresarios contra trabajadores
- Socialismo contra fascismo
- Cristianismo contra Islam
- Ecologismo contra economía de mercado
- Capitalismo contra doctrina New Age
- Guardia Civil - ETA
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- se aceptan propuestas…
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Lo que se han callado es que ambos "oponentes", cuales Romulo y Remo, son marionetas convenientemente nutridos por la misma loba (con todo el respeto por la especie canina). Alimentados por un poder en la sombra que ha reinado en este mundo desde hace milenios y cuyo principal propósito ha sido estimular el instinto primitivo del ser humano y distraernos de nuestra búsqueda acerca de las verdaderas cuestiones que deberían mantenernos ocupados a todos cada día: ¿Qué es la vida? ¿hay un propósito en mi existencia? ¿qué soy? ¿Qué es la eternidad, el infinito?. Siendo todas estas cuestiones inquietantes para todo aquél que ha tenido la valentía de planteárselas alguna vez, son por supuesto demasiado peligrosas para el sistema que todo lo controla. Siendo cierto que albergamos bajas pasiones y energías grabadas en nuestro ancestral ADN por causa de nuestra milenaria herencia genética, convendremos que no tienen porqué ser exprimidas frenéticamente. Lamentablemente hemos de reconocer que existen seres en este plano dimensional de la realidad que se nutre de las bajas frecuencias, seres a los que algunos denominan demonios, vampiros o entidades que operan exclusivamente desde el cerebro reptiliano. Seres que "chupan" la energía procedente de la confrontación que ellos mismos se encargan de estimular
Pero hay una buena noticia: tenemos las herramientas para neutralizar esta influencia. Nuestra nave se puede enderezar. ¿cómo? Optando por la tercera vía antes mencionada. La neutralidad. Una vía nada fácil por la que optar. Pero ojo, que no consiste en permanecer inoperativo y distante frente a los acontecimientos.
Pero dirás…¿y los impuestos? ¿y las guerras? ¿Y las injusticias? ¿y los niños que mueren de hambre? ¿Y los abusos de poder?…
Justamente la vía neutral implica un compromiso férreo, asumir la responsabilidad respecto a los principios que consideramos justos y actuar dejando brotar el amor que tan denodadamente tratamos de contener. SIN LUCHAR CONTRA otras personas. Todos somos hermanos, todos estamos hechos de lo mismo (¿sabías que la densidad existente en cada partícula subatómica de la que estamos compuestos es la misma que la del universo? Se ha descubierto recientemente que existe la misma proporción entre espacio y masa en el cosmos, que en los protones que conforman nuestras células. Es decir que somos espacio en un 99'999% !!. Es la prueba científica de que todo lo que percibimos con nuestros 5 sentidos, por mucho que nos parezca sólido y denso no es más que una ilusión. De esa ilusión es de la que debemos despertar, pues una vez conscientes de la magnitud de tal afirmación todo lo demás es literalmente para partirse de risa. Ahí es realmente cuando podemos tomarnos menos seriamente de lo que hacemos.
La verdadera lucha (batalla/guerra) está teniendo realmente lugar en otras esferas, donde nuestros "hermanos mayores" están haciendo todo lo posible por reconducir a los "caídos" descarriados, los que nos han ostentado el rol de carceleros en esta prisión que llamamos planeta Tierra. Y todo lo que se nos pide, es que dejemos de temernos entre nosotros, y que nos veamos como una gran fraternidad que está saliendo a la luz después de haber estado confinada durante mucho tiempo en la oscuridad. Todo lo que hay que hacer es rescatar la luz interna y guiarnos mutuamente hacia la salida. Sin rencores, sin rabia, sin disputas, sin juicios ni críticas. Todos tenemos derecho a una segunda oportunidad y quien nos la concede cuando hemos herido a alguien nos recuerda que una vida sin enfrentamientos es posible. Solo hace falta voluntad.
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