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sábado, 14 de marzo de 2015

Alietta

El siguiente caso personal refleja todos los aspectos de la Terapia Primal […] En este diario recopilado por una paciente durante las tres semanas inciales del tratamiento, queda documentado cuidadosa y muy vívidamente el proceso de revivencia de las escenas primales. El diario es seguido de algunas reflexiones domentales respecto a los beneficios de la terapia a largo plazo.

Domingo 10 de octubre

Estoy en la habitación del motel en el que debo permanecer alojada durante tres semanas sin hablar con nadie, sin ver la televisión, sin fumar cigarrillos o hierba, sin masturbarme o tener ningún tipo de experiencia sexual en absoluto. Esas son las condiciones. En resumen, donde se supone que debo concentrarme en mi misma.
Cada mañana, empezando mañana mismo, iré a la clínica a encontrarme con la terapeuta que el centro me ha asignado.. Estoy muy ilusionada. Tera pia Primal. Mi última esperanza en esta vida. Mis expectativas nunca fueron tan grandes, desde recuperar la capacidad de amar, hasta la posibilidad de ser amada si me convierto en alguien diferente (¿mi yo real?) a la máscara que he ofrecido hasta ahora. La puerta a la felicidad...
Han pasado cinco delirantes meses, la culminación de la escalada de locura en la que se ha convertido mi vida. Me había parapetado tras una muy bien estructurada coraza exterior. "Tu verdadera locura es hacer cualquier tipo de terapia", decían mi familia y amigos. En verdad el 'exterior' está muy bien entrenado para hacerte creer lo que quiera.. Solamente yo, en mi interior, sé cuán infeliz, cuán al borde del más profundo de los abismos me hallo, cuán cerca de la última caída me encuentro.
Me percato de que siempre estoy fría, apretando fuertemente los los dientes cuando me tumbo boca arriba (quizá también cuando estoy de pié). Mi cuerpo está de hecho rígido. Nunca quise prestar atención a todo eso. De repente, no teniendo ninguna distracción ante mi, me percato de todo ello y lo siento. En el fondo me gusta este instante de soledad forzada, tan anhelada durante los últimos meses, este retiro interior.
¿En qué consistirá convertirse en una persona 'sintiente'? Me esfuerzo en tratar de sentir, ahora mismo, cualquier cosa que se oculte en mi interior. Es extraño, me arde, me duele físicamente...Algo me dice que va a ser horrible descender hasta el pasado. Es como un pozo negro. Sólo de pensarlo mi garganta se incendia, me siento incómoda...y sin embargo algo me dice que el viaje va a ser fascinante.
Mary es mi terapeuta. No me gusta, una mujer...
-¿Cómo te sientes?
-Fantásticamente. Si lo que quieres es verme tensa, mándame a una fiesta. Mucho mejor que confinarme en la habitación de un motel. A esto último ya estoy acostumbrada. Me gusta incluso.

Algunas lágrimas brotan al relatar algunos recuerdos que rescato aleatoriamente de mi infancia, pero cuando Mary me pide que se lo diga a ellos, no me sale. ¿Me hablaron realmente alguna vez?
Tras eso nada. Oscuridad. Me siento totalmente bloqueada. Abandono la sesión bastante decepcionada. ¿En eso consiste la terapia?
Aquí estoy, intentado deambular por mi juventud. Y no obtengo nada...Lo intento pero nada salvo algunas irrelevantes e inconexas imágenes.
¿Me va a ayudar Mary o quien sea a salir de esto? Afirman tener la cura. Estoy asustada...¿Y si no funciona conmigo?

Martes 12 de Octubre

Muchas lágrimas hoy. Cuando llegué Art (Arthur Janov, el director del centro) me dice seriamente que si no sigo las reglas de la terapia no puedo continuar. Ayer, al final de la sesión, le confesé a Mary lo mucho que necesitaba un cigarrillo. Horror en su cara, pero ni toqué uno. Hoy me desconcierta la agresividad de Art. ¿Es una artimaña? Quizá, Mary recurre a la reprimenda de Art varias veces durante la sesión, preguntándome qué sentí cuando él me hablaba.
-Nada –contesté.

Hoy me transporté hasta nuestra casa de verano...Me veo bajando las escaleras, botando mi pelota. El peculiar ruido se hace muy intenso ahora en mi cabeza. Me conduce a mi total soledad en la niñez, siempre sola...y empiezo a sollozar. En mi interior estaba triste. Por primera vez me doy cuenta, tomo conciencia, de que de niña tenía sentimientos!
Tras eso detengo por un rato el viaje. Tumbada en el suelo, un recuerdo está a punto de acudir a mi mente. Un recuerdo que sin darme cuenta he estado reprimiendo, censurando.
-Confía en ti,–me dice Mary, con su voz extremadamente suave...–Qué sucede?
-No estoy segura...hace mucho, mucho tiempo papá me pegó fuertemente. Alguien tuvo que decirle: "Para ya, la vas a matar". Pero el recuerdo es tan difuso, que no estoy segura. No lo creo, no puedo creerlo (no quiero creerlo?)...ese recuerdo no me rescata ninguna emoción y a la vez estoy algo avergonzada por haberlo traído a la mente.
-¿Qué querías de tu padre, Alietta?-me preguntó Mary.
-Soy rehacia a responder. La respuesta es tan obvia...
-Bueno, quería que él... –No es tan fácil, mi cuerpo se tensa, me quedo en silencio, en blanco.; Luego una imagen muy vívida aparece: Papá escribiendo en su escritorio casi cada noche, hasta muy tarde. Lo veo claramente. Es fascinante. Estoy junto a él. Mi cabeza no llega siquiera hasta la superficie de la mesa. Veo su mano deslizándose sobre el papel, escribiendo con tinta azul con su gran pluma estilográfica. Como por arte de magia le estoy viendo, totalmente inmóvil, absorta en la fascinación que me produce ver su mano.
Mary me pregunta qué siento mientras miro.
-Nada.
¿Qué querías que él hiciera?
-Silencio...Me siento como al borde de un altísimo acantilado...y no quiero saltar.
Mary aguarda un rato. Estoy sudando y tengo frío a la vez. Entonces escucho que ella me dice suavemente:
-¿Qué querías que él hiciera, Alietta?
Esta vez salto. O algo salta en mi, a decir verdad: el sentimiento. Exploto en llanto.
-Deseaba que él me tocara, me acariciara, me cogiera en sus brazos. Siento una ternura inmensa por él y un potente deseo de que me abrace.
Mary me pide que yo le pida a él que me abrace...Me dejo llevar por mis deseos.
-Papá acaríciame el pelo y la nuca con tus manos...
Brotan muchas lágrimas pues a la vez que siento mi necesidad por su ternura, veo su mano deslizándose sobre el escritorio, indiferente a mi necesidad.
Quedo exhausta tras la sesión. No sabía que hubiese tantas lágrimas contenidas en mi.

Regreso al motel. Duermo un poco...¿Un poco? hasta las diez y media de la noche. De hecho he dormido todo el día. Mi cuerpo se defiende muy bien durmiendo. Nunca había dormido tan bien, tan profundamente y en paz. Y sin embargo también me siento muy cansada.

Miércoles 13 de octubre

seguirá...

The New Primal Scream. Arthur Janov (http://www.primaltherapy.com/index.php)
Trad. Lars Quetglas

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