–Papá, ¿quien es Dios?
–...
–Papá?
–…Dios eres tu.
–¿yo?
–Sí. Tu, yo, mamá, tu hermana, tus abuelos, tus compañeros de la escuela, tus primos, nuestros vecinos, el perrito, los geranios de la abuela, el bosque, las montañas, el aire que respiras...los planetas, las estrellas.
–vaya, soy Dios...
–No he dicho eso. He dicho que Dios eres tu.
–¿No es lo mismo?
–No.
–…
–Verás, déjame ver esa historieta en viñetas que has hecho...Tus dibujos los has hecho tu. Esos personajes que has inventado hablan de ti pues tu los creaste. Pero no son tu. Un día tendrán autonomía. Quizá un día incluso los animes y los conviertas en una película. Pasarán de una dimensión a otra. Crearás la ilusión de que son independientes, de que hablan, sienten, de modo independiente, pero sus palabras siempre serán las tuyas y sus sentimientos no serán otros que los tuyos…nunca dejarán de ser tu obra. Del mismo modo tu eres obra de Dios. Y Dios ama sus obras…tanto que les permite tener la impresión de que son independientes, incluso de que son Dios.
–Pero ellas no son yo.
–Exacto.
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