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viernes, 6 de julio de 2012

Más allá

Cualquier momento es bueno para cagarla. Te levantas por la mañana y puedes escoger entre estar de mal humor o fluir con un sentimiento profundo de confraterizacion con todo lo que te rodea. Obviamente es una elección inconsciente. No decides con qué pie levantarte de la cama. Simplemente te dejar llevar por el estado de ánimo que te embarga, sin duda arrastrado por la inercia de lo que tecacontece en la vida. La inconsciencia, como la ignorancia, es una bomba de relojería programada desde tu infanca que va estallando un poco a cada instante sembrando con su onda expansiva todo tu entorno de dolor, dolor que regresa a ti como si de un boomerang se tratara. Por el contrario, ser consciente, darse cuenta, es una decisión 'meditada' y te coloca en un estado de alerta que despierta percepciones extrasensoriales unicamente conjugables con altas frecuencias vibratorias de energía consciencial. Somos energía. Nadie puede negarlo a estas alturas.
Recojo de Divinecosmos.com que David Wilcock afirma que existe una alianza no oficial de 143 naciones decidida a restituir todo el oro que fue una vez apartado por la Reserva Federal Estadounidense de la circulación mundial durante los años 20 y 30 del pasado siglo XX, hecho éste que provocó entonces la instauración de un sistema financiero corrupto derivado de la implementación de un concepto altamente tóxico: la deuda mundial. Cien años escasos en los que cuatro generaciones de humanos se han visto implicadas en una gran estafa global, estafa que ahora mismo está afortunadamente siendo neutralizada por fuerzas benévolas que apoyan a dicha coalición y que están encaminadas a sentar las bases de un nuevo equilibrio. Un equilibrio por supuesto desvinculado de cualquier necesidad de conflicto armado.
El mundo ya no es algo de lo que puedas permanecer al margen. Por mucho que te recluyas y trates de abstraerte del caos que impregna al gran teatro de la vida, te hallas indefectiblemente deslizando hacia el vórtice de un embudo por el que todas las consciencias están atravesando: ¿Quien soy? ¿Tengo un papel que jugar en este escenario? ¿Cuál es el sentido de la vida? ¿A dónde me dirijo?
Eres eterno. La cualidad de 'ser' es indisociable de la eternidad. ¿Cómo lo diría...? Nada que ES puede dejar de ser. Lo quieras o no aceptar, seas o no consciente de ello, por mucho que reniegues de la insoportable levedad del ser, por mucho que intentes renegar de la experiencia de vivir, lo cierto es que piensas, luego....existes. Y existirás por siempre. ¿Anonadado/a?
Todo lo que creías archivado en el baul de los recuerdos está siendo revisado. Leo en la prensa internacional que los nefastos (obviamente desde una perspectiva humana) acontecimientos descritos como el Bloody Sunday irlandés está siendo cuestionado. Por todas partes están aflorando muertos que se creían bien ocultos en el fondo del lago de nuestra inconsciencia. Una invitación en toda regla a que revises tu propio almacén de vergüenzas inconfesas. No es que seas parte de la sociedad. Eres la sociedad. ¿Abrumado por la responsabilidad que te sobreviene?
Somos Uno. Todos. Humanos, animales, plantas y rocas, mar, planetas y galaxias, y todos estamos poniendo globalmente proa hacia una nueva era dorada de paz, equilibrio y armonía en la consciencia de que concluye el gran ciclo de la experiencia de la vida que hemos interpretado durante miles de millones de años –y que sobretodo se aceleró desde hace alrededor de 300000 años con nuestro advenimiento como seres conscientes (homo sapiens). Un ciclo en el que cada uno ha interpretado multitud de papeles en una escena que ha precisado de reglas muy necesarias: Bien y mal. Frío y calor. Rápido y lento. Lejos y cerca. Alto y bajo. Justo o injusto. Tarde o temprano...Medítalo y llegarás a la misma conclusión que yo y cientos de miles de personas más: es posible sublimar los opuestos. La síntesis de los extremos conduce a la trascendencia. Identificar la puerta de la consciencia que da acceso a un nuevo plano de la realidad estratificada y multidimensional al que siempre has pertenecido y al que ahora puedes regresar...
Existe una vida más allá del enfrentamiento, más allá de la colisión entre las posturas enfrentadas. Ni tu ni yo tenemos ya más ganas de mandar a nadie a la cámara de gas, de juzgar a nadie por sus creencias o costumbres, por su color de piel, por sus opiniones. Vive y deja vivir. ¿Quieres paz? Atráela hallándola donde siempre ha estado: en tu interior. Déjate arrastrar por la ira y la cólera y estarás atrayendo eso mismo a tu entorno. Dicen que somos lo que comemos. Más aún, somos aquello que pensamos. La paz es como la imagen de ti mismo reflejada en un espejo: tu paz se revela en las actitudes pacíficas de los que te rodean y se contagian de ti. No la hallarás reclamándosela a ninguna fuerza externa a ti. Eres responsable de la paz en este mundo.
Si tu entorno es pacífico, regocíjate porque estás contribuyendo a él. Si presencias caos, bendícelo también porque estás de camino hacia la anhelada paz, porque del desorden total solo se puede ir a la armonía. Sé el cambio que tanto reclamas en el exterior. Conviértete en el generador de toda la armonía que deseas ver y en cuyo río quieres nadar. Libera el rencor que arrastras y reprimes desde ya no recuerdas cuando y que te ata a esta realidad de acción-reacción. Deja de perpetuar tu esclavitud. Toma las riendas de tu vida. Déjate gobernar por el corazón. Tienes mucho que ganar...
Amor es todo lo que necesitas. Demuéstrales que por mucho que te ataquen, tu nunca reaccionarás pagándoles con la misma moneda. Perdonar no significa tener que olvidar. De hecho recordar es tu salvoconducto a la sanación.
Ama y deja que te amen. Después de todo, lo mereces. Siempre lo has merecido.


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