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martes, 23 de noviembre de 2010

Es parte del plan

Acabo de volver a ver "el informe Pelícano" por la tele, ese inquietante thriller protagonizado por Julia Roberts (me quito el sombrero por su estremecedora interpretación) y Denzell Washington. Una película muy galardonada que desde la distancia parece haber vaticinado, como muchos profetas actuales (sospechosamente David Icke al frente) lo que reciente y trágicamente ha sucedido en el vertido de crudo del Golfo de Mexico.
Dicen que nada de lo que sucede es casual. Y estoy de acuerdo. No creo, como seguramente muchos de vosotros, en el azar. De hecho, si uno está alerta y despierto, puede 'leer' los eslabones de la cadena de acontecimientos que de forma aparentemente aleatoria suceden en nuestra presencia. Todos ellos planificados en un nivel muy profundo para que nuestras capacidades psíquicas se activen y se pongan a trabajar del modo en que mejor funcionan y para el que fueron diseñadas. Esto es algo de lo que, para bien o para mal, raramente somos conscientes. Una habilidad que, no obstante, bien ejercitada, nos convierte en inteligentes escudriñadores de los entresijos de la matriz de ilusión en la que vivimos, esa que unos llaman el sistema y otros, más despiertos quizá, se atrevan a llamar democracia parlamentaria.

Digo esto porque tras el visionado de la película me ha despertado el gusanillo conspirativo (llámalo conspiranóico si te place más) que últimamente tenía un poco aparcado. Ese que te susurra al oído que un acontecimiento socialmente aceptado no acaba de tener el aroma que comúnmente desprenden las causas nobles y justas.

Entremos en materia. La Ley de la reforma sanitaria norteamericana se aprobó por escaso margen a favor, en la navidad de 2009. Toda una victoria contra las compañías de seguros, se argumentó, con el manido argumento de que así las aseguradoras privadas dejarían de extorsionar al pobre contribuyente engañándole vilmente con la letra pequeña, las encubiertas estrategias para negar las coberturas médicas necesitadas.
El mismo Joe Biden, actual vicepresidente de los EEU, declaró instantes después de la aprobación en el Senado, y en el momento de abrazar efusivamente a Barack Obama: " This is a Big Fucking deal" ("Este acuerdo es de puta madre")




Nada que objetar, de entrada, a la desinhibida expresividad del actual vicepresidente. Además, ya ha pasado un año y apenas nadie recuerda el exabrupto –que las cámaras tuvieron la oportunidad de registrar. Por el momento dejémoslo en una "inadecuada salida de tono más", aunque, como se verá, todo sea dicho, "por la boca muere el pez" reza un refrán...Tan solo apuntar que Joseph Biden
reconoció públicamente ser un sionista convencido, apostillando que no es necesario ser judío para comulgar con el ideario sionista. Gracias Sr. Biden por la aclaración, pero esa discriminación terminológica ya la hacemos la gente de bien, aquellos que respetamos y honramos pacíficamente la diversidad étnica, cultural y biológica. Los mismos que no metemos en el mismo saco a la CIA y a los sufridos (quizá por ignorantes) ciudadanos norteamericanos, ni al nazismo con la población alemana de la de´cada de 1930. Los mismos judíos de bien se atreven a decírselo a Ud. la cara:




Igualmente le agradecemos por retratarse a micrófono abierto, para que no queden dudas. Al igual que hacen los criminales aún no detenidos que, empujados por una suerte de compulsivo morbo latente, regresan a la escena del crímen, también él –pobre alma en pena que tiene dominio temporal sobre los mundanos designios de la pobreza y la riqueza, la justicia y la injusticia, la salud y la enfermedad– está contribuyendo, junto con sus secuaces colegas (Rotschild) de las élites eugenistas que mueven los hilos del mundo entre bambalinas, con sus oscuros métodos, al despertar de las conciencias de las masas.

Es posible que algún/a simpatizante socialista apuntille las supuestas bondades que la mencionada reforma sanitaria pública supuestamente va a tener sobre la población norteamericana. Quiero ser todo lo delicado que pueda, pues sé que, a veces en esta tesitura, es fácil herir sensibilidades al tratar temas de este calado. Pero me adelantaré emitiendo libremente mi opinión, mencionando simplemente que las democracias occidentales europeas han sido testigos del fracaso de la gestión estatal de la sanidad de sus ciudadanos. Las arcas de la seguridad social de Francia, Grecia, Irlanda, Portugal, y España están en quiebra con un déficit galopante e insostenible. El mismo jean Claude Trichet menciona hoy en titulares de prensa que el rescate financiero de Irlanda es debido no al mal funcionamiento del sistema de moneda única del euro, sino a la 'mala praxis' de ciertos gobiernos al no aplicar legislaciones tributarias más duras. Y es que a pesar de la buena voluntad de sus profesionales, el deficitario servicio sanitario demuestra que la gestión de 'papá estado' (los burócratas que inflan, recaudan y malgastan nuestros impuestos) sobre los dineros públicos se ha revelado notoriamente nefasta, habida cuenta que las cargas impositivas se destinan mayormente a retribuir a los bancos por los intereses generados del endeudamiento al que los banqueros sionistas del mundo someten a las arcas públicas de las diversas naciones. Un estado administrado por unos gestores (gobierno) esclavo a fin de cuentas –no lo olvidemos– de las mismas corporaciones farmacéuticas de las que tanto abominan públicamente. Esto no es un juicio de valor. Tan solo una descripción de unos hechos de los la mayoría de los países están hastiados de escuchar, pero que hasta hace un año no tenían lugar en Norteamérica y que con toda probabilidad van a padecer los herederos de una constitución que en su momento fue la más innovadora en temas de libertades civiles. Supongo que tarde o temprano también ellos tenían que ver explotada su burbuja de cuento de hadas.
Y en España, para qué contar. Ahora van los del IBEX y dice Zapatero que les va a pedir asesoramiento para salir del pozo. Es como si el pastor le pide a los lobos cómo hacer para guarecer al rebaño. Ya se les está haciendo la boca agua. Si es que…

Y lo dice un ciudadano que se ha beneficiado, no lo niego, de la sanidad pública cuando, abandonada la adolescencia, mi padre ya no pudo seguir beneficiándome de la cobertura del seguro privado que pagaba y creía necesario (y eso que no era funcionario y tenía que pagárselo de su bolsillo).
Pero es que no estamos hablando del mismo país, Los EEUU, una nación cuyo pueblo ha sido manipulado por unos gobernantes electos que no son sino meras marionetas manejadas por la misma élite a la que abiertamente afirma pertenecer el Sr. Biden. El gobierno de esa nación hizo desaparecer más de tres mil millones de dólares, entre 1997 y 2001, procedentes de los impuestos de sus ciudadanos, a proyectos secretos (Black Budgets los llaman allí) que literalmente desaparecieron de las manos del departamento de defensa para ir a parar a esa maraña de agencias de tres letras a las que tanto están acostumbrados (CIA, DoD, NSA, NRO…) y aprobados por un Congreso presionado por las 'razones de seguridad nacional' a las que continuamente recurre la Casa Blanca cuando necesita esquilmar las arcas de la oficina del Tesoro. Y la sangría continúa.
Desgraciadamente, la políticamente correcta reforma sanitaria de USA, no es más que una tapadera de la que los sionistas no tienen el menor reparo en congratularse en público –vía exabruptos como el adjuntado más arriba, para exprimir más si cabe al contribuyente.
Todo esto viene a colación porque en 2007, dos años antes de la aprobación de la reforma de dicha ley sanitaria se estrenó el documental del siempre polémico cineasta Michael Moore, titulado sciko:



Personalmente no voy a ir más allá de calificar de tendencioso este documental. Podría ganarme muchas enemistades. Pero es lo que siento.
Famoso, entre otras, por su cruzada contra el Lobby de las armas de fuego, Michael Moore sufrió una campaña de desprestigio a nivel incluso personal, dirigida por el entonces representante del Gigante de las aseguradoras CIGMA, Wendell Potter. Recientemente el Sr. Potter ha salido a la palestra retractándose públicamente de las acusaciones realizadas contra el famoso director de cine y pidiéndole públicas disculpas por una actitud que ahora ve deleznable. El Sr. Potter manifiesta haber entrado en razón después de haber ido a ver el documental con su hijo Alex, seguidor incondicional de la carrera del Sr. Moore.

"Después de haber visto el documental no una sino varias veces y haber constatado el cuidadoso y sensible modo en el que el Sr. Moore retrataba la vida de otros países, cuyos ciudadanos disfrutan de servicios sanitarios "de calidad" (como si la sanidad privada fuese intrínsecamente engañosa). Ahora hay en los EEUU 51 millones de personas que no tienen acceso a cuidados médicos (falso pues a nadie se deja morir en la calle) porque carecen de seguro médico. Lo peor es que los que sí tienen seguro privado, están pagando unas primas por las que finalmente acaban no recibiendo las coberturas prometidas."

Personalmente algo huele a tufo en todas estas argumentaciones. veamos. Tenemos a
1. Un vicepresidente , reconocido fascista (sionista, lo mismo da) y mecenas del Lobby armamentista, que apoya extrañamente una reforma sanitaria que aparenta ir en favor del ciudadano –el mismo al que irrespetuosamente involucra tras una bandera de barras y estrellas en inacabables conflictos bélicos alrededor del mundo–.
2. Un director de cine galardonado por la glamourosa Academia de Hollywood y por el festival de Cannes, curiosamente dirigida y financiada por los mismos sionistas, aquellos a los que la veterana Vanessa Redgrave expone públicamente como rufianes y misántropos compulsivos en su valiente alegato, aprovechando la recogida de un premio. Un director de cine, que con su documental da un fuerte espaldarazo mediático a un gobierno codirigido por alguien, repito, que abiertamente pertenece a la élite corporativa tras la que se hallan las mismas aseguradoras médicas que hace meses atacaban a MIchael Moore por este documental. Paradójico, verdad?
3. un (aparentemente) ex-representante del consorcio de aseguradoras privadas médicas que cae rendido ante la 'brillante exposición cinematográfica' de un problema sanitario que no acertaba a ver meses atrás; Un sabueso de las aseguradoras reconvertido por arte de magia a renacido divulgador de aquello que meses atrás defenestraba enconadamente.

Sencillamente no me lo creo. No puedo creer que piensen que la gente es tan estúpida (a menos que resulte que sí lo son… pero ese es otro debate)

No es de extrañar que Nikolas Sarkozy esté estudiando que sus conciudadanos deban alargar su vida laboral. El fracaso financiero, ya sea de las arcas estatales o de los bancos siempre es rescatado, en último término, por el dinero del contribuyente. No digo que los bancos hayan sido un mal invento. Yo mismo he podido abrir un pequeño negocio gracias a la confianza de una entidad crediticia menor. Pero la verdad sea dicha, los pequeños bancos de tu barrio son, incluso ellos, carnaza, material desechable (de ahí las OPAs hostiles y fusiones) y están destinados a desaparecer.
En los mismos EEUU la tasa de mortalidad en personas de más de 55 años ha aumentado exponencialmente desde que se rumorease que también los norteamericanos tendrán que trabajar más años para PODER COSTEAR el gasto público de la nueva y tan alabada reforma sanitaria. Cuando veas las barbas de tu vecino cortar…

Todo parece responder a una calculada estrategia. Primero, el gobierno se alía con la opinión generalizada de que la sanidad libremente escogida tiene multitud de carencias y fallos. Es decir, que el capitalismo de Bush y Reagan y Thatcher ha sido malo con el pueblo y que aquí está el salvador Obama (repitiendo como un loro el convenientemente introducido –vía The Secret–y luego adoptado slogan 'yes we can') para convencer a la ciudadanía de que La nueva política va a estar pensada para el pueblo. El mismo que se da la mano con Bush padre (el mayor pederasta que la historia reciente haya conocido). Son uña y carne. Y ahora hacen explotar la frontera de las Coreas para que nos pille distraídos mirando las noticias mientras le dan la puntilla al sistema financiero y fuerzan la caída de la última pata de la mesa.

He de reconocer que hasta a mi me convenció Obama en su discurso. Pero seamos honestos. ¿Alguien en su sano juicio cree que un presidente electo está exento de pagar peaje por haber llegado a la cima del poder? A menos que le hayan pegado un tiro (Lincoln, Kennedy,…), por atreverse a pensar y actuar por si mismos, contraviniendo el ideario de sus patrocinadores, o simplemente por tratar de ser justos y buscar la paz por encima de todo (Saddat, Allende, Palme…), no existe presidente vivo que no haya permanecido con la boca cerrada ante las cuestiones clave, sucumbido a la tentación de saborear las mieles del poder que corrompe profundamente. Muchos es posible que hayan actuado en total connivencia con los postulados de sus mecenas, convencidos de que donde dije digo ahora digo diego y que 'OTAN de entrada no', es algo perfectamente negociable y explicable al populacho.

Todos hemos querido crecer, acto legítimo de superación personal –más allá de nuestras posibilidades se aprestan a decir ahora aquellos que están libres del yugo de una o varias hipotecas–, hipnotizados por los sueños de grandeza que la post guerra prometía y por consumismo compulsivo que la élite sionista del Sr. Biden (la misma que ideó el fascismo y el comunismo, el capitalismo y el laborismo y todos los ismos y etiquetas) ha alentado tras la segunda guerra mundial.
Finalmente está llegando el momento de despertar a la realidad. Sesenta años de ocultamiento connivente de mutitud de realidades que no pueden ya por más tiempo seguir escondidas y que van a hacerse públicas, estemos preparados o no: Presencia extraterrestre, fuentes de energía libres e inagotables, dominio de la dimensión del tiempo, nuevo salto evolutivo a nivel genético en la especie humana que está gloriosamente teniendo lugar en el ADN de los nacidos aproximadamente desde los años 80 (los niños índigo o cristal children, esa tercera oleda de almas de la que hablan tantos mediums –hablemos claro– que siguen a los nacidos en los 60s (la 2a onda), y que están destinados a abanderar el nuevo mundo y sembrarlo de paz, equilibrio y armonía. Y sobretodo la Conciencia de que somos mucho más que un saco de piel tejido muscular y huesos. Que nuestra mente no está alojada en el cerebro. Que éste no es más que un transistor muy complejo con la misión de captar las ondas que están ahí, invisibles al ojo humano, las que deseemos sintonizar en función de lo expandida que se halle nuestra consciencia.
No es de extrañar que desde instancias dirigentes se esté tratando de promover políticas eugenistas (aborto, contracepción, mutaciones víricas y demás malabarismos…) aprovechando el ingente caudal de ignorancia acerca del origen de la vida que todavía atesora un gran porcentaje de la población mundial. Si bien los acontecimientos no pueden detenerse, pues son, por crudo que parezca, parte del plan de evolución de la humanidad, si corren peligro de arrastrar consigo a un numero de almas superior al que desgraciadamente se hallasen, en condiciones más armónicas, en el momento de la necesaria transición que en breve se va a operar.
Que Dios nos pille confesados (que no es otro modo de decir, que cada cual haga examen del estado de conciencia personal)
Norteamericanos, judíos, musulmanes, asiáticos, negros…¿de qué color es la piel de Dios?



Todo lo anteriormente expuesto ya lo sabías. Es público y notorio. Y puede que no sirva de nada exponerlo ahora, salvo para ilustrar lo que verdaderamente importa: Que tú no tienes la culpa de nada. No eres culpable del cambio climático ni siquiera culpable de haber pedido un préstamos a 40 años y haber tenido que devolver la casa al banco (en el caso de que te hayan aceptado el recurso de la dación). No eres culpable de que tu hijo se suicidara o de tus fracasos matrimoniales. Porque la culpa sencillamente no existe. Es un invento, como lo fue airear que existía riesgo de pandemia por el Virus N1H1, que los que se proclaman el pueblo elegido decidieron expandir llamándolo 'pecado original' y que luego, como el merengue batido se fue extendiendo gracias a la mejor cadena de transmisión: la familia. En todo caso tienes la Responsabilidad de retomar la conciencia de que Eres un ser eterno y multidimensional experimentando la vida en un teatro de ambiente muy espeso llamado La Tierra.
Como dice una buena amiga, 'todo esto también pasará'.

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