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domingo, 21 de abril de 2019

Bravo, bravissimo

-Dijo una vez en 1854 Henry David Thoreau, aquel famoso padre de la desobediencia civil en EEUU, que "nunca vayas hacia atrás a menos que estés planeando hacerlo" (Never look back unless you are planning to go that way)


-¿Qué quiso decir?
-Pues que nunca escarbes en tu pasado a menos que te hayas propuesto MUY seriamente ir allí. Es decir, que no hagas espeleología si no llevas traje de neopreno ni las herramientas adecuadas. 
Viene esto a colación de la siguiente imagen.

La especie humana (razas, ya lo sabes, hay bastantes más de 5) es el único tipo de ser conocido que se obstina en enterrar (y desenterrar) a sus muertos. Empezamos como especie a adoptar ritos funerarios hace 300 mil años cuando dejamos de ser homo erectus y nos trasmutamos de golpe en Homo Sapiens. 
-Un salto que muchos aun no han asimilado...
-Si. Desde que Freud apareció en escena, desenterrar muertos es un símbolo de que algo quedó pendiente de solventar en la frenética carrera de la prosperidad. El progreso y el desarrollo prometidos son una quimera en tanto caminemos lastrados por las invisibles pero traumáticas bolas de hierro del pasado.
-La verdad es que cualquier animal con dos dedos de frente podría apostar todo el oxígeno del mundo a que somos la especie más desincronizada consigo misma.
-Somos extravagantes, narcisistas, incoherentes e insolidarios en lo superficial, pero camuflamos todas esas carencias heredadas tras dosis desbordantes de apego por el sufrimiento. Pareciera gustarnos nadar en las enfermizas pasiones. Y sin embargo, toda pasión esconde una clave para la salvación...Ahí es donde el pasado encaja en la ecuación. 
-Entonces, ¿para dejar de escarbar en el pasado, esa máquina reproductora de patrones mentales, hay que congraciarse con él? ¿de lo contrario cualquier progreso será falso?
-Si has decidido escarbar, debe ser para llorar a tus muertos con todas tus lágrimas. Y llorar a los muertos que desentierras es poder decirle a papá "te echo tanto de menos", o "hijo mio, discúlpame por no haberte comprendido" entre otras lindezas (no siempre agradables al oido).
Pero no es necesario que todos lo hagamos. Porque ese trabajo ya ha sido hecho por Aquel Cristo nos salvó cargando con el peso de todas las cruces acumuladas hasta entonces. Desde hace 2 mil años no hace falta cargar más que con la propia cruz, que es muy liviana comparada con la que arrastrábamos colectivamente durante centenares de miles de años de insoportable dolor.
-¿Hacia dónde vamos? 
-No vamos a ninguna parte, en términos de intinerario. Más bien caminamos en círculo, esperando que la noria se detenga. El problema es que creemos que se parará sola, cuando somos solamente nosotros los responsables de su encendido y apagado. Digamos que estamos insertados en un bucle en apariencia interminable, una nauseabunda montaña rusa sin destino con sus picos de euforia y depresión mientras los creamos (creer, crear).
-¿Progresar sería recuperar lo perdido, restaurar el vínculo como en la película “Brave”?
-Más bien sería detener la noria para darse cuenta de que nunca nada se perdió, de que el único vínculo válido, el Filiatorio, jamás se deterioró.
Carl Jung dijo "quien mira adentro despierta". Así que cava, si en serio te lo has propuesto. Pero entonces hazlo hasta salir a las antípodas de ti mismo.

Pero sobretodo, hagas lo que hagas, no aceptes las mentiras de los demás y sobretodo no te mientas a ti mismo.

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