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miércoles, 5 de abril de 2017

Aproximación al lesbianismo (I)



-¿Tú lo entiendes?
-Te iba a decir que vivas y dejes vivir, que al final todos los caminos conducen a Roma, pero ya que lo preguntas, te diré que para mi está claro: la mujer en la pareja lesbiana se siente magnetizada por la masculinidad (hemisferio izquierdo/energía Yan) -de igual modo que la mujer de tendencia hetero (la que puede amar a los seres dotados de atributos físicos masculinos)-, pero idealiza ese energía anhelada porque no pudo ver eso en papá, un calzonazos (homme mou, en francés), un hombre de masculinidad dudosa dominado/expulsado del nido por una mujer castradora. Al principio puede que esta mujer busque hombres dominantes, pero la frustracion ante la falta de ternura en ellos la hace acabar encontrando en otra mujer lo que creía que encontraría en un marido (pero como papá no estuvo, ese arquetipo se idealiza hasta el extremo de buscarlo/encontrarlo en...una mujer).
Su contraparte/partenaire, la marimacho (mujer masculinizada) reúne todos los ingredientes que necesitan las lesbianas femeninas: es una mujer (conoce la ternura) pero también es "el hombre" (incluso físicamente lo parece), transmite seguridad-protección; lamentablemente hay un lado oscuro: la necesidad de control/celos, propia de las personas izquierdo-cerebrales/Yan. Las marimachos huyen ya lo sabemos sentimentalmente de los hombres, pero no los rechazan en el ámbito laboral: saben competir perfectamente con ellos, incluso enfrentarlos) porque ellas mismas se sienten muy machos ya que aprendieron a serlo porque no les quedó alternativa: a falta de patrón femenino (la ternura) mamá postrada/depresiva/enferma (o incluso muerta/padre viudo), en casa solo flotaba testosterona (un padre tradicional (militar). Su psiquis busca lo que buscaría un macho alfa, una mente femenina a quien defender. Quizá se emparejen al principio con hombres blandos pero si la frustración les sobrepasa (ellos dan muestra de rebrotes de masculinidad/energía Yan) acaban reemplazándolos por mujeres directamente. Ambas salen de Guatemala y acaban en Guatepeor. Lo mismo para los hombres pero al revés. El lesbianismno y la homosexualidad está latente en todos los humanos en mayor o menor medida y una vez manifestado abiertamente es la prueba patente de la sensibilidad herida de sus miembros. Otra forma, como los lapsus, los chistes o los sueños, que tiene el inconsciente de contar tristezas y hasta dolores insostenibles en la infancia. Si no fuera por la tristeza que implica y porque el hablarlo no sirve de nada, sería tema para escribir libros...

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