Buscar este blog

jueves, 11 de abril de 2013

Música para elevar el alma (VI) - Aimi Kobayashi

Hay muchos niños etiquetados como 'prodigio' (a falta de un término más feliz para describir el ignoto origen de su talento). Tocar el piano brillantemente puede alcanzarse a base de mucho tesón y disciplina, pero lo que no puede inocularse en alguien es el sentimiento.
Sabemos hoy que W. Mozart era capaz de componer conciertos a la edad de 4 años y quedamos estupefactos ante tanto talento innato...
Con la interpretación de este 2º movimiento del segundo concierto para piano de Frédéric Chopin a cargo de este joven 'japonesa' (y digo japonesa por ubicar geográficamente la influencia cultural que escogió al decidir nacer) sentí, por un instante, la profunda convicción de que había descubierto los motivos ocultos por los que Dios nos dio dedos..., así como un corazón...con el que PENSAR acerca de las incontables posibilidades que los humanos tenemos de expresar lo que nunca puede ser ni será enseñado, pues 'viene' con nosotros desde más allá de este mundo, esta dimensión de existencia.

Sí, aquí hay mucho talento contenido, pero no es necesario que sepas de música para conmoverte ante una interpretación...



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si lo deseas puedes compartir algún comentario...