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miércoles, 22 de septiembre de 2010

Dioses de ida y vuelta


Serpiente Emplumada, Serpiente Quetzal/Quetzalli, Serpiente de Plumas Preciosas, Nahuátl, Toth, Hermes Trimegistro, Ningishziddah, Osiris, Serapis Bei, Arturo…
…Quién fue realmente?

Venerado en Mesoamérica, el Dios solar del panteón tolteca, azteca y maya se representa como una serpiente emplumada, como un dragón con plumas o un anciano con máscara. Curiosamente el dragón/serpiente simboliza en China y Japón el poder espiritual supremo.
En otra de sus representaciones, Quetzalcóatl lleva un único cinto ceñidor en la cintura, y en la espalda un lienzo con dos cruces de brazos iguales, y en uno de sus jeroglíficos aparece con la cabeza y las orejeras de discos, bozote de disco en la nariz, y en los carrillos, triples discos en medio de los cuales se dibujan dos cruces de Malta.


De naturaleza mística y austera, dicen las leyendas aztecas que, al igual que Siddartha Gauthama –el Buda–, Krsna y Joshua –llamado El Cristo– de muy joven Quetzalcóatl comenzó a practicar el ayuno y la penitencia. A los treinta años fue nombrado gran sacerdote y monarca de Tollan (Tula, Estado de Hidalgo, México)
Les enseñó a cultivar la tierra, a clasificar a los animales, a tallar las piedras preciosas, la fundición de metales, la orfebrería y la cerámica. Les enseñó astronomía y el uso del calendario. Al parecer desterró la guerra y los sacrificios humanos y de animales hasta entonces extendidos en reverencia a otras deidades; las ofrendas debían ser exclusivamente de pan, de flores y de Copalli. Proscribió el homicidio, el robo, la poligamia y todo mal que entre los hombres tan extendido se hallaba hasta entonces.
Llevaba generalmente la "máscara del viento" y en la cabeza un sombrero de piel de tigre en forma de cono. Su  característica indumentaria consistía en un pectoral llamado "collar del viento" (ehelaicacózcatl).
Según dice un mito fue creado por los dioses respresentando a medio sol. En otro mito/epopeya este dios y Tezcatlipoca, experta en cuestiones de salud, crearon el cielo, la tierra y la vía láctea, y se convirtieron en soles de algunas de las cuatro edades cosmogónicas.

La figura de Quetzálcoatl es sin duda, de naturaleza compleja. Es el cielo y la tierra, luz y oscuridad, vida y muerte. Fray Bernardino de Sahagún escribió sobre él en "Historia natural de las cosas de la Nueva España" lo siguiente: "En la ciudad de Tollan durante muchos años reinó un soberano llamado Quetzálcoatl. Fue un gobernante de extraordinaria virtud y el puesto que este monarca ocupa entre los nativos es semejante al que los ingleses asignan al rey Arturo"

El mito de ave fénix consigna que en el 987 d.C. llegó, a la península de Yucatán, Kukulcán "la serpiente emplumada" a establecer una nueva civilización. Los aztecas se consideraron sucesores directos de Quetzálcoatl. Como Quetzálcoatl, Tlahuizcalpantecuhtli, es importante en la cosmogonía mesoamericana y como tal, aparece con frecuencia en todos los códices de tipo augural, que representa el calendario de 260 días conocido como el tonalpohualli o "cuenta de los días".

Según la perspectiva cosmogónica mesoamericana, Quetzálcoatl bajó en tiempos remotos al inframundo y engañó a Mictlantecuhtli, el dios de la muerte, creando de los huesos de los muertos, mezclados con su semen y sangre, la nueva humanidad. Curiosamente hallamos un paralelismo intrigante en la teología babilónica y acadia, registrada en las tablillas sumerias halladas en Nínive, en el valle del Tigris/Eufrates por Sir Austen Henry Layard. En ellas se relata que un ser llamado En·KI –el Dios serpiente– señor del Abzu (el inframundo anteriormente mencionado, asociado según los expertos al continente africano que le fuera asignado por Anu su padre tras la partición a que fue sometido el planeta en virtud de la discordia entre los dos hermanastros de la disfuncional -asi la hubiese llamado Sigmund Freud- familia Anunnaki) 'creó' al hombre (Homo sapiens) a imagen y semejanza de él, de los de su clan, aquellos Elohim Bíblicos que aparecen en el relato del Génesis ("hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza"). EnKI habría propuesto la alteración genética de un ser ya existente entonces (hace 300 mil años) un Australopithecus afarensis de sexo femenino, la famosa Lucy del Ngorongoro hallada en Tanzania, mediante su fecundación con el esperma de un ejemplar varón de su misma especie, aquellos que del cielo a la tierra llegaron(=Anakim/Anunnaki). Una propuesta que, aceptada por el Gran Consejo, sería llevada a la práctica por la hemanastra de los contendientes, la jefe médico de la expedición, Ninmah (Hathor en Egipto), apodada la vaca en su ancianidad "Mami" y "Mummi" también fueron apelativos por los que se la conoció, de allí el apelativo usado por los niños hoy y la referencia a las momias en inglés). Dicha operación fue realizada con la inestimable cooperación de uno de los hijos de EnKI. Ningishziddah era su nombre aunque en Egipto fue conocido como Toth. El "Dios de la muerte" azteca Mictlantecuhtli tendría su equivalente sumerio en el la deidad Enlil (Yahweh para los hebreos). Ambos Enlil y Enki, hermanastros e hijos de Anu, serían los iniciadores de una saga de Dioses que extendería su influencia en la humanidad, sumiendo al ser humano obtenido genéticamente en un mundo de enfrentamientos, disputas y celos, experiencias duales todas, fruto mismo del enfrentamiento permanente entre ambos hermanastros y sus descendientes. Legado que se ha perpetuado hasta nuestros días.









Pero regresemos, tras este paréntesis necesario, a la serpiente emplumada...
El descubrimiento y conquista del reino de los aztecas, en el centro del actual Mexico está históricamente unido al nombre de Hernán Cortés. Éste partió de Cuba en 1519 comandando una verdadera armada de once buques, alrededor de seiscientos hombres y un buen número de apreciados -tanto como escasos- caballos. Deteniéndose, desembarcando y volviendo a embarcar, bordeó lentamente la costa de Yucatán, desde la actuál Cancún pasando por la hoy conocida Ciudad del Carmen. En la zona donde la influencia maya desaparecía y dejaba paso al dominio azteca, Cortés estableció un campamento base al que llamó Veracruz, nombre que ha quedado hasta el día de hoy.
Fue allí donde, para asombro de los españoles, aparecieron los emisarios del soberano azteca dándoles la bienvenida y portando exquisitos regalos. Según un testigo presencial, Bernal Díaz del Castillo (Historia verdadera de la conquista de la nueva españa), entre los regalos había «una rueda como el sol, tan grande como la rueda de un carro, con gran cantidad de imagenes en ella, todo de oro fino. Una rueda que quienes la pesaron en su día, desembarcada en Flandes, valoraron en más de diez mil dólares.» Igualmente hubo otro presente, otra rueda aún más grande «hecha de plata de gran brillantez, a imitación de la Luna». También un casco, lleno hasta el borde de pepitas de oro; y un tocado de plumas de un extraño pájaro llamado Quetzal.

El Penacho de Moctezuma http://es.m.wikipedia.org/wiki/Penacho_de_Moctezuma es un quetzalapanecáyotl o tocado de plumas de quetzal engarzadas en oro y piedras preciosas que actualmente se encuentra en el Museo de etnología de Viena (Museum für Völkerkunde) que según la tradición perteneció al Tlatoani MoctezumaA lo largo de varios siglos, la pieza ha cambiado de dueños en varias ocasiones hasta parar en VienaAustria. Durante gran parte del siglo XX se orquestó una campaña nacionalista promovida desde el gobierno mexicano que reivindicaba su devolución a México, sin éxito hasta hoy. En el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México se exhibe una réplica. Los presentes obsequiados por el rey azteca Moctezuma no se habían seleccionado aleatoriamente, pues eran ricos en simbolismo: el montón de pepitas de oro se ofrecía puesto que este metal era considerado divino, es decir, perteneciente a los dioses. 

Cuenta una leyenda que Quetzálcoatl se dejó seducir por la bebida, y que esto habría creado en él el ansia de muerte y que finalmente murió, al atravesar el océano sobre una serpiente para llegar a Mictlan. Pero el motivo más plausible puede que sea otro: Los emisarios de Moctezuma explicaron a los españoles que aquellos eran regalos de su soberano al divino Quetzalcóatl, la «Serpiente emplumada», dios de los aztecas, gran benefactor quien, explicaron, fue forzado por el Dios de la Guerra a abandonar la tierra de los aztecas mucho tiempo atrás. Este 'dios de la guerra' no sería otro que su "primo" Ninurta, el Thor escandinavo (no en vano se dice que los vikingos llegaron a America antes que Coloón). Junto con un grupo de seguidores, y siempre según los relatos aztecas, Quetzalcóatl habría vuelto al Yucatán para después zarpar desde ahí en dirección hacia el Este, dejando tras de si la promesa de regresar el día de su nacimiento en el año «1 carrizo». En el calendario azteca el ciclo cronológico se completaba cada 52 años por lo que el año del prometido retorno solo podía tener lugar cada 52 años. En el calendario juliano éstos fueron los años 1363, 1415, 1467 y 1519, siendo éste el año precísamente en que Cortés apareció de las aguas por Oriente, siendo por ello confundido con la deidad Quetzalcóatl, pues barbado (a diferencia de los lampiños indígenas aztecas), y con casco al igual que Quetzalcóatl. Algunas fuentes sostienen que también Quetzalcóatl era de tez pálida. Cortés parecía reunir las condiciones de las profecías. El disco de plata obsequiado reresentando a la luna se incluyó porque algunas leyendas aztecas sostenían que Quetzalcóatl zarpó, para volver a los cielos, concretamente a la Luna de la que hizo su morada. El tocado de plumas y las ricamente adornadas vestimentas debían entregarse al dios en su regreso.
Curiosamente, al igual que Arturo en su destierro a la isla de Avalón, Quetzálcoatl embarcó en una balsa de serpientes rumbo a un lugar encantado.

Arturo, Serapis, Hermes, Mercurio, Thot, Osiris (?), Ningishziddah....atributos todos del mismo ser, un científico prominente que según los relatos fue quien consiguió operar el salto genético que hace 300 mil años nos hizo saltar de simples homínidos a Hombres pensantes (Homo Sapiens), un salto incomprensible en el s.XIX y que los darwinistas atribuyen aún hoy a un 'eslabón perdido' en la creencia que esta por encontrarse el cráneo que complete la armonía rota en la cadena evolutiva ideal. Curiosamente la hermandad blanca incluye a un maestro ascendido de nombre Serapis Bei, al mando del cuarto rayo según la secuencia de chackras, alojado en el corazón, sus atributos son la sanación y la ascensión, el Atlante en las Tablas Esmeralda.


El libro de los libros del Chilam Balam es en donde están plasmadas las profecías más extraordinarias de la historia de la humanidad. Proviene del pensamiento mágico de la cultura maya. Los Ajau Kines, también conocidos como los Ajau Ob o bien Chilam Ob, es decir los maestros, profetas, fueron hombres de conocimiento y sabiduría que previeron la llegada de los europeos varios siglos antes, y asimismo, “vieron” el final de su mundo tal como era concebido por ellos. El regreso de Quetzalcoatl es la profecía más importante de este libro. El Chilar Balam dice: “…la cuarta vez que habla el katun, la cuarta vez que le llega al Itzá, Brujo del Agua”. Esto se explica porque los mayas contaban a partir de 0 (cero) y hasta este momento, Quetzalcoatl Kukulkan ha estado en la tierra cuatro veces: la primera como Huracán Vukub Cakix, la segunda como Zipacna Kabrakan, la tercera como Weman, y la cuarta como Ce Acatl Topiltzin Quetzalcoatl o Kukulkan.
En 1517, cuando Francisco Hernández de Córdoba, con 110 soldados, llega a Cabo Catoche, en las costas de Yucatán, las noticias vuelan hasta Tenochtitlan. Y el pueblo azteca asume la profecía del regreso:

"Regresaré! Vendrán mis hermanos
blancos como yo y barbados!
Los dioses se convertirán en demonios
Los reyes en vasallos,
Los esclavos en nada
Cuando lleguen a esta tierra
se convertirán en sus señores..."


En 1519-1921 Hernán Cortés llegó y fue sin duda confundido como la serpiente emplumada, la que debía retornar del mar a reclamar el trono del que hablan las profecían hablaban…el regreso a este mundo de un hombre rubio y barbado apodado la serpiente, el Ave Fénix, renacido de sus cenizas tras su forzado destierro para volver a iluminar el advenimiento de la era de acuario.

Enlaces de interés:

http://www.preparemonosparaelcambio.com/2011/01/recuerdos-de-la-atlantida-11-parte.html
http://culturamaya.unblog.fr/index.php



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