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viernes, 3 de enero de 2014

El legado de Mandela



Muchos siguen esperando que Martin Luther King, Mahatma Gandhi, o el mismo Jesucristo regresen (y cuanto antes mejor, verdad?) porque el horno está ya demasiado caliente para su capacidad de tolerancia. Se les idolatra en tanto que se espera (la esperanza, siempre la esperanza...) que ellos, y solo ellos (si aparece otro que se le parezca lo crucificarán) traigan de nuevo la energía que suscitaron a su alrededor convencidos de que 'se llevaron consigo a la tumba' algo que nos pertenece a todos. 

Cuando nos quedamos hambrientos estamos prestos a repetir el plato que nos han servido a la mesa –especialmente si nos gustó la comida– , sin indagar en nuestro potencial, sin duda dormido, en nuestra innata capacidad para cocinar esas delicias (e incluso ir más allá). Pocos son los que se percatan del momento de inflexión en el que uno pasa de ser comensal a cocinero. Pero quienes se agarran a ese estadio de su consciencia acaban disfrutando no solo de las mieles de sus propios guisos sino de la satisfacción que se deriva de alimentar  y nutrir a quienes están dispuestos a sentarse a la mesa de nuestro restaurante. Esa paso no está, sin embargo, exento de algo a lo que los occidentales del hasta ahora 'Primer mundo' llevamos demasiado tiempo desconectados: el duelo.

Muchos se lamentan al ver morir a sus seres queridos sin darse cuenta de que ese lamento es una negación de dolor/duelo a la par que un reclamo de apego que no permite al alma del muerto 'irse en paz'. Cuánta diferencia entre los funerales del hombre blanco y el negro...
Gandhi o Jesús, personalmente, en tal que personajes, no volverán. Lo sabemos todos. Es una ley física. Sin embargo, y por paradójico que suene, continuan aquí. Su legado es indestructible. El problema es que no los vemos. Mejor dicho, no queremos verlos...en nosotros mismos.

Todos hemos atravesado en 'nuestras' vidas una etapa inicial en la que nos aferramos (apegamos) a todo aquél (papá), o aquélla (mamá) de quien nos hayamos creado una dependencia inevitable. Es la infancia. Nadie puede soslayarla. Nadie puede saltársela. Es un estadio necesario en todo proceso de crecimiento. Y la infancia precisa de vínculos, de apegos, está llena de necesidades y de inocencia. Atributos y prerrogativas sagradas que precisan ser experimentadas en toda su extensión y dimensión. Si ese estadio no ha sido todo lo satisfactoria que debía haber sido, las necesidades no satisfechas se verán obligadas a ver postergada su satisfacción. Una satisfacción que tarde o temprano acaba reclamando lo que le es propio. 

La represión en la infancia/adoloescencia magnetiza matrimonios (y embarazos) prematuros. Aparecen en la vida otros seres (marido, esposa, amantes, jefes, hijos, iglesias, ideologías políticas, filosofías transpersonales...) perturbados en similar medida a la que nosotros estamos, para cubrir las necesidades insatisfechas de protección y atención que papa y mama no consumaron. El problema es que detrás de la mascara de seducción que inicialmente nos magnetiza en un plausible partenair, se oculta toda una pléyade de necesidades complementarias a las que nosotros acumulamos en nuestro inconsciente. Salimos a la caza, como adultos, del amor no satisfecho en la etapa más permeable, la infancia, que como almas en pena perseguimos en un mundo demente, ese valle de lágrimas...Buscamos satisfacer los sentidos (sexualidad) y las emociones (afecto) que tanto nos han rehuido. Con esfuerzo denodado nos pasamos la infancia tratando por contra de cumplir las expectativas de nuestros mayores, de pagar el precio que ruinmente nos presentan (inconscientemente) al cobro, tal que recaudadores del amor que ellos mismos, a su vez, no obtuvieron de sus propios progenitores. And the list goes on and on...

Personajes como los mencionados anteriormente los ha habido a lo largo de la historia. Unos fueron más mediáticos porque su tarea tuvo connotaciones globales, fueron algo así como despertadores de consciencia global, y su labor en absoluto cayó en 'saco roto' por mucho que muchos no vean los efectos de su legado. Otros fueron más anónimos y obraron sus milagros en el silencio de los múltiples modelos de prisión que brinda este mundo en el que tanto creemos y que tanto nos decepciona. Muchos han comprendido lo que tu todavía no acabas de asimilar, que su espíritu, a pesar de todo, dejó una huella imborrable. Una huella que tu estás pisando, un sendero que ellos abrieron donde antes no había ruta. De otro modo no habría tanta gente en el mundo con anhelos de paz y de armonía. Y esa huella habita en ti, en ti que lees estas palabras.


"Dios está en todos los voluntariosos y bondadosos corazones de cada hombre y mujer sobre la Tierra. Negar a Dios es negar esa energía buena que cada uno llevamos en el corazón."

Todos nosotros encarnamos desde nuestras porciones de consciencia un espíritu global bondadoso e ilimitadamente creativo. No 'bondadoso' en el sentido contrapuesto a la maldad, sino bondadoso per se, entendida la bondad como la única naturaleza esencial que el ser humano despliega cuando no está hibernando, dormido en los brazos de Morfeo...ese Ego colectivo que diabólicamente trabaja para mantener secuestradas las almas humanas y alejadas por ello del recuerdo de su eterna conexión con la fuente creadora de todo lo que es.

Y ¿qué es la violencia, sino la bala que dispara la cólera? ¿y qué es la cólera sino un subproducto de la ira? ¿Y de dónde procede la ira acaso sino de la rabia, que a su vez se originó como consecuencia de las humillaciones, comparados, agravios y desprecios padecidos, en el abandono, la marginación, en todas esas actitudes que observamos una vez de aquellos a los que escogimos como padres y madres? Y acaso no somos legítimamente violentos por el miedo a tener que sentir el dolor de volver a ser abandonados, como la lo fuimos una vez?

"It is better to be violent, if there is violence in our hearts, than to put on the cloak of nonviolence to cover impotence."
(Cuando la ira obstruye nuestros corazones es preferible liberar esa violencia antes que permitir que la no violencia sirva para disimular la impotencia."
(Mahatma Gandhi)


Escogemos emparejarnos igual que escogimos a nuestros progenitores. 



Esta frase ha suscitado mucha controversia, pues ha sido difícil hallarle un significado coherente y lógico, más profano y próximo más allá de toda la dialéctica teológica. Sin duda se ha interpretado erroneamente. El adjetivo "muchos" es la manera semítica de decir todos. Un caso similar se encuentra en las palabras de la última cena del Señor.


Mt 26, 28: «esta es mi sangre... que va a ser derramada por muchos (=todos)»

La frase final de la parábola no significa que unas personas sean llamadas y otras no. Para evitar malentendidos una buena traducción sería la siguiente: «Todos son llamados, pero pocos los que eligen (escogen)»

Al margen de la traducción, el sentido de la frase no tiene nada que ver ni con las vocaciones sacerdotales ni con la predestinación ni con la salvación eterna. La frase significa sencillamente que todos estamos llamados a construir el Reino de los Cielos aquí en la tierra, pero que no todos lo construimos porque no nos creemos dignos de participar a la filiación divina. No construimos porque no escogemos construir. Se diría que es un argumento victimista, pero detrás de toda víctima hay un conformista, un perezoso obstinado en su victimismo como leit motif. Sí, hay un momento para doler y un momento para consolar a los dolientes.

Nosotros somos la solución que buscamos afuera. Cristo somos nosotros. En todos y cada uno de nosotros habita el potencial que cada uno de ellos desplegaron. En esencia Cristo, Buda, Gandhi, Mandela, Francisco de Asís, John Lennon, no son diferentes a ti o a mi. Su mensaje no te es ajeno, ¿por qué habrían de serlo? ¿Crees que son escogidos? ¿Que pertenecen a una élite espiritual de la que tu estás excluido? Nada de eso. Todos pasaron tribulaciones, primero ignorados, luego ridiculizados y marginados. Pero persistieron en su mensaje fraternal. Fue por ello que padecieron ataques, fueron presos, condenados y finalmente ejecutados.

Extraigo esta cita de Madonna:
-Yo también quisiera encarnar el espíritu de Martin Luther King, o el de Mahatma (Alma Grande) Gandhi, o el de John Lennon,...pero también quiero vivir.

-¿qué problema hay?
-Ellos murieron.
-Tienes miedo a la muerte?
-No, sé que es solo un tránsito a otra dimensión de existencia.
-Entonces, de qué tienes miedo?
-...
-?
-...al dolor.
-buena y sincera respuesta. Tienes miedo al dolor. ¿crees que Jesucristo no tuvo miedo al dolor? Lo tuvo. Y mucho!
-Pero yo no me considero tan fuerte como él.
-Querida, él no te exige que te expongas hasta ese extremo. Eso ya lo hizo él por ti. Tanto era su amor por sus hermanos. No necesitas flagelarte ni sacrificarte con absurdas penitencias. Eso no es lo que quieren Jesús, ni Gandhi. Descuida que tu tarea no va por ahí. Muchos se han mutilado en la convicción (creencia) de que atravesar el calvario de Jesucristo les conduciría al padre. Buscar redención por via del sacrificio, eso es insultar a Dios tu creador. Y quien haya alimentado esta creencia, esta 'escuela de indignados' desde cualquier púlpito (jerarquía eclesial) créeme que se ha cargado con mucho karma...
El dolor que necesitas atravesar y que tienes pendiente no está en tu futuro sino en tu pasado, un pasado del que huyes como alma que lleva el diablo, un dolor anclado en traumas de tu historia que han quedado pendientes de revisión , páginas cuyo contenido te afanaste en borrar de tu memoria para que la lectura se acomodara a un discurso del que te sintieras orgullosa y pudieras exhibir complacientemente.
-Ya. Acabo de hacer público que fui violada cuando llegué a Nueva York buscando hacer mi carrera.
-Honesto acto de sinceridad, pero la publicación de un trauma no es su liberación. Las lágrimas son el único canal por el que transitan las lágrimas sanadoras. Y una violación en un pasado reciente, siempre apela a una violencia en un pasado más remoto. Excarba más allá, buscando el imán que atrajo toda la ignominia a la que te expusiste para conseguir tu estrellato.

«Si quieres hacer las paces con tu enemigo, tienes que trabajar con tu enemigo. Sólo entonces se convertirá en tu compañero.» 
(Nelson Mandela)

«38 Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente.
39 Pero yo os digo: No ofrezcáis resistencia al que es malo; antes bien, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, ofrécele también la otra;
40 y al que quiera ponerte un pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa;
41 y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos millas cargando con ese fardo.
42 Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses.
43 Oísteis que fue dicho: "Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo".
44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
45 para que seáis dignos hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol por igual sobre malos y buenos, y que derrama las bondades de la lluvia sobre justos e injustos.
46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa obtendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?
47 Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles?
48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.

(Mateo 5:38-48)

GENEROSIDAD COMO SOLUCION
Todos hemos oido hablar de los poderosos efectos de la generosidad. Pero muchos se afanan en insistir en una máxima :"solo puedo dar lo que tengo, pues soy pobre" Pero solo existe pobreza de espíritu, pues darlo todo es creerde la abundancia, no desde la carencia

(Mc 10,17-27)

Anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres; luego ven y sígueme 


Vende lo que tienes, es decir, sé creativo y pon en el mercado tu creatividad (no imites ni te apropies de la creatividad ajena) y da a los pobres un diezmo de lo que obtengas en justa reciprocidad. Haz esto y estarás siguiéndole. No te vacíes. Haz lo que te gusta, atrévete a ser tu mism@ y expresa tu esencia en el modo intransferible que solo tu puedes hacer y se productivo. Ofréce tu creatividad al mercado y serás retribuido adecuadamente. Obra desde el corazón y nunca te faltará nada.

Acepta el cambio, porque eso es lo que eres. Cambio permanente. No nos podemos seguir permitiendo el lujo de negar el cambio.

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