-¿Tu crees en la reencarnación?
-Sí y no.
-Aclárame...
-El
karma (en sánscrito: कर्म) es una energía trascendente, invisible e
inconmensurable que se deriva de los actos de las personas. Según las
leyes del karma cada una de las sucesivas reencarnaciones quedaría
condicionada por los actos realizados en vidas anteriores. Una ley
cósmica de causa-efecto. La lógica empírica de este mundo pero a niveles
de consciencia más amplios. En occidente solemos decir "el que la hace
la paga". Los hebreos la llaman 'Ley del talión'...En la India la
creencia en el karma está asimilada hasta el tuétano. Sin embargo ellos
aspiran al Nirvana, es decir, el estado de liberación tanto del
sufrimiento (dukkha) como del ciclo de renacimientos.
-Es decir, creen en la verdad del karma pero aspiran a salirse de su rueda.
-Exacto. De la rueda de la fortuna-infortunio. Para ellos, ésta vida podría ser la última...
-Si 'se portan bien', no?
-Sí, si aceptan sus condiciones mundanas sin luchar contra las
injusticias. Si has estado allí (yo sí) habrás comprobado que
proporcionalmente hay más gente sonriente que en todo Occidente).
Persiguen hacer -con las consabidas excepciones- a otros todo el 'bien'
de que son capaces, lo que desearían que otros hicieran por ellos.
-Pero ¿eso no es amor interesado?
-No, el interés es manipular (engañar) las circunstancias para obtener
un beneficio. Hacer el bien es hacer lo que consideras 'correcto' sin
esperar que otros te premien (Mt 6:3).
-Entonces, mis actos están computados en un diario invisible...
-Tus actos y tus omisiones.
-Empiezo a sentirme culpable.
-La intención del karma es que detengas su rueda. Sentirte culpable no solo no la detiene sino que alimenta su vigencia.
-¿y cómo hago para dejar de sentirme culpable? ¿he de volverme un psicópata?
-Psicópata ya lo eras (y los que te rodeaban lo padecieron, lo creas o
no) hasta que te has sentido culpable. Sentir culpabilidad es como
aceptar el karma: no tiene vuelta atrás. Hasta que no es detectada, la
culpabilidad hace su oscuro trabajo con la esperanza de ser reconocida,
perdonada y liberada.
-¿De qué soy culpable?
-De nada.
-Entonces, por qué me siento culpable?
-Porque te CREES culpable. Para liberarte de esa creencia no necesitas
flagelarte la espalda como los penitentes en semana santa. Ellos no han
entendido nada, pues creen que padeciendo la tortura de Cristo se
equiparan con él. Basta que reconozcas a tu niño interno inocente,
cargado con la losa de la culpa que le entregaron en nombre de sus
ancestros y que le ha obligado a caminar triste, inclinado/sometido al
dictado de la autoridad externa. Solo una rebelión interna/íntima
provocará que tu nave deje de poner proa hacia los arrecifes. Es como si
hubieras guardado bolsas de basura de tus vecinos en tu casa. Ya ni
recuerdas cuando sucedió (la escalera te conducirá a ese lugar/momento).
Técnicamente consiste en que se las devuelvas.
-Una especie de via crucis?
-Verás, la
(inexistente) culpa (mancha, pecado original...) es la primera que desea
abandonarte, pero no lo hará hasta que reconozcas los eventos que te
hicieron adherirte a ella como un salvavidas, las circunstancias que la
provocaron...hasta que no restituyas a tu cuaderno de bitácora las
páginas que lanzaste por la borda porque eran demasiado incómodas de
asimilar, no se te permitirá librarte de la obligación de hacer
anotaciones en él.
-Hasta dónde/cuando debo retrotraerme para identificar esas circunstancias?
-El origen de esa culpabilidad es muy antiguo, todo lo antiguo que te
atrevas a reconocer. Puedes visualizarlo como un descenso por una
escalera de caracol al sótano que nunca supiste que existía en tu casa.
Cada peldaño descendido es un recuerdo recuperado. Tu memoria lo
agradecerá (falta te hace).
-No sé si podré/sabré.
-Lo está haciendo más gente de lo que imaginas. Ten fe. Tendrás ayuda (el maestro llega cuando el alumno está dispuesto)
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