-A: El problema de la humanidad es el atasco fisiológico que existe en la glándula pineal. Solo desarrollándola podremos cambiar y tener fantásticos poderes que harán que nuestra tecnología parezca obsoleta. La meditación es la llave para cambiar el mundo
-B: Es cierto, casi todo el mundo la tiene calcificada
-A: Anti cal a paladas, pues.
-C: Me tenéis que ayudar a que no se me calcifique más…
-A: Come mucho cilantro y medita
-D: Para mantener descalcificadas la tuberías de una casa en una ciudad que se provee de agua procedente de acuíferos con mucha cal, lo que se hace es usar un descalcificador o pastillas anti cal. Pero si, por dejadez, has dejado que la cal se acumule en las resistencias de tu calentador, lavadora, etc, su vida útil se verá muy mermada, dependiendo, ya digo, de la acidez o alcalinidad del agua: tendrás que cambiarlos cada dos o tres años. Si no quieres cambiarlos tendrás que rascar la resistencia dañada hasta liberarla de los pedruscos adheridos. Si has visto a un lampista hacerlo, sabrás de que hablo. Es costoso y agresivo, como la quimioterapia y el éxito no está garantizado. Lo mismo pasa con las personas. La glándula pineal, cuya alcalinidad estaba originalmente equiparada con la del mar (hace 35-50 mil años, cuando el homo sapiens, es decir nosotros, apareció en escena), con el tiempo se fue alcalinizando (perdiendo salinidad/dulcificando) como estrategia defensiva (para compensar, quizá, la salinidad del mar se incrementó) y con ello a perder su equilibrado ph y la función conectora con la multidimensionalidad, con la trascendencia del Ser que Somos y que Habita el cuerpo físico del que estamos Revestidos. Una glándula pineal calcificada equivale a la resistencia estropeada de la lavadora. A menos que decidas rascar las adherencias que la atrofian, deberás cambiar de lavadora, es decir, abandonar este cuerpo y nacer en otro 'nuevo', para así poder retomar la tarea que se vió interrumpida por el desgaste del cuerpo físico. Este abandono de la vestimenta física puede ser súbito (ictus cerebral, infarto, accidente de tráfico...) o gradual (tumor cancerígeno, alzheimer...). Si decides que tu lavadora merece una segunda oportunidad (si quieres seguir viviendo), la única solución para una resistencia dañada consiste en deshacerte paulatinamente (sin prisa pero sin pausa y en la intimidad) de las piedras aadheridas, es decir, liberar las emociones reprimidas (los sentimientos heridos en la infancia y que vagan como prisioneros en las mazmorras de la mente). El cilantro ayuda a mantener funcional la glándula restaurada, igual que el aceite nuevo optimiza la funcionalidad del motor de tu vehículo, pero para devolverle la funcionalidad al motor maltratado es preciso ‘cambiar el aceite’. Solo los insensatos añaden aceite nuevo sin quitar el viejo. Ese proceso equivale a conectar con esos sentimientos ocultados, es decir dejar que las lágrimas que los testimonian fluyan. Esos sentimientos, al aflorar te conectarán con pena y a veces desatarán rabia contenida: basura que hay que manifestar y desalojar. No te asustes. Busca un testigo para tu verdad y deja que la naturaleza ejecute la evacuación. Para conectar con esos sentimientos censurados hay que apartarse del mundo, es decir, meditar. Esa es la función de la meditación. Cualquier otra finalidad que se le dé son pajas mentales. A la glándula no hay que desarrollarla. Ya fue creada con todo su potencial. Tan solo hay que liberarla de todo lo que no les es propio, el exceso de cal.
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