Buscar este blog

sábado, 9 de junio de 2012

Paz. ¿Son estos tus síntomas?

* Inconfundible capacidad de disfrutar de cada momento. Incluye: poder para ver belleza y armonía allí donde quizá para otros pase desapercibida. Sensación genuina de plenitud.
* Pérdida de interés en juzgarse a uno mismo.
* Pérdida de interés en juzgar a otros (consecuencia de la anterior). Este síntoma va inequívocamente acompañado de un exasperante desinterés por difundir rumores. Ausencia de necesidad de captar la atención de los demás. Paradójicamente son seres con carisma, que ejercen un poder de atracción: fascinan por su desapego.
* Perdida de interés en interpretar las palabras, las acciones u omisiones de los demás.
* Perdida de interés en disputas y conflictos. Desinterés por dar explicaciones o tratar de convencer a nadie de nada ni aclarar cuestiones no planteadas. Desinterés por ningún tipo o forma de militancia o adhesión a postulado alguno. No buscan debatir y confrontar puntos de vista. Desinterés por los medios informativos de masas.
* Tolerancia al dolor. Valentía para atravesar trances dolorosos cuando éstos llegan.
* Entusiasmo por el momento presente y el mundo de probabilidades que éste encierra. Pérdida de interés en pre-ocuparse. Ausencia de expectativas. Desinterés por elucubrar o planear a medio-largo plzo. Ausencia de apatía, pereza o desidia.
* Ausencia de cualquier tipo de ansiosa necesidad: perfeccionismo, control, rapidez, eficacia, productividad,...
* Capacidad para identificar y reirse del propio yo (ego narcisista). Capacidad para percatarse y observar la disociación operada en la mente propia (y la colectiva) distinguiendo los dictados del saboteador mental interno –y desautorizarlo con amorosa autoridad– de los anhelos del corazón.
* Consideración y respeto por lo que expresan los niños. Incluye una capacidad ilimitada para decodificar los sentimientos ocultos tras sus palabras y actitudes. Los niños disfrutan en su presencia. Disfrutan jugando.
* Desbordantes momentos de autovaloración y compasiva consideración. Frecuentes momentos de dichosa y fraternal conexión con todo: humanos, animales, plantas, minerales, con el cosmos en general.
* Respeto por la diversidad en todas las formas que ésta adopte. Incluso por la desconocida. Estas personas se saben dignas y merecedoras de vivir y disfrutan cada momento de la vida, aunque se trate de un trance doloroso a los ojos de otros.
* Don de la ubicuidad. Espontanea capacidad por asimilarse en cualquier contexto e iluminar cualquier circunstancia con su paz.
* Desinterés por cualquier forma de control o actitud invasiva. Notable respeto por los ritmos personales de cada uno. Sabiduría para tomar distancia y recuperarla cuando la situación lo precisa. Paradójicamente son personas asertivas: ni dudan a la hora de decir 'sí', 'no' o 'basta'. En ello radica, de hecho, gran parte de su magnetismo.
* Exasperante ausencia de resentimientos. Desinterés por reaccionar ante cualquier tipo de ataque por medio de consejos, acusaciones, represalias, condenas...
* Capacidad de ver abundancia donde otros perciben penuria. Deseos de compartirla. Anhelo por dar desinteresadamente y receptividad a cualquier tipo de generosa expresión de amor de los demás.
* Desinterés por el pacifismo o cualquier tipo de ideología en caminada a restituir o mediar entre partes en conflicto.
* Ausencia de sensación de confinamiento. El mundo es su hogar. Saben estar en cada sitio y disfrutar de cada momento.
* Frecuentes –y espontáneos– ataques de risa surgidos tras constantes y profundos estados meditativos.
* Genuina ausencia de sentimiento de culpabilidad. Capacidad de conectar inmediatamente con la responsabilidad de los pensamientos, palabras y acciones propias.
* Desapego genuino de las dependencias afectivas. Paradójicamente saben estar, en los momentos difíciles, con aquellos que los han atacado. No son rencorosos.
* Capacidad para distinguir y matizar entre 'confiar' y 'confiarse'.
* Íntima conexión con los sentimientos propios y ajenos. Empatía (compasión) por el dolor ajeno. Estas personas miran a los ojos y ven a un niño necesitado de contención detrás de un adulto enfadado.
* Tendencia a dejar que las cosas sucedan, en lugar de tratar de provocar los acontecimientos o tratar de inpedirlos.
* Tendencia a obrar intuitivamente en íntima conexión con el presente, sin miedo al futuro, sin dependencias inconscientes a recuerdos dolorosos, ni apegos a costumbres pasadas.
* Desinterés por obrar con rectitud, justa y adecuada-mente. No viven poniéndose metas que superar. Espontaneidad y falta de rigor.
* Alegría de vivir y confianza en los ignotos designios de la vida. Reverencia por el misterio de la Creación.












No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si lo deseas puedes compartir algún comentario...