Nadie sabe a dónde quiere ir. Todas las metas, por encomiables que
parezcan sus propósitos, finalmente se muestran vanas.
¿Caminamos en círculo?
El problema de la especie humana, o, mejor dicho, el de los
humanos occidentales, es estar siempre planeando (necesitando) ir a
alguna parte, hacia algún lugar donde sentirnos 'realizados'. Buscamos redención externa, el perdón que no somos capaces de dispensarnos a nosotros mismos, alguien que nos autorice a poder descansar definitivamente...
En el fondo sabemos –pero no
reconocemos– que realmente detrás de toda búsqueda se encuentra la raíz
de una huída...Huimos de lo que desconocemos, de la muerte, del amor, de nuestra propia vergüenza e ignorancia y de los
juicios –sin duda los cotidianos más que del lapidario juicio final
(que al final va a resultar ser el final de todos los juicios)...los
juicios que creemos que la ignorancia acarrea. Juicios que como
profecías autocumplidas convertimos en condenas. Huimos de nosotros
mismos.
Por mucho que nos hayamos enseñoreado de ellos, el resto de
los seres vivos están en paz consigo mismos. Quizá todo lo que haga
falta sea que el ser humano sienta compasión por si mismo.
¿Y si, a
fin de cuentas, no hubiese nada que mejorar?. Somos perfectas criaturas
en permanente cambio. El universo está fotocopiado en nuestra estructura
subatómica. ¿Qué más queremos inventar?
¿Caminamos en espiral?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si lo deseas puedes compartir algún comentario...