Buscar este blog

sábado, 23 de agosto de 2014

Euforia (II)

Parte I: http://hoyxtiredefavores.blogspot.com.es/2012/10/euphoria_19.html

Tengo una hija que adora a Violeta (si tienes hijas preadolescentes sabrás de quien hablo). Ayer me preguntó qué es Euforia (el título de uno de los "hits" de la famosa serie). Tras refrescar su etimología en Wikipedia, le resumí en un lenguaje más llano que era lo que les pasa a las personas, generalmente jóvenes, cuando toman algo excitante como por ejemplo Coca Cola. Más o menos lo contrario a lo que le pasa a su abuela, la depresión.
-¿Por qué lo toman?
-Pues, a ver,...para poder memorizar datos incomprensibles y rendir en un examen, para parecer contentas en una fiesta, para...
-¿por qué? ¿es que no están contentas?
-Llegado a este punto de franqueza que solo un niño puede desencadenar, aproveché para hacerle observar que si bien la euforia se parece al sentimiento de la alegría, no es lo mismo. -Puedes despertarte alegre una mañana sin motivo, le dije, sin que nada externo lo provoque, pero no te despiertas eufórica...la alegría sale "de dentro" digamos. La euforia es un estado que se provoca cuando la alegría no "sale" naturalmente. Y la alegría solo sale cuando tu tristeza es comprendida. En este mundo, si no estás alegre, no eres aceptado. Los mayores también necesitan estar eufóricos para poder soportar todo lo que no comprenden pero ya no se atreven a preguntar por miedo al ridículo. Por eso toman café y buscan estar ocupados en cualquier cosa o contar cosas emocionantes, todo con tal de despertar una comprensiva mirada de aceptación y olvidar, de paso, lo que les motiva a comportarse así. Pero como nadie va a comprenderles porque casi todos esperan que la suya propia sea comprendida, entonces solo queda que cada uno comprenda la suya propia y tenga compasión, por extensión, de la de los demás.
Me di cuenta de que, aunque con dificultad, iba comprendiendo. La idolatría pasará, pero la reflexión que tuvimos quedará.

[Etimológicamente Euforia proviene del griego εὐφορία, donde εὖ eu, significa "bien", y φέρω pherō, "soportar, cargar".
Euforia es un estado que permite realizar una actividad o bien soportar algo que de otro modo sería insoportable. Semánticamente opuesta a disforia, médicamente está reconocida como una condición física, mental (psicológica) y emocional en virtud de la cual la persona "afectada" se ve embargada por una mezcla incontrolada o exagerada de redundante bienestar, excitación, felicidad y alegría. En psicología se usa el término afectividad para designar la susceptibilidad que el ser humano experimenta ante determinadas alteraciones que se producen en su entorno. Técnicamente la euforia es, pues, un afecto arrollador (naturalmente las dopaminas conducen a tal estado cuando nos aproximamos al orgasmo sexual, necesario hasta ahora para perpetuarnos como especie). Igual que para entrar en euforia hace falta un agente externo, para salir de ella se precisa de un antídoto: una "mala" noticia, el regreso de la rutina, tabaco, marihuana,...el "problema" radica en la dependencia que generan tanto los antidepresivos como sus antídotos, en la adicción a la que aboca, por no hablar de la intención que las grandes corporaciones farmacéuticas y alimentarias despliegan para mantener a la gente subida en la montaña rusa de la depresión (Valium) y la antidepresión (Prozac) si el Ser eterno que Somos más allá de todo estado transitorio, no le pone límites, como el buen jinete que domina a su caballo . Ellos no crearon el parque de atracciones pero se han ocupado de mantener la maquinaria engrasada.]

Afortunadamente los castellanoparlantes y los francófonos, a diferencia de quienes utilizan el inglés o alemán como lengua vehicular, distinguen entre ser y estar sin necesidad de que medie un contexto explicativo.
Le dije a mi hija que se "es" alegre, pero "estás" eufórico.
A riesgo de aproximarla demasiado pronto al mundo de la retórica, me atreví a decirle que no la quiero, sino que la amo.
-¿Cuál es la diferencia? me preguntó.
-El amor sale de dentro, no precisa de condiciones. No necesito que hagas algo bien (sacar "buenas" calificaciones escolares, portarte bien, ser educada...). Amar, un verbo del que se abusa (habitualmente en las sentimentales telenovelas caribeñas por ejemplo), no es una necesidad enmascarada tras un "te quiero". Tras decirle eso me di cuenta de que en realidad me lo estaba diciendo a mi mismo y la usaba como testigo de una profunda convicción, esas que no puedes callarte y que ninguna amenaza puede censurar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si lo deseas puedes compartir algún comentario...