"¿Qué significa soñar? Te lo diré. Significa que el sistema límbico* se halla procesando activamente los sentimientos** Lo hace también de día, durante la vigilia, cuando nuestros sentimientos entran en juego (felicidad o tristeza básicamente). Es solo que durante la noche el sistema revisa los sentimientos no integrados (no sentidos) desde nuestro pasado haciendo lo que su naturaleza le impulsa a hacer ¿que comprendamos el sueño? No. Que integremos el sentimiento censurado, desintegrado de nuestra realidad. Si alguien nos acusa falsamente de algo y decidimos reaccionar/contratacar externamente ante esa agresión (ya sea juzgando/condenando al agresor con argumentos similares, ya sea riéndonos públicamente de nosotros mismos) lo que estamos haciendo es restarle importancia a la herida de que hemos sido objeto. Todo con el propósito de mantenernos 'fuertes' e incólumes, de que quede bien claro de que nadie va a conseguir desestabilizarnos. Lo que ocurre es que toda re-acción, en tanto que sucede, significa una necesidad de defensa. Quien tiene sus sentimientos integrados no precisa de ninguna estrategia para mantenerlos protegidos. Cada vez que disuadimos a nuestro cerebro límbico en su tarea de procesar los sentimientos que afloran, estamos dejando una herida abierta que negamos ver. Estamos perpetuando un irresponsable atentado hacia nuestra integridad, nuestra dignidad. Una herida que nos exigirá permanente anestesia, como ese perro del que se huye y al que en la huida hay que distraer con golosinas para que no nos alcance. Sucede que el perro tiene por meta mordernos si no lo miramos a la cara.
El sistema límbico trabaja arduamente por la noche. Busca en nuestro archivo histórico aquellos eventos en los que estuvieron involucrados nuestros sentimientos. Y se remonta hasta momentos en que los traumas sentimentales (heridas) no pudieron ser integrados (suturados/cerrados) debido a que éramos demasiado jóvenes y frágiles, incluso en etapas preverbales de nuestra existencia. Etapas en las que no pudimos acudir a un sistema defensivo (intelecto) con el que comprender y contextualizar la agresión. El sistema límbico se zambulle de noche, mientras 'duerme' la razón (neo-cortex), a tientas en un mar de sensaciones vagas y de incomodidad. Sensaciones que emergen al responder al llamado del cerebro límbico que acude, cual caballero a su doncella retenida en su torre, a su rescate, a su sanación.
El cortex provee las imágenes y los pensamientos desde el presente. Y el límbico las utiliza para montar un storyboard, una secuencia que de coherencia al sentimiento, que 'ilumine' el descenso a los infiernos que constituye toda pesadilla. Eso es lo que hace el Dr. Janov en su terapia.
Los procesos del sueño ponen al descubierto el sendero evolutivo que debe ser desandado en el transcurso de la terapia. No acude directamente al pasado emocional. No fuerza la conexión con el dolor acumulado, sino que se sirve del anclaje del paciente en el presente y se enfoca en la hoja de ruta que delatan sus sentimientos.
* nota: recuerda tenemos tres cerebros en uno: 1. Encéfalo (cerebro reptil); 2. cerebro límbico (sistema nervioso simpático y parasimpático); y 3. Cortex cerebral (cerebro cognitivo), aparecidos evolutivamente por este orden.
** ya escribí aquí con anterioridad acerca de los sentimientos y las emociones. Desde ahí el mismo cerebro límbico guía al terapeuta en el descenso del paciente hacia las profundidades de su memoria. Las ideas, los pensamientos, las creencias van al encuentro de su hacedor, allí/cuando el sentimiento fue cimentado.
Durante años soñé que los nazis me perseguían y no podía escapar. ¿El sentimiento? Desde muy pequeño mi padre era implacable conmigo en sus correctivos y no me daba ni un respiro: "Siéntate con la espalda recta", "no hables con voz nasal", "¿por qué estás ahí tumbado sin hacer nada productivo?" En el momento que sentí esos sentimientos de acoso, de ausencia de amor por su parte, la pesadilla cesó. Los nazis me perseguían en mis sueños, alguien trataba de hacerme daño, porque mis sentimientos lo hacían, buscando liberarse de su confinamiento en mi mente ignorante de ellos (inconsciente). No se trataba de los Nazis. Ellos solo eran un símbolo recurrente de la época (yo tenía apenas 8 años durante la 2ª Guerra Mundial). Para un niño de hoy quizá lo hubieran sido los terroristas islámicos (arquetipos violentos incrustados en el inconsciente de la sociedad estadounidense actual). Así es como desarrollamos símbolos oníricos. Es el mismo proceso. No supe que tras el símbolo (los nazis) se ocultaba mi padre porque mi sistema solo conocía los sentimientos, no la fuente/evento que los forjaba. Hasta que no hube desarrollado una corteza cerebral no pude saber qué era lo que iba mal.
Los sentimientos anteceden a la cognición por lo que esa memoria solo se puede registrar 'límbicamente'. Debemos tomar nota de esta evolución durante la terapia: Atender los sentimientos y su necesaria descarga emocional y luego comprender el contexto (y eventualmente perdonar).
Los traumas logran que distorsionemos (reprimamos) la realidad inasumible de nuestros sentimientos y al mismo tiempo nos proporcionan la clave para sanar: un sueño simbólico ("me persiguen los nazis") para reintegrarla. Volver a experimentar el dolor grabado y soltar la fuerza represora que nos protegía en un principio (pero que a la larga y de la mano del cerebro pensante/cognitivo se ha convertido en nuestro carcelero.."quién te querrá más que yo", "Aquí nunca te pasará nada"...) acaba por reducir la distorsión: se terminan las pesadillas y se da por terminada la asunción de ideas descabelladas acerca de la necesidad de asumir/contratar sistemas de protección respecto de amenazas infundadas.
La neurosis es sistémica. No está determinada por el sueño. La arrastramos y no nos soltará hasta que le hagamos frente, la encaremos, la integremos...Entonces los pacientes tienen sueños más reales, lúcidos y abiertos.
Tengo pacientes pre-psicóticos que sueñan que están atrapados en una lavadora y que no pueden detenerla...O también: "Estoy en una cueva oscura y no encuentro una luz que me indique el camino de salida". Se trata de pacientes anegados en traumas acontecidos en etapas prematuras de la existencia, etapas pre-verbales, incluso intrauterinas. Sus manifestaciones son delirantes porque el recuerdo no puede ser explicado con palabras pues en el momento de acontecer el trauma no había palabras para explicarlo. A estos delirios los llamo 'de primera linea' pues se vinculan al primer cerebro, el encéfalo, el que gestiona estos recuerdos.
Los sueños de segunda linea son más intrincados y elaborados que los anteriores y tienen una estructura (relato) más coherente desde una perspectiva racional, digamos. Se sostienen con algunas palabras. Sin embargo son más difíciles de comprender porque su elaborada trama esconde 'mejor' (con más astucia) lo que ocultan. Por ejemplo: "Soñé que iba a ver a mi antiguo profesor e intentaba hablar con él, pero no había modo de que me comprendiera". El sentimiento real es: "Nunca pude acceder a mis padres ni conseguir que me comprendiesen."
En resumen, tener sueños no simbólicos es un buen índice de que un paciente se está recuperando. Lo corroboramos comprobando los signos vitales: niveles de cortisol, cambios conductuales y muchas otras medidas.
Nos sanamos sistémicamente."
Arthur Janov
Primal Center
Los Angeles, Ca. USA
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