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martes, 19 de enero de 2016

Estocolmo-Berlin

 
El 20 de febrero de 2002 el New York Times reveló el más impresionante proyecto destinado a manipular las mentes. Siguiendo consignas de Donald Rumsfeld y del sub-secretario de Estado a la Defensa, Douglas Feithara, para llevar adelante la “guerra de la confusión informativa”, el Pentágono había creado secretamente una misteriosa Oficina de Influencia Estratégica (OIE), puesta bajo la dirección del general de la aviación militar Simon Worden. La OIE tenía por misión difundir informaciones falsas para servir a la causa del gobierno oculto de los Estados Unidos. Estaba autorizada a utilizar la desinformación, en particular hacia los medios de comunicación extranjeros. El diario neoyorquino precisaba que la OIE había firmado un contrato de 100.000 dólares mensuales con la agencia de comunicación Rendon Group (ya utilizada en 1990 con motivo de la preparación de las mentes grupales para asimilar y justificar la guerra del Golfo. Por entonces, la agencia había fabricado la falsa declaración de una “enfermera” kuwaití. Dicha enfermera firmaba haber visto a los soldados iraquíes saquear la maternidad del hospital de Kuwait city, “extraer los bebés de las incubadoras, y matarlos sin piedad tirándolos al piso”. Ese testimonio fue, como recordarás, decisivo para convencer a los miembros del Congreso estadounidense de que votaran a favor de la invasión...

-Ahora mira este enlace...

-¿Qué opinas sobre esto?
-Si te he de ser sincero me temo que Iker ha caído en la trampa que las grandes agencias de información desean extender: la islamofobia. Es el precio que sin darse cuenta está pagando por mantener el rating de un programa en un canal oficial.
-¿Estás del lado de los antifascistas?
-No estoy de ningún lado. Observo el delirio al que ciertas mentes perversas quieren conducir a la sociedad europea para que se empantane en una nueva cruzada anti-islam. Atizan el fuego de la polaridad, del enfrentamiento, para mantener a la población sumida en el miedo a lo extraño, al extranjero.
-¿Estás diciendo que los abusos en Berlín y Estocolmo no tuvieron lugar, que son inventos de las chicas que los denunciaron?
-No digo que sea mentira, pero es probable que los hechos se hayan inflado. Curiosamente no se sabe los nombres de las chicas. Podría tratarse de actrices pagadas, incluso de agentes femeninos de la CIA. Las prostitutas que denunciaron a Julian Assange lo eran. ¿Recuerdas el cuento de Pedro y el Lobo? Pues eso. No olvides que la invasión de Kuwait se desencadenó porque el Pentágono fabricó, por órden de George Bush (padre) una mentira infame: la falsa declaración de la “enfermera” kuwaití que afirmaba haber visto a los soldados iraquíes saquear la maternidad del hospital de Kuwait, “extraer los bebés de las incubadoras, y matarlos sin piedad tirándolos al piso” . Ese testimonio fue finalmente decisivo para convencer a los miembros del Congreso estadounidense de que votaran a favor de la guerra que Washington abanderó sin permiso del Consejo de Seguridad de la ONU...Cuando la invasión ya había sucedido, dicha enfermera salió a la palestra para decir que había mentido obligada. Pero claro, esto lo dice Le Monde diplomatique: 
Tú prefieres ver Gran Hermano o saber si a Messi le han dado el balón de oro...
Todo obedece a una campaña milimétricamente orquestada. Primero se abren indiscriminadamente las fronteras europeas a los refugiados. Cuando ya han entrado suficientes, se advierte que podrían haber terroristas entre ellos. Y acto seguido tenemos los atentados de Paris, luego los abusos a mujeres en Berlín y ahora los medios destapan que en Estocolmo ocurrió algo semejante con anterioridad durante un festival de música para jovenes. No digo que no haya habido razones para las denuncias. Solo afirmo que los individuos que las han llevado a cabo han sido espoleados, puestos en escena por las mismas mentes retorcidas que ahora atizan la ola de anti-islamismo. Si quieres provocar una oleada de anstisemitismo (genocidio étnico), primero tendrás que tener el permiso tácito de las potenciales víctimas, los asustados occidentales. Y para ello deberás asustarlos. Y para asustarlos deberás hacerles creer que el islam es un peligro para ellos. Como tus hijas se han vuelto rebeldes y flirtean con jóvenes musulmanes (lo cual no te agrada un pelo), extiendes el rumor que una de sus amigas fue violada. Cuando hayas conseguido que todos los padres pidan las cabezas de los asaltantes, nada te detendrá.
Iker, pobre infeliz, tan solo está posicionándose en uno de los dos lados de la balanza, obviamente el que el establishment ahora considera conveniente: decir que ha habido hipocresía y que hay que contar la verdad. Qué sabrá él lo que es la verdad. Qué lástima que un programa con tanto potencial acabe convirtiéndose en un pozo de amarillismo tan conveniente para la oficialidad. 

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