viernes, 18 de noviembre de 2016
Sobre la Depresión durante el embarazo
La madre y el Ser (feto) gestado son, bajo muchos aspectos, un solo sistema. Si la madre se deprime, se deprime el feto. Y en ese caso será un adulto más desvitalizado que otros.
Una mujer embarazada es un ser humano atravesando el trance de gestar la bienvenida a otro nuevo ser humano a este mundo. Y una gestante deprimida está atravesando un estadio de represión de sus sentimientos. Al medicarse está censurando la efervescente expresión de miedo, ansiedad ante un proceso vital ante el que nunca antes se había enfrentado. Cuando los recursos energéticos (endorfinas) están disparados el médico receta calmantes. Reprime con píldoras. Y dicha represión disminuye considerablemente sus recursos/niveles energéticos. Como consecuencia, el bebé nacerá deprimido y pronto se delatará alternativamente como alguien incapaz de enfrentar cualquier reto (o incapaz de estarse quieto y concentrarse en el placer de estar vivo en caso de que la madre haya consumido estimulaantes -café, Coca cola, anfetaminas...)
La revista Science despliega un estudio al respecto (Science Daily sept 18, 2016, Depression in Pregnancy, see https://www.sciencedaily.com/releases/2016/09/160928101100.htm)
Dicho estudio mantiene que el estado depresivo de una madre gestante puede socavar el rol de la hormona encargada de atenuar el estrés del bebé. La información del ADN se mantiene intacta pero lo que es afecto es el cómo y el cuándo esa información se va a expresar. Aquí estamos ante el inicio de de los problemas de salud mental del niño, del futuro adulto. Y los doctos dirán que la depresión se hereda, pero no es cierto. El estado físico de la madre gestante tiene mucho que ver con ello. La experiencia varía el despliegue del caudal genético. Y eso a menudo incluye la medicación que la maadre gestante ingiera, que a su vez altarará el sistema del bebé. Se trata de una dosis de medicamentos aceptable para un adulto, pero que en el caudal sanguíneo de un feto lo contempla como inasumible, desbordaante y hasta amenazante para la vida misma. Cualquier droga produce cambios biológicos desbordantes en el bebé. Debemos tomar consciencia de ello.
Un bebé no es un adulto. Y demasiadas madres se toman un par de pastillas por la mañana sin pensar en las consecuencias que de por vida eso va a tener en su bebé. "Solo es un calmante", se dice, apelando a la razón. Pero las razones del bebé no son las mismas. Esos calmantes cooperan en el sistema represivo a gran escala. Las pastillas anti estrés convertirán al bebé en un adulto depresivo, pues combaten las enzimas de la placenta destinadas a poner en funcionamiento a los opiáceos naturales, las endorfinas, necesarias para afrontar los retos de supervivencia. Las píldoras conducen al feto hacia un nuevo estado natural, reseteado: represión.
El niño será enviado al médico durante su infancia. Éste le preguntará: ¿te drogas? “No”, contestará, inconsciente del recuerdo incrustado de la ingesta de drogas durante su etapa fetal.
Se trata de un legado hereditario? hemos de comprender lo que queremos decir cuando hablamos de herencia genética. Discriminar entre lo que es el puro legado genético (color de ojos) y la transferencia de un sistema hiperactivo o hipoactivo transmitido por el estado de la madre. Algunas investigaciones recientes muestran graandes discrepancias entre la edad física y la edad metila (acumulación de traumas vitales). Esta última es una estimación más precisa y determinante de cuál va a ser nuestra longevidad. Es lógico pensar que el trauma genera caos en nuestro sistema biológico y socava su durabilidad.
Durante décadas hemos constatado en nuestros pacientes que la falta de amor (descuido, distancia y falta de ternura/contacto físico) en las etapas iniciales acortan nuestra longevidad. Y sin duda apuntan al deterioro del sistema inmunológico.
Las publicaciones científicas de mayor prestigio urgen a investigar qué factores pueden facilitar y tender a prolongar la salud física. Yo sugiero apostar por mi terapia porque cuando reducimos la temperatura corporal/tensión arterial, a largo plazo, estamos extendiendo la vida. Colaborar en que el feto/bebé reduzca su temperatura corporal es enseñarle a ahorra energía para que el sistema esté más relajado y saludable. La etapa gestante es muy crítica en lo que respecta a cuál va ser nuestra longevidad y si vamos a 'heredar' terribles aflicciones.
Ama a tu bebé desde el primer instante y prevendrás que se enferme a los 50 años. Una apuesta segura.
Autor: Dr. Arthur Janov
Fuente: http://cigognenews.blogspot.com.es/2016/11/it-is-not-only-food-that-we-ingest.html
Traducción: Lars Quetglas
martes, 1 de noviembre de 2016
Su icidio (I)
-Claro, a ellos no les queda más que esperar pacientemente.
-El auge fue particularmente visible entre las mujeres de edad media (40-65) cuyo ratio de suicidio ascendió un 63%.
-Vaya eso es una señal de que las mujeres de este grupo de edad atraviesan un estadio de angustia nunca antes visto desde el fin de la segunda guerra mundial.
-Lo cierto es que ese incremento entre las mujeres supera en 20 puntos al de los hombres. En 1999 se suicidaron 29 mil personas y en 2014 43 mil. La Fundación Robert Wood Johnson ha identificado un vínculo entre esa tasa de suicidio y los episodios de depresión por pérdida de trabajo o deterioro de las finanzas. Lo peor es que los investigadores observaron un alarmante incremento entre niñas de 10 a 14 años que se ha triplicado desde el cambio de siglo. De todas las etnias, los más afectados son los indios americanos con incremento de 89% entre sus mujeres. Las mujeres de mediana edad incrementaron esta tasa en un 80%.. La etnia que más ha visto declinar este ratio es la que comprende a los hombres y mujeres de raza negra mayores de 75 años. Un patrón de evidencias que vinculan la pobreza con la desesperanza y la pérdida de salud física se está revelando de nuevo en el país considerado durante los últimos 60 años como la 1ª potencia mundial.
-Está claro que los gestores supranacionales (Comisión Trilateral/CFR…) del sistema generan etapas depresivas periódicas como medio para purgar lo que consideran una sobrepasa demográfica. En 1932 se observó el pico más alto de tasa de suicidios. Y esas etapas (1929-1939) siempre han precedido a conflictos mundiales. En EEUU esa etapa la inició el famoso crack bursátil de 1929. La Gran Depresión, relatada por muchos cronistas de la época (John Steinbeck, “Las uvas de la ira”), proyectó sus efectos hasta que los EEUU declararon la guerra a los japoneses (y con ello al llamado eje fascista)
-Si eso es cierto. En 2007 estalló la burbuja inmobiliaria en EEUU y en 2017 habrán transcurrido los 10 años de penurias que el sistema prevee necesarios para noquear a la sociedad y obtener de ella el permiso para desencadenar una guerra que, como mal menor, saque al mundo del atolladero de la depresión.
-Las autoridades sanitarias estadounidenses como el Instituto Nacional de Salud Mental se están viendo sobrepasadas y no saben hacia dónde apuntar para minimizar esta escalada. Lo curioso del caso es que los métodos para cometer el suicidio han variado. Dispararse un tiro en la cabeza ha dejado de ser el medio habitual (paradigmático en ese país por razones conocidas) para dejar paso al ahorcamiento y cualquier tipo de forma de acabar con la vida que tenga que ver con la restricción del oxígeno a las vías respiratorias.
-Qué curioso...
-Sí, El Dr. Arthur Janov, da una explicación a esto en su interesantísimo blog mencionando que uno decide morir escenificando las condiciones en que nació. Y ahorcarse alude a crisis de anoxia en el parto con motivo de las dificultadees atravesadas por el feto durante su tránsito a lo largo del canal uterno. Tránsito hecho con penuria debido a la falta de fuerzas sufridas tanto por la madre como el ser naciente a causa de la elevada dosis de anestésicos (epidural) administradas a la madre para evitar (parto asistido se llamaba en los años 60-70) que sienta dolor al parir...
-El artículo del NYT menciona el descenso del número de matrimonios y el aumento de divorcios como factor contributivo. La sensación de soledad sobrevenida a causa del aislamiento social que ello comporta juntamente con un momento de crisis financiera son los ingredientes que disparan las alarmas. La rotura de la familia como eje articulador del bienestar social está causando estragos. Julie Philips, profesora de sociología de la Universidad de Rutgers (NJ) calculó que los hombres solteros tenían 4 veces más probabilidades de suicidarse que los casados (2,8 para las mujeres). Hombres y mujeres nacidos durante el baby boom de inicios de los años 60, crecieron en una época de progreso donde pedir ayuda no era algo digno. Por eso se suicidan en lugar de pedir ayuda.
-El famoso orgullo….
-Exacto. Y cuando los EEUU publica estudios de este tipo, todo el planeta debería verse reflejado en dichas estadísticas
-Sucede como con la gallina y el huevo, no se sabe exactamente si la crisis ha traído los divorcios (y con ello el fin de la familia tal como se concebía) o si los divorcios han traído la crisis.
-El rol sexual en la familia está a la deriva sin duda. Estamos presenciando un cambio de rumbo en la nave humana. Y las predicciones son para todos los gustos. Los varapalos cíclicos parecen estar garantizados en la existencia humana.
-Sí, han sucedido en el pasado, pero aquí seguimos…falta por determinar si todo esto no es más que un escenario y que la verdadera vida sucede entre bambalinas.
-¿Qué quieres decir?
-Pues que todo desequilibrio podría obedecer a una sugestión, anclada en la creencia de que somos lo que vemos con nuestros ojos, de que no hay más madera que la que arde. Pero son múltiples y repetidas las señales y testimonios proféticos que a lo largo de la historia han anunciado el fin de las tribulaciones, el fin mismo de los tiempos, es decir, el fin de la Gran Obra de la que todos somos destacados actores.
domingo, 6 de abril de 2014
domingo, 29 de diciembre de 2013
todo lo que tienes es tu alma
Mi madre me dijo
'cause she say she learned the hard way
porque dice que aprendió a base de palos
say she wanna spare the children
hubiera preferido esperar más a tener hijos
She say don't give or sell your soul away
me decía 'no regales ni vendas tu alma'
'cause all that you have is your soul
porque todo lo que tienes es tu alma.
hubiera preferido esperar más a tener hijos
me decía 'no regales ni vendas tu alma'
miércoles, 25 de diciembre de 2013
Depresión y TDA (II)
La depresión, tal como la comprendo a tenor de los múltiples casos que a lo largo de mi carrera profesional (45 años) he atendido, reclama una perspectiva empírica y no estadística. Se trata de querer saber, no de saber lo que quieres. Saberme ignorante desde los inicios me ha liberado de la losa de la carrera cognitiva por las medallas académicas, abriéndome las fronteras del dominio de lo desconocido para hacme permeable y adentrarme en el secreto mejor guardado que la psique tiene para ofrecer: los motivos ocultos de la depresión.
No hace mucho, me reuní con un nuevo grupo de pacientes depresivos bajo tratamiento. Su intención era compartir experiencias respecto del insoportable –aunque todavía ilocalizable– dolor que les rodeaba. A medida que empezaban a hablar y tratar de identificar ciertas tendencias conductuales incontrolables y síntomas asociados con sus sentimientos empezó a revelarse todo lo que todos ellos tenían en común. Observamos que todos coincidían en:
· ilocalizable sensación de sufrimiento constante.· patente dificultad para concentrarse.· extrema fatiga.· sensación de parálisis e inmovilidad acusadas.· sentimiento de derrota e impotencia para cambiar el curso de cualquier situación.· incapacidad para expresarse.· Falta de energía.· No me puedo mover, me siento atrapado en un negro abismo· No encuentro razones para seguir viviendo.· Me siento muerto por dentro, todo es monótono, aburrido.· Siento que nada va a cambiar· Hay algo que quiere salir.· Incapacidad para sentir placer.· Incapaz de tomar una decisión, ya sea para activar algo o para detenerlo.· me siento entumecido, mis movimientos son laboriosos.· recurrente pensamientos suicidas· Sensación de aislamiento· Como si estuviese cayendo en un aagujero negro.· No hay salida· Pesadez generalizada o falta de vida.· me cuesta esfuerzos respirar o tan solo levantar un brazo.· nada me interesa en el fondo· abandono, resignación, ganas de desistir de seguir viviendo.· ¿Cuál es el sentido de seguir viviendo? No quiero seguir así.
Arthur Janov
Reflexiones sobre la condición humana
Siendo honestos ¿Quién no ha padecido en algún grado y en ciertos momentos de la vida estos síntomas? ¿Alguien puede poner la mano en el fuego y afirmar que nunca –sobretodo al tratar de enfrentar situaciones dificultosas– ha pensado, aunque fuese por un instante, que quitarse la vida fuese una salida aceptable? La mayoría tenemos un 'censor interno', un sistema defensivo que nos dota de los recursos suficientes para abortar esa frustrante sensación de invalidez, de impotencia ante eventos que -creemos- nos van a sobrepasar si no los eludimos, permitiéndonos ver el lado luminoso de la vida y conservando la capacidad de empatía cuyo dolor que acarrean no va a ser asumible. Pero, admitámoslo, hay personas que experimentan todos estos síntomas de modo generalizado.
Aquello de lo que estos pacientes acababan describiendo las sensaciones propias del trauma del nacimiento, el común denominador de su experiencia común. Nadie les sugirió ni por asomo qué es lo que debían sentir (entre otras cosas porque no hubiéramos sabido qué sugerir...)
Todo lo que una persona sintió, en tal que recién nacido, durante su traumático nacimiento, se proyecta perfectamente en la descripción de su estado depresivo presente. Esto no lo digo para sembrar desesperanza sino justamente para lo contrario, para mostrar que es perfectamente comprensible y legítimo todo aquello que experimenta una persona depresiva. Que existe una base traumática para esta patología y que esta base puede ser sanada sin necesidad de recurrir a los electroshocks. Los traumas se registran inicialmente en el útero, luego durante el parto y consecuentemente, por supuesto, durante la infancia, formando parte todo ello de una cadena lógica de eslabones dramáticos que quedan codificados, registrados y almacenados en el sistema nervioso (amígdala asociada al sistema parasimpático) a la espera de ser bien decodificados y rescatados en el momento adecuado o bien enquistarse hasta sentenciar a muerte al cuerpo físico, incapaz ya de seguir soportando la dolorosa sensación de ahogo. Repito esto no es la descripción de una fatalidad, sino la clarificación de una sintomatología que merece ser abordada más humanamente. Una persona deprimida no es un desperdicio humano, a menos que así se considere sentenciada y su entorno familiar más íntimo dé su caso por perdido. Existe una cura para la depresión, pero sin duda exige de un compromiso por parte del paciente (y de sus familiares más cercanos si los hay) así como del terapeuta convencido para levantar las capas de dolor ocultas tras el miedo, el pánico, a vivir. El pánico grabado a fuego en el canal uterino quizá durante un alumbramiento dolorosa (traumática)mente prolongado. Superar el miedo, o derrotarlo como se suele decir, consiste en mirarlo de frente y abrazarlo cual niño/a asustado/a, ese niño interno que, asustado en la medida que su aterrizaje al mundo fue poco amable (y qué llegada lo fue completamente?). Todos aspiramos a cambiar la inercia de un mundo desalmado donde el amor está exclusiva y perversamente vinculado a la satisfacción de los instintos "placenteros", a aportar nuestro grano de arena para devolver a la humanidad a su estadio de inocencia, olvidado entre los brazos de Morfeo, en el que no existía culpa. Revertir la inercia de la máquina (matrix) involucra una gran responsabilidad. Nadie dijo que iba a ser fácil, pero el esfuerzo –que no implica ningún sacrificio real, tan solo lo es para el ego– merece la pena.
miércoles, 4 de diciembre de 2013
Depresión y TDA (I)
Los Centros de Prevención y Control de enfermedades han informado recientemente de un alarmante incremento del número de suicidios entre personas de mediana edad en los EEUU., especialmente hombres en la franja de 50 años que vieron incrementada en un 50% la tendencia entre 1999 y 2010 (MMWR, 2013). En total el suicidio ha sobrepasado a a los accidentes de tránsito como causa de muerte en los EEUU. En los países desarrollados, ahora mismo iguala los porcentajes de cáncer e infartos en la franja de edad 15-50. En el mundo entero el suicidio se está cobrando más vidas que las guerras, asesinatos y desastres naturales conjuntamente (Newsweek, 'La epidemia suicida', 2013). Y todavíaa los profesionales de la salud mental luchan por explicar las causas. En un artículo del NYT, expertos citaron múltiples factores, incluyendo la crisis económica, el incrementado acceso a drogas otrora ilegales. La causa real, no obstante, se les escapa porque estsá oculta en el pasado remoto de las víctimas.
La depresión ha sido considerada, incluso en círculos profesionales del academicismo psicológico, como una patología inclasificable, la más enigmática de las enfermedades mentales catalogadas. Hoy en día el tratamiento administrado más habitualmente a un deprimido es también el más sencillo y que requiere de menos esfuerzos: antidepresivos. Pero cuando ni las drogas sintéticas surten efecto ya, algunos psiquiatras están recurriendo a una antigua solución extraída de las mismas películas de terror: terapia de electroshock. Un tratamiento que está testimoniando un revival de su antaña aceptación en la comunidad terapéutica, aunque bajo un diferente apelativo: Terapia Electroconvulsiva (ECT), un procedimiento que administran algunas clínicas privadas amparadas bajo su prestigio. Nada nuevo bajo el sol en ese aspecto. Una técnica considerada eficaz y moderna que pretende reconectar circuitos neuronales interrumpidos o perturbados de modo rápido y aséptico similar a la intervención endoscópica. Mismo perro, distinto collar, como se suele decir.
Paralela y afortunadamente se atisban aires de cambio, y algunos líderes en el campo de la investigación reconocen que la Psicología en tanto que profesión médica, precisa de una revisión radical de sus postulados, un lavado integral. A este respecto, la División de Psicología Clínica de la Asociación Británica de Psicología (The British Psychological Association) declaró en un reciente simposio que seguir considerando que las enfermedades mentales tienen una causa estrictamente biológica era contraproducente. Que no existe evidencia científica en absoluto de que los actuales diagnósticos psiquiátricos tales como la esquizofrenia y el desorden bipolar sean válidos o ni siquiera útiles. "Muy al contrario, –declaró su portavoz– existe un aplastante volumen de evidencias que apuntan a que las patologías mentales están fundamentadas en una compleja mezcla de circunstancias psicológicas y sociológicas íntimamente intrincadas que impactaron en el paciente de modo traumático en un momento presuntamente muy inicial de su existencia. Para resumir: Abandono, pobreza, discriminación y abuso. Todo ello sazonado con la imposibilidad de asimilar el natural duelo que todo trauma requiere para su adecuada integración", afirmó la Dra. Lucy Johnstone, una psicóloga clínica que redactó el borrador de esta provocativa declaración. (Jamie Doward, The Observer, 12 de mayo de 2013).
Lo que yo vengo proponiendo es un cambio total de perspectiva no solo respecto del diagnóstico de estas aflicciones sino un cambio radical en su tratamiento. Necesitamos urgentemente reidear el marco de nuestro pensamiento al respecto y reconocer que la incógnita a desvelar en la ecuación es el "por qué". Sistemáticamente hemos escabullido el 'quid' de la cuestión fundamental ¿POR QUÉ se deprimen las personas? Es decir, ¿dónde y cuándo se origina la depresión?
Desde que publiqué por primera vez (1970) mi libro "El Grito Primal: la cura para la neurosis", su subtítulo fue sorprendentemente duramente criticado. Atreverme a utilizar el término 'cura' me valió muchos improperios de parte de colegas de la profesión, puesto que hasta la fecha NADIE había osado introducir esa palabra en la terminología psicológica. La Psicología hasta entonces nadaba en un mar de autosuficiencia intelectual que abastecía a los doctos de postulados distantemente protegidos del desinformado escrutinio público. Y es que hasta entonces se hacían terapias que no solo no podían curar, sino que para ser honestos ni siquiera se concebían para curar. Y cuando aparecí yo afirmando haber dado con la solución al dilema, se lanzaron contra mi yugular.
Sanación solo es un término ridículo y hasta ignominioso para quién nunca ha considerado que la sanación de un oaciente sea la meta en el terreno de las patologías mentales. En el nombre no solo de la Ciencia sino de la fraternidad no podemos seguir eludiendo ya la cura como meta, por esotérico o inabarcable que ese término nos suene. Apuntar a la utopía es la única vía para acabar encontrando solución a cualquier entelequia [recordemos que vulgarmente hemos otorgado a este término el significado de "inalcanzable" o sin sentido, pero etimilógicamente proviene del griego ἐντελέχεια (entelejeia), combinación de enteles (‘completo’), telos (‘fin’, ‘propósito’) y echein (‘tener’). La palabra fue creada por el mismo Aristóteles, siendo posible traducirla como ‘tener un fin en si mismo’].
Si no apuntamos a la verdadera meta inmanente en nuestra profesión seguiríamos faltando a la parte más fundamental del juramento hipocrático al que nos debemos. Me atrevo a decir que la sanación es un estado que debe ser buscado, tanto por el terapeuta como obviamente por el mismo paciente, intrépidamente, con coraje y resolución, por mucho que el pensamiento colectivo desestime tal tarea. Se lo debemos a nuestros semejantes, esos millones de seres humanos que sufren de depresión sumidos en la desesperanza de hallar una salida a la sombría oscuridad en la que se refugian...y todo refugio implica en alguna medida una abstracción del consenso.
Pongamos que alguien no puede conciliar el sueño. Yo propongo que como profesionales apuntemos a atender al mismo periodo de gestación de dicho paciente y percatarnos de que allí se halla la clave del estrés presente del insomne, el mismo estrés que su madre gestante acarreó. Si tenemos dificultades para dormir ahora, es muy probable que nuestra madre padeciese de estrés durante el embarazo. Sea porque vivió en condiciones estresantes (guerra, de crisis económica, abandono de su pareja) o porque tomó demasiados estimulantes sintéticos (café, coca cola, anfetaminas, cocaína...) con los que disimular su tendencia depresiva, con los que 'olvidar' un trauma inasumible por SU consciencia. El resultado es el mismo. (¿A quién interesa en las altas esferas que el tráfico de estupefacientes mantenga su fluidez? Ese es un tema por supuesto de otro debate, pero intuimos que involucra a estamentos e instituciones de los que uno jamás hubiera sospechado...)
El organismo reacciona, indudablemente pues, frente al estrés. Y durante la gestación una madre, estresada debido a factores externos agresivos paradigmáticos, acaba ineludiblemente sembrando –por supuesto sin una intención consciente– tendencias depresivas en su feto. ¿Cómo? El feto reacciona frente a la sobreexcitación que involuntariamente la madre le está inoculando tratando por todos los medios de bloquear la funcionalidad de los suficientes puentes que protejan su poderoso, pero ciertamente vulnerable "Palacio de amor", reconvirtiéndolo en amurallado bastión. Y todo ya digo como consecuencia del inasumible estrés al que está siendo sometido. Poco a poco la mente, decantada hacia el hemisferio derecho se irá encerrando en su torre, a la espera del regreso del príncipe rescatador (un mito codificado en los cuentos infantiles de príncipes y princesas) que le ofrezca la necesaria contención para permitirse expresar los sentimientos contenidos que, en tal que no-nato, obviamente no puede expresar. Toda Princesa (hemisferio derecho), independientemente del sexo físico de que esté revestida anhela el equilibrio con su otra mitad, su "media naranja", es decir el hemisferio izquierdo errante y batallador, huido en combate en busca del dragón (circunstancias del entorno amenazante). Esta opción es también conocida como la solución escapista (imitativa) a la que atiende la testosterona ante el mismo impacto, devastador para ambos hemisferios en su germinal estadio evolutivo.
Las tendencias depresivas que se desprenden de tal epopeya, gestada in utero, pueden tener –y de hecho tendrán– en ambos casos repercusiones imperecederas, duraderas de por vida, si no son afrontadas y SANADAS. Esto es un hecho.
En un estudio de la Universidad de Tillburg (Hollanda) no publicado realizado sobre 40 niños de ocho años de edad a quienes se había administrado cortisol, o medicación similar, durante su gestación en el útero materno, reveló que se desenvolvían más dificultosamente de lo normal en índices clave de comportamiento social. Su Coeficiente de inteligencia era inferior e igualmente lo era su nivel de concentración y atención.
Cuando observamos a niños diagnosticados con Trastorno de Déficit de Atención (TDA) debemos prestar atención a este estudio. El déficit de atención es sobretodo, una distracción de los procesos cerebrales originado en impactos muy fuertes a edades muy tempranas procedentes de actitudes autolesivas de una madre sobreexcitada, una mujer que haya optado por la vía hipertensiva de supervivencia ante eventos inasumibles por su consciencia. Algo ciertamente lamentable. Sin embargo algo más lamentable sucede: esa hipertensión se repercute en el feto que recibe igualmente un impacto de sobreexcitación (anfetaminas, colas, cocaína, LSD) por vía sanguínea. hipertensión que va a sobreestimular al nuevo ser que se desarrolla en su vientre. La hiperactivación se registrará en el cerebro del feto.
¿Qué sucede? Al nacer no podrá enfocarse fácilmente en una cosa ya que hay demasiado "tráfico" en su cerebro. Esas tempranas experiencias tendrán, repito, una consecuencia de por vida. Un sello que nunca permanece inerte. No es inocuo. Se activa y reactiva detonado desde la mente inconsciente, incapacitándonos para relajarnos. Estos 40 niños fueron "programados" en la matriz materna para liberar más hormonas de estrés a lo largo de sus vidas. El estrés (del inglés stress, ‘tensión’) ya lo sabemos, es una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada.
Dicho estudio también reveló que el estrés materno sufrido entre la 12ª y 22ª semanas de gestación afectaba de modo clave a las funciones emocionales y cognitivas durante los 20 años siguientes de vida del neonato. Así que, en conclusión, la vida uterina es crítica para el resto de la vida y es la clave de tras la que se halla cualquier tendencia depresiva posterior. El estudio continua afirmando que "incrementados niveles de hormonas anti estrés en el útero materno juegan un papel mucho mayor del imaginado hasta ahora en el desarrollo de la patología mental."
El daño, que puede ser permanente, salvo que el futuro adulto decida reconocer su estado alterado (un peldaño de mérito sin duda), se revestirá en modo de alta presión sanguínea, tendencia a alteraciones cardíacas y, en mi opinión, al mismo Alzheimer.
Arthur Janov (blog)
Traducción: Lars Quetglas
¿Qué es un enfermo mental? Reconozcámoslo, ¿acaso no lo somos todos un poco? Nadie "se salva" de este calificativo en mayor o menor medida, salvo cuando se sana. No hay salvación sin sanación. Pero ¿salvación de qué? ¿Es posible un mundo con una mente colectiva equilibrada? Muchos se preguntarán si el equilibrio es algo deseable. En vista del gusto a los altibajos y al frenesí a los que muchos se han aficionado, podríamos afirmar que no todos desean ser salvos. La paz tan anhelada por unos, puede llegar a ser una amenaza para quien se mueve a gusto entre aguas turbulentas. A fin de cuentas este mundo da la impresión de caminar hacia un precipicio, un caos global. Pero créanme si les digo que esta percepción solo es válida para quienes permanecen escépticos ante la sanación como meta factible, para quienes no anhelan el sabor de las mieles de la Libertad. No importa. Estamos de camino hacia ello. Todos juntos. Todos los caminos, por tortuosos que parezcan, conducen indefectiblemente hacia una meta. Cualquier nudo tiene codificada la solución a su desenredo.