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miércoles, 15 de enero de 2014

el lado oscuro

Se suele decir que los humanos somos, a diferencia del resto de seres de la Creación, ambivalentes (bipolares se dice en estos tiempos). Que somos capaces de lo mejor y de lo peor. Que habita en algún lugar recóndito de nosotros una fuente que provee alternativamente del potencial para matar y de amar. De ahí que al presenciar nuestros involuntarios arranques de cólera no nos reconozcamos del todo sabiendo, muy en el fondo, que somos capaces de las más sublimes cotas de bondad. 
Se dice que depende de nosotros escoger cuál de las dos vertientes alimentar. Que es una prerrogativa del ser humano escoger la opción más beneficiosa. Y sin duda eso es cierto, es verdad, pues nadie negará que es más de agradecer una sonrisa compasiva que nos transmita confianza y seguridad en el contexto de una situación dolorosa, antes que ser acosados con hostigamiento y represión. 

Tarde o temprano, uno acaba preguntándose –como hice yo–, si existe un momento en que ese potencial compasivo y empático que, en tanto que pacientes, tanto agradecemos, podría ser no solo objeto de nuestro disfrute sino también susceptible de ser emitido por uno...
¿Dónde termina la eternizante –y eclesiástica!– esperanza y donde comienza la puesta en acción? ¿Hasta cuándo somos amados y desde cuándo somos amantes? ¿Dónde termina el resentimiento y dónde empieza la generosidad desinteresada? Sin duda que, como se ha dicho, ambos extremos cohabitan de modo intermitente aunque movidos por situaciones extremas de heroismo o de vileza, pero lo cierto es que entre ambos instantes existe un pantanoso terreno de arenas movedizas: la duda, un escenario de indecisión del que nos hemos impregnado y en el que hemos crecido. Fuimos persuadidos por quienes nos preferían esclavos de la inacción a no remover mucho esa duda, so pena de acelerar innecesariamente el proceso de empantanamiento. Pero lo cierto es que el hundimiento es irremisible a todas luces.

Algunas personas –cada vez más– aceptan que tienen un lado oscuro. Pero creen que asumiendo (en inglés awareness) su presencia y dejándola pasar de largo por medio de la meditación, consiguen aplacar a esa fiera, domesticarla. Es cierto, eso es posible para quien ha atravesado su particular 'noche oscura del alma', como bien la definió San Juan de la Cruz, abocarse a un proceso de consciente alerta. Pero la verdad es que muchos nos hemos engañado pretendiendo haber alcanzado un cierto estadio de consciencia que se presume libre de la esclavitud de las emociones. No es que no le hayamos visto las orejas al lobo, que sí, pero una voz insistente nos insta a bajar la atención. Una voz muy persuasiva y edulcorante.
Y es que el indefinido 'monstruo' que atenaza nuestras mentes trabaja a destajo y tiene innumerables recursos -a cada cual más refinado- para persuadirnos de que o bien ya hemos alcanzado el 'nivel espiritual' requerido/perseguido o bien que no merece la pena el esfuerzo (titánico, dice) de alcanzar el anhelado estado iluminado, ese al que de todos modos solo llegaron un numero muy limitado de mortales (Budah, Jesús, Krsna...). Ya están ellos (su recuerdo) para ser idolatrados...Todo con la intención de disuadirnos del empeño de parecernos a aquellos que dieron sus vidas por advertirnos del error de perspectiva. Todo por disuadirnos de mantener  la guardia en alto, un estado de alerta consciente que frustre el empeño del ego de mantenernos arrulados en los 'brazos de Morfeo'. Te repiten 'no dejes de soñar', 'cree en tus sueños', 'ten esperanza'...espera, espera...Es entonces cuando llegan las palmaditas en la espalda, las alabanzas, los reconocimientos, los premios, galardones. El ego utiliza esos apetitosos y efímeros laureles para seducir nuestro orgullo por el camino. A medida que vamos insistiendo en nuestra búsqueda de la verdad, de la Libertad, las piedras que aparecen en el camino son más sutiles. Un camino que ,intrínsecamente, no tiene una meta. El camino es la meta en si.

Ser Libres, es un anhelo muy antiguo del ser humano. Pero ¿libres de qué? Tenemos vehículos con los que desplazarnos 'libremente'. Existen actividades, lúdicas o laborales que podemos escoger 'libremente'...Podemos optar ¡libremente'  entre alimentarnos con un u otro tipo de alimentos. Tenemos partidos políticos entre los que poder optar 'libremente'. Sistemas operativos entre los que escoger a la hora de hacernos con un ordenador. Incluso tenemos derecho a manifestarnos libremente si algo nos disgusta. Tenemos parejas, que hemos escogido 'libremente' (?)...Pongo comillas porque para muchos empieza a ser más que obvio que la libertad de la que creemos disponer, al fin y al cabo no deja de estar condicionada por factores determinantes que sin embargo escapan a nuestro control consciente. Por eso escribo libertad con minúsculas.

Siempre nos han dicho que hay dominios de la vida que solo atienden a la razón. Y otros al corazón. Como si se tratase de una disyuntiva. Lo que he descubierto es que el camino del corazón no es la antítesis de la 'cabeza', sino la síntesis entre los verdaderos opuestos: la razón (el intelecto) y la visceralidad (las emociones) los dos caballos del carruaje (diligencia) en el que hemos transitado por esta vida.


El corazón es el lugar/momento sintético para la entente entre ambos corceles, opuestos inicialmente entre sí durante la carrera por el estrellato, en virtud de la opción de amor preferencial (especial) que el cochero haya escogido. Si Papá fue el ausente en nuestros años críticos de existencia quizá adoptemos el rol que Él dejó vacío en el orden familiar.  Nuestro anhelo por recuperar al progenitor ausente es directamente proporcional a nuestra pulsión por ocupar el puesto vacante. Si la ausente fue mamá, otro tanto. Si eres varón, o mejor dicho, decantadamente izquierdocerebral, tu neurosis tendrá unos derroteros. Si tu hemisferio predominante, independientemente del sexo físico del que estés revestido, es el derecho, tu experiencia tendrá otros tintes. En cualquier caso surgen los celos del otro caballo.

Las personas depresivas (en algún momento todos transitamos por esos lodos), aquellas que optaron desde muy pequeñas por el camino de zambullirse en las emociones, no atienden a razones. Todo es abierto reclamo y necesidad (Mi suegra me lo ha demostrado con su impagable ejemplo). Por su parte, las personas pragmáticas, entregadas a la eficiencia de los cálculos de probabilidades (en algún momento todos transitamos por esos lodos), no entienden de sincronicidades, de coincidencias mágicas, no saben gestionar imprevistos ni leer los signos invisibles que para los animales y los niños son evidentes sin parapetarse tras sus chalecos antibalas, no atienden al dominio de la intuición.

A la Libertad Real, la que brota con mayúsculas sin pensar (con la cabeza), pero sintiéndola desde el centro del corazón, los antiguos la llamaron 'Libre albedrío', la capacidad anhelada por el sabio Salomón, para discernir entre actuar correctamente frente a cualquier disyuntiva. Pero esa capacidad de discernir, oculta y aletargada esperando su lugar y momento está condicionada por los recuerdos alojados en el inconsciente. Y la verdad (vergüenza) oculta en el verdadero 'patio de atrás' (backyard) aflora interruptamente por medio de lapsus linguae (fallidos, chistes, metáforas...), sueños,...hasta que decidimos dejar de ser esclavos de nuestra capacidad represora inconsciente y optamos por atender el reclamo del caballo renegado, es decir el hemisferio que fue relegado al ostracismo, agraviado en el envite a la hora de escoger entre papá y mamá, entre izquierda y derecha, entre conservar y progresar, entre retener y soltar, entre gritar o callar. Hasta que decidimos optar por recordar en lugar de olvidar...recordar...volver a 'cordar', ligar, volver a ligar, religar (religión)

La Libertad, lejos de ser un objeto de deseo, está intacta. Pero en muchos de nosotros se halla secuestrada por una energía oscura llamada miedo. De eso, ya lo sabes, se ha ocupado profusamente la literatura de la llamada Nueva Era. Pero muchos se preguntan finalmente, ¿es bueno tener miedo o no? Depende de para que lo uses. El agua te hidrata, pero puedes ahogarte en ella...

El miedo sabemos que sirvió a nuestros ancestros evolutivos más recientes para advertir de peligros que atentasen contra su (nuestra) integridad, para asegurarse la subsistencia. Una vez hecho acopio del miedo y haber éste plasmado su función, el miedo desaparecía. Pero algo sucedió en algún momento para que el miedo fuese acreditado para extralimitarse de sus funciones. Desde el advenimiento de la era moderna el ser humano ha sido adoctrinado para apelar al miedo frente a la cotidianeidad,a verla como una dolorosa amenaza. Y el miedo ha adquirido, así,  patente de corso para hacer notar permanentemente su renovada jerarquía, sumiendo a la especie en una neurótica huida del supuestamente insoportable (muchas veces imaginario) dolor.

El miedo solo es efectivo si camina libre, de la mano de la intuición.

Estamos de acuerdo que el trabajo más efectivo al que nadie pueda consagrarse es el que consiste en destapar el tarro de la intuición, en concederle el apropiado crédito a la natural capacidad de discernimiento de que gozaban los humanos antes de que el miedo al dolor obnubilara su paz. Un crédito que le han negado las personas pragmáticas con un hemisferio izquierdo sobreocupado.




Pero ¿cómo se destapa la intuición?, te preguntarás. 
Existe una máxima que, desvinculada del conocido contexto de sacrificio, conduce a la liberación de la esclavitud. El trabajo de rescate de las emociones reprimidas, ese lado oscuro censurado, el único trabajo válido y coherente al que todo ser consciente de su esclavitud mental debe encomendarse. Un lado oscuro que clama por salir más que de su condenado armario, del tabique donde fue emparedado. En el caso de las personas depresivas, generalmente 'con vena artística', corresponde a una recuperada capacidad organizadora y estructurante. En las personas pragmáticas y efectivas, lo contrario, el anhelo de romper moldes, de hacer locuras, de jugar. Lo que ocurre es que todos tenemos ambos potenciales, todos poseemos en proporciones dispares un desequilibrio entre ambos hemisferios (ver más aquí: http://hoyxtiredefavores.blogspot.com.es/2011/12/la-cura-unir-los-dos-hemisferios-i.html). Conciliarlos desde el Corazón significa atender al corcel que ha sido desconsiderado, el enemigo nº 1. Y atenderlo es sentirlo. Y sentirlo es conmoverse ante el presidio al que una parte vital de nuestra esencia ha sido confinada.

...

"Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No ofrezcáis resistencia al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, ofrécele también la otra; y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses. Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.

Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; solo así seréis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.

Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?
Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles?
Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.

(Lc. 6.27-36)

...

La Libertad no es un fin, no es una meta que debamos alcanzar, pues ya somos libres de nacimiento (no en vano así lo corrobora el artículo 1 de la Declaración universal de los derechos humanos). Es decir, tenemos intacto el poder para escoger. No es una meta pues que haya que alcanzar. Ser libres? Ya lo somos. La Libertad es una herramienta que nos ha sido dada, un módulo de serie, ya incorporado en los circuitos, emitiendo pulsos desde los recuerdos ancestrales de nuestra vida libre de ataduras mentales hace más de 10 mil años, pero de la que aún no hemos hecho sino un uso desvirtuado. La Libertad, que es la Consciencia misma tiene como meta saber escoger, llegado el momento de la disyuntiva, sin eludir el dolor que pueda derivarse (nadie se muere de dolor sino de las consecuencias de eludirlo) optar entre dos opciones. El dolor no es una condición, es una verdad.

Para dejar de huir inconscientemente del dolor 'presente' 'eckartolliano', muchas veces imaginario, la Libertad precisa de la valentía para acudir a esa celda, oscura, en las profundidades de nuestra fortaleza hasta ahora inexpugnable, el súcubo de todos los dolores pasados. Acudir allí, a esa cueva ignota, al rescate de la majestuosa energía dejada en consigna, el niño interno junguiano, aterrorizado que aún suplica por la atención que no se le concedió cuando más lo necesitaba.

En el camino hacia el lado oscuro acabamos descubriendo que no es tan fiera la bestia como la pintan...

"…Pero no quieres hacerlo. Tienes miedo. Te aterroriza decir lo que sientes.
Tú mueves, chaval."




lunes, 11 de abril de 2011

Sin Papá

Halle Berry: "He sido una idiota en el amor".

La actriz norteamericana afirma que ausencia de la figura paterna durante su infancia le ocasionó trastornos en su vida afectiva.

La vanguardia, 12 abril 2011


Los Angeles. (EUROPA PRESS).- Halle Berry ha echado la vista atrás y se ha dado cuenta que no eligió el buen camino en su vida sentimental. La ausencia de la figura paterna durante su infancia ha ocasionado un trastorno en la vida de la actriz. Berry ha tenido dos matrimonios fallidos, primero se casó con el jugador de béisbol David Justice y varios años después con el cantante Eric Benet. Según ha publicado Showbiz Spy, la actriz se hubiese ahorrado muchos disgustos si estos dos matrimonios no hubiesen surgido en su vida. "He sido idiota, no elegí el buen camino y toda la culpa es porque nunca tuve un modelo de conducta", dijo Halle a la publicación.

Al parecer la actriz culpa de sus malos momentos sentimentales a su padre, él las abandonó cuando Berry era muy joven. "Su ausencia ha causado las malas decisiones que tomé en mi vida", añadió. Además, Berry muy arrepentida quiso dejar constancia de que si ella hubiese tenido un buen padre, ella hubiese crecido con amor y no habría perdido el tiempo. En la actualidad, 'Cat Woman' comparte su vida sentimental con el actor francés Olivier Martínez. "Es un regalo, gracias a él tengo las ideas más claras", apuntó antes de zanjar la intervención.



– Pues la verdad, no me gusta nada lo que dice esta señora tan guapetona. Es imposible que la culpa de todo, o de algo, la tenga otra persona que no sea uno mismo, cuando se tiene cierta edad, como es el caso. Que le habrá influído en su vida no tener padre, pues claro. Que éso implique no haber tenido "un ejemplo" , pues como que no, oiga. Qué pasa con las otras personas con las que se ha cruzado en su vida? Y su madre? no pinta nada?


Yo creo que no ha sido una idiota "en el amor" sino que ella es más bien tontita y le espera un laaaaaaaaaaaaaargo camino para llegar a la madurez.


Bueno, qué piensas tú?

M. (una buena amiga mía)



Mi respuesta (y núcleo del post):


– Me alegra, querida amiga, que me pidas la opinión. Eso significa que aceptas que yo pueda tener una (ligeramente) distinta a la tuya. La verdad es que lo que me ha empujado a mandarte este enlace es una fuerza interna que me insta a abrir un debate/diálogo contigo, como profesional de la psicología que eres, acerca del tema. A continuación me permitiré hacer de abogado (del diablo, como decía mi padre cuando yo, a los 15 años, defendía a mi madre cada vez que ella lloraba por su causa), contraviniendo la generalizada corriente crítica que va a sufrir esta mujer por sus declaraciones.


De entrada, para mi, es la noticia más importante del día, entre todos los titulares que he encontrado. Te hará gracia eso, imagino.

Y no por la temática, sino por la valentía de ser un personaje público muy notorio quien se atreva, a riesgo de ser juzgada, ridiculizada y caer en cierto descrédito. El calado de la noticia radica justamente en que esta chica tan guapetona (usando tu descripción, aunque quizá oculta alguna connotación sutil) acaba de tirar en una piscina pública (y no en el estanque particular de su psicoanalista) una piedra cuyas ondas van a traer cola…Me explico…

La ausencia de patrón de conducta paterna, a mi juicio (y al de muchos de los creadores de escuelas psicológicas), es irremplazable e insustituible. Y ocasiona estragos en las conductas de los niños (futuros adultos) en el sentido de que el vacío dejado por un determinado progenitor debe ser reemplazado como pueda por el progenitor 'superviviente' (si es que el crío tiene la suerte de no ser enteramente huérfano). En el mejor de los casos, la madre, en este caso, debió asumir un extenuante doble rol –madre y padre a la vez– si no es que la madre se diese a la búsqueda compulsiva (tras toda búsqueda subyace compulsión en mayor o menor grado) de una nueva pareja.

En todo caso una madre nunca podrá interpretar el papel de padre, pues no tiene incorporado ese chip en su sistema operativo. Resumiendo, una niña que no ha presenciado la figura de un amante padre/marido-pareja de su madre (dejemos de momento, de lado el papel de proveedor de dinero), crecerá en un núcleo familiar, ya digo, en el mejor de los casos, en el que el hombre/figura paterna, representante de la masculinidad como parte inherente de la dualidad (YIN/YAN) que impera en este mundo, sea un concepto 'tabú'. El rencor de la madre por el abandono del barco tendrá también sus efectos, inevitablemente repercutidos en la niña, igual que probablemente el sofoco que debe producir tener para la niña un superávit de presencia de estrógenos en su día a día. Ya sabemos que todos los tabús acaban convirtiéndose en aquellos 'oscuros objetos de deseo'…

Es muy probable que en su búsqueda freudiana de satisfacer su complejo de electra, esta mujer haya ido buscando compulsivamente un ideal de padre en todos aquellos que han mostrado interés por ella. Ignoro cuáles son las razones por las que fracasaron sus relaciones de pareja anteriores y por cuyos resultados ella se copnsidera ahora una idiota. Si tuviésemos alguna pista al respecto, sería fácil deducir qué tipo de entorno familiar vivenciaron en su infancia sus ex-parejas. Con ello no estoy afirmando que su caso fuese límite. Probablemente ser violada por un padrastro hubiese sido peor…Pero aquí lo que se discute la legitimidad o no de su discurso, de su manifestación. ¿Por qué es una tontita? ¿Porque se queja de algo que el 95% considera la pataleta de una estrella de hollywood sin nada mejor que hacer?


Que ella públicamente manifieste ahora que la razón de su 'idiotez' sea la falta de ejemplo/patrón masculino-paterno en su familia, a la imposibilidad, en definitiva, de experimentar la vinculación como niña con un padre, es algo que es fácilmente ridiculizable, pero que tiene una repercusión fuera de toda duda. Su experiencia fue negativa. Es un hecho incontestable. Y lo está diciendo. ¿qué hay de malo en ello? Claro que le queda un largo camino para llegar a la madurez (como bien dices), pero…menos camino que los que aún no se han percatado de lo que ella, gracias a su pareja, como ella dice (para eso están las verdaderas parejas). Lo de 'tontita' reconocerás que es un juicio gratuito del que ya debes estar arrepintiéndote. Asumir lo evidente le va a conducir hacia un camino de crecimiento. Yo respeto mucho a los que declaran lo obvio, como el niño del cuento de Andersen, cuando grita a la muchedumbre que el engreído emperador va desnudo. La madurez empieza por reconocer y considerar al niño/a herido del que habla Carl G. Jung, de quien obviamente conocerás su aporte al respecto.

¿Que mucha gente se queda en ese estadio? Cierto. Mucha gente acaba cogiéndole el gusto a victimizarse, y viven de exhibir su papel de sufridores. Pero yo siempre le doy la mano a quien reconoce que, habiendo desajustes en su pasado emocional, aceptan que la solución al desequilibrio pasa por coser las heridas sangrantes. Y esta chica (guapetona o no, eso a cada cual de estimar) está, consciente o inconscientemente, poniendo sobre el tapete, la razón de la verdadera crisis social de nuestra sociedad. Es verdad que nadie tuvo la culpa. Para empezar habría que revisar el concepto de culpa desde la perspectiva de otro término confuso: la responsabilidad. Ya hice una divagación sobre ello en un post anterior, y probablemente Halle Barry haría bien en leerla. Sin duda quiso decir que su padre no fue responsable con sus obligaciones.


¿Sabías que Nicolas Sarkozy fue hijo de un inmigrante húngaro en Francia, huyendo de la invasión soviética de su país en 1944? Su padre, casado luego con una francesa, le enseñó valores como el amor a Francia (aun sin ser francés ni tener vínculos previos con Francia) y sobretodo el rechazo a la derrota en cualquiera de sus manifestaciones. Luchar por recuperar la dignidad, el orgullo y el prestigio aristocrático que le arrebataron los comunistas fue algo que grabaron sus padres a fuego en el subconsciente del joven Nicolás que sufría de un complejo de inferioridad entre sus camaradas de estudios y sobretodo debido a su baja estatura. El papel que está jugando en el concierto internacional (y en particular en la crisis Libia) delatan el lastre emocional de su pasado. Su biografía no tiene pérdida…


"Sarkozy dijo que el ser abandonado por su padre ha modelado su carácter actual. Como un joven adolescente se sentía inferior a sus acaudalados compañeros de clase. Sufría de inseguridades (por su baja estatura, de 165 cm, y por la falta de dinero en su familia en comparación con sus vecinos), y se ha dicho que acumuló gran resentimiento hacia su padre ausente. «Lo que me hizo lo que soy ahora fue la suma de todas las humillaciones sufridas en mi infancia».

Webster Tarpley, historiador y cronista actual de la debacle financiera mundial y de los oscuros intereses de la CIA en Cercano Oriente y Africa, describe a Sakozy como un megalómano con aires de grandeza napoleónica (por eso ganó las elecciones presidenciales grancesas, siempre las gana quien promete devolver a Francia su grandeur impériale y el prestigio en el concierto mundial)…


Todos somos víctimas de nuestro pasado, y con la sangre de nuestras heridas hemos escrito nuestros contratos vitales (trabajo, matrimonio, divorcio…). ¿No será ya hora de enfrentar el hecho de que esas heridas sangrantes del pasado han dejado una incómoda huella y sobretodo, que nos siguen impidiendo conectar con nuestra genuina y amable naturaleza, pues son la raíz del rencor, odio o miedo acumulados, que vamos escupiendo por donde quiera que vayamos, muy a nuestro pesar? Sinceramente pienso que hay algo de verdaderamente epifánico en estos momentos históricos. Los vedas hindúes hablaban de la caída del velo de la ilusión (Maya). Los egipcios lo llamaban el velo de Isis. La vida es puro teatro. Pero teatro de verdad, con mayúsculas. Somos literalmente actores interpretando unos papeles. Y ahora se están dando coyunturalmente las circunstancias para que despertemos a la realidad de lo que verdaderamente somos detrás del vestuario y atrezzo con el que nos hemos enfrentado al mundo.



El conflicto y el caos no proviene de las experiencias caóticas vividas, sino de la NO ACEPTACION de las mismas. Obviamente en la infancia uno no puede 'permitirse el lujo' de no aceptar la ausencia/abandono de un progenitor. El estallido emocional legítimo como consecuencia de no sentirse amado y válido (así es como los niños se consideran frente al abandono sufrido) no puede ser manifestado a una edad demasiado temprana, pues la fragilidad emocional quebrada por la ira expresada conllevaría el suicidio (los médicos lo llaman muerte súbita por parada cardíaca) o en el mejor de los casos al autismo, suerte de ausencia emocional forzada. Es por ello que nos blindamos ante el dolor cayendo en adicciones placenteras –a corto plazo,– sustitutorias y adictivas, necesarias para la supervivencia en un mundo al que las generaciones adultas nos enseñaron adaptarnos. Una vez, no obstante, alcanzada la edad de la autosuficiencia (a todos nos llega) es también cuando las 'defensas' dan muestras de fallos estructurales que precisan de constantes reparaciones, como las compuertas de una represa que retiene el caudal de emociones que pide a gritos ser liberado. Lo que mata es el esfuerzo por seguir conteniendo el caudal de emociones. Lo que sana es abandonar la lucha por apuntalar el muro de contención. Bien mirado lo de Garzón y las fosas comunes franquistas tiene la legitimidad de la recuperación de la memoria perdida y demuestra claramente que los familiares de los muertos, hasta que sus seres queridos no son enterrados donde toca, no descansan. Lo mismo con las madres 8ahora ya abuelas) de la plaza de Mayo. La liberación viene con la rendición y aceptación del flujo de la vida, sin luchar contra sus circunstancias, por adversas que parezcan ser. Pero aceptar es mucho más que reconocer intelectualmente, como dice sarkozy, que «Lo que me hizo lo que soy ahora fue la suma de todas las humillaciones sufridas en mi infancia» Aceptar es reconocer la tormenta emocional secuestrada y liberarla, aceptando todas las consecuencias que pueda acarrear, que siempre serán benefactoras para quien demuestre la valentía de abandonar la lucha. Por eso la mayoría de las mujeres viven más años. Porque lloran más (sabiendo la razón de sus llantos).

¿cómo se hace esto?

Un amigo lo dijo con las mejores y más conmovedoras palabras…